Por: EVELYN CAMPOS LÓPEZ / Correo del Sur/ 2 de abril de
20117 http://correodelsur.com/ecos/20170402_una-mirada-al-pasado-historico-de-potosi-y-el-sumaj-orcko.html
Ayer, 1 de abril, se conmemoró la posesión del Cerro Rico en
1545. Para algunos, el nacimiento de Potosí, no la fundación porque no hay un
acta que la certifique. La colosal montaña convertida en leyenda por atesorar
en sus entrañas ingentes cantidades de plata permanece inmutable, como un
guardián que observa todo lo que acontece y se dice sobre este día polémico en
la ciudad instalada en sus faldas.
Registros históricos señalan que los españoles que llegaron
al cerro no cumplieron con los protocolos fundacionales; lo único que les
importó fue adueñarse de las minas en vez de crear una ciudad. Por eso no hay
un acta en ningún archivo del mundo, pues nació de facto (es decir, sin
reconocimiento jurídico: por la fuerza de los hechos).
Aquellos tiempos…
Como la plata del Cerro Rico era irresistible para los
cazafortunas, empezaron a llegar muchos españoles y mineros que construyeron
casas y poblaron el lugar. Esto hizo que se produjera un crecimiento acelerado
y sin planificación, ya que la estadía de los nuevos habitantes era solo
temporal.
Lo que actualmente es Potosí, al principio fue apenas un
asiento minero dependiente de la ciudad de La Plata (hoy Sucre). Cuando se
independizó de esta, adquirió el rango de “Villa Imperial de Carlos V” con
prorrogativas administrativas, políticas y gobierno propio.
El descubrimiento
No resulta difícil imaginar el efecto que tuvo el
descubrimiento de las vetas de plata en el Cerro Rico, el hallazgo de un metal
de color blanco que asombró a la corona española y al mundo entero por su gran
riqueza.
El jefe de la Unidad de Archivo de la Casa Nacional de
Moneda, José Antonio Fuertes, dice a ECOS que, haciendo una relación de los hechos
históricos de la afamada montaña, el indio Diego Huallpa (también nombrado por
varios cronistas como Gualpa, Hualpa, Wallpa y otras variantes), cuando estaba
por el coloso de piedra en busca de unas llamas perdidas, se le hizo de noche y
encendió una fogata contra el frío de la puna. Al día siguiente vio unos hilos
de plata y, desde entonces, secretamente se benefició con la riqueza del metal
hasta que apareció el indio Huanca, quien más tarde comunicó el hallazgo a los
españoles y estos se posesionaron del cerro.
Cronistas e historiadores relatan, con algunas variantes, el
descubrimiento del Cerro Rico de Potosí. Así, Huallpa y Huanca habrían sido los
primeros indígenas que aprovecharon el metal argento. Asimismo, citan a Juan de
Villarroel, Diego de Centeno, Francisco de Centeno, Pedro Cotamito y Luis
Santandia como los españoles que posesionaron al gigante de altura.
Huayna Cápac y Orck'o Potojsi
Fuertes sostiene que el descubrimiento de plata en el gran
Sumaj Orck'o no fue casual. Desde mediados del siglo XV se tienen referencias
de la existencia de una riquísima veta argentífera a través de la Historia de
la Villa Imperial de Potosí, de Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela.
Se evidencia que el inca Huayna Cápac fue quien llegó a esa
región, allá por el año 1462, con el objetivo de desalojar a los guaraníes que
intentaban avasallar o conquistar las tierras del Inca. Se dice que fallecieron
más de 6.000 hombres de esa etnia.
Luego de la confrontación, los pobladores de Cantumarca
recibieron gozosos a su monarca y le hicieron grandes fiestas por su victoria.
“Este hecho demuestra que la vida que tenían los pobladores de lo que ahora es
Potosí era tranquila; eran hospitalarios y gozaban de una alegría extrema, no
eran belicosos”, dice el investigador.
Estando en Tarapaya, el inca Huayna Cápac vislumbró el cerro
que por entonces era llamado por los pobladores “Sumaj Orck'o”. Impresionado
por su grandeza y hermosura, dijo: “Esto sin duda tendrá en sus entrañas mucha
plata”, y mandó a los vasallos que tenía en Colque Porco para que fueran a
labrar el cerro.
Así lo hicieron. Llevaron sus instrumentos y subieron al
cerro, registraron sus vetas y justo cuando estaban por comenzar el trabajo,
oyeron un espantoso estruendo y una voz que dijo: “No saquéis la plata de este
cerro, porque es para otros dueños”.
Asombrados, los indios desistieron de su intento y fueron a
Colque Porco o Porco. Relataron al Inca lo que había sucedido en su idioma y
cuando iban a mencionar la palabra “estruendo” dijeron “Potojsi”, que significa
“dio un gran estruendo”. Desde entonces se llamó al cerro “Orck'o Potojsi”
(cerro que brota plata), aunque algunos autores afirman que “Potojsi” o
“Potojchi” significa “brotador de plata”.
Huallpa y su declaración jurada
Tras la llegada de los españoles, del proceso de
exploración, conquista y asentamiento durante aproximadamente medio siglo, se
dio lugar a la fundación de las ciudades.
Según Fuertes, luego de haber fundado la ciudad de La Plata
y tomado las minas precolombinas de Porco, se produjo el hallazgo argentífero
en el Cerro Rico de Potosí.
Para complementar este acontecimiento existe la declaración
jurada que Huallpa hizo ante el clérigo presbítero Rodrigo de la Fuente, el 31
de diciembre de 1572, por mandato de Francisco de Toledo.
A través de ese documento, se tiene evidencia de que Huallpa
era un indígena de unos setenta años de edad, postrado en cama debido a una
enfermedad, rodeado por sus nueve hijos —entre hombres y mujeres— y por sus
nietos. “Indio de buena disposición y aspecto y de mejor razón y
entendimiento”, describió De la Fuente.
El anciano, al ser consultado bajo juramento y en presencia
de testigos, dijo llamarse Diego Huallpa, indígena de Chumbivillca, natural del
pueblo de Yanqui de los términos del Cuzco, que era cristiano y había hecho su
testamento.
Dijo que al residir en Porco, en cierta ocasión cuatro
soldados lo enviaron a la cumbre del cerro, encontrando allí un adoratorio
indígena con ofrendas de escaso valor. Fue entonces cuando, de manera
inesperada, descubrió la plata del cerro, cuya existencia se manifestó por
muestras en la superficie del suelo que él pudo reconocer.
A su retorno comunicó del hallazgo a uno de sus mandantes
pero, como este no le creyó, comenzó a trabajar solo. Más tarde avisó del
descubrimiento a un indio llamado Chalco, quien terminó avisando a Diego de
Villarroel. Este fue el primero en registrar la mina en la veta denominada
“Diego Centeno”.
Según los datos del Jefe de la Unidad de Archivo de la Casa
Nacional de Moneda, durante la declaración jurada que hizo Huallpa añadió otra
información y dijo que tras el descubrimiento de la plata transcurrieron, hasta
esa fecha, 28 años y nueve meses.
Asimismo, Fuertes explica que se sabe de la existencia de un
adoratorio que hubo en las faldas del Cerro Rico y, lo más interesante, la
injerencia permanente de los Caracaras en su custodio. Dice con respecto a las
huacas: “allí hallaron ser adoratorio de los indios comarcanos y haber algunas
cosas ofrecidas de poca importancia a la guaca que allí estaba lo cual todo
cogió este dicho don Diego Huallpa, y lo cargó en su compañero...”. La huaca
estaba relacionada con todos los demás elementos básicos de la religión inca,
siendo especialmente claros sus lazos con el culto de los antepasados.
Primeros cronistas en Potosí
De acuerdo con este investigador, el primer cronista que
llegó a esta ciudad fue Pedro Cieza de León (1549), quien señala que “andando
un español llamado Villarroel con ciertos indios a buscar metal que sacar”,
llegaron a Potosí (aclarando que denominaban así a los cerros y objetos altos),
como tenían a ese cerro como el más alto de la cordillera andina, “quedósele
por nombre Potosí”.
Fuertes recuerda que Cieza de León ostenta un dibujo con el
título “Cerro de Potosí”, considerado el más antiguo, donde aparece la única
iglesia en el barrio de indios, la de San Francisco Chico. “Estampa al cerro
con sendas o vías de acceso a las primeras vetas descubiertas en los primeros
años con dos trabajadores o indios, realizando una descripción del mismo”,
sostiene él.
Siguiendo a José de Acosta, observa que fue el primer
cronista que menciona a Huallpa y a Huanca. “Nos informa que el indio Huanca,
natural de Jauja, yanacona de Villarroel que residía en Porco, fue el primero
que dio noticia de la existencia de la plata por desavenencia con Huallpa.
Antes de este, el indio Huallpa, de nación Chumbivillca (por Cuzco), que
siguiendo a sus venados, tuvo que agarrarse de una rama, arrancando de raíz
descubrió una veta muy rica, siendo vecino de Porco llevó para ensayar por
guayra trabajando muy secretamente, mas luego compartió con Huanca, porque vio
que Huallpa sacaba buenas fundiciones”.
Junto a estos dos primeros cronistas aparecen más en el
siglo XVI: Benino (1573), Lizárraga (1575), Tito (1584), Ocaña (1600) y otros
que durante el periodo colonial reflejaron detalles del descubrimiento del
célebre cerro.
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