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FUNDAMENTOS DEL LEGÍTIMO NACIONALISMO BOLIVIANO: LA GUERRA DEL CHACO Y LA REVOLUCIÓN DE 1952 (Parte III)

Por: José Ortega - Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano. 



CAUSAS DE LA GUERRA DEL CHACO

Las cédulas reales de la Corona española de 1563, 1565 y 1617 otorga' ron la región del Chaco a Bolivia, y por los Tratados de 1879 y 1888 Bolivia cedió parte de esta región al Paraguay. El Parlamento de Asunción no ratificó estos Pactos, y el Gobierno ocupó la zona del Chaco en 1894, estableciendo la frontera entre Bolivia y Paraguay. El Gobierno paraguayo defendió la tesis de que el Chaco pertenecía a la jurisdicción de Asunción por decreto real otorgado por el adelantado Ortiz de Zarate. La imprecisión geográfica y matemática del Tratado de Tordecillas, así como las complejas interpretaciones que recibieron las cédulas reales, complicaron el problema de la determinación de los límites fronterizos. En la polémica del Chaco ambos Gobiernos invocaron continuamente el utis-possidentis juris y el MÍÍpossidentis de jacto (26).
El Chaco era, en realidad, una tierra de nadie, habitado hasta el -fin del siglo xix por indios chiriguanos y tobas. Bolivianos y paraguayos vivían en medio de una primitiva barbarie. La guerra del Chaco pudo no haber ocurrido, ésta es la opinión de los bolivianos. Un hombre fue responsable de este conflicto: el Presidente Salamanca, el cual adoptó desde 1931 la poli' tica nacionalista de hacerse fuerte en el Chaco. El ataque paraguayo a la laguna de Chuquisaca (mayo, 1932), donde el mayor boliviano Moscoso había concentrado sus fuerzas en un depósito de agua, fue explotado inteligentemente por Salamanca para producir el sentimiento nacionalista de Patria ofendida, versión oficial aceptada por todo el país. Después del ataque paraguayo, Salamanca ordenó represalias contra distintos fortines paraguayos. Estos fortines cambiaron de mano con mucha frecuencia, y por su proximidad tenían que llevar tarde o temprano a un grave incidente. La declaración de guerra de agosto de 1932 produjo el sentimiento patriótico y el paroxismo de las guerras totales {27). Una de las primeras medidas del' Gobierno fue el exilio de los intelectuales de izquierda o su traslado a las primeras líneas de combate.
Los fracasos iniciales de las armas bolivianas, así como la enemistad de Salamanca con los militares produjo la dimisión de éste y la traída del prestigie so militar alemán Kundt. Los bolivianos estaban convencidos de su superioridad: tres millones frente a millón y medio; un Ejército educado por mercenarios alemanes frente a un Ejército sudamericano, etc. Sin embargo, después de tres años de desastres, Bolivia fue derrotada. Las causas de esta derrota fueron muchas y complicadas, pero una de las más importantes fue el factor geográfico (28), en especial las grandes distancias y la falta de comunicaciones, así como las diferencias climatológicas, que impidieron la adaptación del indio del altiplano al desierto del Chaco. Del lado paraguayo hay que considerar la estabilidad y relativo buen gobierno del Presidente Ayala, así como la superioridad técnica militar de Estigarribia, militar de escuela francesa, frente a! alemán Kundt. La sustitución de éste en la dirección de la guerra por Peñaranda y Toro en 1933 no mejoró la crítica situación de los bolivianos.
Paraguay, convencido de su superioridad, no se limitó a sus primeras pretensiones fronterizas, sino que quiso aprovecharse de su ventaja militar y tomó ciertas zonas petrolíferas de la frontera (Tarija, Santa Cruz, Chuquisaca). El 14 de julio de 1935 se firmó la paz, que llevó a Bolivia a la ruina, tanto por la pérdida de vidas humanas (50.000) como por la de tierras (50.000 kilómetros cuadrados).
Los motivos económicos fueron la razón fundamenta! que impulsó a estos dos países a la guerra. A Bolivia, el Chaco Boreal le bloqueaba la salida al mar por el río Paraguay, y por su parte, el Paraguay defendió en la guerra sus intereses y los de sus aliados al oeste del río Paraguay: Puerto Cooper {inglés), Puerto Pinasso (U. S. A.), Puerto Casaso (Argentina), etc.
La guerra del Chaco es el conflicto moderno que peor información recibió en la Prensa mundial, la cual, a través de toda la campaña, negó que hubiese intereses económicos en la contienda (29), pero está fuera de duda que el motivo principal de la guerra del Chaco fue la discordia por la posesión de los pozos petrolíferos del Norte de Bolivia y del Sudeste del Chaco entre la Standard Oil Company, de Nueva Jersey, firma que apoyó a Bolivia en la guerra, y la Royal Dutch Shell, Compañía anglo-argentina, que favoreció' a Paraguay.
El petróleo se descubrió en Bolivia en 1880, y el fallo de los sondeos y explotación determinó que Saavedra (i92i-i925) favoreciese la concesión de yacimientos petrolíferos a Estados Unidos (30), como única forma de acelerar el progreso económico del país. La explotación del petróleo data de i922, y en 1925, i926 y 1927 la Standard lo produje y exportó a Argentina, incluso durante la guerra, sin declararlo al Gobierno boliviano, mientras que Bolivia tuvo que comprar petróleo a Perú y Venezuela. Estas irregularidades terminaron con la incautación de las propiedades de la Standard durante el gobierno de Toro (1932). Esta acción nacionalista fue muy bien acogida por todo el pueblo boliviano, el cual vio en esta medida, es decir el control de las riquezas nacionales bolivianas por los bolivianos, el primer paso hacia la creación de un concepto de ¡o boliviano
La intervención del capitalismo internacional en la guerra del Chaco por los beneficios obtenidos de la riqueza del subsuelo, así como por las ganancias derivadas de la venta de armas (31), estimularon la xenofobia, y provocaron resentimiento y frustración contra unos Gobiernos que por tres años habían usado los recursos y las energías de dos países para sus experimentos bélicos y capitalistas. Este sentimiento dio origen a un fermento nacionalista basado en una perspectiva histórica más realista sobre las posibilidades y obstáculos que, tanto interna como externamente, se le presentaban a la nación boliviana. El sentimiento nacionalista, nacido de la guerra, se refugió en las energías internas del país para combatir la ambición expansiva y económica de los vecinos y sus aliados.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DEL CHACO

La caída de la moneda boliviana durante la guerra del Chaco hizo que el obrero extranjero (peruano, chileno, etc.), que venía a trabajar en las minas, tuviese que ser sustituido por el indio, hecho que produjo una crisis en la agricultura debido a la escasez de mano indígena en el campo. El minero se convirtió en productor que ayudaba al país y al Estado, transformándose a la vez en una fuerza política importante, a la cual trataron de controlar los partidos de izquierda. La prosperidad del minero —consumidor del economato del dueño de la mina donde trabaja— trajo el Sindicato (del cual carecía el obrero extranjero) y la consecuente y embrionaria conciencia política del indio. Otra consecuencia económica de la guerra fue que la ausencia de mano de obra masculina determinó la aparición de un nuevo elemento de producción: la mujer, la cual, terminada la contienda, empezó a desempeñar cierto papel en la sociedad boliviana.
Respecto a los efectos sociales producidos por la guerra es evidente que los prejuicios de casta continuaron en el frente, y después de la guerra no hubo cambio básico en la posición social del indio (32). El contacto accidental del indio durante la guerra con grupos de diferente extracción social, habla y psicología, dejó cierta huella en la mente del indio; impresión que habría de ser aprovechada por los futuros movimientos nacionalistas.
Al ex combatiente indio le fue difícil readaptarse al rígido sistema agrícola-social en el que había operado, motivo que le impulsó hacia la ciudad, lo cual constituye un factor básico desde el punto de vista de la nacionalidad, ya que determine} el comienzo de una movilidad de cierto sector indio que buscaba la rápida emancipación socio-económica en la urbe, sitio donde la politización es también fácil.
La frustración, el desengaño y el deseo de crear una nueva Bolivia llevó a la joven oficialidad de la guerra, pequeña burguesía y minoría intelectual a formar un frente contra los viejos oficiales responsables de la derrota del Chaco, así como a la revalorización de las ideas e instituciones que habían resultado inoperantes durante la crisis de la guerra, la cual unió de una forma vaga e idealista a estos grupos bajo las doctrinas socialistas e izquierdistas — iniciadas en la preguerra por Tnstán Marof {33)— en una aspiración nacionalista, que habría de culminar con la revolución de 1952.

EL M.N.R. Y LA REVOLUCIÓN DE 1952

Las consecuencias y efectos traumáticos que la guerra del Chaco (1932-1935) y la revolución de 2952 tuvieron en la sociedad boliviana, y especialmente en el despertar de una conciencia nacional, requieren un análisis de las causas internas y externas que ocasionaron este conflicto, así como de los consecuentes sucesos que condujeron a las medidas nacionalistas de 1952.
Los primeros desilusionados con la derrota del Chaco fueron, naturalmente, los militares, quienes para recobrar su perdido prestigio, y para restaurar el honor nacional, formaron logias y partidos durante la guerra y después de ésta. Este fue el origen de la RADEPA (Razón de Patria), grupo fundado en 1934, y que iba a jugar un importante papel en posteriores desarrollos políticos. En la izquierda, los partidos más influyentes en el proceso reivindicacioncita de posguerra fueron el Partido Socialista Independiente, fundado en 1938, fecha en la que también se organizó el Partido Obrero Revolucionario, grupo trotskista, que tuvo una respuesta favorable en los movimientos laborales, y por último, el Partido de la Izquierda Revolucionario, de inclinación marxista, fue fundado en 1940 por José Antonio Arze y Ricardo Anaya. El objetivo de estos partidos consistió en la educación político-social de las minorías proletarias, especialmente los mineros, que tan decisivo papel iban a desempeñar en la revolución de 1952.
El socialismo militarista de Toro y Busch (193.6'1939) representó, a pesar de sus contradicciones, una fase progresiva en la orientación nacionalista emprendida en el país, como lo prueban las medidas tomadas bajo ambos Gobiernos: expropiación de riquezas minerales y petrolíferas, sindicalización obrera, etc. Toro legó en 1938 una Constitución que abolió la de 1880, y por la Concordancia de i939 se suprimió el sistema tradicional de alternancia de partidos —liberal y conservador—, intentándose una coalición de todos los partidos y grupos ideológicos. El único partido bajo ataque fue la Falange Socialista Boliviana, fundada, según el modelo español de José Antonio Primo de Rivera, por el español radicado en Chile Carlos Puente en 1937. En las elecciones de 1956 obtuvo el segundo puesto, y en i959, a la muerte de su jefe, Unzaga de la Vega, se denominó Demócrata-cristiano. Como portavoz del grupo oligárquico, este partido no ejerce ningún tipo de función nacionalista.
La RADEPA unió al Movimiento Nacionalista Revolucionario (M. N. R.) y al Ejército en 1943, bajo Villarroel, contra el reaccionario y oligárquico gobierno de Peñaranda. Con la muerte de Villarroel, uno de los más grandes reformadores nacionalistas, terminó el compromiso entre la RADEPA y el M. N. R. La política del Gobierno bajo los Presidentes Hertzog y Urrilagoitía (i946'i95i) se caracterizó por la defensa de los intereses del Súper estado y las crisis socio-económicas, que culminaron en las masacres de mineros en Potosí {1947), Catavi y Siglo XX (i949). A todo esto vino a unirse la crucial situación económica de i95o, que llevó a una huelga general y a la convocatoria de elecciones, que dieron el triunfo en 1951 al M.N.R.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (34) fue el instrumento político de los mineros, los campesinos, el proletariado y la pequeña burguesía, y llegó al Poder con la ayuda de los intelectuales y los militares. Se alzó como el único partido que pudo ofrecer una solución práctica a la derrota del Chaco, crisis que unió los sentimientos nacionalistas de los ex combatientes, llevándoles a suscribir un documento de afirmación nacionalista en mayo de 1942, el cual constituye el acta fundacional del M. N. R. Este escrito obligaba a los firmantes a «promover un movimiento patriótico de orientación socialista, dirigido a defender, a afirmar la nacionalidad boliviana {35). Paz Estenssoro, artífice del Movimiento, y posteriormente de la revolución de 1952, mostró más interés por los grupos de la izquierda (P.O.R., P.I.R. etcétera), los cuales se vieron forzados a apoyarle, que por los de la derecha, contra cuyos métodos violentos, como en el caso de la Falange, tuvo que aplicar severas medidas represivas.
La revolución de 1952, una de las más breves y menos sangrientas, por haber contado con el único partido (M. N. R.) que podía ofrecer una salida a la crisis de 1950 fue hecha por líderes burgueses o de la clase media y defendió ideales burgueses —no democráticos—. Las reformas revolucionarias fueron impuestas por las organizaciones mineras y campesinas {36) y la prueba evidente de! carácter moderado de la revolución es el hecho de haber aparecido diferencias entre el ala derecha e izquierda del M. N. R. sobre el papel de la fuerza proletaria en el Gobierno, dificultades que llevaron al conflicto ideológico entre las facciones conservadora y eminentemente revolucionaria, diferencia que el tiempo aumentó conduciendo a la radicalización del proletariado minero, así como al exilio de los jefes sindicales y a la persecución de los mismos mineros.
Los objetivos de la revolución se centraron en la incorporación del indio a la vida nacional mediante la redistribución de tierras (37); la concesión del derecho al voto que incluyó al analfabeto; la nacionalización de las minas, medida inevitable e iniciada en la década de los cuarenta por el M. N. R.; la educación, que llevaría a la transformación e integración cultural de distintos grupos humanos a una colectividad nacional, y la diversificación económica en la agricultura, sistema que crearía más posibilidades de trabajo reduciendo parcialmente la dependencia del monopolismo extractivo mineral. Esta teoría, conforme avanzó la revolución, demostró ser equivocada, ya que la diversificación reduce las posibilidades de la industrialización intensa, único sistema para Bolivia de lograr la autonomía económica {38), obligado camino para alcanzar la independencia sociopolítica y la soberanía completa.
Las reformas agraria y minera fueron los lógicos e inmediatos logros en la labor nacionalizadora de la revolución.

LA NACIONALIZACIÓN ECONÓMICA

Bolivia es un país rico —para los ricos, claro— en su suelo y subsuelo, pero una serie de causas históricas, políticas y sociales, algunas de las cuales hemos expuesto anteriormente, se opusieron a una explotación racional de los bienes de Bolivia en beneficio de sus habitantes. El latifundismo, el abandono de la agricultura, desde principios de siglo, por la riqueza minera, la carencia de un plan de colonización y diversificación, fueron las causas principales de la crisis agrícola boliviana hasta 1952.
El indígena del campo —o campesino desde 1953— es auto consumidor y se agrupa en comunidades para subsistir. Con el clan y la tierra está unido por fuertes lazos tradicionales y espirituales, factores que fueron un obstáculo para el trasplante de la masa campesina a otros centros de producción. Esta resistencia del indio a ampliar su horizonte físico-mental retardó el proceso de integración en la comunidad boliviana de su más importante componente humano.
El latifundismo moderno boliviano se inició con la política del Presidente Melgarejo {1864-1871) el cual dio a sus amigos y favoritos del Ejército las comunidades indígenas y fue a los descendientes de éstos a quienes la Reforma agraria tuvo que desposeer en 1953 de las tierras para distribuírselas a los indios.
En el valle, donde predominó el sistema minifundista, la Reforma tuvo menos sentido respecto a la división, pero en el altiplano fue muy efectiva y estimuló al indio a la emigración pues sabía que a su vuelta tenía asegurada una parcela de terreno. La diversificación, política-económica basada en el movimiento hacia las tierras bajas y yungas, concebida siempre como medio hacia la industrialización, creará más posibilidades de trabajo y dotara de más uniformidad a la distribución demográfica estableciendo un equilibrio entre la gran densidad de la zona interandina y el bajo nivel de concentración humana de los llanos orientales. Aunque los objetivos de esta diversificación no hayan sido alcanzados es indudable que imprimieron cierta dina mica al carácter inmovilista del indio y ayudaron a ampliar su horizonte físico-mental.
Las consecuencias sociales de la Reforma agraria, especialmente el fin del sistema latifundista, superaron a las económicas (39), y aunque la incorporación del indio a la colectividad boliviana no fue --no puede ser-- inmediata, el progreso en esta dirección es evidente.
Desde el punto de vista nacionalista es fundamental consideras el papel que la extracción mineral tuvo — -y sigue teniendo— en el futuro de Bolivia ya que constituye el instrumento de emancipación social más poderoso con que cuenta el país, siendo á la vez el más peligroso factor antinacionalista en cuanto que la producción minera representa el simple objetivo económico de la oligarquía nacional y el capitalismo internacional.
Desde principios del siglo XX el estaño sustituyó a la plata debido a la gran demanda que este metal tuvo en el mercado internacional. La década entre 1920 y 1930 se caracterizó por las grandes inversiones norteamericanas en las minas, intervención que el Gobierno permitió' para hacer frente a los empréstitos. La producción máxima de estaño se alcanzó en 1929, pero el Gobierno obtuvo pocos beneficios ya que el impuesto de exportación era mínimo. En la segunda guerra mundial el pool de Patiño —establecido a raíz de la primera guerra mundial— desapareció y Bolivia dependió casi exclusiva' mente de los Estados Unidos, potencia que debido al control por el Japón de los yacimientos orientales, se convirtió en el mejor cliente de Bolivia, dependencia que supuso una demora para Bolivia en la búsqueda de su identidad como nación.
La nacionalización de las minas fue una necesidad política que económica' mente no compensó, pero el Gobierno de la revolución tuvo que poner fin a la huida del capital fuera de Bolivia, así como al control por extranjeros o extranjerizantes de las riquezas nacionales. La explotación capitalista del estaño produjo el proletariado minero el cual estaba compuesto de campesinos que habían roto con el sistema feudal en que habían venido operando. Este grupo está muy politizado y cuenta con líderes que lo han convertido en la fuerza socialmente más consciente, vanguardia de futuros movimientos nacionalistas.
Las nacionalizadas minas y sus Sindicatos constituyeron la fuerza política y material (70.000 fusiles fueron distribuidos a los mineros en 1952) que desde la revolución han rivalizado con el Gobierno y los militares en la dirección de los destinos de Bolivia. Las pérdidas de las minas, a pesar de los grandes préstamos internacionales, fueron constantes, a excepción de 1965, debido a las huelgas, el coste mundial del estaño y las rivalidades políticas dentro de los Sindicatos. El jefe del Sindicato minero, Juan Lechín, vice' presidente de Paz Estenssoro de i96o a 1964, fundó en este año el Partido Revolucionario de la Izquierda Nacional (P. R. I. N.). Políticamente defendió la teoría del sistema dual de poder, donde junto al control central u oficial convive la clase proletaria que ayudó a que éste fuese instaurado. Esta descentralización, añadida a la rivalidad caudillista, minó los fundamentos del Movimiento, y los Sindicatos mineros, después de perder a sus jefes, se vieron desposeídos de su fuerza política y material.

DE LA REVOLUCIÓN A LA CONTRARREVOLUCIÓN

Los Gobiernos de Paz Estenssoro (1952/1956; 1960/1964) Y Hernán Siles (1956-1960) lograron mantener, por medio del M. N. R., cierto equilibrio entre las distintas tendencias del Movimiento y las instituciones nacionales, pero el progresivo y obligado aumento de la ayuda norteamericana determinó una tendencia derechista en el Gobierno que condujo a una política represiva hacia la izquierda cuyas actividades junto a la crisis del estaño y el fallo del plan de estabilización iniciado en 1956 condujeron en 1964 al fin de la revolución.
Para contrarrestar el poder del Sindicato minero de Juan Lechín, así como la oposición del grupo ultraconservador de la Falange Socialista Boliviana, Paz Estenssoro buscó apoyo en el Ejército, especialmente en el general Barrientos, antiguo partidario del M.N.R. en 1949 y vicepresidente del Gobierno en 1964. Estenssoro careció del carácter personalista-caudillista (narcisismo individualista) que parece ser atributo obligado del líder sudamericano, y que poseían sus rivales Barrientos y Lechín. Este último fue expulsado del Movimiento por haberse opuesto a que Paz se sucediera a sí mismo en 1904, y Barrientos, una vez rota la armonía entre las distintas facciones del M. N. R.t representó el único grupo organizado que tradicionalmente constituyó el solo recurso para la «salvación» del país en época de crisis t el Ejército.
El conflicto interno de intereses dentro del M.N.R., el descontento popular por impuestos y la inhabilidad de Estenssoro para llegar a un compromiso con los militares, obligaron a éste a dimitir, terminando así la revolución por razones, como dice Zavaleta Mercado «que nacen de las contradicciones internas de la revolución y se concretan por la mano de la política norteamericana» (40).
Barrientos, general de formación militar estadounidense, significó el triunfó de la penetración norteamericana para quien el Ejército era garantía de paz interna e inversiones, así como la seguridad de contar con una fuerza que combatiría los peligrosos focos comunistas entre los mineros al igual que cualquier intento de penetración marxista desde otros países sudamericanos (41).
Múltiples y complejos factores se han venido oponiendo a la formación de una conciencia nacional boliviana. En primer lugar, el nacimiento geopolítico de Bolivia, así como su desarrollo histórico, llevaron a este país a un aislamiento y encerramiento, los cuales produjeron un patriotismo exclusivista y defensivo caracterizado por la unión de todos los elementos internos que condujeron a una exageración de la función del espíritu territorial boliviano. A este patriotismo abstracto e idealista se superpusieron, a partir del siglo XX, remedios nacionalistas de origen foráneo, los cuales fallaron en su aplicación práctica por no haber sido concebidos para la realidad social boliviana.
Económicamente, la riqueza boliviana provocó, desde el siglo XVIII a nuestros días, la aparición de una oligarquía nacional que en alianza con el capitalismo internacional ha impedido —y usurpado a veces— la formación -de una clase eminentemente nacionalista con intereses e ideologías al servicio de la mayoría de la población. La soberanía nacional ha de estar fundada en la autonomía económica, la cual sólo puede lograrse mediante una racional explotación de la riqueza interna y una cautelosa política financiera con los Estados Unidos.
La guerra del Chaco y sus efectos despertaron la conciencia nacional boliviana provocando la búsqueda de nuevas alternativas a los males del país. La tendencia nacionalsocialista que siguió al conflicto, y que continuó en forma desigual hasta i95i, trajo importantes reformas nacionalistas, especialmente la fundación en 1941 del M.N.R., movimiento que señaló el establecimiento de los principios en los que Bolivia habría de basarse para su transformación de país en nación.
Los obstáculos con los que tuvo que enfrentarse la revolución de 1952, para lograr la identidad boliviana fueron muchos y difíciles, debido a las viejas y fuertes barreras que por largo tiempo se opusieron a la total integración del indio a la realidad físico-espiritual de la colectividad boliviana. Las reformas de 1953 terminaron virtualmente con la humillante dependencia en que había vivido el indio y le confirieron una nueva dimensión humana. Sin embargo las medidas de tipo legal, como el derecho al voto sin restricción lingüística o económica, fueron difíciles de llevar a la práctica, ya que la carencia de una educación cívica —cuyo abstraccionismo impersonalista es opuesto a la mentalidad india— convirtió al indígena en parte del juego de intereses de los partidos políticos.
El golpe militar de 4 de noviembre de 1964 en el que Barrientos se valió de los campesinos de Cochabamba, no fue, como declararon sus ejecutores, «una revolución dentro de una revolución», sino una verdadera contrarrevolución. Desde el punto de vista nacionalista significó un retroceso respecto a los principios y prácticas de la revolución de 1.952 (42), ya que la política y motivaciones económicas de este régimen en poco ha favorecido al pueblo (43).
En Bolivia el nacionalismo práctico, futurista ha de basarse en la cooperación y compromiso de todas las fuerzas nacionalistas, especialmente el proletariado minero y las facciones ortodoxamente revolucionarias del M.N.R., así como el Ejército, cuya función nacionalista no puede descartarse. El papel de los Estados Unidos en esta restauración nacionalista no puede ser excluido, y el problema consiste en qué medida, una vez eliminada su influencia política, pueda ser encauzada la ayuda económica norteamericana para -que facilite - -y no imposibilite— la nacionalización efectiva de Bolivia.

EPÍLOGO OBLIGADO

La muerte de Barrientos Ortuño en abril de 1969 y las elecciones de 1970 pueden significar la apertura de una nueva fase en el vivir histórico boliviano. Las personalidades militares parecen ser los candidatos con más posibilidades de éxito. El aspirante a la presidencia es el general Alfredo Ovando Candía, jefe de las Fuerzas Armadas que cuenta —como lo hizo Barrientos- — con el apoyo de los campesinos de Cochabamba y el favor de ciertos elementos militares y el Departamento de Estado Norteamericano. El rebelde general Marcos Vázquez Sempértegui, nacionalista que trata de atraerse a sectores de la izquierda, y el actual vicepresidente Luis Adolfo Siles son los más serios rivales de Ovando a la presidencia.
En el caleidoscopio de partidos (ideológicamente falseado como el P. I. R., disueltos como el M. N. R. y en formación como el P. R. B.) se destacan: el Partido de la Revolución Boliviana en el que se agrupan sectores reaccionarios, los cuales ayudaron a llevar a cabo las medidas represivas de Barrientos, el Partido Social .Demócrata bajo el actual vicepresidente Siles, y la Falange Socialista Boliviana, órgano de la oligarquía. El papel que pueda tener el M. N. R. con sus jefes aún en exilio, aunque incierto, no puede ser excluido.
JOSÉ ORTEGA.

Referencias
(26) MARGARET LA FOY trata el aspecto jurídico-económico del conflicto en The Chaco Dispute and the Lengua of Nations, Tesis doctoral de la Universidad de Bryn Mawr, Pensilvania, 1941. Para una clara y breve exposición histórico-geográfica, véase The historical bachground of the Chaco Boreal controversy, de JAC NACHBIN, Nueva York, 1933.
Sobre la guerra del Chaco existen en la Biblioteca del Congreso de Washington I), t" más de doscientos títulos. Doy a continuación los estudios que, a mi juicio, son funda' mentales en los diversos campos. En historia general de Bolivia: Ol.EN K. LKONARP '• Bolivia: Land, People and Institutions, Scarecrow Press, Washington D. C, 195a • HAROLD OSBORNE: Bolivia: A l*and Divided, Royal Institute of International Affairs, London, 1954. The "Emergence of the Republic of Bolivia, University of Florida Press, Gainesville, 1957, de CHARLES W. ARMANE no trata del problema del Chaco, pero sin este valiosísimo estudio es difícil la interpretación de los modernos fenómenos históricos bolivianos. Para la historia militar de la guerra: DAVID TORO : Mi actuación en la campaña del Chaco, La Paz, 1941; The Epic of the Chaco: Marshal Estigarribia's Memoírs of the Chaco War 1932-1935, edición de PABLO MAX INFRAN, The University of Texas Press, Austin, 1950; DAVID H. ZOOK: The conduct of the Chaco War, Bookman Associates, Nueva York, 1960'; ROBERTO QUEREJAZ.LT CALVO: Masama Clay; historia política, diplomática y militar de la Guerra del Chaco, Los Amigos del Libro, La Paz, 1965. Los efectos sociales del conflicto son tratados por MURDO J. MAC LEOD en Bolivia and its social literature befare and after the Chaco War: a historical study of soda land literary revolution, tesis doctoral, Florida, 1962, y por HERBERT S. KLEIN en The impact of the Chaco War on Bolivian society, tesis doctoral, Chicago, 1963. De esta última tesis ha salido un libro en español publicado por Editorial Juventud, La Paz, 1968, bajo el título Orígenes de la Revolución Nacional Boliviana.
(27) «... la ardiente propaganda nacionalista y los monopolios extranjeros supieron muy bien aprovechar conduciendo la opinión pública por los peligrosos caminos de un ciego y exaltado chauvinismo, factor éste de suma importancia en la iniciación de la guerra del Chaco», EDGAR AVILA EcHAZU: Revolución y cultura, Tarija, 1963, pág. 18.
(28) «The topographical handicap of the Chaco halted the Spanish conquest and it will halt any other armed invasión, even if it has no arme dally against the ínvader's». Declaraciones del ministro boliviano de Asuntos Exteriores al New York 7V mes, 28 de diciembre de 1932.
(29) El corresponsal de Le Temps escribía el 1 de septiembre de 1932 que «Le saus-sol est mal connu, mais il ne semble pas contenir de petrole», y su colega del N&w York Times informa desde Argentina en abril de 1933 que «Unlike European wars, no vast business interests are involved. The Chaco War hides no wealth on natural resources to tempt foreign concession hunters», e incluso en 1935 el Time (24 de junio) continúa negando las razones económicas de la guerra t «The Grana Chaco War was wholly a people's war, begun by a rousing pair oí national infenonty complexes. The fantastic theory o£ most Latín Americans was and is that the United States was behind Bolivia; Great Britain behind Paraguay. To complícate this nonsense, Englishmen, and Germans rallied to the Bolivian cause, Frenchmen and white Russians to the Paraguayan cause.»
(30) «A Saavedra le tocó asistir al ingreso de Bolivia en la órbita de la influencia yanqui», AUGUSTO CÉSPEDES: "El dictador suicida, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1956, pág» 77.
(31) Los mismos países que explotaron las riquezas de Bolivia obtuvieron pingües beneficios mediante la venta de armas sin las cuales no se habría podido llevar a cabo esta guerra. La Comisión del Consejo de la Liga de Naciones (capítulo g, 10 de mayo de 1934) declaró que: «The arms and material of every kind are not manufactured locally, but are supplied to the belligerent by American and English countries». Un préstamo de la Vickers-Armstrong, de Inglaterra, permitió a Bolivia la compra de nueve millones de dólares de material bélico y el Manchester Guardian (mayo de 1934) detalla los pedidos servidos por Inglaterra a Bolivia y Paraguay.
(32) Esta es la teoría de HERBERT S. KLEIN: «Ñor was his presence (la del indio) in the Army even amelioreting change in his own socioeconomic status. As all veterans have reported, the Gaste system was rigidly maintained in the Bolivian army... when the war was over they (los indios) were reintegrated into the Oíd Older with relative ease, as the war has brought them nothing but even a more dangerous form of slavery that they had ever known before...», The tmpact of the Chaco War on Bolivuí society, tesis doctoral, Chicago, 1963, págs. 263, 264. Aunque la guerra no produjo cambios inmediatos en ía situación del indio como dice KLEIN, significó, según RICHARD PATCH, la ruptura con los valores e instituciones tradicionales de la preguerra: «The suelden phisical equality of the combatants of all classes, the reserved dependencies, the new knowledge of opportunities, all operated to bréale or weaken those barners upon whích the formes system depend», «Social Irnplícations o£ the Bolivian Agrarian Reform», tesis doctoral de la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York, 1956, Pa " gina 258. De esta última opinión no participa uno de los forjadores ds la bolivíanídad, PAZ ESTENSSORO, el cual cree que la guerra del Chaco, «fue un incidente desafortunado al margen de la corriente de los acontecimientos que conducían a la revolución, y que tuvo un efecto poco duradero sobre los indios que participan en ella». Declaración, de PAZ ESTENSSORO a RICHARD PATCH en entrevista recogida por Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, París, septiembre 1962, pág. 16.
(33) En su obra La justicia del inca, La Edición Latino Americana, Librería Faik Fils, Bruselas, 1926, se encuentra uno de los más famosos slogans socialistas de su tiempo: «Tierras al pueblo, minas al Estado», pág. 223.
(34) El M. N. R. se originó dentro del Partido Socialista Independiente (PAZ ES' TKNSSORO, AUGUSTO CÉSPEDES, WALTER GUEVARA ARZB, etc.). Su artífice fue PAZ ESTENSSORO, profesor de Economía, y fue fundado en 1941 en honor del Decreto de Busch (1939) por el cual se controlaba la exportación de minerales. La revolución de 1943 Hevó al M. N. R. al Poder y las elecciones de 1951 dieron el triunfo a PAZ y HERNÁN SILES, pero no la mayoría constitucional.
(35) CARLOS MONTENEGRO: Nacionalismo y coloniaje, Ediciones Pleamar, Buenos Aires, 1967, pág. 14.
(36) «The major accomplishment has been social ' the integration of the majority o£ the population speaking indigenous languages ¿nto the social and political life of the nation. This resulted more from the self-assertion of that mass than frotn the actions o£ the revolutionary governtnent», RICHARD W. PATCH: «Bolivia: The Restrained Revolutíon», The Annals of the American Academy of Political and Social Science (marzo de 19Ó1), pág. 123, Y en semejantes términos se expresa RüNÉ ZAVALETA MERCADO, refiriéndose a la revolución de 1952: «No es, por eso, aunque cumple las tareas que en Europa fueron de la burguesía, una revolución democrático-burguesa. En su proceso, la clase dirigente de las transformaciones no es, en cuanto clase, la burguesía o la pequeña burguesía, sino el proletariado minero...», dnsurgencia y derrocamiento de la revolución boliviana», Casa de las Américas, Habana, 1967, septiembre-octubre,' página 135.
(37) La reforma agraria, según R. PATCH, fue llevada a cabo por los indios mucho antes de 1953 y las medidas que el Gobierno tomó ese año sólo legalizaron y pusieron en vigor lo hecho previamente por los indígenas. «The MNR had plans for an eventual agrarian, but no planned reform could have been as sweeping as the one initiated by the Indians themselves and only formalized by the government decree law of August 2, '953 • The Indian organizaron which forced the reform upon the goverment had begun in the Indian Villages of the upper Cochabamba valleys in the mid-rg3o's>!, «Bolivia: the Restrained...», pág. 128.
(38) RKNÉ ZAVALETA MERCADO: «Insurgencia...», págs. 140-142.
(39) «The profoundly revolutionary aspect of the reform Was social in nature and dwarfed the far reaching economics effects of the land distribution», R. PATCH: «SO.- cial...», pág. 253.
(40) ZAVALETA MERCADO: «Insurgencia...», pág. 138.
(41) La intervención económico-política de EE. UU. se extendió al plano militar y político en forma de técnicos y agentes del C. I. C. A. a causa de las operaciones de las guerrillas, formadas por revolucionarios de diversos países sudamericanos que venían operando en suelo boliviano con ayuda de los nativos desde 1964. Las actividades de los comunistas extranjeros (Guevara, Debray, etc.) en Bolivia, especialmente entre 1966 y 1968, dañaron —separadamente de la inspiración mítica producida por la vida y muerte de Guevara entre los movimientos juveniles de nuestro tiempo— la causa nacionalista boliviana por haber ignorado la antigua lección sudamericana de que las soluciones a los problemas de una República han de ser concebidas y llevadas a la práctica por los habitantes de ese país en el momento y circunstancias favorables.
(42) Refiriéndose al nacionalismo de PAZ ESTENSSORO y JUAN LECHÍN los autores ARTHUR P. WHITAKER y DAVID C. J0RD1ÁN opinan que, «It represents the rrlost complete form bf fusión of nationalism with social revolution», Nationálism in Contempo' rary Latín America, The Free Press, Nueva York, 1966, pág. 66
(43) El antinacionalismo del Gobierno Barrientos-Ovando se ejemplifica internamente en la serie de intervenciones armadas del Ejército y los diversos órganos de represión (Policía Minera, Dirección Nacional de Investigación Criminal, Policía Militar, etc.), que culminaron en las masacres de los centros mineros en mayo, septiembre de 1965 y 196/• Los bajos salarios y la eliminación de beneficios sociales, especialmente llevados a cabo por la corporación estatal minera o COMIBOL originaron fuertes protestas en ambas cámaras, así como en los círculos universitarios y eclesiásticos. El retrogradísimo nacionalista se tradujo en política económica exterior, en nuevas concesiones al capitalismo yanqui: enajenación de minas a la Philips Brother Corporation, negociado de gas a lar Gulf Oil Co., contrato con la firma Jones Associated para construcción de carreteras,- etcétera.

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