Encontrándose destinado en el Colegio Militar, el teniente JULIO SANJINEZ
BARRENECHEA, fue recomendado por el coronel Sever, Jefe de la "Misión
Francesa"; contratada por el Presidente Ismael Montes, para ser becado a
Alemania, a objeto de hacer un curso de artillería, esto, en vista que el
Ejército fue dotado con cañones Schneider.
Como parte del curso, era requisito contar con conocimientos de veterinaria, en
vista que los cañones, en esa época eran tirados por caballos. De ese modo, el
oficial fue transferido a la Escuela de Caballería donde resultó ser el mejor
alumno en equitación, por lo que permaneció en este centro académico, como
instructor durante dos años.
A su retorno a Bolivia fue destinado como comandante, al Regimiento Avaroa 1ro.
de Caballería, con asiento en Guaqui. Cargo que desempeñó durante nueve años.
En este largo periódo, dotó a la caballería boliviana de una doctrina de guerra
hipomóvil.
Durante la guerra del Chaco, el teniente coronel Sanjinez, organizó el complejo
sistema logístico, una verdadera cadena logística que como origen tenía la zona
del interior del país y concluía en distintos puntos de la zona de combate. Su
cargo, después del cierre de la frontera argentina para Bolivia (y
generosamente abierta para el Paraguaya), iniciada a partir de mediados de
abril de 1933. fue el de Director General de Etapas.
Junto al teniente coronel Manuel Marzana, teniente Victor Ustariz, teniente
German Busch y el teniente coronel Bernardino Bilbao Rioja, el coronel Julio
Sanjinez Barrenechea, es también otra de las figuras emblemáticas de la guerra
del Chaco.
Su historia de tiempos de paz y de guerra es desconocida por casi la totalidad
de los militares, por tanto, no es casual que ninguna unidad militar, calle,
plaza o avenida, lleve su nombre.
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