Foto: Piloto de caza, Cap. Faustino Rico Toro, nacido en Tupiza, en solitaria misión de ataque sorprendió a las tropas paraguayas en 1928, además, junto a su instructor el francés Henrry Lemaitre, protagonizó el primer vue-lo nocturno en Bolivia.
El repentino rugir del Fokker CVC, al mando del piloto de
caza, Tte. Av. Faustino Rico Toro, rompió el silen-cio en la llanura chaqueña,
el observador y artillero My. Alfredo Santalla, disparó ráfa-gas de
ametralladora, los proyectiles lev-antaban polvo en el arenal, mientras los
defensores de las trincheras paraguayas, despavoridos buscaban protección bajo
los quebrachos y toborochis.
La sorpresiva incursión por un caza boli-viano, se produjo
el 15 de diciembre de 1928, sobre las posiciones enemigas de Bahía Negra,
Galpón y Patria, constituyén-dose en EL PRIMER ATAQUE AÉREO, preámbulo de la
Guerra del Chaco prota-gonizado por el piloto chicheño Faustino Rico Toro.
Casi, rozando las copas de los arboles, con sus planos, el
caza boliviano Fokker, hizo varios pasajes, aunque sus bombas lanzadas sobre el
objetivo enemigo, no explotaron, al parecer, un súbdito francés que había
alistado el avión con los arme-ros para esa misión sorpresa en la pista de
Puerto Suárez incurrió en un acto de sa-botaje, restando poder de fuego del
Fokker boliviano.
CAUSÓ SORPRESA Y PÁNICO
Como un fantasma, en el estilo de sus antepasados, Rico Toro
“el Jinete del Cie-lo”, montado en su caballo de acero, con el poderoso rugido
del motor de su aeronave sorprendió a “los pilas”, causando estra-gos y pánico
en un concentración de tro-pas paraguayas, luego emprendió el retor-no al
galope a su base desapareciendo en la lejanía.
Rico Toro, fue el primer aviador que in-tervino en acción de
guerra, fue ascendido al grado de capitán, además de recibir va-rias
condecoraciones por su audaz inter-vensión en el sudeste.
Esta acción, en la evolución del enfren-tamiento permitió al
Ejército Boliviano, re-tomar los fortines Mariscal López y Boque-rón, en este
último punto estratégico del escenario bélico, el Gral. Marzana, junto a un
puñado de soldados, casi desfallecien-tes por falta de agua y alimentos, escribió
la página más gloriosa de la Guerra del Chaco (1932-1935), pese a estar
rodeados por el enemigo, los bravos bolivianos resistieron hasta el final
sacrificando sus vidas al servicio de su Patria.
La revista Nuevos Horizontes de EL DIARIO, reproduce este
episodio revela-dor de la Guerra del Chaco, siendo su protagonista el aviador
Rico Toro, evocada por Ramiro Molina Alanes, Académico de Número de la Academia
de Historia Militar, al recordarse los 80 años de su caída en El Alto,
publicada en la edición 135 de Actua-lidad Aeronáutica de la Fuerza Aérea
Boliviana (FAB).
La Fuerza Aérea en campaña, con 40 aeronaves, sus
tripulaciones, observado-res y técnicos, cumplió 20.000 misiones, en sus
salidas completó 60.000 horas de vuelo desde el amanecer hasta el atarde-cer,
un avión de combate en cada jornada realizó hasta seis salidas, para cobertura
de apoyo a las tropas en tierra, librando decisivos combates frente a la
aviación enemiga.
CAZADOR AUDAZ
Faustino Rico Toro, nació en Tupiza (Sud Chichas) el 15 de febrero
de 1905, sus padres fueron el Tcnl. José Antonio Rico y su madre doña Teresa
Toro.
Muy joven ingresó al Colegio Militar del Ejercito, egresando
de ese instituto en 1924, con el grado de Subteniente de Artillería; dos años
después se incorporó a la Escuela Militar de Aviación de El Alto (la Paz) hizo
el curso de pilotaje básico y avanzado.
Descendiente de los le-gendarios guerreros chi-cheños, Rico
Toro, estaba predestinado para cumplir las más arriesgadas misio-nes en la
aviación de esa época, tal es así que su instructor de vuelo, el fran-cés
Henrry Lemaitre, le de-signó su co-piloto para rea-lizar EL PRIMER VUELO
NOCTURNO EN BOLIVIA, que se produjo con éxito el 19 de diciembre de 1926.
Este episodio, fue objeto de elogiosos comentarios de la
opinión pública que vio con asombro el destello de las luces de la aeronave
“Breguett” XIX que evolucionaba en el oscuro cielo pace-ño, haciendo rugir su
motor propulsor, fue todo un acontecimiento noticiero en aque-lla época.
Tras cumplir satisfactoriamente los cur-sos de pilotaje
elemental y de combate, el Tte. José P. Cohelo y el Sbtte. Faustino Ri-co Toro,
recibieron sus brevets de pilotos militares del entonces Presidente de la
Re-pública Dr. Hernando Siles en ceremonia efectuada en la Escuela Militar de
Aviación de El Alto, el 29 de marzo de 1927.
Ya soplaban vientos de guerra en los arenales del Chaco
Boliviano-Paraguayo, 19 meses después el chicheño Rico Toro, se convirtió en el
primer aviador boliviano que intervino en acción internacional de guerra en defensa
de su Patria.
VUELO A LA ETERNIDAD
Pero, el destino truncó la vida del joven aviador, por
cuanto en la aciaga jornada del 7 de abril de 1932, cuando ejecutaba maniobras
acrobáticas en el aire, caracte-rísticas de los pilotos de caza, la aeronave
Vickers Scout que tripulaba, al parecer tuvo una “plantada de motor”, sin
control y en picada se estrelló contra el suelo oca-sionando el deceso de Rico
Toro, una pér-dida irreparable para Bolivia.
Semblanza corta, pero, con una merito-ria trayectoria de
Rico Toro, confirma el temple guerrero de los bravos del Sur, la legendaria y
GLORIOSA CABALLERÍA CHICHEÑA, que combatió durante 15 A-ÑOS EN LOS CAMPOS DE
BATALLA en la Guerra de la Independencia (1810-1825).
El contingente al mando del Cnl. Carlos Medinaceli, aplastó
al último reducto espa-ñol comandado por el realista Pedro Anto-nio Olañeta, en
Patirana-Tumusla el 1 de abril de 1825, en esta histórica planicie, NACIÓ
BOLIVIA a la vida libre e indepen-diente con el sudor y sangre de la valerosa
CABALLERÍA CHICHEÑA. Se aproxima el Bicentenario de esta magna fecha, Tumus-la,
verdadero baluarte de la emancipación de nuestra Patria amada.
Años después, ante la invasión chilena POR ASALTO ARMADO y
ocupación de nuestros puertos marítimos, 70 francotira-dores en su mayoría
chicheños al mando del Cnl. Rufino Carrasco, el bravo taline-ño, derrotaron a
una columna del Ejercito chileno en el cañadón de Tambillo en la madrugada del
5 de diciembre de 1879, esta hazaña y memorable victoria fue ocul-tada en forma
deliberada por los historia-dores chilenófilos. (Rev. N. Horizontes Nº
1.008-2012)
En una ocasión, el ex Presidente Hugo Banzer Suárez expresó:
“El valor del sol-dado chicheño está comprobado por su lealtad y coraje, está
considerado como EL MEJOR SOLDADO DEL EJÉRCITO BOLI-VIANO” (La Gaceta del
Sur-Potosí - 7 - XI-1988).
HOMENAJE A LOS BRAVOS GUERREROS
En un noble gesto de homenaje al valor de los soldados
chicheños que marcharon VOLUNTARIOS con sus propios caballos para defender el
oro negro en la Guerra del Chaco, desde hace varios años la U.E. “7 de Noviembre”
de Tupiza, incorporó una llamativa columna de niños “Los Colora-dos de
Bolivia”, que hacen su presentación en los actos cívicos luciendo orgullosos y
con gallardía el glorioso uniforme de los soldados que combatieron y
defendieron los hidrocarburos en el Chaco Boreal, hoy pilar esencial de la
economía nacional.
Pese a la destacada trayectoria exhibida por los bravos
CHICHEÑOS, mujeres y hombres del Sur, que contribuyeron con esfuerzo y sangre
al nacimiento de Bolivia, persiste la indiferencia de los poderes del Estado,
es notoria la falta de atención a las múltiples necesidades de los históricos
pueblos del Sur.
Los Senadores, Diputados, Asambleis-tas, del Sur nunca
hicieron prevalecer los LEGÍTIMOS DERECHOS DE LA GRAN REGIÓN DE LOS CHICHAS,
logrados con sacrificio en su brillante historial, con la sangre de sus héroes
anónimos. Los oca-sionales líderes de estas provincias del Sur, impulsaron
confrontaciones regiona-les innecesarias, esos disociadores lleva-ron al
descalabro a la Gran Región de Los Chichas, ni siquiera está re-conocida como
“Nación” en la nueva Constitución Políti-ca del Estado Plurinacional.
La raza guerrera del Sur, jinetes a caballo, armados de
lanzas y machetes, llevando ojotas, poncho rojo y som-brero blanco alón emergió
de: Villazón, Tupiza, Cotagai-ta, Vitichi, Atocha, Tumusla, Nazareno, Vichacla,
Tambi-llo, San Miguel, Cornaca, Pa-lala, Talina, Estarca, Moraya, Esmoraca,
Totora, Mojo, Santa Catalina, Los Lipez, Calcha, Quiriza, Quechisla, Pampa
Grande, Palquiza, Lampaya, Selocha, Suipa-cha, San Joaquin, Oploca, Almona,
Ramadas, entre otros humildes y dignos pue- blos, además de otros en territorio
argentino como: Ya-vi, Catamarca, Casabindo, Humahuaca, Jujuy, que des-de
tiempos remotos forman parte de la Gran Región de Los Chichas.
Estos históricos pueblos asentados en varios ecosistemas,
necesitan mejores condiciones de vida con agua potable, energía eléctrica,
caminos, agua para rie-go, viviendas, institutos de formación pro-fesional y
fundamentalmente hospitales de tercer nivel para preservar el valioso capi-tal
humano de Los Chichas.
Se pregona convertir a Bolivia en el Cen-tro Energético de
Sudamérica, sin embar-go, el Proyecto Múltiple de AJNAPA en la cuenca alta del
río San Juan del Oro, (Tur-binas Hidroeléctricas, agua para riego,
pis-cicultura y otros beneficios) que tiene in-clusive rótulo de ley de
“prioridad nacio- nal”, fue archivado por la negligencia de los mismos
chicheños que no piensan en el bienestar de las futuras generaciones y el
desarrollo integral del Sur.
El legado del Cap. Faustino Rico Toro, es un ejemplo de la
capacidad, trabajo y sa-crificio al servicio de la Patria, los chiche-ños deben
recuperar y fortalecer su IDEN-TIDAD respetar y enaltecer a sus próceres y
hacer un compromiso serio de INTE-GRACION, erradicar el dañino regionalis-mo,
TRABAJAR UNIDOS por el bienestar de la Gran Región de Los Chichas
Por: Antenor Fernández Yañez / Cel. 73041229 / Publicado en
Nuevos Horizontes el 30 de Junio de 2015.
La Aviación en Campaña. Durante la Guerra del Chaco (1932-1935) utilizó varios aviones de combate, que le permitió apoyar con eficiencia al Ejército Boliviano desplegado en el teatro de Operaciones del ardiente Chaco Boreal
En el extremo izquierdo, el Sbtte. Faustino Rico Toro, junto a sus instructores de vuelo en la Escuela Militar de Aviación de El Alto
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