Por: Luis González Quintanilla - El autor es periodista. /
Fragmento de la nota publicada en el periódico Los Tiempos el 19 de diciembre
de 2012.
SPRUILLE BRADEN
Braden había llegado a Bolivia en los años 20, con la
encomienda de conservar y ampliar los intereses de la Standard Oil of Bolivia,
que había recibido concesiones en el país. Años más tarde se probó que sus
transacciones y las que se subrogó de la Richmond Levering no estaban a
Derecho.
En su clásico “Salamanca o el metafísico del fracaso”,
Augusto Céspedes sostiene que introducir la motivación del petróleo en la
guerra, “no pasa de ser material literario de desertores izquierdistas”.
También Robert Brockman, sólo con un razonamiento primario,
hace tambalear el mito: si la guerra fue de intereses petroleros, el papel de
la Standard debía haber sido ayudar a Bolivia. Fue todo lo contrario. Con el
absurdo complejo de las grandes empresas, la compañía se declaró neutral, como
si se tratara de una gran potencia o de un país vecino. Pero lo que quedó
sentenciado es que mientras la transnacional declaraba su neutralidad, también
se dedicó a contrabandear, en plena guerra, el petróleo boliviano a la
Argentina, el mismo que quizá cayó en manos del adversario bélico. Esta
situación no conmovió al egregio Presidente boliviano que no intentó corregir
los desmanes de la transnacional, a pesar de las dificultades para satisfacer
la sed energética de su ejército en campaña. Sus generales, de esta manera,
fueron obligados a convertirse en expertos comerciantes, más pendientes en la
prioridad de comprar gasolina en el mercado negro argentino, que en elaborar
planes de combate. Como se sabe, todas las irregularidades de la Standard
remataron, luego de la guerra, en su nacionalización.
Braden alcanzó la talla de embajador de su país en varios de
nuestro hemisferio. Y por fin recaló en Argentina. Intervino intensamente en
acelerar la firma del protocolo de la Paz del Chaco. No fue esta una expresión
de amor a principios pacifistas: el embajador tenía como misión despojar a la
Argentina --y a su canciller, Saavedra Lamas-- de su espacio de potencia
regional. La intervención del diplomático gringo se desató completamente en
1946, cuando tomó partido por la oligarquía vacuna contra el insurgente
peronismo. El general populista aceptó el envite y formuló el eslogan “Braden o
Perón” que lo llevó a triunfar en las elecciones. No obstante, Braden se las
arregló para ser ascendido a subsecretario de Asuntos Hemisféricos de los
Estados Unidos.
HUEY PIERCE LONG
El otro gringo no se acercó siquiera a la zona de conflicto,
pero logró colocar su nombre en calles y plazas del Paraguay, al nivel de otros
héroes de verdad que sí los tuvo esa república. Se trata de Huey Long. Afiliado
al Partido Demócrata, fue elegido en 1928 gobernador de Luisiana, en el
profundo sur americano. Le tocó administrar el Estado en el momento de la Gran
Depresión. Realizó un intenso plan de inversiones públicas y no le tembló la
mano para subir impuestos a las grandes fortunas y corporaciones. Esos afanes
produjeron sus primeros choques con la Standard. Su programa lo manejó con mano
de hierro, sin importarle minucias democráticas. Fue un auténtico autócrata
populista: capturó toda la Administración para sus parciales e intervino la
prensa y la justicia. Hay que subrayar que por aquellos años Europa ya cantaba
himnos parecidos; se vestía de negro y de pardo. Nuestro hombre, de verbo
emocional y demagógico, llegó al Senado, y en 1934 pronunció un violento
discurso contra su enemiga, la Standard Oil. La acusó de haber provocado la
Guerra del Chaco en defensa de sus concesiones en Bolivia, de ladrona y
criminal doméstica e internacional, de traficante bélica y asesina. El mito de
la Guerra del Petróleo se afianzó. Long, el héroe de Luisiana, comenzó a serlo
también del Paraguay.
Un atentado provocó su muerte, truncando su ambiciosa
carrera política. El asesino fue acribillado con varias decenas de balas por su
servicio de seguridad. Como casi siempre ocurre en el caso de los magnicidios,
nunca se supo quién estuvo detrás del hombre descartable que apretó el gatillo.
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Links relacionados:
Braden jamas piso Bolivis. quien mas cerca estuvo fue su padre, William Braden, quien asociado a Richmond Levering, se hizo con concesiones petroleras en el pais, que luego vendio a la Standard Oil, en una cuestionada transaccion, por estar al margen de la ley vigente. Pero a braden el negocio del petroleo no le interesaba, no estaba familiarizado con el.
ResponderEliminarSi bien la familia Braden tenia intereses mineros en Chile a traves de la Braden Copper Co. y transitoriamente en Bolivia por las concesiones negociadas por el patriarca, Spruille estaba mas involucrado en los negocios de la United Fruit Company, de la que llego a ser abogado y socio.