Gracias al relato que hiciera el Cnl. Carmelo Cuéllar
Jiménez en 1975, sabemos que muchos benianos fueron verdaderos leones ante el
enemigo, tanto para pelear como para morir heroicamente.28 De una extensa
galería de héroes benianos que supieron luchar en las trincheras con el
enemigo, siguiendo a Carmelo Cuéllar Jiménez, mencionaremos a los más
salientes, empezando por los aviadores militares Fabián Monasterio Claure,
Armando Suárez Ardaya, Medardo Solares Arias y Jorge Henrich Araúz.
Fabián Monasterio Claure. “Fue orgullo de la aviación
boliviana por sus audaces exploraciones desde aire: su actuación en Boquerón
fue de gran aliento para los cercados del Destacamento Marzana. Se trenzó
varias veces en combate aéreo, habiendo derribado a un avión paraguayo. Merece
nuestro recuerdo más grato y ya debería tener el título de Héroe Nacional y un
Monumento en Trinidad”. Por gestiones de nuestra Sociedad Geográfica la V
Brigada Aérea de la capital beniana ostenta un Busto pero sin nombre, trámite
que concluiremos este año”.
Rómulo “Macono” Mendoza. El legendario Carmelo Cuéllar
Jiménez, afirma “que no hay terminología para describir su bravura y su
temeridad. Fue el único macho que no tuvo vergüenza de no saber qué era el
miedo. Sus hazañas hicieron posible que Germán Busch se convirtiera en una
leyenda”, pero la muerte no lo perdonó después de la guerra, al morir enfermo y
abandonado en Trinidad. ¿Qué hicieron las autoridades de entonces para que un
héroe beniano, de singular trayectoria, muera en semejante indigencia?
René Ibáñez Carranza. De igual valentía, fue uno de los
pocos que no quiso entregarse prisionero en los sucesivos ataques a Fernández,
y así salió de Campo Vía, salió de Kilómetro 7 y de otras memorables batallas
más, llegando al grado de teniente como lo había hecho Macono Mendoza.
Ramiro Pradel Vaca. Pese a que este oficial no egresó del
Colegio Militar, hay razones suficientes para incluirlo en esta lista, porque
por méritos de guerra, ascendió de simple clase a subteniente de línea y luego
cayó herido y evacuado a La Paz, hizo un curso rápido para oficiales, que se
dictaba en el Colegio Militar. “Rasputín”, fue de esos pocos hombres que
alcanzó popularidad en las líneas de combate, por su valentía y gran sentido de
responsabilidad para conducir a sus tropas. Era Héroe Nacional y como tal, a su
muerte acaecida en La Paz, se le rindieron los honores correspondientes.
Manuel Jesús Hurtado Chonono. Valiente hasta la temeridad,
inteligente, de brillantes iniciativas en la batalla. Como era un genial
ajedrecista jugó en el tablero de la guerra, con esa misma habilidad. Citado
repetidas veces por su bravura. Murió en 1942, abatido, amargado y,
decepcionado, buscó en el alcohol, alivio para su enfermedad espiritual.
Edmundo Vaca Medrano. Se distinguió por su coraje cargado de
serenidad, pleno de responsabilidades. El Regimiento Castrillo 6 de Caballería
tuvo en él a uno de sus más valientes oficiales. Es un auténtico Héroe
Nacional.
Pedro Vaca Díez. Valiente, caballeroso y ejemplar combatiente
y conductor de tropas; fue el auténtico espíritu del glorioso Regimiento
“Lanza” V de Caballería. En nuestro concepto, merece el título de Héroe
Nacional y la gratitud y reconocimiento del pueblo beniano.
Rodolfo Wende Camargo. Héroe auténtico de la guerra. Siendo
teniente comandó el famoso Regimiento 50 “Cuchilleros de la Muerte”. Jamás se
conformó con ser valiente, pues exigía el mismo comportamiento a sus
subordinados. Tiene un historial admirable en la guerra del Chaco.
Ronant Monje Roca. Entró a la guerra como voluntario, siendo
un adolescente, como cadete del Colegio Militar de 1º o 2º año que, no
obstante, tuvo destacada actuación. Fue ascendido a subteniente de Línea por
méritos de guerra. En tiempo de paz, fue fundador y primer Comandante de la
Fuerza Naval. Otros benianos como Alcides Moreno, Aurelio Vides, Antonio Chory,
Rómulo Llanos Herrera, los hermanos Wende Camargo, se destacaron por su heroico
patriotismo.
Fuente: Hazaña beniana en la Guerra del Chaco (80°
aniversario del Cese de Hostilidades en la Guerra con el Paraguay) De Arnaldo
Lijerón Casanovas.
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