Por: Gral. Brig. Pablo Williams Mackay Peralta.
Dicen que recordar es volver a vivir experiencias pasadas; y en esta ocasión
quiero hacerles partícipes de una historia que me tocó vivir hace muchos años
atrás, cuando cursaba el tercer año de secundaria.
Como trabajo práctico de la materia de Historia, la maestra nos asignó la tarea
de entrevistar a un Excombatiente de la Guerra del Chaco, y es asi que tuve la
suerte de entrevistar al Excombatiente Williams Mackay Ascarrunz, mi Padre.
La entrevista escrita en una hoja a máquina, la encontre hace unos días por
casualidad, después de aproximadamente 38 años de creerla extraviada.
A continuación la entrevista resumida que le hice a mi Señor Padre, la cuál
quiero compartir con todos ustedes:
Pregunta: Podria indicarme cuando entró a la guerra del Chaco y los pormenores
y acciones en las que participó?
Respuesta: Entré a la guerra del Chaco el año 1934 en el mes de noviembre en el
destacamento 309 de la ciudad de Oruro, viajamos por Sucre; fué el primer
destacamento que viajó por esa capital. El viaje de Sucre adelante, como ser
Tarabuco, Tomina, Yamparaez, Padilla, Monteagudo, Muyupampa, Chorety, Camiri,
lo hicimos a pié por etapas con descansos. En Monteagudo estuvimos algunos días
practicando manejo de las armas y luego adelante.
Una vez que llegamos a primera linea, me destinaron al Regimiento Castrillo 6
de Caballería en las cercanias de Carandaity, donde al día siguiente hubo un
combate con los pilas y murierón tres de mis camaradas; estuve en campaña unos
ocho meses, entre a la edad de 15 años voluntariamente.
Yo fuí el más joven de todo el destacamento, me arrepentí al principio de haber
ido, pero luego vino la conformidad y segui adelante.
He sufrido bastante por el mismo hecho que era el menor, asistí a varios
combates y todos con éxito para mí, porque no fuí herido ni prisionero y estuve
hasta finalizar sano y salvo.
Se concluyó la guerra cuando los bolivianos estuvimos ganando, cada combate los
paraguayos retrocedian varios kilometros; pero por una mala decisión, se firma
el cese de hostilidades el 14 de junio de 1935.
Yo me encontraba ese día en el fortin Yohay, donde a las 15:30 horas de ese día
recibí una carta que mi Señor Padre había fallecido el 10 de mayo del mismo
año.
Como fuí menor de edad; aprovecharón en hacerme quedar algún tiempo más después
de la guerra y me licenciarón el 30 de diciembre de 1936 con el grado de Cabo.
Este relato que te hago es a groso modo, porqué de contarte todo sería muy
prolongado.
Como conclusión, quiero indicar que mi Señor Padre, al igual que todos los que
combatierón en esta guerra, fué un hombre de grandes virtudes; que sin vacilar
un instante, acudió al llamado de la Patria cuando ésta mas lo necesitaba, que
siendo casi un niño y sin ser obligado, se presentó en el centro de
reclutamiento en la ciudad de Oruro, incrementándose su edad y sin el
consentimiento de sus Padres.
El solo hecho de recorrer a pié las grandes distancias que recorrieron nuestros
valientes antepasados hasta llegar a la zona de operaciones, como narra mi
Señor Padre, (La distancia de Sucre a Carandaity es de cerca a 900 km), de
recibir una instrucción acelerada sobre la marcha y de arribar al frente de
batalla directo a combatir (En muchos casos directo a morir, como menciona en
la entrevista); es una muestra del temple y coraje del soldado boliviano, que
sufriendo una serie de penurias y privaciones, antepuso todo para acudir al
llamado de la Patria.
Honor y gloria para nuestros bravos guerreros.
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