Por: Cástulo Martínez Hernández - Escritor e Investigador
histórico. / Es autor de los libros: El Mar de Bolivia., Chile Depredador., El
descubrimiento de América: crónica de horror y atropello a los derechos
humanos., Las Aguas del Silala y el Caso del Río Lauca., Los Presidentes de
Chile y la Demanda Marítima Boliviana., La conjura chilena para derrocar a un
presidente de Bolivia., ¡Invasión!: 12 de octubre de 1492 : ahora la voz
de los vencidos., ¿Nada Pendiente Con Bolivia?. //Este artículo fue tomado,
disponible en: http://www.oocities.org/elmardebolivia/ // Foto: Nota periodística de una entrevista a Cástulo Martínez.
A pesar de la existencia de datos oficiales e históricos que
confirman que Bolivia nació con una larga franja costera, que corre a lo largo
del desierto de Atacama, desde el río Salado hasta el río Loa, algunos
desinformados, o mal informados, suelen seguir repitiendo, incansablemente, que
este país nunca tuvo costas.
Después de que Chile, sin
respaldo jurídico o histórico, dictó la ley del 31 de octubre de 1842, fijara
su frontera por el norte en el paralelo 23 (a la altura de la bahía de
Mejillones), el litoral boliviano quedó reducido a la extensión que va desde el
paralelo 23 hasta el paralelo 21º 27' en el río Loa. Chile reconoció esta
franja de litoral como propiedad legítima de Bolivia. Como resultado de la
Guerra del Pacífico, Chile "reivindicó" el territorio hasta el
paralelo 23. El resto, desde la Bahía de Mejillones hasta el río Loa, lo
mantuvo "en custodia" hasta 1904, fecha en que por medio de un
tratado Bolivia cedía su litoral a Chile a cambio de algunos requisitos que ellos
afirman que Chile no ha cumplido. Por eso quieren que ese tratado se revise.
El escritor chileno Oscar
Pinochet de la Barra, nos da más luz sobre esto:
"Afirma [el
historiador] Bulnes que [el Presidente] Santa María estaba
preocupado por hacer chileno el litoral boliviano, que nos separaba de la
recién conquistada provincia peruana de Tarapacá".
"Conviene
recordar algo que los chilenos olvidan, y que es importante: los 300 kilómetros
de costa y territorio interior bolivianos tenían un doble origen. Desde la
desembocadura del Loa (21º 27º) hasta Mejillones (23º), un título aceptado
tácitamente por Chile; entre los paralelos 23º y 24º, un título que nacía delos
tratados chileno-bolivianos de 1866 y 1874, Chile recuperó, durante la Guerra
del Pacífico, este segundo territorio. El primero lo administró por veinte
años, de 1884 a 1904, con el deseo de cambiárselo a Bolivia por Tacna y Arica.
Comenta Gonzalo Bulnes: 'Lo que tenía en vista era obtener con Tacna y Arica la
cesión definitiva del litoral...". (1)
Esa es la razón del siguiente artículo del Pacto
de Tregua del 4 de abril de 1884, que especifica:
"II. La
República de Chile, durante la vigencia de esta tregua, continuará gobernando
con sujeción al régimen político y administrativo que establece la ley chilena,
los territorios comprendidos desde el paralelo 23 hasta la desembocadura del
río Loa en el Pacífico".
Don Bernardo O'Higgins afirmó
también reconoció que, en el mejor de los casos, Chile empezaba por el norte
desde la Bahía de Mejillones hacia el sur. En una carta escrita
durante su exilio desde Lima el 20 de agosto de 1831, dirigida al capitán
Coghlan de la Marina Real Inglesa, él dijo:
"Chile viejo y
nuevo se extiende en el Pacífico desde la bahía de Mejillones hasta Nueva
Shetland del Sur en latitud 65ª sur".
Con esta declaración, el Padre
de la Patria admitía tácitamente que desde ese punto hacia el norte el litoral
pertenecía a otro país. ¿A cuál? Dejemos que otro prominente personaje chileno
nos dé la respuesta:
"La República no
tiene otros límites marítimos al oriente que sus costas patagónicas, desde la
embocadura del río Negro hasta el Estrecho de Magallanes, y al occidente, el
mar Pacífico, desde el Cabo de Hornos hasta el paralelo de Mejillones".
"Chile occidental
[...] se encuentra comprendido entre el paralelo de Mejillones, en la frontera
de Bolivia..."
"En el cabo
Froward es donde comienza el continente occidental de Chile para terminar en
Mejillones, sobre la frontera de Bolivia". (2)
En un estudio sobre la
geografía náutica de Bolivia, el capitán de fragata, Sr. Ramón Vidal Gormáz,
entrega los siguientes datos:
"La república
boliviana, llamada anteriormente Alto Perú, se halla limitada [...] al S. por
Chile y al O. por el Océano Pacífico".
"El desierto de
Atacama.--La extensión litoral que se prolonga desde Copiapó, en Chile, hasta
el paralelo 20º en el litoral del Perú, por cuatrocientos veinte millas o más
[...]. Esta desolada comarca, que mide más de cincuenta mil millas cuadradas,
constituye lo que se llama propiamente el desierto de Atacama".
"Límite
litoral chileno-boliviano.-- Este límite es el paralelo de 24º S. corriendo
desde el mar hasta la parte más culminante de los Andes. Cerca de la playa se
ha erigido una pirámide blanca visible desde el mar y se halla, según las
operaciones del señor A. Pissis, por 23º 58' 11" de latitud.
Por frente a ella se encuentra un farallón llamado la isla del nido y sirve
como aquella para señalar en la marina el paralelo de 24º, con muy corta distancia". (3)
Un célebre plenipotenciario
chileno ante el Gobierno boliviano, envió una nota a la Cancillería de Bolivia
el 13 de agosto de 1900 declarando, en parte:
"Es un error muy
esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, el opinar que
Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su litoral. No hay
tal cosa. Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él [...].Terminada
la guerra, la nación vencedora impone sus condiciones que exigen el pago de los
gastos ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el
litoral".
En este párrafo, el Sr. König,
en nombre del Gobierno de Chile, reconoce que Bolivia tenía un litoral propio,
y que Chile se hizo pago de ese litoral como "pago de los gastos ocasionados".
Además, en una nota que el
Ministro de RR. EE. de Chile, Sr. Rafael Errázuriz Urmeneta, envió a sus
legaciones en el exterior el 30 de septiembre de 1900 con el propósito de
explicar los alcances de las expresiones emitidas por su plenipotenciario en La
Paz, se confirma, nuevamente, que a Bolivia aún le quedaba una corta franja de
litoral propio:
"Al término de
aquella guerra a que fuimos provocados y que tan incalculables
sacrificios impuso a nuestro país, el Perú transfirió a Chile, a título de
indemnización bélica, su departamento de Tarapacá. Quedó entonces, entre el
antiguo límite del norte de Chile y el límite sur del departamento incorporado,
es decir, entre el paralelo 23 y la desembocadura del río Loa, una angosta y
poco valiosa zona del litoral boliviano, que se interponía como solución de
continuidad en el territorio de la república. Faltaba, además, arreglar la
indemnización que Bolivia debía por los perjuicios causados en la guerra, en
que ella envolvió a tres naciones. Cualquiera de estos dos títulos bastaba para
justificar la adquisición por Chile de aquella estrecha faja de suelo que, como
queda dicho, no tenía más valor material que el que le diera el trabajo y el
capital chileno. Ambos puntos y sobre todo la necesidad fundamental,
ineludible, de no dejar interrumpida la continuidad del territorio nacional,
imponía a Chile, por la razón de existencia, la posesión del escaso litoral
boliviano. La adquisición de Tarapacá, sin la faja de suelo que se interpone entre
él y nuestro límite norte, habría sido no sólo irrisoria y peligrosa, sino
naturalmente absurda". (4)
Pasando caritativamente por
alto la observación del canciller Errázuriz Urmeneta, de que la zona del
litoral boliviano era "angosta y
poco valiosa", lo cual, evidentemente, se contradice con la
declaración de su Ministro König, quien dijo que "el litoral es rico y vale muchos millones; eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale", lo que importa es que el Gobierno de Chile,
por medio de su canciller, reconocía que Bolivia tenía litoral propio en el
Pacífico, "entre el paralelo 23 y la
desembocadura del río Loa".
Es fácil demostrar que Bolivia
nació con litoral propio en las costas del Pacífico. Ni siquiera hay que
remitirse a los viejos archivos de Indias, ni sumergirse en las leyes
virreinales españolas que se hicieron para establecer los límites de las
respectivas audiencias creadas por la Corona. Basta acudir a las fuentes
chilenas para dejar el asunto definitivamente zanjado. Yo sólo he mencionado
algunos ejemplos, pero la lista puede expandirse considerablemente.
NOTAS.
1. Oscar Pinochet de la Barra, ¿Puerto Para Bolivia?
Centenaria Negociación (Editorial Salesiana: Santiago de Chile, 1987)
2. Vicente Pérez Rosales, Ensayo Sobre
Chile, (Imprenta del Ferrocarril: Santiago de Chile, 1859)
3. Ramón Vidal Gormáz, Geografía Náutica de
Bolivia, (publicado originalmente en el Diario Oficial de Chile, el
24 de febrero de 1879, Santiago, Chile)
4. Abraham König Velásquez, Memorias
Íntimas, Políticas y Diplomáticas de don Abraham König, Ministro de Chile en
Bolivia, Imprenta Cervantes: Santiago de Chile, 1927)
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