Al amanecer del 18 de enero de 1978, luego de más de 20 días
de iniciada la huelga de las cuatro mujeres mineras, militares y policías se
dieron a la tarea de ingresar a los recintos, maltratar a los huelguistas.
Hombres y mujeres fueron separados, y las cárceles de todo el país se llenaron
de ciudadanos convencidos de su acción pacífica para conseguir la democracia en
el país. Ese mismo día la Iglesia Católica echó un grito al cielo, hubo voces
importantes de condena a la intervención de los recintos católicos.
Entonces el Arzobispo de La Paz, Monseñor Manrique, advirtió
que si el Gobierno no liberaba a los detenidos se iba a llevar a cabo la
práctica de la excomunión contra el Presidente. A las 13 horas de ese mismo día
el Gobierno retrocedió y liberó a los presos.
LA HUELGA
El 28 de diciembre de 1977,
cuatro mujeres mineras y sus catorce hijos iniciaron una huelga
exigiendo a la dictadura de Banzer la democratización del país, la reposición
en sus trabajos de los obreros despedidos, el retiro de las tropas del ejército
de los centros mineros y la amnistía irrestricta para los dirigentes políticos
y sindicales.
Al principio, el Gobierno no concedió importancia al tema, y
los personeros del gobierno señalaron que no cedería a las presiones de los
huelguistas.
La huelga se extendió a las seis ciudades más importantes de
la nación y aglutinó a universitarios, religiosos y sacerdotes, periodistas e
intelectuales y a dirigentes políticos. El movimiento, sin precedentes, alcanzó
difusión internacional y debilitó día tras día al Gobierno dictatorial del Banzer.
Llego hasta el punto de que no encontró otro sistema de
terminar con el conflicto que hacer intervenir a la policía y los militares con
desalojo violento de los huelguistas de sus lugares de concentración.
Y para desgracia de la dictadura, se hizo público un
documento firmado por militares retirados llamado ‘Topater’ en donde se pedía,
lisa y llanamente, la renuncia de Banzer.
A Banzer no le quedó de otra, acabó cediendo, de la noche a
la mañana: se promulgó una amnistía y se anunció la normalización sindical. Posteriormente
agobiado por la presión convoco a elecciones
generales para el 9 de julio de 1978.
Esta huelga fue el principio del fin de la sangrienta
dictadura del Banzerismo.
LAS 4 MUJERES
Las cuatro mujeres que iniciaron la huelga junto a sus hijos fueron: Aurora
de Lora, Nelly de Paniagua, Angélica de Flores y Luzmila de Pimentel, y posteriormente
se incorporó a la medida la célebre Domitila Chungara, y muchas otras personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario