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En general, la ciudad surgió luego que la propiedad
libre de la tierra se disolvió, la comunidad se asentó en un determinado punto
geográfico, se establecieron las aldeas y se constituyó cierta estructura de
comunicación, intercambio, defensa, producción, etcétera. Sin embargo, es bueno
aclarar que la ciudad se determinó de diferente forma según se considere el
modo de producción imperante.
En la antigüedad la ciudad fue el centro desde donde
se realizaba la producción de la tierra, es decir, la ciudad clásica tenía por
base la propiedad de la tierra o, como dice Carlos Marx, la antigüedad fue “…
la ruralización de la ciudad”. Ocurre lo contrario durante la Edad Media donde
el campo fue el centro de la historia. El desarrollo moderno de la ciudad es
una consecuencia del desarrollo del capital, “… de la urbanización del campo…”.
Con la transformación de la riqueza monetaria en capital a través de la usura y
el comercio y el establecimiento de la producción social y la propiedad privada
de los medios de producción, surgen el trabajador libre de la ciudad, los
grandes establecimientos productivos y las ciudades tal cual hoy las conocemos.
Durante la vigencia de la ciudad clásica o de la
medieval la contradicción campo-ciudad fue en alto grado resoluble, lo mismo
ocurrió en La Plata colonial; por ello, no presentaban estructuras urbanas
complejas. En estas ciudades la calle fue simplemente un camino construido
entre dos filas de edificaciones y tuvo como función básica permitir la
circulación o libre tránsito de los moradores en relación a diferentes
propósitos. En estos periodos y aun en el de acumulación originaria de capital
que se desarrolló durante la administración colonial en América, el espíritu
teocéntrico que imperaba entonces concentraba en los templos la celebración o
la rememoración de los fastos religiosos, históricos y aun los personales. “El
templo de la arquitectura clásica pide un Dios que lo habite…” dice Hegel desentrañando
implícitamente la relación de la ciudad y sus habitantes con la edificación
dedicada al culto. En cambio, la calle se relacionaba con lo mundano, con lo
cotidiano, por eso es que no existían denominaciones oficiales para las vías
urbanas, al menos esto se infiere del estudio de los planos coloniales de
nuestra ciudad; por esto también las calles se llamaron: de Mojotorillo, de la
Misericordia, de la Velera o de Alalaipata, nombres asignados por el pueblo en
función a características personales, geográficas, fácticas o funcionales
relacionadas con ellas.
Con el desarrollo del capital, especialmente en las
sociedades que promovieron la revolución industrial, se produjeron drásticas
transformaciones de diversa índole. Por supuesto, también la ciudad sufrió el
impacto de los cambios en el modo de producción y en las fuerzas productivas.
La producción social de bienes para la circulación, cambio y consumo transformó
al campesino en trabajador libre de la ciudad, en obrero, por la migración
producida se extendió la ciudad, hecho que obligó a desarrollar políticas
urbanas referidas a la dotación de servicios básicos: iluminación, agua,
drenaje, transporte, etcétera. La ciudad moderna presentó una necesidad más a
ser solucionada: la identificación de las innumerables vías urbanas que desde
entonces la componían, esta identificación o nominación será oficial.
Acerca de los nombres de las calles u otros lugares
urbanos debe indicarse que el desarrollo del capital implicó además el
desarrollo ideológico de la sociedad en general y de la clase más interesada en
estos cambios en particular: la burguesía. El proceso de esta transformación se
inició con las doctrinas que desde la reforma protestante y los postulados de
la Compañía de Jesús indicaban o sostenían la idea de que el hombre conocía a
Dios a través de la razón. En el devenir, la racionalidad humana se transformó
en conciencia del hombre sobre sí mismo, pero, como la conciencia absoluta o
concreta no podía realizarse en sustancia, el hombre realizó el concepto de la
voluntad autónoma, que equivale a la idea de que el hombre en uso de su razón y
consciente de su rol en la naturaleza puede conocerla y transformarla sin
sujeción alguna, sin barreras de índole alguna. Sin embargo, como estas
barreras existían, es más, la monarquía impedía la vigencia y realización de la
voluntad autónoma, el hombre concretó otro concepto: la libertad, que no
pudiendo realizarse de modo abstracto, necesitó de la igualdad como garantía de
su propia existencia. De este modo la libertad y la igualdad humana devienen de
la razón, de la conciencia y de la voluntad autónoma, al mismo tiempo que las
contienen. Por otra parte, la libertad y la igualdad crearon al Estado nacional
donde a la vez se concretan y conservan. Así es como la razón, en tanto
concepto simple, se sublima hasta alcanzar el grado conceptual de Estado. Este
proceso destruyó el espíritu teocéntrico que había imperado en la vieja
sociedad e implantó el sentido antropocéntrico de la historia. En relación a la
ciudad y la denominación de las calles diremos entonces, que el Dios que
habitaba el templo de la arquitectura clásica, del que nos habla Hegel,
descendió de su altar y luego de ganar la calle se convirtió en hombre, caminó
después por ella recordando sus fastos y epopeyas y perpetuando su nombre.
En Bolivia, si bien de modo general se desarrolló el
capital bajo los mismos presupuestos, existen algunos aspectos específicos,
relativos justamente al capitalismo dependiente y atrasado que impera en
nuestro país, que imposibilitaron por ejemplo la transformación masiva de los
campesinos en trabajadores libres de la ciudad, por lo que no se extendieron
nuestras ciudades como aconteció en los países industrializados. Sin embargo,
aquel otro proceso, el ideológico, que es la base para el surgimiento del
Estado nacional y el sentido antropocéntrico de la historia se concretó en
nuestra sociedad, aquello que más de dos autores llaman “afrancesamiento”, no
es sino el resultado del desarrollo de la conciencia ideológica que posibilitó
la creación del Estado nacional boliviano. Por esto, pese a que por el tamaño o
extensión de la ciudad no existía la necesidad de una denominación oficial de
las calles de la flamante capital boliviana, desde los primeros años
republicanos estas vinieron a llamarse: del Congreso, Junín, Bolívar, Oruro.
Como puede advertirse, el Dios que habitaba el templo de arquitectura clásica
que después caminó por las calles de las viejas ciudades convertido en hombre,
recordando los fastos y epopeyas de la humanidad, también caminó por las casi
cincuenta calles que en los años de la fundación de Bolivia constituían la
ciudad de Sucre.
Metodología.
El resumen que a continuación se presenta considera
los nombres que en diferentes periodos históricos tuvieron las calles que
configuran la estructura urbana colonial de nuestra ciudad. La información se
ha obtenido de las siguientes fuentes:
1. Los nombres tradicionales fueron
obtenidos de los documentos notariales que cursan en los libros de las notarías
de la ciudad de Sucre, pertenecientes a los años 1800 a 1860. Corresponden
estos libros al Fondo Documental Poder Judicial y a la Serie Notarías de Fe
Pública del Centro Bibliográfico Documental Histórico de la Universidad de San
Francisco Xavier de Chuquisaca. También se ha consultado el material documental
del Fondo Documental Alcaldía Municipal y el Diccionario del folklore
boliviano, escrito por Felipe Costas Arguedas.
2. La nominación oficial que en diferentes
periodos tuvieron estas calles fue obtenida de los siguientes planos: a) Plano
de las calles de la capital de Bolivia, levantado en el año 1838. b) Plano de
la de la ciudad de Sucre que forma parte constitutiva del Mapa de Bolivia del
año 1859. c) Planos de la ciudad de Sucre de 1897, publicado por la Sociedad
Geográfica e Histórica Sucre y otro realizado por la misma institución en el
año de 1916 a propósito de definir el radio urbano de la ciudad. Ambos
contienen la misma información.
3. Se consideran los nombres que
actualmente poseen las calles de la ciudad de Sucre.
Las fotografías que se publican fueron tomadas en los
años cuarenta del siglo XX por Pedro Juan Vignale, están publicadas en: Noel,
Martín (Texto) Vignale, Pedro Juan (Fotografías). Documentos de arte
colonial sudamericano. (1944) Chuquisaca. Buenos Aires. Academia Nacional de
Bellas Artes de la República Argentina. 1944.
La información que contiene el presente texto es el
resultado de una investigación realizada por su autor, Joaquín Loayza Valda,
entre los años 1987 y 1990 en el Centro Bibliográfico Documental Histórico de
la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, cuya administración
estaba encargada a la doctora María del Carmen Rúa de Tirado. Se publicó en: Centro.
Boletín del Centro Bibliográfico Documental Histórico de la Universidad de San
Francisco Xavier de Chuquisaca. Año III. Nº 7. Sucre. Universidad de San
Francisco Xavier de Chuquisaca. 1990. pp. 6-14; en: Sucre a través de sus
planos. 1639-2010. Cuaderno Nº 2 Desarrollo urbano en Chuquisaca. Sucre.
Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca. 1992. pp. 121- 129; y en: Por
las calles de la antigua ciudad de Sucre. Los nombres que antaño tuvieron.
Sucre. Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca. 1996. 32 pp.
Descripción.
Abaroa, Eduardo.
Esta calle, que lleva el nombre del héroe nacional de
la Guerra del Pacífico, se llamó, en los años anteriores a la fundación de
nuestro país, calle de los Caños Rotos, según dice la tradición, porque cerca
de la esquina que forma esta calle con la actual Grau, reventaban con
frecuencia los tubos de arcilla cocida por efecto de la presión que ejercía el
agua que bajaba desde la caja que abastecía la ciudad. Felipe Costas Arguedas
indica en su Diccionario del folklore boliviano que se denominaba
como Caños Rotos a la cuadra ubicada entre las calles Dalence y Grau.
Fundada la República esta vía urbana recibió el nombre
oficial de calle Santa Cruz, desde su extremo noreste hasta la calle Calvo y
desde ahí hacia el sudeste se la denominó calle Padilla, en homenaje al
comandante guerrillero Manuel Ascencio Padilla. En 1859 se mantenía para el
tramo correspondiente el nombre de Santa Cruz, cambiándose, sin embargo, el
nombre de Padilla por el de Tarija para el otro. Luego, a esta calle se la
denominó en los últimos años del siglo XIX con el nombre de Eduardo Abaroa,
designación que conserva hasta la actualidad.
Arce, Aniceto.
Cuatro nombres se conocen de esta calle. El que nos
indica el libro de escrituras notariales I.4.44a, del año 1859, fs. 245, que es
de la Velera, significado que no se conoce y que la tradición mantuvo vigente
hasta ese año, algo más o menos. Luego, calle del Orden después de constituido
el Estado nacional. Con este nombre figura en los planos de 1838 y 1859, para
denominarse luego, en el plano de 1897, calle Cortés y, finalmente, calle
Aniceto Arce, en reconocimiento a la labor pública y personal del doctor
Aniceto Arce, quien fue presidente de la República en los últimos años del
siglo XIX.
Arenales, Juan Antonio Álvarez de.
Esta calle antes de los años de vida independiente de
nuestra patria era identificada en relación a la iglesia de San Miguel y del convento
de Santa Mónica. En el año 1838 se la encuentra con la denominación de calle
Armas, luego, en 1859, figura como calle del Prado. Después de la Guerra del
Pacífico le asignaron el nombre de Alianza, perpetuando de ese modo la batalla
del 26 de mayo de 1880. Lleva en la actualidad el nombre del ilustre español
combatiente en la Guerra de la Independencia, en las filas del ejército
patriota, Pedro Antonio Álvarez de Arenales.
Ayacucho.
En los años coloniales esta calle o solamente su
primera cuadra, la actual Estudiantes; era conocida con el nombre de calle de
la Estrella. En los primeros años de vida independiente se denominó calle
Cortes, vale decir en 1838. Posteriormente, en 1859, se denominaba calle de las
Cortes, finalmente, Ayacucho, en homenaje a la batalla del mismo nombre librada
el 9 de diciembre de 1824, desde entonces se la conoce con esa denominación,
excepto en su primera cuadra, que se la nombra calle Estudiantes.
Audiencia.
Como quiera que en esta vía urbana, durante los años
coloniales, se encontraba la Real Audiencia de Charcas, se la conocía con el
nombre de esta institución: calle de la Audiencia. Sin embargo, se conoce
también que en lo que hace a las últimas cuadras, hacia el morro de Aullagas,
hoy final calle Grau, se la conocía con el nombre de calle de Santa Elena, esto
de acuerdo a la información contenida en el Diccionario del folklore
boliviano de Felipe Costas Arguedas. De acuerdo a información recogida de
vecinos octogenarios, a la altura de la actual esquina Suipacha-Grau existía
una plazuela con el nombre de Santa Elena.
Tomando en consideración que en esta calle, a la
altura justamente de la Real Audiencia, se suscitaron los acontecimientos
históricos de la noche del 25 de mayo de 1809, esta vía urbana recibió el
nombre de calle 25 de Mayo luego de fundada la República, después, en 1859, se
la llamó simplemente calle de Mayo. Desde 1897 tiene dos nombre: calle
Audiencia, en su primera cuadra, y calle Grau, en homenaje al héroe peruano de
la guerra de 1879, almirante Miguel Grau, en las siguientes cuadras.
Azurduy, Juana.
Por lo menos en sus primeras cuadras esta calle era
identificada por la iglesia de La Merced, sin embargo, se conoce también que en
los últimos años coloniales y aun en los primeros de vida independiente se denominaba
calle El Palomar, según información recogida por Felipe Costas Arguedas y la
documentación notarial existente en el Centro Bibliográfico Documental
Histórico de la Universidad de Chuquisaca.
Los administradores del gobierno independiente la llamaron
en el año 1838 calle Libertad, transformándose luego, en 1859, en calle
Independencia, nombre que alcanzaba, además, a la Colón. Desde el año 1897 pasó
a denominarse calle Azurduy, como justo homenaje a la heroica guerrillera de la
Guerra de la Independencia, doña Juana Azurduy de Padilla, nombre con el que
hoy se la conoce.
Argentina.
Bolívar, Simón.
Según la información recogida en el libro I.4.44a de
la documentación notarial existente en el Centro Bibliográfico Documental Histórico
de la Universidad de Chuquisaca, esta calle se llamó del Buen Retiro, sin
embargo, en esa misma época o antes, a esta calle se llamó también calle Larga
y calle de los Caballeros, porque en la misma se encontraban las viviendas de
las familias más acomodadas de la sociedad aristocrática de la otrora La Plata.
En el año 1838 se la encuentra denominaba calle Cochabamba para el primer
tramo, mientras que el segundo pasó a llamarse calle de Padilla. El nombre del
libertador Simón Bolívar es utilizado para identificar esta calle desde los
últimos años del siglo XIX.
Bustillo, Rafael.
De acuerdo a la información recogida por Felipe Costas
Arguedas y por la que existe en los registros notariales del Centro
Bibliográfico Documental Histórico de la Universidad de Chuquisaca, esta calle
se denominó tradicionalmente y, suponemos, antes de la constitución del Estado
nacional: calle de San Pedro, porque en la esquina que forman las calles
Bustillo y colón se dice que existía un hospital con aquel nombre.
Después de 1825 aparece con el nombre de calle
Congreso, pasa luego a denominarse calle del Congreso en 1859 y en los
postreros años del siglo XIX calle Bustillo, suponemos, en reconocimiento a la
labor pública del doctor Rafael Bustillo. Quizá por error, actualmente aparece
con el nombre de Bustillos, excepto en su primera cuadra, que es identificada
con el nombre de la República Argentina.
Durante la primera mitad del siglo XX el pueblo la
llamaba calle de la Botella Verde, especialmente a su último tramo desde la
calle La Paz, porque en la esquina que forman la Bustillo con ésta, en su
sector noroeste, existía una inmensa botella verde que anunciaba la venta de
singani.
Ballivián, José.
Esta calle se formó durante la primera mitad del siglo
XIX, así se advierte en el plano de 1859 y, como no tuviera en esos años mayor
importancia, no se le consigna denominación. En los planos de 1897 y 1916
aparece completamente constituida, pero, sin ninguna identificación. El nombre
que hoy lleva, del general José Ballivián, vencedor en el campo de batalla de
Ingavi, corresponde al siglo XX.
Cruz Verde.
Aunque sin nombre, figura ya constituida esta pequeña
calle en los planos de 1859, 1897 y 1916. Actualmente se la designa con el
nombre de Cruz Verde porque en la esquina que forman esta calle con la Aniceto
Arce se encuentra, en una hornacina, una antigua cruz del color de referencia.
Según la tradición, fue el padre franciscano Tata Solano el que en
1585 implantó esta cruz. La pintaron de verde porque por ese sector de la
ciudad comenzaba el camino hacia el este y Cochabamba, es decir, hacia los
verdes valles.
Camargo, Vicente.
Acerca de esta calle nos informa Felipe Costas
Arguedas, que es el que ha recogido los datos de la tradición de los últimos
años del siglo XIX y primeros del XX; en sentido que se denominaría calle
Calixto. Lo propio aseveran personas de edad avanzada o aquellos que tuvieron
la oportunidad de recoger esta información por boca de aquellos. Sin embargo, a
fs. 189 del libro notarial I.4.33a, que existe en el Fondo Documental Poder
Judicial, Serie Notarías de Fe Pública, del Centro Bibliográfico Documental Histórico
de la Universidad de Chuquisaca, se encuentra que se denominaba calle Calixto a
la entonces calle Oruro, o sea, la actual calle Ravelo. Como quiera que la
tradición sufre también las modificaciones que el rigor de la historia impone a
la humanidad, debe señalarse lo siguiente: primero, que se llamó calle Calixto
a la actual Ravelo hasta los años inmediatamente posteriores al año 1859;
segundo, por razones que por ahora no se conocen, el pueblo señaló con el
nombre de Calixto a la calle Camargo, específicamente a la sección que hoy,
ampliada y renovada, se denomina con el nombre de avenida Hernando Siles.
En el plano de 1838 figura esta calle con el nombre de
Presto, se transformó por el año 1859 en calle Camargo, nombre con el que
aparece en 1897 y en la actualidad se ha dividido en dos segmentos: Camargo, en
memoria del guerrillero de la Guerra de la Independencia Vicente Camargo, desde
la calle Aniceto Arce hacia el noreste y en su segmento ampliado se denomina
avenida Hernando Siles, en homenaje al rector universitario y presidente de
Bolivia.
Calvo, Daniel.
En los años coloniales esta calle era identificada por
la presencia de los tres templos que en ella existen: Santo Domingo, Santa
Clara y San Lázaro. Sin embargo, durante los años últimos de la administración
colonial y quizá porque en ella se expedían los bienes comerciales de
importación, también se la llamó calle del Comercio Extranjero. Con este nombre
aparece en el plano de 1838 y en el plano del año 1859 la ubicamos con el
nombre de calle del Comercio. Desde el año 1897 y aún hoy esta calle se
denomina Calvo, en homenaje a Daniel Calvo, notable intelectual chuquisaqueño.
Colón, Cristóbal.
De acuerdo a la información tradicional que acerca de
esta calle se conoce, se la nombraba de Popayán, por existir en ella una cruz
que tradicionalmente se la designa como Cruz de Popayán, tradición que fue
recopilada por Felipe Costas Arguedas y confirmada por la evidencia documental
notarial conservada en el Centro Bibliográfico Documental Histórico de la
Universidad de Chuquisaca. El 12 de agosto de 1675 se posesionó como arzobispo
de La Plata el ilustrísimo Melchor de Liñan y Cisneros, quien trajo del
obispado que venía, Popayán, Colombia; una pequeña cruz que los vecinos de
aquella ciudad le entregaron como recuerdo. Un artífice de La Plata la incrustó
en una cruz mayor que es la que ahora se encuentra en una hornacina en la
esquina de las calles Colón y Loa.
El año 1838 aparece con el nombre de calle
Independencia, en el año 1859 comparte con la actual Azurduy el mismo nombre y
en los últimos años del siglo XIX viene a llamarse con el nombre del navegante
italiano Cristóbal Colón, denominación que hoy se mantiene.
Chaco.
La información contenida en los registros notariales
existentes en la Universidad de Chuquisaca otorga a esta calle el nombre de
callejón de Santa Ana, sin embargo, Felipe Costas Arguedas, sobre la base de
información tradicional entonces vigente, afirma que se conocía con el nombre
de Santa Ana a la calle actualmente denominada Dalence. En el año 1938 figura
con el nombre del general José Miguel Lanza, quien fue comandante en la Guerra
de la Independencia y muerto, precisamente, en ese lugar de la ciudad durante
los sucesos del 18 de abril de 1828. En el plano de 1859 aparece sin ninguna denominación,
mientras que el año 1897 se la denomina calle Santa Ana y actualmente posee el
nombre de la región boliviana donde se produjo la conflagración entre Bolivia y
el Paraguay: el Chaco Boreal.
Destacamento 111.
El templo de Santa Bárbara y el Hospital fueron,
durante los años coloniales y en los primeros del siglo XIX, las referencias
arquitectónicas que permitieron identificar a esta calle. En efecto, en el año
1838 la encontramos con el nombre de calle Hospital, luego, en 1859 pasó a
denominarse calle del Hospital. Transcurrida la contienda bélica del año 1879,
es decir, por el año 1897, se denominó calle Tarapacá, prolongando de este modo
la calle que con esa denominación hoy existe. En la actualidad se la nombra
Destacamento 111, en homenaje a los chuquisaqueños que formaron en aquella
unidad militar con la que ingresaron a la Guerra del Chaco.
Dalence, José María.
Esta calle fue conocida con el nombre de Munaypata,
así aparece nominada en los registros notariales de la época. Felipe Costas
Arguedas indica que el pueblo la llamaba, entendemos en las postrimerías del
siglo XIX y comienzos del XX, calle de Santa Ana, aunque ya se ha aclarado que
oficialmente la actual calle Chaco era la que recibía este nombre aquellos
años. Fundada la República se la denominó calle Artes, así aparece en el plano
de 1838. En el plano de 1859 viene a llamarse calle de las Artes y calle José
María Dalence, en memoria de este ilustre boliviano, desde el año 1897, nombre
con el que hasta ahora se la identifica.
España.
La escritura 114 del libro notarial I.4.53a, que
existe en el Centro Bibliográfico Documental Histórico de la Universidad de
Chuquisaca, señala que esta calle se denominaba en los años coloniales y en los
tempranos de la República: calle de Curipata o calle de la
Carnicería. En el plano de 1838 la encontramos con el nombre de calle Ayacucho,
en el de 1859 se denominaba calle de Ayacucho, luego, en los últimos años del
siglo XIX su nombre oficial era calle del Banco, al respecto, conocemos que por
este hecho y probablemente porque en esa misma calle se concentraban las
agencias de establecimientos financieros se la llamaba calle de los Bancos.
Actualmente lleva el nombre del Reino de España.
Estudiantes.
Echeverría.
No se conoce el nombre o nombres tradicionales que
pudo poseer esta calle. Sin embargo, se conoce que en el año 1838 se la
denominaba calle Carretas y el año 1859 calle de Carabelas. En el plano de
1897, así como en el de 1916, figura sin denominación y en la actualidad se llama
calle Echeverría.
Grau, Miguel.
Junín.
En los años de la administración colonial y en los
primeros de la independencia conocían los chuquisaqueños con dos denominaciones
a esta calle: calle de San Sebastián a las cuadras ubicadas desde esta iglesia
hasta la actual avenida Hernando Siles y las otras cuadras, las que se ubican
en el trayecto hacia el actual cementerio, con el nombre de Trujillo, esto de
acuerdo a la escritura de fs. 141, libro I.4.40a, del Archivo Notarial del
Centro Bibliográfico Documental Histórico de la Universidad de Chuquisaca.
El monseñor Julio García Quintanilla en su obra Historia
de la Iglesia en La Plata, Tomo III, página 132, al referirse a una compra que
se realizó el año 1572 señala que esta calle, por lo menos en las inmediaciones
del templo de San Sebastián, se denominaba calle Real.
Después de creado el Estado nacional boliviano recibía
los nombres de calle Sucre, en las inmediaciones de la iglesia de San Sebastián
hasta la calle actualmente denominada Arenales y de ahí hacia el cementerio se
llamó calle Junín, rememorando la batalla del 6 de agosto de 1824. En el plano
de 1859 aparece con los nombre de calle de Sucre y calle de Junín para los
mismos tramos, tomando, en los últimos años del siglo XIX, sólo el nombre de la
batalla de Junín para toda su longitud, nombre con el que hoy se la designa. En
los años cincuenta el tramo próximo al cementerio recibió el nombre de calle
Perú.
Kilómetro 7.
Esta vía urbana se formó toda vez que el paseo de la
Alameda, hoy parque Bolívar, se construyó en los últimos años de la administración
colonial. Sin embargo, no se conoce aún el nombre que tuvo por aquellos años.
Idéntica circunstancia se presenta respecto al plano de 1859. En el plano de
1897, así como en el de 1916, aparece con el nombre de calle del Sol. Después
de la Guerra del Chaco se la llamó con el nombre de la batalla de Kilómetro 7,
denominación con la que se la identifica actualmente.
Loa.
La tradición, así como la información notarial del
siglo XIX, tal el caso de la escritura 70 del libro I.4.55a, señalan la existencia
de la calle de las Cuatro Esquinas unas veces y otras, indican con ese nombre
solamente a la esquina de las calles actualmente nombradas Loa y Ravelo, lo que
quiere decir que es aún difícil establecer si la calle se llamó Cuatro Esquinas
en toda su longitud o si esta denominación afectaba sólo a la esquina de
referencia. Por otra parte, se conoce también que esta calle o cuando menos la
cuadra ubicada entre la Arenales y la Ayacucho, era denominada calle de la
Pelota, porque en el muro del convento de Santa Mónica, que entonces aún estaba
erigido, los vecinos practicaban el deporte de pelota vasca.
En el plano de 1838 esta calle tenía dos nombres:
Camargo, desde las proximidades de Surapata hasta la calle hoy denominada
Arenales y las restantes cuadras eran conocidas con el nombre de Cobija. En el
año 1859 aparece con el nombre de Mojocoya y se convierte, después de la Guerra
del Pacífico, en calle Loa, nombre que aún hoy mantiene.
Lemoine.
Esta calle se formó en las últimas décadas del siglo
XIX y desde su formación hasta estos años lleva el nombre de los insignes
patriotas hermanos Juan Manuel y Joaquín Lemoine.
Limapampa.
Con este nombre se conocía la plazuela que hoy lleva
el nombre del departamento de Tarija. La calle que nace precisamente en la
mencionada plaza se encontraba en formación durante los primeros años
republicanos. La información notarial de fs. 7 del libro I.4.42a, del año 1858,
hace referencia a que el paraje descampado en el que se ha formado totalmente
esta calle se denominaba Guayllapampa. En el plano de 1859 y en los de
1897 y 1916, a pesar de existir en formación en el primero y ya formada en el
segundo, no posee nombre. En la actualidad esta calle lleva el nombre de Limapampa.
La Paz.
No se conoce el nombre que antaño tuvo esta calle. En
el plano de 1838 figura con el nombre de calle Yotala, en el de 1859 como calle
de Yotala y se la nombra con el del departamento de La Paz en los años
postreros del siglo XIX, nombre que aún hoy mantiene.
Moreno, Gabriel René.
Antes de la constitución del Estado nacional boliviano
a esta calle se la conocía con el nombre de Alalaypata. Luego de creada la
República se la nombró calle Quilaquila, denominándose calle de Quilaquila en
el año 1859. En el año de 1897 figura con el nombre del conquistador Pedro
Anzures y actualmente con el nombre del eminente escritor e historiador
boliviano Gabriel René Moreno.
Oruro.
No se tiene ninguna información acerca del nombre que
esta calle tuvo en los años coloniales o el que tradicionalmente llevara.
Aunque es una calle antigua y figura, por lo mismo, en todos los planos de la
ciudad, por razones que no son posibles explicar no lleva nombre en el plano de
1838 ni en el de 1859. Aparece como calle Pereyra en el plano de 1897 y en la
actualidad se la conoce con el nombre del departamento de Oruro.
Olañeta, Casimiro.
De esta calle se conoce que se la identificaba con el
nombre del templo de San Agustín, hoy María Auxiliadora. También es conocido
que en los años primeros de la República se la denominaba de Socabaya, porque
en esos años el convento de San Agustín se había transformado en tambo, al que
se lo conocía con el nombre de tambo de Socabaya. Sin embargo, también se la
identificaba con el nombre de Tres Molles, se afirma porque una esquina de esta
calle se denominaba así. En el plano de 1838 aparece como calle Perú, en el de
1859 como del Perú y en los años postreros del siglo XIX se denominaba con el
nombre de Casimiro Olañeta, con el que ahora también se la designa.
Ortiz, Nicolás.
En el libro de protocolos de la Notaría de Hacienda y
Minas de Chuquisaca del año 1797, a fs. 130 vta., se informa que esta calle era
conocida como calle de la Misericordia. Estos mismos protocolos le asignan
otras veces el nombre de calle de la Piedad. En los primeros años republicanos se
llamó calle Potosí, en el plano de 1859 se llamaba calle de Potosí, en el de
1897 aparece como calle Pérez, en homenaje al general José María Pérez de
Urdininea, importante combatiente en la Guerra de la Independencia. En los años
actuales conserva este nombre, excepto en su primera cuadra, la que lleva el
nombre del médico cruceño Nicolás Ortiz.
Polanco, Mariano Suárez.
Esta calle se formó en las últimas décadas del siglo
XIX, cuando en las inmediaciones del templo de La Recoleta apareció el barrio
de Seke-Rancho. Desde aquellos años tiene el nombre del sacerdote
franciscano, patriota en la Guerra de la Independencia, Mariano Suárez Polanco.
Padilla, Manuel Ascencio.
No se conoce el nombre que recibía esta calle en los
años coloniales o el que le hubiera asignado la tradición chuquisaqueña. Luego
de creado el Estado nacional poseía dos denominaciones: calle Cueto, en
reconocimiento a la lucha patriótica del guerrillero Jacinto Cueto en la Guerra
de la Independencia, desde su extremo noreste hasta la actual calle Calvo y en
el tramo siguiente calle Colombia. En el plano de 1859 recibió los nombres de
calle del Cuzco para el primer tramo y de Colombia para el segundo. El nombre
del comandante guerrillero de la guerra de liberación Manuel Ascencio Padilla
es utilizado para su identificación desde los últimos años del siglo XIX hasta
hoy.
Potosí.
Se posee información en sentido de que esta calle se
llamó Infiernillo o Mojotorillo en los años postreros coloniales y en los
primeros del siglo XIX. En el plano de 1838 se la designa con los nombres de
José Ignacio Zárate, guerrillero de la gesta de liberación contra el dominio
español; desde su extremo noreste hasta la actual calle Calvo y desde aquí con
el nombre de Catalinas, por estar situado en este tramo el convento de Santa
Catalina, hoy colegio San Cristóbal. Figura en el plano de 1859 con los nombres
de calle de Zárate y calle de Santa Catalina para los mismos segmentos. En los
últimos años del siglo XIX viene a llamarse calle Unión y actualmente tiene el
nombre del departamento de Potosí.
Pilinco.
Esta calle se formó en los últimos años del siglo XIX
y desde entonces se la identifica con el nombre de calle Pilinco, en homenaje a
Antonio Gallardo, alias el “Philinco”, que el 1 de diciembre de 1661 sublevó a
los mestizos de La Paz, muriendo en el desarrollo de este acontecimiento en la
ciudad de Puno, la que pretendía también sublevar. Esta información fue
facilitada por el doctor Jorge Querejazu Calvo.
Ramírez, Domingo L.
En el plano de 1897 aparece esta calle completamente
formada, sin embargo, no se le asigna ninguna denominación. Actualmente posee
el nombre del intelectual y político chuquisaqueño Domingo L. Ramírez.
Ravelo, Agustín.
Por la información contenida en el libro notarial
I.4.33a, fs. 189, que se resguarda en el Centro Bibliográfico Documental
Histórico de la Universidad de Chuquisaca, a esta calle la denominaban Cruz de
la Retama o calle Calixto en los últimos años coloniales y primeros de vida
republicana. Sin embargo, la tradición de los años postreros del siglo XIX y
primeros del XX asignó este nombre a la calle actualmente nombrada Camargo,
específicamente a la avenida Hernando Siles. En los años coloniales se llamaba
también calle de Santa Rita, por ubicarse en ésta el beaterio del mismo nombre.
Era la calle que conducía al matadero.
En el plano de 1838 se le asigna la denominación de
calle Oruro, en el plano de 1859 aparece como calle de Oruro. A fines del siglo
XIX recibió el nombre del comandante guerrillero Agustín Ravelo, denominación
con la que se la conoce actualmente.
Suipacha.
No se conoce el nombre tradicional o que en los años
coloniales poseía esta calle. En los primeros años de vida independiente la
llamaron calle Prudencio, luego, a mediados del siglo XIX llevaba el nombre de
calle de Prudencio. En el plano de 1897 figura como calle Suipacha, en homenaje
a la batalla del mismo nombre. Con esta denominación se la conoce actualmente.
Sainz, Pastor.
Aunque esta calle figura en el plano de 1859 no posee
denominación que la identifique. En los últimos años del siglo XIX se la
denominó con el nombre del guerrillero Jacinto Cueto. Actualmente lleva el
nombre del industrial minero y político chuquisaqueño Pastor Sainz.
San Alberto.
Durante la administración colonial esta calle era
identificada por la presencia del templo de San Francisco, el convento de Santa
Teresa, las casas de niñas huérfanas de San José y de las Recogidas. Felipe
Costas Arguedas señala que en sus últimas cuadras se la denominaba calle del
Quilombo.
En los primeros años de la administración republicana
se la conocía como calle Paz, luego, en 1859 aparece como calle de La Paz. En
el plano de 1897 se la designa con el nombre del arzobispo Josef Antonio de San
Alberto, nombre que aún hoy es utilizado en su identificación.
Serrano, José Mariano.
No se conoce el nombre colonial o tradicional de esta
calle. En el plano de 1838 aparece como calle Cinti, se transforma en calle de
Cinti en 1859 y tiene desde las últimas décadas del siglo XIX el nombre del
presidente de la Asamblea Deliberante que el 6 de Agosto de 1825 estableció el
Estado nacional boliviano, es decir, de José Mariano Serrano.
Torrelio, Mariano.
Esta calle se formó en los últimos años del siglo XIX,
en las inmediaciones del templo de la Recoleta, en la zona que entonces se
denominaba Seke-Rancho, desde entonces lleva el nombre de Mariano
Torrelio, militar y político de destacada actuación en la Guerra de la
Independencia y en los posteriores acontecimientos históricos del siglo XIX.
Tarapacá.
Es posible que en los años coloniales su proximidad al
hospital determinara su identificación. El año 1838 aparece con el nombre de la
provincia Chayanta de Potosí. En el plano de 1859 figura como calle de Chayanta
y desde los últimos años del siglo XIX lleva el nombre del antiguo departamento
peruano de Tarapacá, importante por los episodios históricos allí acaecidos
durante la guerra de 1879. Actualmente mantiene ese nombre.
Urcullo, Manuel María.
Si bien en el plano de 1859 aparece esta calle ya
formada, sin embargo, no poseía identificación. En el plano de 1897 aparece con
el nombre del jurisconsulto Manuel María Urcullo, denominación con la que hoy
se la conoce.
Otras calles.
Aunque hoy no posee denominación, debe indicarse que
la vía urbana que circunda por el norte el parque Bolívar llevaba el año 1838
el nombre de calle placer. En el año 1859 figura sin ninguna denominación y en
1897 aparece con el nombre de calle Potosí.
Otra vía urbana que merece comentario es el callejón
de Kori-tambo, que une las calles Camargo y Urcullo en sus cuadras comprendidas
entre las calles España y Aniceto Arce. En los últimos años coloniales y
durante los primeros de la segunda mitad del siglo XIX se denominaba el
callejón de las Santillán. Se cerró en una mitad hacia la calle Camargo en los
últimos años del referido siglo. El segmento que se mantenía abierto hacia la
calle Urcullo oficialmente formaba parte de ésta para diversos fines, hasta que
en 1997 fue reabierto con el nombre de Kori-tambo.
Finalmente, debe señalarse que a pesar de los
esfuerzos realizados no fue posible identificar las calles a las que los
siguientes nombres corresponden: calle de la Escuela, calle del Fuerte, calle
del Embocadero, calle de Tocopila, calle de Mosojllajta y barrio
de Monserrate.
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ResponderEliminarGracias x el dato. Visité otros sitios web,pero en este hallé mucha información y mejor que otras fuentes.
ResponderEliminarQue buena publicación, aprendi mucho de mi Sucre querido.
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