Por: Guillermo Mejillones Quispe - Parte de su tesis de investigación para
optar el título de Licenciatura en Historia. UMSA. La Paz (Bolivia),
marzo de 2017. // Foto: Prisioneros bolivianos en Paraguay 1934.
El Servicio Secreto del Estado Mayor boliviano, había tenido algunos indicios
serios en sus archivos sobre el apoyo de algunos bolivianos que comulgaron
peligrosamente el proyecto separatista de Santa Cruz. Eran civiles como
militares de reparticiones del Estado e individuos bien identificados de la
población civil. Pero, no se le toma la debida atención, hasta que se agudizo
el problema con los prisioneros que llegaban de Paraguay a Santa Cruz.
El Comando Superior resolvió trasladar a la Sección II del Estado Mayor General
al departamento Santa Cruz de la Sierra, a cargo del Coronel Víctor F. Serrano.
Los componentes del Estado manejaron el tema con la debida reserva. El
diplomático boliviano Carlos Calvo al respecto afirmaba: “realizar dentro de
nuestro país una política de sagacidad y discreción para combatir el
separatismo”. Se había conformado una red de espionaje y contraespionaje a fin
de identificar y neutralizar a los principales impulsores del proyecto
divisionista al interior y exterior de la República. Los consulados y
legaciones bolivianas en el exterior aportaron de manera significativa con
información respecto al tema, esto permitió proveer las intenciones que se
estaban proyectando desde fuera del país. Se podría decir que sin la
contribución del Ministerio de Relaciones Exteriores más sus dependencias en
los demás países no se hubiesen contenido el separatismo.
La Sección II-A del Estado Mayor Auxiliar en un informe reservado del 11 de
julio de 1935, entre su línea desarrollaba lo siguiente: “hay que considerar
que las tendencias separatistas en el Oriente, se han estimulado en una forma
que constituye un serio peligro próximo o lejano para la nacionalidad. La
abundante literatura costeada con dinero paraguayo y los trabajos de persuasión
que se han hecho entre los prisioneros cruceños y benianos que conoce el
Comando Superior y esta repartición, autorizan a creer que no está lejano el
día en que tendremos que encarar una situación quizás más grave que la guerra
que estamos tratando de finiquitar. Es por eso que vengo insistiendo en la
necesidad de crear un organismo capaz de prevenir y reprimir todas las
tendencias disolventes que amenazan a la República”. Luego se reforzaría ese
equipo de militares y civiles destinados al contra separatismo.
Se había elevado una lista al Comando Superior para que se tomen las medidas
urgentes entre la administración del Oriente. Se inició con el cambio de
autoridades de la población de Puerto Suárez. La medida tomada por el Comando
Superior fue cambiar algunas autoridades de inmediato, de igual manera se
procedería con autoridades civiles, consideradas peligrosas para la estabilidad
regional. Pero, no fue suficiente, ya que, desde el exterior se estaba minando
la idea separatista tras las fronteras y se sumarian más personas el proyecto
divisionista con la llegada de prisioneros a Santa Cruz y migrantes de otros
sectores.
El 24 de octubre de 1934, la Sección II., del CICE de manera firme con todo su
personal expresaba su manifiesto así:
“Una de las más intensas campañas, y de las más absurdas que perversa ha sido
aquella que quiso explotar un pretendido ‘SEPARATISMO O AUTONOMISMO’ cruceño.
El ‘JEFE’ de esa empresa un ex-cónsul del Paraguay en La Paz, el actual
diputado quien se asoció con Justo P. Benítez, que en cierto momento soñó con
la separación de Santa Cruz de la Sierra. Hace algún tiempo que el Paraguay no
habla del SEPARATISMO CRUCEÑO tampoco se ha festejado este año el 24 de
septiembre en Asunción, como ocurrió el año anterior. Lo que ha ocurrido en
realidad es que las prisiones cruceños han hecho oír su protesta a los
simuladores paraguayos, que valiéndose de su situación de cautivos indefensos y
tiranizados, quisieron convertirlos en instrumento de una infamia y de una
calumnia. Sabemos que los Velilla y compañía comprendieron inclusive, organizar
un destacamento de cruceños para enviarlos a Carandayty con el propósito de
hacerlos combatir contra nuestros soldados. Ese crimen no se ha consumado por
la enérgica actitud asumida por nuestros compatriotas Cruceños prisioneros en
el Paraguay. Ahora se ha disuelto los concentraciones de cruceños y en lugar de
rodearlos de privilegios se los ha distribuido en centros de saben emplear los
paraguayos son los cautivos de guerra. Fracasado como ha sido su intento
criminal ahora se toman represalias cobardemente por haberles fallado un plan
absurdo como perverso”. (AHM. Caja; CE-C-004. (Exp.) 240. CICE Sec. II.
CICE-17.1934, con fecha 24-10-34 “Comunicado e informativos Bolivia”).
La divergencia en el lado boliviano era muy marcada, al saber que Paraguay en
ayuda con Argentina estaba minando la mente de los prisioneros que se
encuentran en el Paraguay prestos a ser rescatados por su gobierno. Entonces,
se debieron plantear medidas mediatas e inmediatas para frenar el intento
divisionista.
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