Investigadores españoles han corroborado que Garrovillas de
Alconétar, en Extremadura, es la cuna del fundador de la ciudad de La Paz, el
capitán Alonso de Mendoza, y de su hermano Juan Dávalos, quien fue el primer
alcalde de Santiago de Chile.
Durante muchos decenios y con base en diversas fuentes,
distintos autores atribuyeron la procedencia de ambos a un puñado de pueblos de
la España del siglo XVI, entre ellos, Cáceres, en la provincia homónima, Zamora
y Medina de Ríoseco, al norte de Extremadura, o Mérida, Don Benito y La
Garrovilla, en Badajoz.
Todas fueron descartadas por Cándido Serradilla, Dionisio
Martín y Santiago Molano, quienes, tras revisar el archivo municipal
garrovillano y de Cáceres, establecieron en un reporte, difundido en 2015 por
la Revista de Estudios Extremeños, que ambos fundadores "nacen y pasan su
infancia” en aquella villa, a orillas del río Tajo y sus embalses.
Garrovillas de Alconétar es una villa y municipio español,
en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura.
Esa fue, sin embargo, la primera de las conclusiones a las
que siete años antes había llegado, por vías distintas y de manera
independiente, un historiador boliviano, en una investigación presentada a la
Universidad Mayor de San Andrés. "Mendoza no vino al mundo en Zamora, como
afirmó su hermano en 1551”. Tampoco en Cáceres, Mérida o Don Benito y La
Garrovilla, "sino en el poblado de Garrovillas de Alconeta”, fue una de
las conclusiones del estudio La ruta de Alonso de Mendoza (2009), hoy
agotado.
TRAS LAS HUELLAS DE ALONSO DE MENDOZA
Aún en ese marco, el nacimiento y muerte del fundador de La
Paz son todavía un misterio, lo mismo que su posible pasado mexicano y
guatemalteco. Lo que no es un misterio es su fortuna de 50 mil pesos, acumulada
en Charcas y el Collao, pero que perdió en 1547, durante la batalla de Huarina,
y la que, finalmente, reconstituye en 1549, cuando vende dos casas suyas en
Potosí, por 1.800 pesos de oro.
Alonso de Mendoza recibió también una encomienda entre los
soras de Caracollo y se adjudicó cocales en Zongo, Chacapa y Challana, y minas
de oro de Zimaco, además del solar principal en la plaza mayor del "pueblo
nuevo” y posiblemente otro en la de Churubamba.
La última de sus firmas en las actas del Cabildo paceño data
de mayo de 1551. Cuatro meses antes había notificado su partida de la ciudad,
probablemente hacia Zimaco, centro aurífero aledaño a Tipuani.
En noviembre de 1551, su hermano Juan Dávalos solicitó al
rey permiso para que pudiera retornar a España por siete años. El diciembre de
ese año el monarca le concedió tal licencia, "sin que se le remuevan ni
quiten los indios de su encomienda”, según cédulas regias a los gobernadores
peruanos.
Por ese mismo año, Mendoza habría dispuesto que algunos
sobrinos y su hermana, Ana Dávalos, pasaran a Chile. Pero el 5 de junio los
regidores de Chuquiabo (Chuquiago, hoy La Paz) ya habían revertido ciertas
tierras "del Sol” que ocupaba en Larecaja, afirmando que "se servía
de ellas… sin título alguno solamente por su autoridad”
La información jurada de sus méritos, presentada por su
hermano Juan al rey, a fines de 1551, refiere que "sirvió a Su Majestad en
aquellas provincias (del Perú) y en otras partes de las Indias”, lo que
confirmaría su pasado mexicano y quiteño.
Un 20 de octubre de 1555, a petición de Juan Dávalos para
sus sobrinos, los hijos del capitán, el Consejo de Indias sugirió una merced de
1.000 pesos.
Una Real Cédula de febrero de 1556, dirigida al Virrey
Hurtado de Mendoza - ubicada este año en los archivos digitalizados del
Ministerio español de Cultura -hace efectiva esa compensación "para que en
atención a los servicios prestados a la Corona por Alonso de Mendoza, que murió
pobre, se den a cada uno de sus hijos, Pedro de Mendoza y Beatriz de Mendoza,
1.000 pesos de oro en los repartimientos de indios que estuvieren vacíos por
todos los días de su vida”.
En 1557, Beatriz fue favorecida por una ayuda real para su
dote ante el Monasterio de Santo Domingo El Viejo de Toledo "donde se ha
metido monja”, dice un legajo del Archivo de Indias.
LAS INCÓGNITAS
Genera polémica la presencia de eventuales homónimos de
Alonso de Mendoza en México, Quito y el lago Titicaca.
Uno de ellos aparece en Pánuco, en la costa mexicana del
Caribe, y se relaciona con personajes como Antonio Navarro, corregidor en La
Paz, y Lope de Mendoza, compañero del fundador en Charcas, hacia los años
1540-1547
Otro Mendoza confirma su presencia entre las tropas que
Pedro de Alvarado alistó entre Guatemala y Nicaragua, en enero de 1534, rumbo a
Perú, para disputar el imperio inca a los Pizarro. Desembarcó en Puerto Viejo,
actual costa ecuatoriana. Allí es registrado junto a Alonso de Alvarado,
hermano del jefe conquistador, que se convertiría en acérrimo rival de Mendoza,
en Chuquiabo
En marzo de 1535, Alonso figura como alguacil mayor de la
recién fundada San Francisco de Quito. En nombre y apellido reaparece, en 1538,
cuando Cieza consigna que en un flanco destacado de las fuerzas pizarristas,
antes de la batalla de las Salinas, cerca del Cuzco, Diego de Almagro perdió y
pagó con su cabeza.
Sin embargo, legajos de contratación del Archivo de Indias
en Sevilla señalan que Alonso de Mendoza pasó al nuevo mundo por Veragua, costa
caribeña de Panamá, en febrero de 1535, dos meses antes que su hermano Juan
Dávalos.
APELLIDOS DIFERENTES
La diferencia Mendoza/Dávalos se explica por la costumbre de
la época de optar por otro distinto al que le correspondía por nacimiento, que
nacía de la libertad prevaleciente entonces de tomar cualquiera de los nombres
de un pariente carnal o espiritual. Ambos fundadores fueron hijos de Pedro
Jufre y Elvira López de Avalos, como señala el pase a Indias de 1535.
Por: Rolando Carvajal / Página Siete, 22 de octubre de 2016.
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