Foto: Clasificación y selección en Sorata en 1940 en una casa
rescatadora de quina. Foto Fellman.
Por: Edgar Ruiz Botello /www.ensayosedgarruiz.blogspot.com
La quina se comenzó a usar masivamente en el siglo XIX para
la obtención de la quinina. Su incidencia en el volumen de exportación era ya
importante en 1826, cuando Pentland (británico) elaboró un informe sobre
Bolivia, en el que asignó a la quina un 12 % del total de productos exportados.
En 1830 el Presidente de Bolivia Andrés Santa Cruz, otorgó
facilidades legales a quienes organizasen empresas para explotar la quina y así
poder obtener más impuestos para Bolivia.
El auge de la explotación de la quina se produjo en 1850,
cuando numerosos pioneros se adentraron en las zonas tropicales de Bolivia,
como Mapiri, Guanay, Apolo e Ixiamas, para extraer la corteza.
La existencia de un banco rescatador de quina y el monopolio
estatal para su exportación, así como los altos costos de transporte de las
regiones productoras del norte de La Paz hasta la costa, imposibilitaron un
mayor desarrollo de la producción.
En 1850 en Mapiri y Guanay (provincia Larecaja) existían
rescatadores como Otto Richter, en Apolo (provincia Franz Tamayo) habían
rescatadores como Aurelio Arias y en Ixiamas (provincia Iturralde) existían
rescatadores como Leandro Loayza y otros. En estas 3 provincias habían
plantaciones silvestres de quina amarilla (Cinchona calisaya). Generalmente los
rescatadores no pagaban todo en dinero a los explotadores, sino en víveres,
ropa y otros. Así por ejemplo, se cuenta que la ex casa Gunther de Sorata,
pagaba inclusive, parte de la quina a los rescatadores, con botellas de champán
francés, que importaba directamente desde Europa.
En 1879 Otto Richter tenía un almacén en la calle Comercio
de la ciudad de La Paz, donde rescataba quina, oro y objetos de plata, asimismo
vendía enlatados y otros productos importados y realizaba giros a Lima,
Londres, París y Frankfurt (Alemania).
Los precios de la quina decayeron no-tablemente en 1880
debido a que en 1865 el británico Ledger llevó desde el Alto Beni, 12 libras de
semillas de los árboles de quina a la Isla de Java, en las In-dias Orientales
Holandesas (actualmente Indonesia-Asia). En 1930 el sudeste asiático producía
el 90 % de la producción mundial de quina. En 1930 químicos alemanes
sintetizaron el Atabrine (clorhi-drato de quinacrina) más eficaz que la quinina
y menos tóxico. En 1944 los químicos estadounidenses Robert Wood-ward y William
Doering consiguieron sintetizar la quinina a partir del alquitrán mineral.
La explotación de la quina y su posterior traslado al
principal centro de acopio como fue Sorata, debió lograr un gran movimiento
económico en esa población, restos de este apogeo que pueden incluso observarse
hasta el presente, reflejados en las imponentes construcciones de esa
localidad.
Para la explotación de la quina, primeramente se ubicaban
los diferentes árboles en la selva, posteriormente se procedía a derribarlos
(se producía la extinción de los árboles) para luego extraer toda la corteza
(quina). El rendimiento aproximado era de unos 4 a 6 quintales de corteza de
quina de un gran árbol.
Las cortezas se transportaban por ejemplo, desde Mapiri en
mulas a centros de acopio, como Sorata (7 días de caminata desde Mapiri hasta
Sorata), a la casa Richter (1830-1880) y luego a la casa Gunther (1880-1940),
donde se procedía con su comercialización (rescate), para su posterior
exportación vía Puerto Pérez en el Lago Titicaca y luego al Puerto de Mollendo
en el Océano Pacífico, para posteriormente trasladar la quina a los países de
ultramar.
Entre los peligros que se podían tener al explotar la quina
estaban los encuentros con los animales de la selva, principalmen-te con el oso
jucumari (oso andino o de anteojos). Los explotadores durante su ta-rea en la
selva, veían también a componentes de la etnia leca.
En 1883 se iniciaba la construcción del Canal de Panamá y la
malaria junto con la fiebre amarilla cobraban la vida de 200 tra-bajadores cada
mes.
En la década de 1940 existió un primer reaviva-miento en el
comercio de la quina, debido a la Segunda Guerra Mundial, donde las
plantaciones de quina de Indonesia cayeron en manos de Japón. Debido a la
malaria murieron cerca de 60.000 soldados norteamericanos.
Entre 1960 y 1970 se produjo un segundo reavivamiento de la
comercialización de la quina, principalmente para su uso en la Guerra de
Vietnam (Vietnam del Norte versus Vietnam del Sur, con la participación de
Estados Unidos, donde los soldados enfermaban con malaria, paludismo o
terciana). La quina salía en avión desde Mapiri hacia la ciudad de La Paz.
Entre algunas de las rescatadoras ubicadas en la ciudad de La Paz, estaban
“Gasser” y “Estrella Azul”. Existían calidades de corteza.
La malaria o paludismo es una enfermedad humana, de las aves
y de los monos, causada por la infección de un protozoo del género “Plasmodium”
transmitido por la picadura de un mosquito del género “Anopheles”. Los síntomas
generales de la malaria son escalofríos, sudoración y fiebre intermitente (cada
3 ó 4 días). Existen 4 formas de malaria según el agente causal, así se tie-nen
las debidas a Plasmodium: (1) “vivax”, (2) “falciparum”, (3) “mala-riae” y (4)
“ovale”.
Actualmente ya no se usa la quina porque existen
medicamentos sintéticos menos tóxicos que la quinina; así por ejemplo
actualmente en los diferentes hospitales de Bolivia, para el tratamiento de la
malaria se usa el fármaco llamado cloroquina. Se debe recalcar que también en
1973, existían pacientes con casos combinados (ejemplo “P. falciparum + P.
vivax”) en la frontera con el Brasil.
Toda esta historia fue retratada por un alemán quien vivió
en Sorata, el alemán apellidaba Ferman, que traducido del alemán al castellano
significa hombre de hierro.
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