Marzana junto a sus soldados pricioneros. // Fotografía de Jesús Elias Lucero.
Entre mis soldados con los que defendemos Boquerón, los hay de todas las comarcas de la República: junto a Limachi y Sullcamayta que vienen de las orillas del Titicaca, están Matarima y Chipanari que son de San José de Chiquitos, Quiroga e Iriarte del valle de Cochabamba así como Rocha y Reinaga que son de Quillacollo, el camba Aguilera que es de Portachuelo, Barberi de Trinidad y Galarza de Tarija, Escobar de Totora y Ayaviri de Pacajes; buenos tiradores, Pedro Collorana que tiene buena vista, Antolin Mazurco de Pelechuco, un valiente de Apolo, los cabos Melcon de Sucre y Cuchallu de Huanuni, hábiles con el cuchillo, el “chino” Torrico que encuentra comida donde no la hay y el dragoneante corocoreño Chura que al ver al enemigo avanzar siempre grita:
¡Pelas!, ¡pelas cojoros! , ¡a ver avanzate si eres hombre!
Veo defendido el pabellón patrio por hombres llegados de todos los confines del país.
Subteniente Alberto Taborga R.I. 6 “Campos”
BOLIVIA
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