Por: Mónica V. Aramayo Quinteros / Periódico La Patria, 24
de julio de 2011.
Revisar las amarillentas páginas de periódicos pasados,
provoca una sensación agradable, muchas veces nos remonta y nos permite hasta
imaginar la vida de antaño y a la vez conocer la historia de los pueblos. Es en
ese entendido que al hojear LA PATRIA de 1925, a propósito de la edición
dedicada al Centenario de la Independencia de Bolivia, destaca el artículo:
"El ideal de Oruro, es su autonomía", cuya autoría corresponde a
Isauro Sotomayor.
"Hace más de medio siglo que los hijos de Oruro,
manifestaron su aspiración de ser regidos por las leyes que ellos mismos
dieran", indica la publicación.
La historia de esta región altiplánica, revela los
privilegios de los que gozó otrora, gracias a la favorable situación económica
originada en la actividad minera y la pujanza de los hijos de esta tierra y
quienes llegaron atraídos por la "fiebre minera".
Oruro se precia de ser la primera ciudad que tuvo un
ferrocarril, un servicio telefónico, así como por ser la pionera en tener sus
calles asfaltadas, recuerdos del que sólo nos queda vivir, porque las cosas
cambiaron.
En la visión autonómica, Sotomayor refiere que los orureños
de los años cercanos a 1875, tenían un ideal que paulatinamente fue
vigorizándose, más aún había fe en que el porvenir sería una hermosa realidad.
"Oruro más que ningún otro pueblo necesita gobernarse
por sí mismo, tanto por ser lugar de tránsito, como por ser cosmopolita. En
todas las contribuciones creadas por el Estado, ha sido siempre el primero en
cumplirlas sea con dinero, servicios personales o la de la sangre de sus hijos,
pero siempre ha sido postergado para recibir los beneficios que se
reparten" escribió Sotomayor.
El visionario autor de la nota, sostenía que Oruro, en
aquella época (1925) ya no necesitaba de tutores, pues tenía el derecho
suficiente y podía vivir por sí. Recuerda por ejemplo que en un congreso de parlamentarios,
cuando se distribuían subvenciones a todas las capitales de departamento, fue
el diputado Ignacio León que pidió la que correspondía a Oruro, para la
construcción de un prado, al igual que el resto de las ciudades y sus colegas
estallaron en risas y uno de ellos le habría indicado "que mejore el clima
de su capital y se le acordará lo que pide", situación que fue revertida
cuando la región de a poco se fue "pintando" de verde, con jardines
en plazas y parques que le cambiaron la fisonomía a la agreste región.
Sotomayor, menciona que las obras como escuelas, hospitales,
mercados y otros, siempre fueron producto de la labor municipal, pues el Estado
no contribuyó con casi nada.
LIBERTAD
"Una nación es verdaderamente libre, cuando sus ciudadanos
son libres, pero entre nosotros la libertad la gozamos a medias. Todas las
libertades están a merced de las autoridades. Nos emanciparon del poder
absolutista español y caímos al poder criollo", escribió Sotomayor,
palabras que a casi un siglo de haber quedado impresas, adquieren un tinte de
predicción pues para nada está alejada de la verdad y la coyuntura del año
2011.
En sus palabras afirmó que la libertad de pensamiento, de
comercio o de industrias era sólo lírica, pues en cualquier momento la Policía
los atrapaba, lo que en criterio de Sotomayor, con la autonomía debería
cambiar, pues las leyes debían ser propias y se las debía hacer respetar.
Este pensador consideraba que Bolivia sólo será libre cuando
cada ciudadano sea respetado como un rey, "esa es nuestra
aspiración", sostuvo.
PEDIDO
En el aniversario de la emancipación del poder discrecional
colonial, 6 de Agosto de 1925 (centenario de la Independencia de Bolivia),
Sotomayor pidió al Poder Legislativo que conforme al artículo 132 de la Constitución
Política de entonces reformar las autonomías departamentales y así Oruro podía
liberarse del poder absolutista y centralizador, a cuyo solo criterio se
hallaban las libertades y todos los derechos ciudadanos, con imposición de
deberes.
Ya entonces citó cómo Irlanda obtuvo su autonomía sin dejar
de ser parte de Inglaterra. "Así queremos una patria libre, por la
libertad de sus hijos", citó, pidiendo además que en respeto a las leyes
naturales y constitucionales, Oruro debiera gozar del derecho a que se
reconozca su autonomía e independencia.
Sotomayor, parafraseando un refrán decía: "Del enemigo,
el ejemplo" y con él se refirió a cómo a principios del siglo pasado,
Chile a través del consenso entre los actores de su vida política reformuló su
constitución. "Así nosotros podemos reformar, sin exclusivismos y
podríamos tener una carta fundamental, ajustada a los principios actuales y
bajo las formas más adecuadas y convenientes al organismo nacional",
escribió, en tono de sentencia reflexiva, que a pesar de los años transcurridos
bien se puede aplicar a la coyuntura.
"En ofrenda a la patria, por todos los sacrificios
hechos por Oruro, sólo pedimos que se le acuerde su autonomía, sino de pronto
en lo futuro; porque es su vida libre, su aspiración, su esperanza y su sólo
ideal", afirmó Sotomayor, hace 86 años, aspiración que hasta entrado el
siglo XXI no podemos concretarla, precisamente por los conflictos que no pueden
superarse por décadas, ante todo porque priman intereses políticos, sectoriales
y hasta personales, por cobrar un protagonismo barato, pero ante todo en desmedro
y perjuicio de Oruro.
Además de Sotomayor, probablemente un visionario orureño del
que poco se conoce, existen otros autores que por años expresaron la necesidad
autonómica para Oruro, incluso en tiempos actuales que claman por un trabajo en
beneficio del desarrollo, pero que casi siempre encuentran una barrera
mezquina, de políticos y personajes negativos que traban las ansias orureñas.
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