Macharetí. Monseñor Caroli entre los Tobas del Chaco
boliviano en 1918.
Por: Rubén Vargas. - Este artículo apareció publicado en el
periódico La Razón el 15 de abril de 2012.
Nació en Roma y murió en La Paz. Llegó a Bolivia en 1917 con
una misión muy clara: reorganizar la Iglesia Católica. Durante el periodo de
los gobiernos liberales, las relaciones entre el Estado boliviano y la Iglesia
habían sido interrumpidas. En 1913 se restablecieron y unos años después, en
1917, llegó el primer Internuncio enviado por el Vaticano: monseñor Rodolfo
Caroli. Durante los cuatro años siguientes viajó incansablemente por el
territorio boliviano, especialmente por el norte y el Chaco, siguiendo la ruta
de las Misiones Franciscanas y enterándose de la situación de la Iglesia. Ese
extenso periplo fue documentado fotográficamente. La mayoría de esas
fotografías fueron tomadas por el propio Caroli, quien viajaba siempre con las
vestimentas de su alta envestidura y acompañado de una cámara Kodak y de su
perro al que había bautizado con el aventurero nombre de Sandokán. Ese archivo
da cuenta en imágenes de la misión del religioso en tierras bolivianas, pero
con el tiempo se ha convertido en un valioso documento histórico, geográfico y
antropológico.
Una selección de 120 fotos de ese archivo forman parte de la
muestra titulada Al encuentro de los bolivianos. Los viajes de Mons. Rodolfo
Caroli en Bolivia (1917-1920) que se expone en el Espacio Simón I. Patiño de La
Paz y que después visitará otras ciudades del país. La idea original de la
exposición fue del sacerdote Lorenzo Calzavarini, en el marco de un proyecto de
Espacio Simón I. Patiño y el Centro Eclesial de Documentación del Convento
Franciscano de Tarija. Pero Calzavarini, reconocido historiador, archivista y
director del Archivo Franciscano de la capital tarijeña, no llegaría a ver la
consumación del proyecto. Murió, después de una larga enfermedad, el 9 de
febrero de este año en Cochabamba. La muestra está dedicada a su memoria.
El proyecto fue continuado y terminado por las curadoras
Michaela Pentimalli y María Isabel Álvarez Plata. “Caroli —dice Pentimalli— fue
una persona con muchos intereses. Además de ocuparse de la reorganización de la
Iglesia —no sólo recorrió las Misiones sino fundó los Vicariatos de Beni, con
sede en Trinidad, y del Chaco—, también se acercó a los indígenas de las
tierras bajas desde un punto de vista de la solidaridad cristiana, hizo
relevamientos de los ríos, de la arquitectura y de las etnias; y se interesó en
los paisajes, en la botánica, en la fauna y en la arqueología. En su testamento
dice que legó a los salesianos lo que él llama su ‘pequeño museo’ integrado por
todo lo que recogió en sus viajes: piezas arqueológicas, textiles, producciones
de las etnias...”.
Durante sus viajes por Bolivia, Caroli llegó a visitar 40
lugares, entre Misiones y pequeñas localidades. María Isabel Álvarez Plata
explica que el recorrido que la muestra propone al visitante sigue, hasta donde
es posible, el itinerario de los viajes de Caroli. “Queríamos —dice— que la
mayor parte de las poblaciones por las que pasó estén presentes en la
exposición”.
Caroli no hizo uno sino varios viajes, pero la ruta general
que siguió fue la de las Misiones Franciscanas que lo llevaron de inicio de La
Paz al Beni. Después pasó a Santa Cruz y de allí a las regiones chaqueñas.
“De acuerdo con los relatos —dice Álvarez Plata— Caroli
habría recorrido en sus distintos viajes, durante cuatro años, alrededor de 25
mil kilómetros. Su trayecto, si se lo considera lineal y directamente, es de
más de 3.000 kilómetros”.
En el comienzo de su travesía, las fotografías muestran a
Caroli y su expedición saliendo de La Paz por las quebradas de Río Abajo. Él y
sus compañeros siguen ese rumbo hasta encontrar el río La Paz. Más adelante el
sacerdote ya está, siempre al Norte, en Covendo y después navegando en
embarcaciones de troncos por el río Miguillas. La expedición sigue por Cavinas,
por el río Madidi y, siempre por vía fluvial, hasta Riberalta, ya entonces una
ciudad importante.
El siguiente paso es Trinidad. Pero para llegar allí desde
Riberalta, explica Álvarez Plata, tuvo que salir del Beni. No había forma de
hacerlo directamente.
“Tenemos información de que estuvo en Cochabamba”, dice la
investigadora. En todo caso, las fotos lo muestran en el Chapare y por esa vía,
llegando a San Ignacio de Moxos y luego a Trinidad. De Trinidad se internó en
la zona de los Sirionós y de los Guarayos hasta llegar a Santa Cruz. De Santa
Cruz, Caroli viajó al Chaco cruceño, al Chaco chuquisaqueño y finalmente al
Gran Chaco tarijeño, la región habitada por los Tobas. De Tarija, ya por rutas
de tierras altas, Caroli llegó a Tupiza donde, por lo menos fotográficamente,
concluyó su travesía.
Ese largo viaje adquiere cuerpo y vida en las fotos:
circunstancias congeladas para el futuro, retratos de tipos humanos diversos
como diversa es la geografía, fauna y flora para una memoria natural de las
cosas... En enero de 1921, probablemente a consecuencia de enfermedades
contraídas en sus viajes, monseñor Rodolfo Caroli murió en La Paz. Un monumento
funerario suyo está en la Catedral de esta ciudad.
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