EL CONTROL DE NATALIDAD DURANTE LA DICTADURA DE HUGO BANZER

Fuente: El dictador elegido: biografía no autorizada de Hugo Banzer Suárez - Escrito por Martín Sivak.

El cardenal Clemente Maurer denuncio el 9 de septiembre de 1976 que en Bolivia se practicaba la restricción de la natalidad. “Con gran pena estamos viendo vulnerar los más sublimes privilegios del ser humano al que quiso Dios hacer participe en la conservación de su propia especie”, dijo.

La Conferencia Episcopal tenía en su poder un documento oficial del Ministerio de Salud Publica en el que el doctor Luis Kussner López, director del Departamento Materno infantil de esa artera, había dictado las normas de programación del plan “Atención de Planificación Familiar”,  que se implantaban en todo el país con el objeto de controlar la natalidad. Este programa determinaba aplicar métodos de planificación familiar en las mujeres de 15 a 49 años “con una cobertura total del 1% en mujeres de edad inicial fértil, más un incremento anual del 2% con la aplicación de dispositivos intrauterinos, en un 60% del número de usuarias programadas, enovulatorios para el 30% y otros métodos  para el 10% restante”.

Luego de que el ministerio de Salud coronel Jorge Torres Navarro, rechazara las denuncias, el cardenal Maurer se reunió con Banzer en su despacho del Palacio. Ese 1º de octubre de 1976, Maurer presento pruebas sobre el control de natalidad y preciso que esa restricción estaba impuesta desde afuera con el apoyo de una gran cantidad de dinero. El prelado le solicito a Banzer que adoptara medidas para impedir esas prácticas inmorales. El general agradeció la preocupación de la Iglesia y aseguro que su gestión era definitivamente contraria al antinatalismo, como debe ser todo buen católico. Inmediatamente, les ordeno a los representantes de Salud el análisis detallado de los documentos que proporciono Maurer.

Al mes siguiente los obispos denunciaron que se seguían aplicando técnicas para limitar los nacimientos en Bolivia. Lamentaron el silencio del Gobierno y anunciaron que dibulgarian la documentación. “¿No bastan cuatro semanas para examinar unos documentos que constan de diez páginas solamente? ¿O es que no se sabe que contestar?”, se preguntó el Episcopado.

El año anterior, el 10 de enero del ’75, la prensa boliviana había publicado que según la Conferencia Episcopal, entre los programas de AID financiados con dinero de Estados Unidos figuraba uno destinado a métodos de planificación familiar, con una suma de tres millones de dólares para diez años. También señalo que, aparte de esta cifra, existía un programa de sanidad rural con un total de ocho millones de dólares, cuya finalidad era la presentación de la mujer campesina para acotar el número de sus alumbramientos. Ese plan comprendía solo el año 1975. El estudio decía que entidades oficiales del país participaban de la reducción de la natalidad.
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