Tomado de: http://ohcochabambaquerida.blogspot.com/2012/05/que-era-patria-en-1812-se-pregunta.html
// Foto: Cochabamba a principios de
siglo XX. / Foto postal coloreada.
La configuración del Estado/nación fue resultado de procesos complejos
ocurridos a fines del siglo XIX, luego de la separación de España. Pero para
los combatientes de 1810 o de 1820, lo extranjero no se asociaba con ellos;
eran patriotas, y por tanto integrantes de su cuerpo social.
¿Murieron las mujeres en la Coronilla por defender la patria? ¿Qué podría
significar la patria para ellas? ¿Era lo mismo que nación? ¿Aludía a un
extensión territorial determinada, coincidente con el nada de lo que sería
Bolivia en 1825? En otras palabras ¿por patria qué se representaban o
imaginaban? ¿Patriota era privativo de los criollos? ¿Y qué quería decir
Goyeneche cuando también se decía patriota? El Rey, La Patria y la Religión
parecían lenguajes comunes a los dos bandos en pugna; que lo único que
disputaban entre 1810 y 1812, era quién los defendía mejor. O el Virrey o el
pueblo, resumido en la ciudad capital.
Para evitar caer en un anacronismo, debemos reconocer que como toda creación
humana, el concepto de patria tiene historia y nos puede remontar tan lejos
como el antiguo verso de las Odas de Horacio que dice: “dulce y decoroso es
morir por la patria”. Refiriéndose probablemente a esos pocos ideales o
sentimientos que pueden llevar a los individuos a ignorar su poderoso instinto
por conservar la vida y resignarse de modo complaciente a inmolarla por esta
causa.
En las acepciones más antiguas, la patria es la tierra de los antepasados o
padres (no madres, ellas no crean descendencia). Procede del latín, patría,
familia o clan, patris, tierra paterna, pater, padre. Como sea, a partir de
ella se hace en el mundo colonial referencia a los orígenes y el lugar de los
ancestros, la tierra de los mayores, el lugar que nos vio nacer y morir, como
diría el Tambor Vargas; aunque según las épocas, puede evocar otros sentidos.
La patria, por otra parte, está indisolublemente ligada a la monarquía y la
religión como bases del orden social; es esta acepción la que usaba
indudablemente Francisco del Rivero en la cita mencionada más arriba.
Una otra acepción, más amplia extraterritorial; de ahí que patriota pueda ser
quien ha nacido indistintamente en Cochabamba o Buenos Aires. Pese a su
localismo, la patria no excluye a otros (u otras) procedentes de otras regiones
o patrias.
Finalmente, la patria, sirve para evocar la liberación. Desde la patria (y la
libertad) se denuncia al invasor. La patria se opone al dominio y la conquista.
Busca reponer las bases de un poder que no es nacional y reclama la
revolución/liberadora. Cuando sus fronteras o su seguridad exterior e interior,
se hallen amenazadas, la patria reclama, sin limitación ni reserva, la vida/la
muerte de sus miembros (a morir o vencer, decía del Rivero). La exaltación de
la patria, irá posteriormente en la narrativa nacional o regional post
independentista acompañada de mártires y de la inmolación. Fue común aceptar en
el Ejército o en el poder local a porteños y viceversa. En las tropas figuraban
profusamente oriundos de esas latitudes. La configuración del Estado/nación fue
resultado de procesos complejos ocurridos a fines del siglo XIX, luego de la
separación de España. Pero para los combatientes de 1810 o de 1820, lo
extranjero no se asociaba con ellos; eran patriotas, y por tanto integrantes de
su cuerpo social.
El autor es historiador. El texto es un fragmento de su libro Morir Matando.
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