Por Edgar Ruiz Botello y Marwin Ruiz Botello.
La quina es la corteza de un árbol (Cinchona calisaya) que
era utilizada, antes del descubrimiento de América, por las culturas
precolombinas del Perú, como un medicamento, para combatir la malaria.
La corteza fue descubierta a principios del siglo XVII en el
Virreinato del Perú, Corregimiento de Loja, cerca del pueblo de Malacatos (hoy
Ecuador); se empleaba co-mo tónico, extracto, tintura o jarabe. La quina
contiene diversos alcaloides como la quinina, quinidina, cinconina y
cinconidina, todos antipalúdicos.
Sus virtudes fueron reconocidas en Eu-ropa recién en 1631,
fecha en que fue llevada por el jesuita Alonso Messia Venegas a Roma, enviado
por el primer farmacéu-tico del Colegio Máximo de San Pablo de Lima (Perú), el jesuita
italiano Agustino Salumbrino quien había observado en el Perú, su uso para
eliminar las tembladeras producidas por el paludismo, malaria, ter-ciana
(fiebre cada 3 días) o chujchu (tem-bladera). Desde 1638 el tratamiento de la
malaria en Europa se basó en un extracto de la corteza del árbol de la quina,
extracto que contenía la quinina.
Se dice que el nombre del género “Cinchona” proviene del
apellido de la condesa de Chinchón (esposa del Virrey del Perú o conde de
Chinchón) a quien la quina curó.
La quina se comenzó a u-sar masivamente en el siglo XIX para
la obtención de la quinina. Su incidencia en el volumen de exportación era ya
importante en 1826, cuando Pentland (británico) elaboró un informe sobre
Bolivia, en el que asignó a la quina un 12 % del total de productos exportados.
En 1830 el Presidente de Bolivia Andrés de Santa Cruz,
otorgó facili-dades legales a quienes organizasen em-presas para explotar la
quina y así poder obtener más impuestos para Bolivia.
El auge de la explotación de la quina se produjo en 1850,
cuando numerosos pio-neros se adentraron en las zonas tropica-les de Bolivia,
como Mapiri, Guanay, Apolo e Ixiamas, para extraer la corteza.
La existencia de un banco rescatador de quina y el monopolio
estatal para su expor-tación, así como los altos costos de trans-porte de las
regiones productoras del norte de La Paz hasta la costa, imposibilitaron un
mayor desarrollo de la producción.
En 1850 en Mapiri y Guanay (provincia Larecaja) existían
rescatadores como Otto Richter, en Apolo (provincia Franz Tamayo) habían
rescatadores como Aurelio Arias y en Ixiamas (provincia Iturralde) existían
rescatadores como Leandro Loayza y otros. En estas 3 provincias habían
planta-ciones silvestres de quina amarilla (Cin-chona calisaya). Generalmente los
resca-tadores no pagaban todo en dinero a los explotadores, sino en víveres,
ropa y otros. Así por ejemplo, se cuenta que la ex casa Gunther de Sorata,
pagaba inclusive, parte de la quina a los rescatadores, con botellas de champán
francés, que importaba directamente desde Europa.
En 1879 Otto Richter tenía un almacén en la calle Comercio
de la ciudad de La Paz, donde rescataba quina, oro y objetos de plata, vendía
enlatados y realizaba gi-ros a Lima, Londres, París y Frankfurt (Ale-mania).
Los precios de la quina decayeron nota-blemente en 1880
debido a que en 1865 el británico Ledger ayudó a llevar desde el Alto Beni, 12 libras
de semillas de los árboles de quina a la Isla de Java, en las Indias Orientales
Holandesas (actualmente Indonesia-Asia). En 1930 el sudeste asiático producía
el 90 % de la producción mundial de quina. En 1930 químicos alemanes
sin-tetizaron el Atabrine (clorhidrato de quina-crina) más eficaz que la
quinina y menos tóxico. En 1944 los químicos estadouni-denses Robert Woodward y
William Doe-ring consiguieron sintetizar la quinina a partir del alquitrán
mineral.
La explotación de la quina y su posterior traslado al
principal centro de acopio como fue Sorata, debió lograr un gran movi-miento
económico en esa población, res-tos de este apogeo que en la actualidad todavía
pueden observarse, reflejados en las imponentes construcciones de esa
lo-calidad.
Para la explotación de la quina, primera-mente se ubicaban
los diferentes árboles en la selva, posteriormente se procedía a derribarlos
(se producía la extinción de los árboles) para luego extraer toda la corteza
(quina). El rendimiento aproximado era de unos 4 a 6 quintales de corteza de
quina de un gran árbol.
Las cortezas se transportaban por ejem-plo, desde Mapiri en
mulas a centros de acopio, como Sorata (7 días de caminata desde Mapiri hasta
Sorata), a la casa Rich-ter (1830-1880) y luego a la casa Gunther (1880-1940),
donde se procedía con su co-mercialización (rescate), para su posterior
exportación vía Puerto Pérez en el Lago Titicaca y luego al Puerto de Mollendo
en el Océano Pacífico, para posteriormente trasladar la quina a los países de
ultramar.
Entre los peligros que se podían tener al explotar la quina
estaban los encuentros con los animales de la selva, principalmen-te con el oso
jucumari (oso andino o de anteojos). Los explotadores durante su ta-rea en la
selva, veían también a com-ponentes de la etnia leca.
En 1883 se iniciaba la construcción del Canal de Panamá y la
malaria junto con la fiebre amarilla cobraban la vida de 200 trabajadores cada
mes.
En la década de 1940 existió un primer leve reavivamiento en
el comercio de la quina en Bolivia, debido a la Segunda Guerra Mundial, donde
las plantaciones de quina de Indonesia cayeron en manos de Japón. Debido a la
malaria murieron cerca de 60.000 soldados norteamericanos.
Entre 1960 y 1970 se produjo un segun-do leve reavivamiento
en la comercialización de la quina en Bolivia, principalmente para su uso en la
Guerra de Vietnam (Vietnam del Norte versus Vietnam del Sur, con la
participación de Estados Unidos, donde los soldados enfermaban con malaria). La
quina salía en avión desde Mapiri hacia la ciudad de La Paz. Entre algunas de
las rescatadoras ubicadas en la ciudad de La Paz, estaban “Gasser” y “Estrella
Azul”. Existían calidades de corteza.
La malaria o paludismo es una enferme-dad humana, de las
aves y de los monos, causada por la infección de un protozoo del género
Plasmodium transmitido por la picadura de un mosquito del género Ano-pheles.
Los síntomas generales de la ma-laria son escalofríos, sudoración y fiebre
intermitente (cada 3 ó 4 días). Existen 4 formas de malaria según el agente
causal, así se tienen las debidas a Plasmodium: (1) vivax, (2) falciparum, (3)
malariae y (4) ovale.
Actualmente ya no se usa la quina por-que existen
medicamentos sintéticos me-nos tóxicos que la quinina; así por ejemplo, en los
diferentes hospitales de Bolivia, para el tratamiento de la malaria se usa el
fármaco llamado cloroquina. Se debe re-calcar que también en 1973, existían pa-cientes
con casos combinados (ejemplo P. falciparum + P. vivax) en la frontera con el
Brasil.
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Excelente. Un médico frances señala que se puede curar el Coronavirus con la Quina (Chinchona). Quisiera que por favor investiguen. Esto podría revolucionar la medicina natural contra el virus. Gracias. 25/08/2020
ResponderEliminarDebemos volver a confiar en nuestra medicina natural para combatir el corona virus
ResponderEliminarExcelente planta en el beni abunda mucho
ResponderEliminarLa información es muy buena, ojalá sirva para tratar esta enfermedad que azota al mundo entero
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