Por: O. Córdova.
«RÁPIDAMENTE, GARABATEA SOBRE UN PAPEL: ...ACABO DE DERRIBAR UN AVIÓN PILA AL
S.O. DE SAAVEDRA, CON MANIOBRAS INDICARÉ EL LUGAR...».
Las patrullas bolivianas destacadas para recoger los restos de los vencidos,
descubrieron los cadáveres de los pilotos paraguayos destrozados, presa ya de
rápida descomposición... El avión estaba totalmente deshecho y, entre los
restos diseminados aparecían algunos efectos de los dos muertos: algunas
medallas religiosas, una era la «medalla milagrosa», traída sin duda de Francia
por Benitez (paraguayo), anillos de oro retorcidos, un revolver donado por «el
Presidente Guggiari, al mejor tirador del Paraguay», dos relojes
deshechos.
Emergía el timón de dirección del Potez, especie de palimpsesto macabro, pues
debajo de la ligera capa de pintura con la estrella paraguaya, aparecían los
colores argentinos.
Pabón guardó, como regios trofeos de su resonante victoria, una pistola y un
puñal, hallados igualmente en el sitio en que terminó la catástrofe...Los
médicos de Muñoz, por su parte, practicaron la autopsia de los restos mortales
a ambos enemigos, habían recibido en pleno cuerpo, en la cabeza, multitud de tiros
mortales. La cabeza de Benitez estaba atravesada de parte a parte...» Los
pilotos paraguayos abatidos por el Cap. R. Pabón, fueron Tte.1ro.P.A.M. Trifón
Benítez Vera y el Cap.Inf. Ramón Avalos Sánchez..
(Fuente: LA VIDA FULGURANTE DE PABON — N. FERNANDEZ NARANJO)
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