DOS ANÉCDOTAS DEL GENERAL RAMÓN GONZÁLEZ, EL “PACHACHA”

 


Un día se lo encontró al general González, héroe de la batalla de San Francisco en la guerra de 1879, leyendo un periódico cabeza abajo. alguien se atrevió a hacerle notar:

-Mi general -le dijo- está usted leyendo el periódico al revés.

El general miró al entrometido y secamente le respondió:

Sepa usted, señor mío, que el que sabe leer, lee de cualquier forma.

LA RAYA

Gran alboroto en los círculos gubernamentales porque un regimiento boliviano había atravesado la frontera del país vecino. Reclamaciones diplomáticas y el barullo de costumbre.

El jefe de estado ordena traer a quien cometió tal violación, y el energúmeno recrimina al general González:

-Pero mi coronel, ¿cómo usted ha podido pasar la raya? -refiriéndose a la frontera.

Y ya el general González, muy arrepentido se disculpa:

-Mi general no era mi intención pasar la raya, pero la verdad es que era de noche y por la oscuridad no se podía ver la raya.

¿QUIÉN ERA RAMON GONZALES?

Ramón González nació en la ciudad de Sucre, Chuquisaca, el 31 de agosto de 1831. En 1946 inicia su carrera militar, escalo grado por grado hasta general de brigada, formando parte del estado mayor de valientes entre los que ocupó un lugar sobresaliente, y ese merecido sobrenombre de Pachacha ha pasado a la historia. El historiador chileno Benjamín Vicuña Makena, en su libro: “Historia de la Campaña de Tacna y Arica”, al referirse a la batalla del Campo de la Alianza, dice: "El batallón cochabambino que llevaba el nombre de un benefactor público en la hambruna de 1804, comandábalo el bravo coronel Ramón González, que no desdeñaba su nombre de Pachacha, porque esto quiere decir dos hombres y tal éralo él”...

Resumamos lo que uno de sus biógrafos dice al respecto: “Cuando Chile nos declaró la guerra en 1879, el entonces coronel González se hallaba, como Primer Comandante a la cabeza del batallón “Illimani" 3°. de línea, cuerpo que se formó sobre la base del "Omasuyos” que comandaba también antes, y constituido en su totalidad de los valientes indígenas de la provincia de Omasuyos. Con el batallón “Illimani”, bien organizado y disciplinado por aquél, marchó a la campaña del Pacífico.


Tocóle asistir a la batalla de Dolores o San Francisco, batalla que habría sido un brillante triunfo de las armas aliadas, sin la cobardía y los desaciertos del general en jefe peruano Juan Buendía. En esta acción de armas, el ejército chileno ocupaba las inexpugnables posiciones del cerro llamado de San Francisco; habiéndose comprometido la pelea a las 3.10 de la tarde, González recibió la orden de atacar y tomar el cerro por su falda oriental, cosa que el intrépido jefe ejecutó al pie de la letra; triunfo de los chilenos, ascendió impávido en medio de la metralla y la fusilería más terrible, tomó cañones al enemigo, y, creyendo aquel temerario soldado boliviano se enseñoreaba triunfante, el resto del ejército aliado se desbandó por las órdenes contradictorias de los dirigentes peruanos, que ordenaban la retirada! Vino, como era consiguiente, el desbarajuste, trocando en derrota una victoria segura; pero Ramón González salvó el honor boliviano, y con plena justicia se le ha llamado el "héroe de San Francisco.

Producida la inopinada dispersión de San Francisco, el coronel González reunió el resto de su batallón y fue a incorporarse a Tacna al grueso del ejército aliado, donde fue destinado como comandante del batallón “Viedma”, a cuya cabeza le cupo de nuevo la gloria de batirse heroicamente en la batalla del “Campo de la Alianza". Allí repitió y demostró nuevamente a los chilenos que su valentía era incontrastable.

Cuando en el fragor de la batalla cayó gravemente herido el heroico coronel Camacho, le reemplazó en el comando de la división del ala izquierda; en consecuencia, con los “Colorados" y su batallón, tuvo la gloria de salvar nuevamente la honra del Ejército de Bolivia.


Fuentes:

Díaz A. Julio "Los Generales de Bolivia (Rasgos Biográficos)" La Paz, 1929

Paredes C. Antonio “Anécdotas Bolivianas” Ediciones Islas La Paz, 1975

DESTROYERS Y SU INFLUENCIA EN LA CREACIÓN DE ORIENTE PETROLERO

Oriente Petrolero, sub-campeón 1963 (Créditos: Julio Mamani) 

 

El año 1948 es muy importante dentro del deporte local, por qué se funda Destroyers. El club matriz del fútbol cruceño, que me da a mediados del siglo XX, extendió la popularidad de este deporte hacia todos los barrios de la capital oriental. Eduardo Daza, fundador del decano y uno de los primeros guardametas de oriente, quien es una leyenda viviente de nuestro fútbol relata:

“Hace muchos años, “Tarechí” Subirana, jugador e hincha de un equipo de fútbol de barrio que no tenía nombre, salió de la sala de cine del centro de Santa Cruz con la palabra bautismal, amarrada a la punta de la lengua. Acababa de ver una película sobre la Segunda Guerra Mundial y quedó maravillado con un acorazado que entraba en escena, pavoneando sus características de destructor blindado y dueño de cañones de gran calibre. En la proa, el nombre: Destroyers”.

LA INFLUENCIA DE LOS CUCHUQUÍS EN LA CREACIÓN DE ORIENTE PETROLERO

Para entender a Destroyers, hay que entender su contexto social y el de toda la zona noreste de la “aldea” cruceña inicios de los 50.  Esta zona incluía los barrios: El Arenal, Los Pozos, San Francisco, San Andrés, El Tao, Máquina Vieja, Los Tambos Calama, Cosmini e incluso Los Huesos y el Paraíso.

De esas barriadas salieron muchos jugadores y dirigentes. Nos vamos a referir a los que terminarían siendo fundamentales para la creación de Oriente y sus primeros años como equipo de futbol.

ELMER Y ERWIN SAUCEDO PARADA

Elmer Saucedo Parada, el primer presidente de Oriente Petrolero, al igual que su hermano Erwin -dos figuras principales de la historia del club-, vivieron gran parte de su vida en la zona de origen de Destroyers, en el noreste de la pequeña población cruceña de los años 40, 50 y 60. Incluso, la casa del matrimonio Saucedo Chávez, situada en la calle Caballero -justo en la calzada que conecta El Arenal con los Pozos- fue el lugar donde alojaban a los jugadores que venían de otras latitudes o donde se hacían las primeras concentraciones antes de los primeros viajes.

PEDRO VELASCO PAZ

Vecino del arenal y criado en la misma cuadra donde se fundó el “cuchucky, Pedro Velasco Paz es primo hermano de Lorgio y Eduardo Paz, fundadores de Destroyers. Pedro fue fundador de Oriente Petrolero y uno de los primeros trabajadores YPFB en Santa Cruz desempeñándose como auxiliar contable. Su hermana Irma fue madrina de Destroyers en el primer campeonato interbarrios, en 1950.

ÁNGEL RIBERA VACA

Ángel Rivera Vaca nació y vivió toda su vida en la calle Aroma, entre la iglesia San Francisco y el Arenal. Fue secretario de actas de Oriente Petrolero en su fundación el 5 de noviembre de 1955, y también estuvo presente como socio en la fundación de Destroyers, el 14 de septiembre de 1948, frente al arenal.

ARNOLDO JUSTINIANO ARIAS

Una de las figuras indispensables para en la creación de Oriente Petrolero fue Arnoldo Justiniano Arias. Su aporte como impulsor sólo puede ser comparado con el del primer presidente, Elmer Saucedo. En lo deportivo, fue un recio jugador (defensor) y a la vez dirigente. Con el cargo de secretario de deportes del sindicato tuvo la responsabilidad y se impuso la tarea de armar el primer equipo el año 1956. Escuadra impetuosa, que ya lideraba los torneos Inter barrios y los campeonatos internos de trabajadores petroleros del Distrito Santa Cruz.

Su origen y su escuela no podía ser otra que el de Destroyers. Relatos de fundadores indican que Justiniano fue parte del grupo fundador; aunque no consta en el acta disponible. Sin embargo, se puede apreciar en varias fotos de inicios de los 50 que “Rescoldo” como se lo apodaba, era una pieza fundamental en los primeros equipos de Destroyers.

Su derrotero fue el liderazgo sindical y la militancia emenerrista.

LUIS FUENTES FUTCHNER

Luis fuentes Futchner aparece en Oriente Petrolero cuando el club se preparaba para debutar en la primera de ascenso, haciendo honor a sus condiciones técnicas y físicas ya demostradas en el campeonato inter barrios donde se enfrentó al equipo de los Petroleros, representando a su Barrio San Andrés. Fuentes ya había sido parte de los equipos con los que Destroyers inició los inter barrios su talento lo llevó a que otro personaje surgido en Destroyers, “Rescoldo” Justiniano, que era un poco mayor que él, lo convoque insistentemente para que vaya y juegue por el club que se estaba formando, que era justamente Oriente Petrolero.

Y para terminar de convencerlo le ofreció un trabajo de mensajero en YPFB, con lo que pudo dar una excusa a su tío quien era dueño de la tienda Manaco, donde él trabajaba entonces.

EDUARDO DAZA PAZ

Fundador y máximo dirigente de Destroyer. Daza Paz es una leyenda viva de nuestro futbol. Fue parte del primer plantel de Oriente Petrolero, su incorporación se dió a invitación de su compadre Elmer Saucedo en 1956. Al año siguiente, en 1957, mediante la espectacular atajada de un penal en los últimos minutos del último partido por el ascenso, nos lleva a la gloria de subir por primera vez a la primera división desde ese épico momento nunca más nos fuimos de la primera categoría en todos los torneos que hemos disputado desde el año 1958 hasta hoy.

BLADIMIR CHÁVEZ RIVERO

Del semillero cuchucki a jugador del equipo de Oriente que ascendió, y luego, múltiples veces presidente de la institución Albiverde. Bladimir Chávez Rivero es recordado como uno de los mejores presidentes que haya ocupado el cargo en la historia.

Fue secretario general del Sindicato de Trabajadores de YPFB Santa Cruz, logrando grandes beneficios y obras extraordinarias en lo social, cultural y deportivo, no sólo para el gremio, sino para toda la sociedad cruceña, entre los que destacan el colegio Justo Leigue, el Club Polanco y la cooperativa Trapetról, así como proyectos consolidados para el estadio de Oriente que luego de su alejamiento y lamentable desaparición quedaron en el olvido.

MARIO AGUIRRE SAUCEDO

Aguirre Saucedo es uno de nuestros referentes máximos de la primera década, surgido del cuchuquí y con gran afinidad por ser vecino de la Maquina Vieja. Finalmente fue obligado a dejar Destroyers por orden de su padre, Alfredo Aguirre, uno de los primeros fanáticos de Oriente, además de uno de los primeros benefactores.

A instancias de su padre y su tío Elmer Saucedo, tuvo que dejar la escuadra Destroyana para enrolarse en Oriente Petrolero. Luego del ascenso del club decano, en el año 1959, jugaría solo un año en Primera con ellos y en más vistió la camiseta verde desde 1961 a 1966, ganando los títulos de 1961,1962, 1964 y los subtítulos de 1965 y 1966.

AQUINO IBÁÑEZ MONASTERIO

Fundador de destroyers con el cargo de secretario de relaciones. Aquino Ibáñez monasterio fue uno de los benefactores del equipo en la época de al ascenso al ser un empleado importante en YPFB, colaborando con el ingeniero Guillermo Elder en el establecimiento de la canchade la refinería (hoy, Mutual de exjugadores), así como padrino de festejos con las célebres guapillas su padre, Aquino Ibáñez Soruco, ex combatiente y figura política de renombre, fue -en ese periplo- superintendente de la estatal petrolera, en 1958.

 // Tomado de la red.

Mario Aguirre, uno de los mayores referentes del Oriente Petrolero de la primera década. (Créditos: Julio Mamani)


(Parte XVIII) SOBRE LAS BANDERAS E HIMNOS DE SANTA CRUZ Y SU APEGO A BOLIVIA (respuesta de Placido Molina al argentino Enrique de Gandía)

 


En esta oportunidad les traemos la décima octava parte de esta serie.

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Entradas publicadas: 

Parte I - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA  

Parte II - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA Y SUSTENDENCIOSOS POSTULADOS (Parte II)

Parte III - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBREMIGRACIONES Y DISCUSIONES LINGÜÍSTICAS)

Parte IV - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS LIMITES NATURALES ENTRE PERÚ Y PARAGUAY)

Parte V - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VI - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (Sobre la fundación de Santa Cruz de la Sierra)

Parte VII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (LIMITES DE LA GOBERNACION DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VIII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (Sobre el obispado de Santa Cruz)

Parte IX - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA INTENDENCIA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte X - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA EN SANTA CRUZ)

Parte XI - LA  DEMOLEDORA RESPUESTA DEL CRUCEÑO PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA SUPUESTA  ANEXIÓN DE SANTA CRUZ A LA REPUBLICA DE BOLIVIA

Parte XII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO DE SANTA CRUZ

Parte XIII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINOENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INSTRUCCIÓN Y LA  ADMINISTRACION PÚBLICA EN SANTA CRUZ

Parte XIV - LA RESPUESTA DE PLÁCIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE EL AISLAMIENTO DE SANTA CRUZ

Parte XV - PLÁCIDO MOLINA RESPONDE A ENRIQUE DE GANDÍA SOBRE LAS LUCHAS POLITICAS EN SANTA CRUZ

Parte XVI - SOBRE LA GUERRA DEL CHACO Y LA INDEPENDENCIA DE SANTA CRUZ

Parte XVII - LA NUEVA REPUBLICA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA(respuesta de Placido Molina al argentino Enrique de Gandía)

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EL ESCUDO DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA

(Al Capitulo X)

Este capítulo es una reproducción con variantes de forma, de una lectura del folleto < Páginas Históricas. La Guerra de Independencia en Santa Cruz» publicado en 1928, como lo anota el autor de la obra que examinamos. No es extraño, pues, que apenas tengamos que observar que los significativos y hermosos emblemas, otorgados por el Rey; unidos al Pendón de la Gobernación, al rango desús Gobernadores y Capitanes Generales (que los hubo Marqueses y Caballeros de las Reales Ordenes de Santiago, de Calatrava y de Isabel la Católica), al número de exenciones y privilegios, a la composición y elección popular de su Cabildo Municipal, a los títulos de «Muy noble Ciudad» y gran número de Cédulas Reales de agradecimiento de los soberanos por las expediciones, conquistas, fundación de «Fuertes» y pueblos a costa de sus vecinos, llegando a obtener sus autoridades la facultad de conceder las tierras, etc., demuestran la condición distinguida de su gente y la consideración que mereciera en la inmensa monarquía española.

Los papeles coloniales y actas del Cabildo, dan a la Gobernación muy comúnmente el título de «República», demostrativo de los fueros de que gozaba. Algunos dignatarios del Virreinato y de la Audiencia— y aún el Gobernador Viedma— llegaron a dudar de la legitimidad de las exenciones y privilegios que se atribuía la ciudad— que sin embargo eran auténticos y verídicos— y que sin duda influyeron en la formación cívica de ese pueblo que no obstante su aislamiento y mediterraneidad, se presenta al viajero inteligente como digno de estudio y de consideración. Entre esos viajeros, pueden citarse D’Orbigny, Haenke, el Conde de Castelnau, el Príncipe de Braganza, el Barón de Nordenskiold, el ingeniero Grether, y entre los bolivianos a los Dres. Reyes- Cardona, Quijarro, etc.

HIMNOS CRUCEÑOS

(Al Capitulo XI, de la 2a. parte)

En el material de este capítulo, el andador tiene a más de la parte que le ha atribuido el Sr. Gandía, la de coleccionar en «Revista Almanaque do 1918» los himnos del Dr. Leonor Ribera, Emilio Finot, Mario Flores, y los firmados por los seudónimos «Alma Firme», «Un Cruceño» y «Devoto — la de haber formado con los Sres. Dr. Rafael Peña, hijo, y José Benjamín Burela, el Jurado que para el Centenario de 1910 examinó los proyectos de un Himno Cruceño que se proponía oficializar el Ayuntamiento y siendo los presentados los que en la colección figuran con los seudónimos que se indicaron. No aprobados éstos por el Jurado, por observaciones de fondo y forma, ha seguido usándose el del Dr. Ribera, ya consagrado por el aura popular.

El Himno del Dr. Tristón Roca, «profesor, diputado, prefecto» y una de los martirizados en el Paraguay, que también tiene una música adecuada, no es el único en su clase. Hay otro del Dr. Federico de la Peña (distinguido médico), con música de su autor, conmemorativo de la alianza Perú-Boliviana y el «Canto Marcial» de un poeta cruceño, ya casi ignorado, D. Prudencio Vidal de Claudio, com­puesto con motivo de la ocupación de las Islas Chincha por la escuadra española en 1863 y que es una valiente protesta contra esa notable tentativa de reivindicación por España de sus antiguas colonias.

No son los únicos. El autor de estas anotaciones tiene una «Caución Oriental», cantable, y un «Himno a la Bandera Nacional», con música de su esposa Sra. Julia Barbery de Molina, instrumentada por el director de la Banda Republicana de La Paz.

Todos ellos respiran el aire de libertad y altivez, sentimientos característicos del pueblo cruceño, y tienen toques «patrióticos bolivianistas» como ahora se dice, de los cuales vaya la siguiente muestra:

HIMNO A LA BANDERA NACIONAL

CORO

Gloria elevan a los libres blasones,

Viva siempre el pendón tricolor:

Entonemos las nobles canciones

Que celebran justicia y honor.

----  o  ----

La Bandera es la enseña sagrada,

Es el signo de gloria y vigor,

Que, a Bolivia, la patria adorada,

Predestina a grandioso esplendor

----  o  ----

Sus colores— los de Iris del Cielo—

Simbolizan la luz y el poder,

Entusiasman al hijo del suelo

A ir tras ella a luchar y vencer.

CORO

En las nieves, del Ande en la cumbre,

La hemos visto triunfal flamear,

En los llanos de Oriente ser lumbre

Y en las ondas soberbias del Mar

----  o  ----

Los tres Reinos del Orbe, colora

El Rey—Sol en el patrio pendón:

Es la sangre, las minas, la flora;

El derecho, la paz y la unión.

----  o  ----

CORO

Ella evoca las luchas airadas

Por ganarnos la noble igualdad,

Ella cubre las tumbas sagradas

De los manes que dan libertad.

----  o  ----

Ella anuncia justicia futura

Para todo el que acepte la ley:

El trabajo, el deber, la cultura,

El derecho por único rey

CORO

La Bandera es el símbolo bello

Que da al niño el primer ideal,

El patriota la ve cual destello

De su anhelo de vida inmortal

-----  o  ----

Es emblema que ilustra y que sella

La consigna sagrada: ir en pos

De su flama, que glorias destella,

Por testigo ponemos a Dios.

POBLACION, SITUACION Y LIMITES ACTUALES DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA

(Al Capitulo XII)

Los datos estadísticos de este jugoso capítulo, son muy interesantes, dignos de estudio y comparación.

Sobre la extensión, ya sabemos que si nos hemos de referir a los títulos históricos, sus linderos por el Sur serían los de la Cédula de 1743: los ríos Paraguay y Pilcomayo, y por lo tanto colindaría con el Paraguay desde la confluencia de ellos hasta la del Apa. Hacia el Norte son los fijados por los tratados vigentes con el Brasil. Serían inclusos el Beni y el Chaco Boreal más de 800.000 Kmts. cuadrados.

Muy bien anota el Sr. Gandía que «el idioma general de Sta. Cruz y el Beni es el castellano, con algunos giros andaluces, reminiscencias de los antiguos conquistadores”, (pág. 262).

Todo esto confirma lo dicho sobre los elementos raciales, de progreso, de riqueza y extensión de que hemos hablado en capítulos anteriores, y de los que el Sr. Gandía dice por ahí que la «Guía del Oriente Boliviano», (aunque ya es de 1912), es «la mejor Geografía que se ha escrito del Depto. de Santa Cruz», lo cual abona las informaciones que se han sustentado en este modestísimo e improvisado trabajo.

EL “CHUECO” CÉSPEDES Y GERMAN BUSCH

 


Fuente: Crónicas heroicas de una guerra estúpida . De: Augusto Cespedes / Editorial G.U.M.

Al disponernos a partir hacia Tarija, horas 11 de la mañana luminosa, veo cerca de un camión al capitán Germán Bush. Vuelve después de su licencia, a la de las armas en la que se ha revelado tan campeón como en la de los puños.

Le recuerdo, a este propósito, haberle conocido hace 8 años en la aventura nocturna de la cual un fornido amigo mío obtuvo un puñetazo de gran magnitud que le dio Busch y qué pasó exactamente a 3 milímetros de mi oreja derecha.

Busch era entonces un cadete adolescente. Ahora sigue siendo un muchacho, delgado y elástico, lleno de fuerza interior. Su fuerza exterior no me he animado a confirmarla, por falta de un compañero con quien hacer el experimento.

“Vuelvo con la misma fe de antes -dice Busch- y con la misma confianza”.

Percibo a través de sus frases una sencillez infantil y, acerca del peligro y de la muerte, un escepticismo fatalista.

-“Todo es cuestión de suerte”- murmura cerca el ruido del camión que ha de llevarle, nuevamente, al encuentro con su camarada el destino y de su amiga la muerte.

Hace embarcar unos paquetes cuyos destinatarios son sus soldados. Esos paquetes son obsequios de las damas de Cochabamba para ser distribuidos en la línea de fuego. Los llevará personalmente, como nosotros llevamos también unas cajas misteriosas que han traído Pancho Villa y que encierran según él 5000 raciones de chocolate y galletas para los combatientes. Pero no hay que creerle. Desde anoche hemos perdido la confianza en este mago del fuelle.

Se hace más fuerte la vibración de los motores. Ya ha partido Busch. Los cirujanos militares Aramayo, Guzmán Téllez, Alcoreza y Sardón se embarcan en este momento y luego el zumbido creciente de los camiones se ahoga en un camino, bajo el cielo matinal de Villazón, rumbo a Tarija.

13 de febrero de 1933.

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Augusto Céspedes fue enviado a la zona de conflicto por el periódico “El Universal”, como cronista de guerra.

Fotos: Céspedes y Busch (de camisa blanca al centro).


Parte XVII - LA NUEVA REPUBLICA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA (respuesta de Placido Molina al argentino Enrique de Gandía)

 

Desfile en honor a la independencia de Bolivia, Santa Cruz de la Sierra en 1915.

En esta oportunidad les traemos la décima séptima parte de esta serie. La respuesta del cruceño Placido Molina al argentino Enrique de Gandía, sobre sus falacias propagandísticas escritas en su libro “Historia de Santa Cruz de la Sierra. Una nueva República en Sudamérica”.

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Entradas publicadas: 

Parte I - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (PARTE I) 

Parte II - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA Y SUSTENDENCIOSOS POSTULADOS (Parte II)

Parte III - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBREMIGRACIONES Y DISCUSIONES LINGÜÍSTICAS)

Parte IV - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS LIMITES NATURALES ENTRE PERÚ Y PARAGUAY)

Parte V - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VI - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (Sobre la fundación de Santa Cruz de la Sierra)

Parte VII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (LIMITES DE LA GOBERNACION DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VIII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (Sobre el obispado de Santa Cruz)

Parte IX - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA INTENDENCIA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte X - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA EN SANTA CRUZ)

Parte XI - LA  DEMOLEDORA RESPUESTA DEL CRUCEÑO PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA SUPUESTA  ANEXIÓN DE SANTA CRUZA LA REPUBLICA DE BOLIVIA

Parte XII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO DE SANTA CRUZ

Parte XIII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINOENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INSTRUCCIÓN Y LA  ADMINISTRACION PÚBLICA EN SANTA CRUZ

Parte XIV - LA RESPUESTA DE PLÁCIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE EL AISLAMIENTO DE SANTA CRUZ

Parte XV - PLÁCIDO MOLINA RESPONDE A ENRIQUE DE GANDÍA SOBRE LAS LUCHAS POLITICAS EN SANTA CRUZ

Parte XVI - SOBRE LA GUERRA DEL CHACO Y LA INDEPENDENCIA DE SANTA CRUZ

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LA NUEVA REPUBLICA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA

(Al Capitulo IX, de la 2a. parte)

Si hubiera de rectificarse íntegramente este capítulo, demandaría una larga exposición, pues hace resumen de las afirmaciones de varias de las anteriores; pero como ya se han dilucidado casi todas, apenas deberemos referirnos a las novedades.

En efecto, ya vimos documentalmente la falsedad de todas y cada una de las afirmaciones contenidas en los formidables tercero y cuarto acápites (pág. 251 y 252) de este capítulo. Lo de que «Santa Cruz nunca ha sido boliviana», siéndolo aún, es ya algo que sale de lo que normalmente se puede decir de un país que «no es el de Guticolonia, ni el de Trapalanda o Trapisonda».

Si respecto de Bolivia en general, y de Santa Cruz en particular se hubiese de cumplir la fórmula de Poincaré «devolver a cada lo suyo y si esta es la oportunidad en que deba ser aplicada, habría que rehacer el mapa de Sur América, y más de una nación vecina se arrepentiría de que medre tan altruista fórmula. Entonces Santa Cruz que ni en tiempo de la colonia fue «un pueblo esclavizado», y que ha sido y es uno de los más conscientes y libres de Hispano - América, llevaría su departamento por el sur hasta frente de Asunción. Ojalá llegue el día de que esas hermosas doctrinas de Wilson, Poincaré, Lloyd George y Antocoletz, que se invocan, se pongan en práctica. «Otro gallo nos contará», dicen en la tierruca.

Para que haya paz entre Bolivia y el Paraguay no es condición indispensable que Santa Cruz sea independiente, mucho más en la forma que los paraguayos piensan—pretendiendo despojarla de grandes zonas de las antiguas provincias de Chiquitos y Cordillera— pues con ese despojo quedarían limítrofes Bolivia y el Paraguay, a menos que nos devolviesen todo el triángulo hasta el frente de Asunción. Con eso, ya podríamos tratar del plebiscito de que habla el Sr. Gandía.

Estamos conformes con todo lo demás, de que la extensión de Santa Cruz según la historia es como para un gran país, con millones de habitantes y que sus riquezas naturales son mayores que las de varias de las Repúblicas hermanas.

Lo que jamás podemos aceptar y que consideramos un insulto mordaz y gratuito, es eso de que se nos considere «pueblo sometido, anexado, esclavizado». No, señor Gandía, Santa Cruz es un pueblo altivo que jamás soportó tiranías largas y vergonzosas como las de Rosas, Francia, López 1ro. y López 2do. La de Melgarejo, el peor tiranuelo que soportó Bolivia y que en comparación de aquellos fué un bienaventurado, sólo duró seis años y tan no gravitó sobre Santa Cruz, que en su tiempo hubo vez que el Prefecto y un militarejo subalterno, fueron los únicos que no firmaron actas revolucionarias, de modo que vencida en el interior la oposición, no hubo un ciudadano a quien dar los empleos de administración, para la que hubo que traer de otras ciudades. En las elecciones para presidente verificadas en 1870, en el apogeo de su desequilibrado «sexenio>, sólo tuvo en Santa Cruz tan ridícula votación, que la tomó a injuria, puesto que obtuvieron altas cifras los senadores y diputados opositores.

Todo esto demuestra que pocos pueblos en Sur América habrán dado más pruebas de altivez e independencia, y que por lo mismo no necesita de redentores exóticos; pues fiel a sus tradiciones, no se someterá jamás a protectores irrisorios, que pretendieran, en cambio, subalternizarlo y despojarlo. Santa Cruz aspira a ser en la comunidad boliviana, de la que forma parte consciente, libre y decidida, no la capital— como dijo el diputado Saucedo Sevilla en un arranque vivaz digno de su raza;— pero sí, el pueblo más libre, y más capacitado intelectual y económicamente, pues para serlo tiene sus brillantes antecedentes históricos, su unidad racial caucásica, la comunidad de idioma, y la extensión, fertilidad y riqueza de sus productos minerales y vegetales, que le prometen un magnífico porvenir. La sencillez bondadosa y hospitalaria de sus gentes, arraiga al inmigrante europeo que encuentra en Santa Cruz una segunda patria.

Suponiendo que en esto haya alguna fantasía, la creen realidad los crúcenos, y tal creencia los hace esperar un futuro de prosperidad, de modo que, si ahora son «pobres, pero libres y honrados»; mañana serán ricos de añadidura y podrán brindar la amplitud y la exuberancia de sus tierras a los millones de hombres que la llevarán ciencia, capitales y brazos, que es lo único que se necesita para que el Oriente de Bolivia sea una de las regiones más hermosas y acogedoras de la Tierra.

(Parte XVI) EL CRUCEÑO PLÁCIDO MOLINA RESPONDE A ENRIQUE DE GANDÍA SOBRE LA GUERRA DEL CHACO Y LA INDEPENDENCIA DE SANTA CRUZ

 

Santa Cruz de la Sierra, Bolivia (Foto: Facebook Guillermo Pizarro)

En esta oportunidad les traemos la dieciseisava parte. 

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Entradas publicadas: 

Parte I - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (PARTE I) 

Parte II - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA Y SUSTENDENCIOSOS POSTULADOS (Parte II)

Parte III - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBREMIGRACIONES Y DISCUSIONES LINGÜÍSTICAS)

Parte IV - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS LIMITES NATURALES ENTRE PERÚ Y PARAGUAY)

Parte V - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VI - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (Sobre la fundación de Santa Cruz de la Sierra)

Parte VII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (LIMITES DE LA GOBERNACION DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VIII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (Sobre el obispado de Santa Cruz)

Parte IX - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA INTENDENCIA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte X - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA EN SANTA CRUZ)

Parte XI - LA  DEMOLEDORA RESPUESTA DEL CRUCEÑO PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA SUPUESTA  ANEXIÓN DE SANTA CRUZA LA REPUBLICA DE BOLIVIA

Parte XII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO DE SANTA CRUZ

Parte XIII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINOENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INSTRUCCIÓN Y LA  ADMINISTRACION PÚBLICA EN SANTA CRUZ

Parte XIV - LA RESPUESTA DE PLÁCIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE EL AISLAMIENTO DE SANTA CRUZ

Parte XV - PLÁCIDO MOLINA RESPONDE A ENRIQUE DE GANDÍA SOBRE LAS LUCHAS POLITICAS EN SANTA CRUZ

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LA GUERRA DEL CHACO Y LA INDEPENDENCIA DE SANTA CRUZ

(Al Capitulo VIII)

Las afirmaciones de éste capítulo, son quizá las más graves del libro y quizá las que más podrían alcanzar el propósito de anarquizar la opinión; pero al mismo tiempo, como hay en ellas un zurcido de inexactitudes que no será difícil demostrar, lo demás se vendrá al suelo por su propio peso.

Ya demostramos en el capítulo respectivo, que Santa Cruz no fué anexada a Bolivia, (jamás fué colonia de ella, ni fue sometida por la fuerza), y que los Diputados que la representaron en la Asamblea General de 1825, fueron elegidos legal y libremente. hasta con mandato imperativo para pronunciarse en favor de la independencia del Alto Perú. Fueron de los Diputados los que mejor representaron a sus electores.

Continuamos: «El Departamento de Santa Cruz intentó por primera vez lograr la autonomía en 1892, cuando el Dr. Ibáñez promovió la revolución federalista en contra del gobierno unitario, que fué sofocado por las armas del presidente Hilarión Daza».

Esta parte demuestra cómo se ha redactado este libro: de memoria (y no buena), y por informes de personas que no saben historia.

La revolución del Dr. Andrés Ibáñez, jefe de un partido popular formado por él, llamado «Igualitario», comenzó el 1ro de Octubre de 1876, y creyendo sería secundada por los «federales» del interior, discípulos del Dr. Lucas Mendoza de la Tapia, y como quo lo fué y se desacreditó la causa (porque la ciudad fue entregada en mala hora a las exacciones y despotismo del paraguayo Maní. Ma. Fabio, que de los tiranos de su patria había aprendido a ser déspota y cruel), el Dr. Ibáñez con sus partidarios decididos, pero pocos en número, tuvo que abandonar la ciudad a la corta fuerza del gobierno que fué contra él.

Dirigióse a Chiquitos, y cuando por la consiguiente desmoralización de los suyos, se proponía escapar al Brasil, fué alcanzado y fusilado en 1ro. de Mayo de 1877 en la estancia de San Diego.

No podía pues promover en 1892 una revolución contra el Gobierno de Daza, que había sido depuesto del mando de Bolivia en Tacna en 1880.

Verdad que el 2 de Enero de 1892 surgió una otra revolución de aventura contra el gobierno del Dr. Aniceto Arce, encabezada por dos coroneles retirados (uno de ellos no cruceño); pero fué deshecha sin más combate que el que sostuvieron cuatro valientes pero ilusos colegiales en «La Angostura» y terminó con un resultado semejante a la revolución del 8 de Septiembre. Cuatro de los principales cabecillas se refugiaron en el Brasil y la amnistía vino a echar el manto del olvido sobre la aventura, sin más resultado para la historia, que el desacreditar más la idea federal, que en doctrina ha sido acariciada en Santa Cruz por muchos que han creído siempre que sería una solución contra el centralismo exagerado, que con los cambios de personas o de causas en el gobierno, lleva de una a otra parte el papel de succionadores de los recursos de la nación.

No fué, en todo caso, esta, como no lo fue la anterior tentativa federal, un brote separatista. En la primera fué proclamado Jefe del «Gobierno Central» el mismo General Daza, Presidente de Bolivia, del que había sido partidario ferviente el Dr. Ibáñez, y en esta el «Estado Federal del Oriente», como llamaron al Departamento en sus actos oficiales y en los billetes de curso forzoso que emitieron para hacerse de dineros, debía ser uno de los que compusiesen la «República Federal de Bolivia».

Esta revuelta díjose haber sido una simulación del coronel tarijeño Avila, que descontento de su padrino el Dr. Arce, porque le escaseaba sus favores, la sugirió. Ya se publicarán los comprobantes; pero mientras tanto quede constancia de que fué un movimiento desprovisto de secundación por el pueblo cruceño y que no tuvo dejo alguno de separatismo, puesto que el promotor fué un «militar intrigante, tarijeño, ahijado del Presidente de la República».

Ya es tiempo de poner las cosas en claro.

Ya hemos visto lo que fué la «revolucioncita» de 1924. Creyeron «los que la hicieron» que toda la República se alzaba contra el Gobierno del Dr. Saavedra, y no hubo tal: fué «el sueño del Califa que improvisó un día Harúm al Rascliid, en Bagdad»; pero vaya una anécdota auténtica para completar la demostración:

Un joven «liberal» saliendo de casa a la noticia de que al Prefecto Cnel. Angel Rodríguez lo habían apresado en un baile y que había un gobierno improvisado do gente amiga suya, dijo: «nos compusimos», y se fué a la plaza a informarse de detalles; pero horas después regresó a su casa cabizbajo, y a uno que ávido le preguntó por el estado de las cosas, le contestó: «se arruinaron», aludiendo a los comprometidos.

El Gobierno ya lo sabía y amenazaba telegráficamente, porque la revuelta no la secundaba nadie. No faltó, dice que, alguna vociferación, y hasta se dijo que un juez subalterno anunció que los revolucionarios harían tabla rasa de la Corte y a él lo ha[1]rían vocal de ella; pero, verdad o mentira esto o lo otro, la cosa no pasó de una triste aventura, cuyos resultados fueron desastrosos para los recursos del F. C.

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Y el que quiera sostener lo contrario, que lo pruebe.

Querer encontrar en la circular del Presidente del Honorable Concejo Municipal de Santa Cruz, del 6 de Marzo de 1934, otra cosa que lo que dice su texto: «Protestar enérgicamente por las manifestaciones hostiles que se han producido en Cochabamba contra Santa Cruz por supuestos movimientos (es decir falsos) antipatrióticos (es decir antibolivianos) realizados en esta ciudad (Santa Cruz)», es pretender interpretar lo que no es interpretable, porque es claro y está francamente expresado. Esa circular que es un brote de «bolivianismo», que justamente hizo acallar muchas incomprensiones sobre la actitud del pueblo cruceño en esta guerra del petróleo

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Las actitudes que se dicen «izquierdistas» (página 243) que dieron mérito al juzgamiento de Jofré Salinas, profesor normalista, Dr. Renato Riverin («Ex-Rector de la Universidad de Chuquisaca») y tres jóvenes más, tendrían poco de «separatismo cruceño» que es lo que se pretende probar; puesto que los dos nombrados son «chuquisaqueños» y por lo tanto insospechables en ese aspecto.

Lo que sin duda es cierto, el espionaje y aun hostilidades que jefes «collas» incomprensivos han hecho sufrir a crúcenos y benianos en la campaña, demuestra más bien que no obstante eso, los orientales no sólo han permanecido fieles a la defensa nacional, sino que después de ser el nervio de la resistencia y de muchos de los éxitos de la campaña, han sido los que impidieron el avance paraguayo a Santa Cruz y lo hicieron retroceder de Charagua y de ambas márgenes del Parapetí. Estas son notas de una adhesión no sólo heroica, sino sublime— dados los antecedente anotados— de los crúcenos a la causa de Bolivia unida, que los más obsecados tendrán que reconocer en todo su valor, a menos de que se nieguen a demostraciones hechas con el sacrificio máximo de la vida misma.

Se anota en la pág. 244 y 245 que «más de cuatro mil campesinos del Izózog al acercarse el ejército paraguayo al río Parapetí, se presentaron en masa a ofrecer sus servicios al Coronel Rafael Franco, comandante del ala derecha paraguaya». Bien, pues, aunque el hecho no sea exacto al pie de la letra, demuestra algo perfectamente explicable: los indígenas de la provincia cruceña de Cordillera, de la que hoce parte el cantón Izózog, son racialmente hermanos de los paraguayos, y como hablan el chiriguano dialecto del guaraní de los paraguayos, y el indígena «se apega al que habla su lengua», muchos de ellos se dejaron atraer por los invasores; pero de que esos «indígenas» hayan hecho tal cosa muy explicable por lo visto, no se sigue que los «cruceños» se unirían de inmediato a las fuerzas paraguayas. No sólo no se unieron; sino que los rechazaron a la luz del sol.

Algunos indígenas atraídos en aquella forma, dieron lugar a que periódicos paraguayos, y argentinos que les hacían coro, dijesen credulidades de que el Sr. Gandía se hace eco, cuando dice: «Delegaciones de campesinos crúcenos, se presentaron también a las autoridades de Asunción a ofrecer su adhesión al Gobierno paraguayo». Esos indígenas son «crúcenos» en cuanto han nacido en el cantón de una provincia cruceña, y en ese sentido son también «bolivianos»; pero no son «crúcenos» en el sentido que entre nosotros tiene la palabra: «naturales de Santa Cruz y su Cercado, descendientes de los españoles de la conquista» y por lo mismo racialmente distintos y superiores a los descendientes de los autóctonos de la región.

Los paraguayos, juzgando falsamente «chiriguanos» a los «crúcenos», y como tales racialmente hermanos suyos, han fracasado en el propósito de que los cruceños se les unan como sus hermanos de tribu los de Izózog. Esto es todo, y cuando reconozcan que por esta razón única, no sólo no llegaron basta Santa Cruz, sino que fueron sangrientamente rechazados allende el Parapetí, comprenderán la verdad de nuestras afirmaciones y los falsos conceptos en que, entre los crédulos, medran las contrarias ideas.

Conviene a nuestra causa que se le conozca que la zona comprendida entre el Izozog y Villamontes, «en un espacio de sesenta leguas», sea cruceña por influencia de los cruceños en ella»— como que antaño fueron sus conquistadores— puesto que siendo cruceña «la zona hoy ocupada por el Paraguay» es «boliviana» y ello envuelve la confesión de estar invadida, es decir ocupada mediante «la fuerza bruta que impera donde calla el derecho».

El Sr. Gandía reconoce esa distinción del «cruceño» por ser natural del Departamento de Santa Cruz— indígenas chiriguanos «puestos al servicio de la causa paraguaya»— de los crúceños blancos de habla española», (pág. 24-6), con tanta más claridad, cuanto que ahí mismo habla de «la fraternización do los pueblos indígenas con los soldados del General Estigarribia». ¡Pues no habían de fraternizar!

Debe anotarse que esos pobres indígenas no fueron por su voluntad— abandonando sus tierras a las que son muy apegados— a presentarse a las autoridades de Asunción. Esas son de las simulaciones de la guerra, que los «historiadores» no creen sino con pruebas al canto. Se llevó hasta a las mujeres.

Eso de que 150 jefes y oficiales y 6.000 cruceños pidieron en Asunción jurar a la nueva bandera cruceña y la presidencia de la nueva República del Dr. Cástulo Chaves, es una especie que pasará a la posteridad como una de tantas farsas de esta guerra.

En todo eso hay tanta inexactitud, como la de que el 21 de Mayo sea «el aniversario de la fundación de Santa Cruz por Ñuflo de Chaves», fecha que corresponde a la «traslación de San Lorenzo el Real del Guapay al Piral, en 1595» y que poco tenía que ver con Santa Cruz de la Sierra, ciudad entonces distinta, ni con Chaves muerto 27 años antes.  

De la Bandera y demás símbolos de la nueva República ideada en Asunción, nos ocuparemos en otra parte. Mientras tanto quede constancia de la falsedad o inexactitud de todas esas tendenciosas afirmaciones, traídas sólo a favor de la distancia y del apasionamiento.

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