Foto: Avenida Omar Chávez 1975 (EL DEBER)
Por: Jojuli para: Historias de Bolivia.
El término tambo no equivale en el boscoso oriente a posada o alojamiento, como
en el montañoso occidente, sino a conjunto de modestas viviendas.
El tambo era un hacinamiento en línea de casas de tabique
-"cuarterío"- las más de las veces reducidas y con un patio común en sus
interiores. En cada habitación vivía una familia, o dos o más, con la estrechez
y la incomodidad a que los pobres tenemos que habituarnos mal que nos
pese. Felizmente los tiempos han cambiado, y de los tambos que eran muchos
hasta hace cuarto de siglo, sólo se conservan los nombres en la tradición:
Tambo Cosmini, Tambo Encaramao, Tambo Hondo, Tambo "Linpio" (así
estaba escrito bajo el alero de su frontis), etc., etc.
En su libro, “Historia y Folklore de los barrios cruceños” Daniela Gaya Ábrego
describe a los tambos como una edificación compuesta por una variada cantidad
de cuartos para alquilar o dar alojamiento a los familiares o amigos en las
poblaciones orientales como Santa Cruz de la Sierra, por este motivo el tambo
sirvió de vivienda a la gente de escasos recursos por muchos años.
Para una población de 30.000 habitantes, los tambos se ubicaban en las manzanas
más alejadas de la plaza y centro de la ciudad. Estas zonas periféricas en ese
entonces son ahora céntricas calles dentro del primer anillo, donde según
Gabriel René Moreno habitaban más que todo “guitarristas, hilanderas,
lavanderas y costureras” o sea personas que dependían de su trabajo manual y
diario para subsistir.
Eran personas honestas y trabajadoras pero pobres. Según relatos de gente que
ha vivido en estos tambos, afirman que la vida era como la de una comunidad
grande y unida, pues todas las familias de los distintos cuartos velaban por el
bienestar de sus vecinos, festejaban juntos, comían juntos y se ayudaban
mutuamente.
Estos tambos igualmente tuvieron un papel importante en la denominación de
calles; ya que estas no tenían un nombre formal la gente simplemente se refería
a ellas por el nombre del tambo que había.
Con mucha nostalgia, Luz Ágreda (68), recuerda lo que vivió entre el pasillo y
el pequeño cuarto en el que vivía junto a su familia en el tradicional Tambo
Hondo, ubicado en la calle Manuel Ignacio Salvatierra. "Compartíamos todo
entre vecinos, jugábamos, charlábamos hasta nos prestábamos víveres y
herramientas de trabajo. Éramos varias familias pero a la vez una sola, aunque
los tiempos han cambiado", expresó. Aunque la mujer reconoce que los lazos
fraternales y de amistad siguen vigente entre los vecinos.
Existe hasta ahora, bien que ya con otra catadura, el llamado "Tambo del
Tigrillo", al final de la calle Charcas, entre el primero y el segundo
anillo de circunvalación de la modernizada ciudad.
¿Porqué el nombre aquel de "Tigrillo"?. Ahí va la respuesta.
A mediados del pasado siglo ocupaba un cuarto de este tambo una mujer de
pueblo, viuda y con algunos críos que el difunto le había dejado, pero
frescachona, donosa y apetitosa todavía. No faltaban solicitantes de sus
favores y sus gracias, pero ella los resistía dando muestras de firmeza y de
saber sentarse bien, como para no caer de espaldas. Y para mayor seguridad
acudió a los auxilios y confortativos de la santa religión. Oía misa los más de
los días, no se perdía novena ni quinario en su parroquia de San Andrés y hasta
hizo buenas migas con el piadoso e inofensivo sacristán.
La parroquia, de su parte, le brindó afecto y confianza, y en prenda de esta
última iba y venía el sacristán con encargos parroquiales. Dos o tres veces por
semana, entradita ya la noche, llegaba el sacristán al cuartucho de la viuda,
por el lado de atrás, es decir por el patio, y saludaba a voz en cuello, de
modo que los del tambo pudieran oirle.
-Buenas noches nos dé Dios, misia Panchita. Aquí le traigo las cosas de la
iglesia pa que las lave, como es su devota costumbre.
-Pase don Este... Y veamos la lista.
Entraba el sacristán con el atadijo de los lienzos sagrados por lavar, y como
éstos seguramente eran muchos, ahí se detenía para hacer la cuenta menuda, sin
que los demás moradores del tambo supieran hasta qué hora.
Vino en eso la época de calores. Los del tambo, en su mayoría, sacaban las
esteras al patio para descansar con algún frescor, y lo propio hacía la viuda,
salvo que más lejos, casi al fondo del canchón y junto a la frondosa arboleda
en que éste concluía. No faltó un osado que pretendió acercarse a turbar el
sueño de la viuda. Se aproximaba ya a ésta cuando oyó el gruñido de un animal
felino, y tuvo que echar para atrás más que de prisa. Igual pasó con algún otro
que se atrevió a lo mismo. Llegó de este modo a la suposición de que la viuda
tenía por ahí cerca, para su guarda y defensa, un cachorro de tigre u otro
felino semejante.
Peor la hubo uno del vecindario que no haciendo caso del gruñido, avanzó más y
se dispuso a perpetrar el asalto. A éste le cayó de pronto, desde un cupesí que
había allí mismo, el propio felino que gruñía. Pudo el atacado zafarse al
instante, más no sin sacar unos araños y alguna dentellada.
Al día siguiente todo fue comentar en el tambo el peregrino suceso. Alguien más
avisado observó que no podía haber animal de esa naturaleza en un canchón que
todos conocían. De la duda a la sospecha y de ésta a preparar la pesquisa, todo
fue uno.
A eso de la media noche subsecuente el grupo de pesquisantes se deslizó dentro
de la arboleda, con toda la sutileza y precauciones que el caso requería. El de
la primera duda y autor del plan, que comandaba la partida, acercóse al cupesí
y trás de hurgar sus ramas con un palo puntiagudo, gritó triunfalmente:
-Aquí está el tigrillo. ¡Vengan a verlo!.
El tal se había dejado caer del árbol y estaba ya en manos del anunciante. Era
nada menos que el sacristán de San Andrés, que así velaba el sueño de la viuda,
quizá con fines ni muy piadosos, ni muy desinteresados.
Desde ese día en adelante la alejada casa de vecindarios fue conocida por todo
el mundo como "El Tambo del Tigrillo".
Fuentes consultadas:
Periódico El Dia, 1 de Septiembre, 2011 (https://www.eldia.com.bo/index.php?cat=1&pla=3&id_articulo=72614)
Soy Santa Cruz (http://www.soysantacruz.com.bo/)
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