A raíz de los crecientes conflictos socio-económicos y la
imposibilidad de concertar con la oposición, el 24 de enero de 1939, el
Presidente Busch decidió declararse dictador y cerrar el Parlamento. Una masiva
concentración a su favor, convocada por excombatientes, estudiantes, obreros y
organizaciones femeninas, desfiló por el centro de la ciudad de La Paz,
portando estandartes y banderas en su apoyo.
CURIOSIDAD
Mauricio Hochschild afirma que fue amigo de Busch y que el
presidente le consultaba cuando tenía que tomar medidas económicas. No cabe
duda de que hubo una relación relativamente estrecha. ¿Fue amistad? Quizás.
Según libretas de anotaciones de Hochschild, Busch "se le
abrió" y le reveló su desesperanza por la marcha del país. De lo que
no cabe duda es que Hochschild ganó a Busch para abrir las puertas de
Bolivia a los refugiados judíos centroeuropeos que huían de la primera ola de
persecución nazi. Sin la complicidad de Busch, Hochschild no hubiera podido
salvar la vida de miles de judíos que huían de Europa.
PERO BUSCH QUISO FUSILAR A HOCHSCHILD. CURIOSA AMISTAD
Busch quiso fusilar a Hochschild porque, una vez que se
declaró dictador (en abril de 1939), emitió un decreto que obligaba a las
empresas mineras a entregar al Banco Minero de Bolivia el 100 por ciento de las
divisas obtenidas, so pena de muerte. Hochschild –probablemente confiado en su
amistad con Busch– no sólo se negó, sino que llevó a cabo una encuesta en
contra. En la decisión de fusilarlo influyó también el hecho de que los miles
de judíos europeos que hallaron refugio en Bolivia no se dedicaban a la
agricultura, lo cual era la condición para aceptarlos como refugiados. Busch,
también dado a grandes impulsos eufóricos, decretó la muerte por fusilamiento
de Hochschild. Fue la intercesión de sus ministros lo que le salvó la
vida.
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