Por: Javier Badani / Extracto de su blog: javierbadani.blogspot.com
A las 6 de la tarde del 18 de septiembre de 1940 dos tiros
terminaron con el letargo de los habitantes de Alto Miraflores. Minutos antes,
Jorge Henrich y Hernán Siles Zuazo habían llegado hasta esta zona para batirse
a duelo. Apuntándose el uno al otro con dos revólveres Colt calibre 32,
ambos estaban resueltos a morir (y a matar) antes que dejar que su nombre y su
honor se manchen. Así de valorado era en aquellos días el honor. El teniente
Jorge Henrich acusaba a Siles Zuazo de haber mellado su nombre con acusaciones
infundadas que habían sido publicadas en el impreso "Inti", que Siles
dirigía. Y Siles, a pesar de que el texto había sido publicado sin su
consentimiento, aceptó el duelo -que había sido planteado por el militar- aduciendo
"razones de ética periodística". Y así aquel 18 de septiembre
terminaron frente a frente, separados sólo por los exactos 25 pasos que las
reglas de un lance así definían. No lo sabían entonces, pero Siles Suazo
terminaría un año después fundando el Movimiento Nacionalista Revolucionario
(MNR) para luego, en 1956, llegar a la Presidencia de la República. Henrich no
tendría tan destacado sino. El teniente de aviación moriría meses después del
famoso tiroteo, en un accidente aéreo que no tuvo mayor explicación. Su nombre
engalana hoy el aeropuerto de Trinidad.
La vieja La Razón documentó aquel "lance
caballeresco" de septiembre de 1940, transcribiendo los documentos
oficiales que dejó el duelo. Comparto estos deliciosos textos que dan cuenta al
detalle de este suceso.
En la ciudad de La Paz, a los 18 días de septiembre del presente
año, reunidos los representantes de los señores Hernán Siles Zuazo, Director de
"Inti", y Jorge Henrich, Teniente de Aviación, procedieron a fijar
las condiciones del lance de honor que deben acordar, según instrucciones
terminantes de sus representados, y con el fin de resolver en definitiva el
incidente y sus derivaciones, surgido entre los señores Siles Zuazo y Henrich.
Las condiciones acordadas para el verificativo del duelo son
las siguientes:
Primera: distancia de veinticinco pasos.
Segunda: arma Colt, calibre 32.
Tercera: disparo a voz de mando.
Cuarta: sitio del lance: Caiconi; horas 6 p. m.
Los representantes se reservan el derecho y la facultad de
llenar todos los requisitos conducentes a que el lance se realice dentro de la
mayor severidad, conforme a instrucciones de sus representados, tanto como se
obligan a correr con los posteriores trámites, para la realización del duelo.
Por acuerdo de los cuatro representantes se designa médico
al doctor Alejandro Téllez.
La Paz, 18 de septiembre de 1940.
(Fdo.) Fernando Loayza Beltrán. Carlos Montenegro. Capitán
Alberto Taborga. Teniente Fernando Guilarte.
ACTA DEL DUELO
En la ciudad de La Paz, a horas seis del día 18 de
septiembre de 1940, constituidos en el campo de honor los señores Capitán
Alberto Taborga y Teniente Fernando Guilarte, representantes del Teniente Jorge
Heinrich por una parte, y los señores Fernando Loayza y Carlos Montenegro,
representantes del señor Siles Zuazo por otra, y el doctor Alejandro Téllez,
que intervino en su calidad de médico cirujano, se dió cumplimiento a lo
acordado en el acta subscrita el día de hoy para el verificativo del duelo
entre los señores Hernán Siles Zuazo y Jorge Henrich.
El capitán Taborga, nombrado director de campo, sorteó las
armas, midió el terreno y recomendó a los contendores cumplir estrictamente las
condiciones estipuladas.
Colocados los duelistas a veinticinco pasos de distancia,
dada la voz de orden para hacer fuego, y producido el primer disparo, que se
comprobó no haber tenido consecuencias, se consultó a los duelistas sobre si
querían proseguir con el lance, habiendo ellos llevarlo adelante.
Cambiando el segundo disparo, que tampoco tuvo
consecuencias, los testigos exhortaron a los adversarios a dar por terminado el
duelo, pidiendo el Teniente Henrich proceder a un nuevo disparo, que el señor
Siles Zuazo aceptó de inmediato; en esta situación, el director de campo
intervino preguntando a los adversarios sobre si no tendrían un otro medio de
solucionar el incidente, a lo cual el Teniente Henrich expresó que así lo haría
siempre que se levantase las imputaciones motivadas del duelo. Los testigos, en
cumplimiento de su deber, sugirieron la rectificación correspondiente,
declarando el señor Siles Zuazo que en momento alguno estuvo lejos de su ánimo
el hacerla, puesto que estaba convencido, por documentos fehacientes de lo
infundado de los cargos aparecidos contra el Teniente Henrich, aunque hizo la
salvedad de que la rectificación del caso la haría según su criterio,
expresando, además, que había concurrido al duelo exclusivamente por razones de
ática periodística.
Suspendido el lance de acuerdo a tales expresiones, se
resolvió dar paso a la rectificación, la que conocida por el Teniente Henrich
fué aceptada.
Los testigos del duelo hacen constar que los contenedores,
en el campo del honor y en todo momento, aún en el curso del combate,
reconocieron mutuamente las condiciones de caballerosidad y hombría de bien.
Esta acta se subscribe por duplicado
(Fdo.) Fernando Loayza Beltrán. Carlos Montenegro. Capitán
Alberto Taborga. Teniente Fernando Guilarte.
Nota publicada en La Razón, en septiembre de 1940.
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