Miles de mujeres bolivianas con el corazón destruido,
demostrando heroísmo entregaron a sus hijos a la obligación sagrada para
cumplir con su deber de la defensa del territorio y a su vez asumieron acciones
valerosas desde sus hogares, calles y organizaciones para apoyar a los
combatientes, a través de la colecta de recursos, medicamentos, organización de
eventos, confección de ropa, preparación de alimentos, redacción de cartas para
los soldados analfabetos, leer la correspondencia recibida desde el frente de
batalla a los familiares y otorgar el consuelo ante la pérdida de los seres
queridos.
La mujer boliviana durante el conflicto bélico suscitado
entre Paraguay y Bolivia en el periodo 1932 – 1935 en el Chaco Boreal del
Departamento de Tarija, tuvo una respuesta contundente y activa,
constituyéndose en el elemento más importante de la sociedad boliviana por su
valor, esfuerzo, ayuda, accion y valentía, organizando iniciativas de trabajo,
redes de comunicación y solidaridad y fundamentalmente erigiéndose en “madrinas
de guerra” en los nueve Departamentos del país, labor dedicada de manera
fervorosa al papel de madres, amigas y confidentes de los soldados bolivianos
movilizados al Chaco. Estas actitudes, además del propósito patriótico,
lograron integrar a mujeres de todas las clases sociales que gradualmente se
acoplaron a las acciones y trabajo específico. Para las mujeres de los estratos
altos, acostumbradas a la vida social, cómoda, monótona y de papel secundario,
la guerra se constituyó en un periodo de intensa actividad y renunciamiento a
la frivolidad. En los hogares más humildes, la congoja y resignación, además de
la procura de alimentos para los hijos soldados ante la partida y el incierto
futuro era la trágica manifestación en extremo silencio. Las mujeres
bolivianas, verdaderas heroínas en sus hogares asumieron el rol de voluntarias
para la recolección de recursos económicos, víveres, ropa, medicinas,
cocineras, enfermeras, costureras, dactilógrafas. Proporcionar apoyo a los
hombres movilizados en defensa de la patria fue la consigna. Algunas intentaron
enrolarse para luchar junto a sus parejas y otras se sumaron a las fuerzas de
inteligencia y espionaje del Ejército.
Las “Madrinas de Guerra” se constituyeron en el pilar
fundamental de la asistencia a los jóvenes bolivianos que llegaban para pasar
al Chaco La comunidad tarijeña fue valiente y solidaria con los combatientes.
La ciudad de Tarija era el principal centro de arribo, movilización y partida
de las tropas al Chaco, las madrinas de guerra, llevaban a sus hogares a los
ahijados que las habían elegido para otorgarles alimento, comunicación con sus
familias de los lugares de donde provenían y les proporcionaban apoyo
psicológico.
Organizaciones de mujeres de Tarija
COMITÉ DE SEÑORAS
El 19 de enero de 1933 a horas 11.30 un fuerte contingente de
tropas acantonadas en la ciudad de Tarija con efectivos tarijeños y llegados
del norte del país, debía partir a Villa Montes para reforzar a las unidades
militares distribuidas en diversos puestos de avanzada en el Chaco. Las
autoridades militares manifestaron su preocupación por la falta de mosquiteros
para los reservistas e hicieron conocer en horas de la tarde del día 18 de
enero su solicitud al “Comité de Señoras”, organización conformada por mujeres
tarijeñas y madrinas de guerra dedicadas a apoyar a los combatientes.
La Señora Bertha Peroú de Paz, miembro de esta organización,
con una actividad digna de mayor elogio y encomio, distribuyó a las familias de
la sociedad tarijeña la tela necesaria para la confección de mosquiteros
requeridos por la tropa y al cabo de 12 horas esta organización hizo la entrega
de los mosquiteros requeridos. La tropa reunida en predios de la cancha de
futbol de la zona de La Pampa, recibió los mosquiteros del Comité de Señoras y
madrinas de guerra en un acto que quedó grabado en la historia, por la
contribución y rol de la mujer tarijeña en la guerra del Chaco. Los oficiales
al mando de la tropa agradecieron el gesto de la Sociedad de Señoras al momento
de la partida que se verifico a horas 18.00 del 19 de enero de 1933, acompañada
por la banda de música del ejército.
COMITÉ PATRIOTICO DE DAMAS
La Directiva del “Comité Patriótico de Damas”, conformado
por las señoras Candelaria de Molina, Emma de Navajas, Asunta Serrano, Lola de
Haack, Lilía de Echart y Aura Piñeiro, desarrollan una ardua y solidaria acción
en los hospitales de sangre de la ciudad, visitando diariamente a los enfermos
y heridos que arriban de los campos de batalla del Chaco, consolándolos con
expresiones de ternura, generosidad y apoyo en la recuperación, además de
entregar obsequios, alimentos y realizar oraciones colectivas. Esta labor de
alta solidaridad era destacada por los médicos de los hospitales de guerra por
su alto contenido psicológico y afectivo.
SOCIEDAD DE SEÑORAS DE LA PROVINCIA O´ CONNOR
La filial de la Sociedad de Señoras de Entre Ríos, Provincia
O´ Connor, presidida por la Señora María Rocha de Arandia, comunicó la apertura
de un improvisado hospital con doce camas en esa comunidad para la atención de
los soldados que llegan del frente de batalla enfermos y heridos, para su
posterior remisión al Hospital San Juan de Dios de Tarija de acuerdo a las
condiciones físicas de ellos. El informe destaca el paludismo (malaria) y
desnutrición como los principales síntomas de los soldados enfermos que se
recibían en ese del tramo del camino Villa Montes – Tarija y los efectos de la
metralla en los heridos.
El señor Alberto Araóz, Presidente del Comité de Caballeros
de esa comunidad, comunicó la preparación de comida y distribución de avío
(provisión) de alimento, a la tropa que pernoctaba y pasaba por Entre Ríos,
procedente de Tarija, rumbo a Villa Montes. El informe señala que en
coordinación con la Sociedad de Señoras se sirvìa abundante comida a jefes,
oficiales y soldados con los donativos de verdulería de las familias
entrerrianas, como la entrega de agua, caramelos caseros y tabaco.
Publicado en El Periódico / 16 de Octubre de 2016.
la mujeres son importantes
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