Este artículo fue publicado en el periódico El Diario
(Revista Nuevos Horizontes) el 10 de Enero de 2017.
Sara Ugarte, destacada cultora de la literatura boliviana, nació en la bella
ciudad de Cochabamba, en 1866. Fue descendiente de una familia de noble linaje,
recibió una esmerada educación, estudió en el Liceo 14 de Septiembre de su
ciudad natal. Por entonces el país se hallaba devastado por la hambruna a causa
de una terrible sequía. Como si fuera poco esta desgracia, cuando Sara cumplía
13 años de edad, se desató la Guerra del Pacífico, con sus terribles
consecuencias para nuestro país. Entonces Sara dedicó todo su esfuerzo para
ayudar a los heridos de esa contienda. Se presentaba en las casas de caridad
para asistir a los necesitados y enfermos con fondos de las colectas públicas.
Cuentan también que vendió su colección de muñecas para contribuir a la acuñación
de una medalla de oro para el Cabo Juan Gallardo (cochabambino, nacido en
Quillacollo) quien, como tan-tos otros, volvió a su ciudad en completa
indigencia después de caer prisionero de los chilenos.
En otra ocasión, en una de las calles de Cochabamba, vio caer a una pobre mujer
del pueblo, con ataque de epilepsia, y como nadie acudía a socorrerla, Sara,
caracterizada por sus nobles sentimientos de solidaridad, corrió en su auxilio
y reclinó a la enferma en su regazo, hasta su recuperación. Oyendo voces de
admiración de los curiosos, se alejó del lugar dejando oír sólo esta amarga
frase: “Dichoso siglo en el que el deber es una virtud”.
Uno de los primeros ensayos líricos de Sara Ugarte fue “La Huérfana” y lo
recitó con éxito en el Teatro Achá de su ciudad natal, en una función de
caridad.
Escribió también “Fantasía” y “Colón” bajo el pseudónimo de Clora, para quienes
no sabían su identidad. Compuso letras de himnos y canciones patrióticas.
Produjo también un texto crítico de la obra Lourdes de Émile Zola en el que
defiende al catolicismo. Este ensayo se publicó en la Revista Católica, un
espacio académico en el que todos los colaboradores eran hombres, excepto Sara,
quien se limitaba a firmar sólo con sus iniciales.
Sara es autora de un estudio histórico y sociológico sobre la Guerra del
Pacífico. Igualmente, incursionó en la pintura, habiendo ex-puesto su obra Una
caridad en la Exposición de 1890. Fue fundadora y directora del periódico
femenino Nueva Aurora, en Cochabamba.
En 1893 se casó con Daniel Salamanca Urey, quien dos años después iniciaría su
carrera política al ser elegido diputado por Cochabamba, y en marzo de 1931 se
convertiría en Presidente de la República, coincidiendo su mandato con la
Guerra del Chaco.
Sara Ugarte fundó y dirigió la Sociedad Patriótica “27 de Mayo” (precursora del
actual Comité Cívico Femenino de Cocha-bamba). Luchó para que se erigiera un
monumento a las Heroínas de la Coronilla, quienes combatieron en la colina de
San Sebastián contra los ejércitos realistas mandados por el sanguinario
Goye-neche durante la Guerra de la Independencia.
Al proponer la ubicación del monumento en la cima de la colina, se creó una
gran polémica: algunas personalidades no estaban de acuerdo en que el monumento
se emplazara en ese lugar, dado que estaría rodeado de vendedores, verduleras y
artesanos. Sara Ugarte, en cambió, rescató la procedencia popular de las
heroínas y defendió dicha ubicación.
La ejemplar vida de Sara Ugarte se extinguió en 1925, en su ciudad natal, y un
año después de su muerte, el presidente Hernando Siles accedió que el monumento
se construyera en la cima de la colina de San Sebastián. Los festejos duraron
tres días que incluyeron la inauguración del mercado 25 de Mayo.
FANTASÍA (fragmento)
Viajero en el camino de la vida
no me digas tu historia ni tu nombre
si eres un ángel, me darás tus alas,
y tus arapos si eres sólo un hombre. . .
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