Foto: Soldados bolivianos prestos para el combate
Uno de los episodios más importantes de la Guerra del Chaco
(1932-1935) fue la defensa del fortín paraguayo Boquerón, que se dio al inicio
mismo de la contienda. Fue la historia escrita con sangre y valor boliviano.
El Ejército boliviano a la cabeza del coronel Emilio Aguirre
tomó el fortín Boquerón el 31 de julio de 1932, para ese entonces, la guerra
había comenzado en el Chaco.
Bolivia no solo vivió una guerra con el Paraguay sino
también una contienda interna en contra de los campesinos que se alzaron en
contra del Gobierno, motivo por el cual el Ejército tuvo que reprimir también a
los nacionales. Los líderes para desestabilizar el Poder central fueron líderes
socialistas y anarquistas.
Aguirre murió tras la toma de Boquerón, por lo que Marzana
se quedó al mando y se conoció en el transcurso del combate que el destacamento
Marzana defendió ese fortín con apenas 448 hombres, en pertrechos utilizaron
350 fusiles, 40 ametralladoras, tres cañones y dos antiaéreos. Entre agosto y
septiembre estuvo bajo el control boliviano.
Al frente, el general José Félix Estigarribia estuvo al
mando y para recuperar el honor paraguayo ordenó la retoma de Boquerón el 9 de
septiembre de 1932. Tenía una fuerza de entre 9.000 a 11.500 soldados, por lo
que el militar pensó que el triunfo sería sencillo. Además de por medio se
jugaría el ánimo de la guerra o su definición en función al resultado de la arremetida
paraguaya.
El combate duró 20 días, fue intenso. El primer día los
paraguayos recibieron la respuesta boliviana al grado que hizo retroceder a su
Ejército. Los paraguayos se acercaron hasta 50 metros de las trincheras, pero
siempre fueron repelidos por las fuerzas bolivianas. Sin embargo, por su
superioridad numérica retomaron las acciones militares para rodear el fortín en
tres días.
Los bolivianos estaban completamente rodeados, mermando la
alimentación, el armamento y el agua. Fue ahí que el capitán Víctor Ustáriz
rompió el cerco paraguayo e ingresó a Boquerón con solo 58 hombres que se
sumaron a los 448, lo que originó una motivación para el lado boliviano. Pero
en su intento de salir del fortín para buscar refuerzos le costó la vida.
La aviación boliviana trataba de proveer de pertrechos,
alimentos y agua, pero estos debido a la altura que caían se destruían ó caían
en manos enemigas. Los combatientes bolivianos se defendían como podían,
ahorraban los pertrechos y solo podían disparar si había un blanco seguro. La
falta de agua ocasionó que los soldados nacionales tomen incluso su propio orín
para subsistir a la contienda.
Por el sector había un pozo pero acercarse al lugar era
perder la vida de inmediato, fiel reflejo de ello es que sobre el agua yacían
cuerpos sin vida de un par de soldados bolivianos.
Otro hecho negativo para el lado boliviano, fueron los
desaciertos de los jefes militares, quienes tardaron en tomar decisiones para
apoyar la defensa de Boquerón.
El alto mando boliviano pedía aguantar, pero ya no habían
fuerzas ni pertrechos hasta que llegó el día 29 de septiembre y fue cuando
Marzana decidió pedir una tregua para una capitulación honrosa, levantó una
bandera blanca, los paraguayos pensaron que el ejército boliviano se rendía.
Los bolivianos salían con sus pocos medios ante la sorpresa
de la fuerza paraguaya que creyó que había combatido con un ejército mucho
mayor en número.
Los soldados bolivianos fueron tomados prisioneros a la
cabeza de Marzana, quien estuvo encerrado en el Paraguay hasta 1936, momento
que volvió a Bolivia para ser prefecto de Chuquisaca.
En septiembre de 1932 el general paraguayo Estigarribia
dijo: "Los bolivianos pelearon con tal bravura y coraje? que merecen
nuestro respeto".
Mientras que Marzana, quien sería nombrado general más
tarde, señaló: "No hicimos más que cumplir con nuestro deber".
GUERRA
La Guerra del Chaco se desenvolvió en cuatro partes. La
defensa de Boquerón se ubicó en la primera comprendida entre junio a diciembre
de 1932. La segunda fase se desarrolló entre diciembre de 1932 a diciembre de
1933 con la ofensiva boliviana, mientras que la tercera fase comprendió el
periodo de diciembre de 1933 a enero de 1935 con el arremetimiento del
Paraguay. Finalmente la cuarta fase contempló entre febrero y julio de 1935,
con la exitosa defensa de Villamontes y la firma del cese de hostilidades, el
14 de junio de ese año.
Publicada en el Fortín de la Patria el 14 de junio de
2015
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