(Por Ramiro Molina Alanes)
El héroe nacional y As de la Aviación boliviana en la Guerra del Chaco, nació el 23 de julio de 1903 en Irupana, provincia Sud Yungas del departamento de La Paz. Fueron sus padres Dn. Luciano Pabón y Doña Carmen Cuevas.
Al concluir sus estudios secundarios en el American Institute de la ciudad de La Paz, se trasladó a los Estados Unidos para hacer realidad uno de sus mayores sueños: ser aviador.
Sus estudios de aviación los inició como mecánico en el Ejército Americano, siguiendo luego el ansiado curso de pilotaje y acrobacia aérea. Después de realizar memorables vuelos en el gran país del norte, que le dieron justo renombre, retornó a Bolivia en 1926, siendo incorporado a la Escuela Militar de Aviación de El Alto con el grado de Teniente.
Debido a sus temerarias acrobacias aéreas y su notable participación en los sucesos fratricidas de junio de 1930, se convirtió en el ídolo del pueblo. El 14 de mayo de 1931, a bordo de un avión “Scout” de 450 H.P., batió el récord sudamericano de altura al alcanzar los 10.500 metros s.n.m.
Cuando se produjo la Guerra del Chaco, el Cap. Rafael Pabón fue movilizado al teatro de operaciones con la escuadrilla de caza, donde habría de tener una descollante y heroica actuación.
Las misiones de combate que cumplió Pabón son múltiples, en arriesgados vuelos de observación, bombardeo y ametrallamiento a las posiciones fortificadas y la retaguardia enemiga, mantuvo en constante jaque al adversario atacando columnas motorizadas, destruyendo aviones en sus mismas bases y obstaculizando toda maniobra táctica del Ejército paraguayo.
Su día de gloria fue el 4 de diciembre de 1932 cuando al mando de un avión Vickers "Scout", derriba sobre kilómetro Siete la aeronave paraguaya Potez 25 No. 6, tripulada por el Tte. Trifón Benítez y el Cap. Ramón Ávalos; esta hazaña es conocida y conmemorada como el primer combate aéreo en América.
El 18 de junio de 1934 consigue su segunda victoria aérea al abatir, después de una porfiada persecución, al escurridizo Fiat 23. El 26 del mismo mes, a la vista del Comando Supremo de nuestro Ejército y una comisión femenina que visitaba el Chaco, se lanzó a un desigual combate aéreo contra tres aviones paraguayos, con los cuales se batió heroicamente hasta que apareció otra aeronave boliviana pilotada por el Tte. Chacón, poniendo en precipitada fuga a la escuadrilla enemiga.
Pero, el 12 de agosto de 1934, después de conseguir su tercera victoria aérea, cae con su avión incendiado en Fortín Florida, muriendo el héroe del aire y su metrallista Sof. Mario Calvo. Como homenaje póstumo, fue ascendido al grado de Teniente Coronel y nominado "Héroe Máximo de la Aviación Nacional".
Para el combatiente boliviano, trasladado desde la gélida altipampa andina a la tórrida e infernal región del Chaco, las hazañas aéreas de Pabón constituían un escape, tal vez ilusorio, para eludir el constante tormento de la sed, el hambre y las vicisitudes de una guerra donde los contrastes estratégicos minaban profundamente la moral de una tropa no habituada para combatir en la inhóspita selva.
Ilustración: Prof. Carlos Silvetti Iturri.
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