Foto: Humaitá.
Fuente: El general y sus presidentes: vida y tiempos de Hans Kundt, Ernst Röhm y siete presidentes en la historia de Bolivia, 1911-1939. De: Robert Brockmann. Tercera edición 2009 (pág. 269)
A las 7 de la mañana del 1 de enero el ejército boliviano inicio el año 1933
con una ofensiva para capturar el fortín Corrales, objetivo que se logró tras
seis horas de batalla. Bolivia ataco con artillería más numerosa que las
fuerzas paraguayas que defendían el fortín. Los paraguayos no pudieron impedir
un movimiento envolvente y se libraron de la aniquilación solo por la llegada
de refuerzos oportunos que abrieron una brecha en el anillo boliviano, lo que
permitió a las tropas rodeadas batirse en retirada y replegarse hacia
Boquerón.
Lejos del frente de batalla, en Bahía Negra, un avión boliviano hizo de las
suyas: arrojo bombas sobre la cañonera paraguaya Humaitá, que resultó
seriamente dañada y tuvo que ser remolcada hasta Asunción para ver si aún podía
ser reparada. Más aun, no se sabía el destino de un hidroavión paraguayo que
había estado situado al lado de la cañonera ya que había corrido, al parecer,
peor suerte.
Un comunicado paraguayo admitía esa misma noche la pérdida de Corrales y
agregaba que la lucha continuaba al sureste del fortín: es decir, entre
Corrales y Boquerón, que es hacia donde se dirigía la ofensiva boliviana.
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