Este artículo apareció publicado en el periódico El Diario
el 17 de Diciembre de 2013.
La guerra de la independencia americana fue cruenta y
difícil, no sólo porque se luchó contra aguerridos soldados realistas, sino
también por la despiadada represión con que hombres como Goyeneche, Morillo y
otros intentaron ahogar en sangre el fervor patriótico de los insurgentes. En
esta guerra surgieron figuras excepcionales que sacrificaron sin dudar un
instante sus vidas, bienes y familia por la más noble de las causas, la
libertad, y la figura más destacada de la emancipación americana frente al Imperio
español y que contribuyó de manera decisiva a la independencia de Venezuela,
Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá fue Simón Bolívar, cuya sombra
heroica se proyectó sobre todo el continente, y la posteridad le hizo justicia,
sancionando el glorioso título de “Libertador”, que congresos, ejércitos y
pueblos entusiastas, le dieron entre aclamaciones de júbilo en sus días de
triunfo.
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y
Palacios Ponte y Blanco, nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Hijo de
padres aristócratas de antiguo origen español –el coronel Juan Vicente Bolívar
y María de la Concepción Palacios. Bolívar queda huérfano a muy temprana edad,
el 19 de enero de 1786 fallece su padre y el 6 de julio de 1792 muere su madre.
Aquel muchacho al quedar huérfano suplió la falta de cariño de sus padres el
cura Andújar, maestros como el humanista y jurisconsulto Andrés Bello, pero
sobre todo, su preceptor Simón Rodríguez, quien influyó más en su personalidad
y formación, le hizo comprender con vehemencia las ansias de los pueblos
americanos, nativos, criollos y mestizos, que tras dos siglos de coloniaje
español deseaban liberarse y ser dueños de sus tierras y destinos.
En 1798 Bolívar es designado por el Rey subteniente de la
Sexta Compañía del Batallón de Milicias de Blan-cos de los Valles de Aragua. A
fines de 1799 viaja a Madrid, en casa de unos parientes allegados a la corte y
el 26 de mayo de 1802 contrae matrimonio con María Teresa Rodríguez del Toro,
embriagados por la felicidad recorren algunas ciudades de Europa y luego se
embarcan hacia América.
Sin embargo, la felicidad que disfrutaba la pareja es
efímera, una epidemia de fiebre diezma la población de Caracas, y entre las
víctimas se encuentra la joven esposa de Bolívar, quien hundido en la más negra
desesperación cierra la casa de Caracas y parte hacia Europa.
La huella imborrable de su paso por Milán fue la coronación
de Napoleón Bonaparte como Emperador. En 1805, ya en Roma, sobre el Monte
Aventino pronuncia su célebre juramento: dedicar su vida a la causa de la
libertad de su patria. En 1806 se embarca para América y llega a los Estados
Unidos. Retorna a Caracas en 1808, en plena efervescencia revolucionaria, y
toma parte activa en las conspiraciones populares. Bolívar es el agitador
infatigable.
La llegada del español Vicente Emparan a Caracas como
Gobernador y las noticias procedentes de España, de que toda Andalucía había
sido conquistada por los franceses, acabaron por precipitar los
acontecimientos. El 2 de marzo de 1811 se instala el primer Congreso y el 5 de
julio de ese mismo año, se declara solemnemente la Independencia de Venezuela.
Pero a aquel acontecimiento siguieron días funestos para los
patriotas, que sufrieron una serie de derrotas ante las fuerzas españolas. En
agosto de 1812 Bolívar va a Curazao, en su primer destierro y en octubre de
este año viaja a Cartagena, donde dirige a los ciudadanos granadinos el famoso
Manifiesto de Cartagena, en el que convoca a todos a luchar por Venezuela. En
Mérida, el 23 de mayo de 1813 es llamado por primera vez Libertador. El 15 de
junio en Trujillo, Bolívar publica su célebre proclama por la cual declara
“guerra a muerte” a las fuerzas realistas. Luego emprende la campaña de
liberación del territorio nacional, que culmina triunfalmente en Caracas, 6 de
agosto de 1813.
Tras algunas victorias, sufre la terrible derrota de La
Puerta donde Tomás Boves destroza al ejército patriota y Venezuela cae otra vez
en poder de los realistas. Un nuevo exilio le espera; regresa a Haití, donde
Alejandro Pétion, Presidente de este país, le facilita recursos para la nueva
campaña. En 1816 decreta la libertad de los esclavos.
Las cosas se hacen más difíciles con el retorno de Fernando
VII al trono de España, quien implanta otra vez el absolutismo y consagra
esfuerzos para detener la rebelión en América que amenazaba con extenderse por
toda la región, enviando 13.000 hombres al mando de Pablo Morillo, abril de
1815. Por entonces Bolívar se encuentra en Jamaica.
El 15 de febrero de 1819 instala el famoso Congreso de
Angostura (territorio de Colombia), ante el cual pronuncia su más brillante
discurso, en el que dicta cátedra republicana a los tres poderes tradicionales
(Ejecutivo, Legislativo y Judicial) agrega el Poder Moral y se juramenta como
Presidente de Venezuela. Luego el Libertador junto al general Páez prepara un
ejército en la falda oriental de los Andes para ir a sorprender a los realistas
en Nueva Granada. Con audacia increíble, azotados por la nieve y las
tempestades cruzó la cordillera de los Andes y en una campaña que dura setenta
y cinco días y que la historia registra como la más gloriosa, derrota a los
españoles en la Batalla de Boyacá, 7 de agosto de 1819 y entra victorioso en
Bogotá, donde proclama la independencia definitiva de Colombia
El 17 de diciembre de 1819 crea la GRAN COLOMBIA, con tres
departamentos: Venezuela, Cundinamarca y Quito. Bolívar es el Presidente. Ante
el alejamiento de Morillo, que regresa a la Madre patria lo reemplaza el
general Latorre, quien es derrotado por Bolívar en la brillante batalla de
Carabobo, victoria que consagra la independencia de Venezuela. Acto seguido
Bolívar envía a Sucre a conquistar Quito, quien desembarca en Guayaquil y
derrota a los realista en la batalla de Pichincha, 24 de mayo de 1822, lo que significa
la liberación del Ecuador.
Tras la entrevista de Guayaquil y el retiro del Capitán
General José de San Martín, del escenario bélico, Bolívar uniendo sus tropas
con las del Perú, Chile, Argentina, y del Alto Perú, entran en campaña y en las
célebres batallas de Junín, 6 de agosto de 1824, y Ayacucho, 9 de diciembre de
1824, dan fin de manera definitiva a la guerra de la independencia americana.
El 6 de agoto de 1825, la Asamblea Deliberante proclama
solemnemente la independencia de las provincias del Alto Perú, Bolívar ingresa
a La Paz el 17 de agosto y la Nueva República lleva el nombre del Libertador,
quien es reconocido entonces como su primer presidente.
El 25 de mayo de 1826 Bolívar manda desde Lima la
Constitución de Bolivia y el Discurso de la Legislatura. Posteriormente,
convoca a un Congreso Anfictiónico en Panamá, que se instala el 22 de junio de
1826 y cuyos resultados no fueron satisfactorios. Él mismo dijo: “Su poder será
una sombra y sus Decretos consejos nada más”. El 25 de septiembre de 1828 sufre
un atentado y Manuelita Sáenz es quien salva su vida. Bolívar en marzo de 1830
entrega el Poder al general y político colombiano Domingo Caicedo y en abril
renuncia a la Presidencia de la República. El 10 de diciembre, en su última
proclama, exhorta a mantener la unidad de la Gran Colombia. Enfermo, afectado
por la tuberculosis, el 17 de diciembre de 1830 deja de existir el Libertador
en la Quinta San Pedro Alejandrino, hacienda ubicada en la ciudad de Santa
Marta, Colombia.
ÚLTIMAS PALABRAS DE BOLÍVAR
“Digo con verdadero dolor, que soy víctima de mis enemigos,
que me han conducido al sepulcro; y, sin embargo de esto, yo los perdono.
Colombianos, los dejo.
En mis últimos momentos ruego a Dios por la tranquilidad de
Colombia; y si mi muerte, desvaneciendo las animosidades de los partidos y
restableciendo entre ustedes la concordia, puede contribuir a este apetitoso
resultado, llevaré un sentimiento de satisfacción a la tumba que para mí se
abre”.
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