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HÉROES DEL CHACO BATALLA DEL KILÓMETRO 7

Compañeros de regimiento: De pie (izq. a der.) Christie, Antezana, Virreira, Claure y Antezana. Abajo: Roldán y Solares.

En noviembre de 1932 se vivió una gloriosa página de la historia boliviana en la que soldados voluntarios al mando del valeroso teniente coronel Bernardino Bilbao Rioja, lograron quebrantar a las fuerzas paraguayas en su avance desde la toma de Boquerón, lo cual salvó al país de una derrota segura en el primer año del gran conflicto chaqueño, como señalaba el año 2012 en una reseña, el diplomático e historiador Ramiro Prudencio Lizón.

CIRCUNSTANCIAS PRECEDENTES

Boquerón había caído el 29 de septiembre y las tropas paraguayas continuaron capturando los fortines Lara, Ramírez y Yujra. La pérdida de terreno por parte del ejército boliviano que combatía en un ambiente hostil y desconocido para los soldados del altiplano y valle, ejercía una presión psicológica muy grande, multiplicándose las deserciones. Un reporte del coronel Peña enviado el 1ro de octubre desde Arce, a donde se había replegado el ejército, señalaba: “Anoche abandonaron 25 soldadossus posiciones dejando sus armas.
Entre el 22 y 23 de octubre, nuestras fuerzas se retiraron de Arce replegándose hasta Alihuatá cerca de Saavedra, un enclave de vital importancia ubicado en un territorio que no estaba en disputa entre Bolivia y Paraguay. La caída de Saavedra pondría en peligro el fortín de Agua Rica (antes paraguayo bajo el nombre Samaklay) y les posibilitaría el acceso al ríoPilcomayo, poniéndose también en riesgo el fortín Muñoz que funcionaba como Cuartel General boliviano y tenía en las proximidades el principal depósito de municiones.

LOS VOLUNTARIOS DE ALIHUATÁ

El comando boliviano, consciente de la difícil situación, pero también sabiendo dela desmoralización de las tropas, el 23 de octubre resolvióconvocar para la defensa únicamente a voluntarios y así evitar deserciones, que se auto inflijan heridas para ser evacuados, o aun peor, que asesinen a sus oficiales superiores, escenarios que ya se habían registrado.
El sargento Oscar refirió que contaban con un efectivo de más o menos 4.000 hombres pero que en su mayoría estaban contaminados del pánico. Continuó relatando que en la plaza del Fortín Alihuatá se oyó la célebre frase del comandante de división:'Los que quieran voluntariamente defender su Patria que se queden y los que no, que se vayan'. Acto seguido se vio en el camino un denso polvo que cubría a aquellos que se iban. Se hizo el recuento de los voluntarios que alcanzaron al escaso número de 730 soldados.
Con este contingente, deberían hacer frente a una tropa de unos 3000 efectivos paraguayos; pero en los corazones de los voluntarios resonaban las palabras que el coronel Peña dirigió el 26 de octubre desde Muñoz: no dar un paso más atrás, sin infligir sangrientas pérdidas al enemigo. Entonces se definió el sitio para la resistencia a la altura del kilómetro 7 del camino entre Saavedra y Alihuatá por ser un amplio pajonalcon pequeños islotes de arboledas que permitiría la instalación de nidos de vigilancia.
El 27 de octubre, el coronel Peñaranda,que había comandado esta organización fueevacuado por enfermedad y lo sucedió al mando el teniente coronel Bilbao Rioja que tuvo que enfrentar muchas dificultades para preparar la defensa, cavándose trincheras con cuchillos, bayonetas y hasta los platos de aluminio del rancho. No obstante, logró ubicar adecuadamente a la escasa tropa en una extensión de unos 6 kilómetrosde frente y estableció patrullas de exploración que les permitió adquirir mayor confianza sobre sus posiciones y las acciones del enemigo.
Entretanto las fuerzas paraguayas de Estigarribia habían desviado su ataque hacia los fortines Fernández y Platanillos, para evitar que las pueda atacárseles por la retaguardia. Sus maniobras duraron dieciocho días, otorgando a las fuerzas bolivianas la oportunidad de organizarse en Kilómetro 7. Los paraguayos llegaron a la zona recién hacia el 5 de noviembre.

EL ENFRENTAMIENTO

El 7 de noviembre, la tropa paraguaya Corrales, que había adelantado sus posiciones entre los pajonales la noche anterior, hizo un intento por romper la línea boliviana, primero por el centro y luego sobre ambas alas.
El Regimiento 25 estuvo a punto de caer pero pudo mantener su posición, gracias a la intervención del Batallón Campero al mando del mayor Germán Jordán.
Confiados de su superioridad numérica, los paraguayos atacaron a bayoneta calada, pero fueron hábilmente detenidos por el Grupo de Artillería al mando del mayor José Rivera, que permitió un táctico acercamiento del enemigo hasta corta distancia, para caerles con fuego de metralla. El historiador coronel Aquiles Vergara Vicuña señaló que con esta acción se causó al enemigo un destrozo pocas veces visto en el Chaco.
El sargento Oscar Soria relató el enfrentamiento: Encaramado en un árbol de quebracho di la voz de alarma: 'Los pilas avanzan hacia nosotros'. Parecía increíble y hasta se pensó que fueran los nuestros que estuvieran patrullando. 'Siga observando', me ordenaron, y a medida que la distancia se acortaba tuve la certeza de que era el enemigo, en tal virtud instruí la graduación de los cañones a metralla de acuerdo a mis avistamientos, listos para disparar cuando se encuentren a distancia conveniente; así, con pasmosa serenidad, nos alistamos esperando el momento para entrar en acción. A 50 o 60 metros de nuestros cañones me divisaron y descargaron un nutrido fuego y este fue el momento en que respondieron nuestros cañones con tal rapidez, entusiasmo y seguridad que parecían multiplicarse los estampidos; la refriega duró por espacio de media hora y se agotó nuestra munición a tiempo que cesaba el fuego enemigo, entonces se dio orden de calar bayonetas y tomar posición delante de los cañones en espera del asalto para la lucha cuerpo a cuerpo. Momento de suspenso en medio del silencio, a poco de nuestra inútil espera, nuestra infantería se desplazó hacia nosotros para prestarnos su apoyo, pero el enemigo una vez más derrotado, había huido. Los artilleros con nuestro último recurso del tiro a metralla luchamos frente a la infantería invasora, fue la primera y única vez en toda la campaña; así cumplimos también con el propósito: ¡De aquí no pasarán!.
El coronel David Toro se refirió a las actuaciones de las fuerzas del mayor Rivera en Kilómetro 7 señalando: debido a su pericia, dinamismo y valentía, consiguió que nuestra artillería se impusiera por primera vez como arma de gran eficacia, cumpliendo su verdadero rol en el combate.
El propio mayor Rivera reportó: En esta acción se han distinguido por su serenidad y energía obligando a la tropa a permanecer en sus puestos hasta rechazar el ataque, el teniente Antonio Seleme, el subteniente Heimbert Hinze, los sargentos Oscar Soria y Roberto Christie, ambos comandantes de pieza, y el soldado Luis Soliz, comandante de la pieza Am. Liv.
El ejército paraguayo tuvo que replegarse ese día 7 de noviembre para reorganizar sus fuerzas por las numerosas bajas que habían sufrido. Para cuando llegaron refuerzos para el ejército boliviano el día 9 según constató la aviación boliviana, el enemigo ya se había atrincherado en una isla de monte, completamente aislado.

NOTAS CONCLUSIVAS

Los enfrentamientos en Kilómetro 7 se extendieron hasta febrero de 1933 y terminaron con la retirada paraguaya que había perdido alrededor del 70 por ciento de sus efectivos. Tras esta etapa, el Coronel Estigarribia dio por finalizada la "primera ofensiva" del ejército paraguayo pasando a una fase de "defensa activa".
Los resultados alcanzados ayudaron a levantar la moral de las fuerzas bolivianas y el país entero, destacándose en la prensa nacional los triunfos gloriosos de los combatientes.Por esta acción, los voluntarios de Alihuatá y defensores de Kilómetro 7, fueron otorgados la condecoración de Héroes Nacionales.
Como indicaba Prudencio Lizón en su análisis sobre esta batalla: La defensa de Kilómetro 7 había salvado al país de ser derrotado al inicio de la contienda y, además, había dado al ejército la confianza y entereza necesarias para afrontar una larga y penosa guerra.
Por: Günther Revollo Soria / Investigador histórico / Publicado en el periódico Los Tiempos  el 7 de noviembre de 2015 
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