Por: Esteban Ticona - La Razón, junio de 2011.
Eduardo Leandro Nina Quispe, nació en el ayllu Chivo de Taraqu el 9 de marzo de
1887, que fue convertido en hacienda, a sangre y fuego por el gobierno de
Melgarejo. Convertido en propiedad de un comerciante francés hasta el 15 de
enero de 1871, cuando Melgarejo huyó hacia el Perú y los comunarios se
restituyeron sus tierras. Con la Ley de Exvinculacion (1874) y la revisita
1882, Chivo pasó a ser parte de las inmensas propiedades de Benedicto Goitia9.
Por ese motivo la vida de Eduardo Nina Quispe, trascurrió entre el ayllu, la
hacienda y la ciudad de La Paz, donde niño viendo como los “caballeros”
comprando periódico tenían conocimiento de la realidad, incluso de todo lo que
sucedía, entonces pensó en “aprender a leer mediante un abecedario que me
obsequiaron, noche tras noche comencé las primeras letras; mi tenacidad hizo
que pronto pudiera tener en mis manos un libro y saber lo que encerraba”13. Con
el beneficio de la lectura y el dominio del idioma español Eduardo Nina Quispe
estaba preparado para emprender su tarea:
"Cuando se inició la Gran Cruzada Nacional "Pro Indio" leía los
comentarios en los diarios; en las calles me detenía frente a los 'cartelitos'
y entonces pensé; porque no puedo secundar esta obra? Yo que íntimamente
conozco la tristeza del indio maliciento y vencido; yo que he sentido sollozar
en mi corazón el grito de una raza vejada. Visité varias casas de mis
compañeros, haciéndoles comprender el beneficio que nos aportaría salir del
camino áspero de la esclavitud. Pasó el tiempo, y mi humilde rancho era el
sitio de reunión del gremio de carniceros; estos acordaron enviarme sus hijos
para que les enseñara a leer"
Expulsado por el gamonalismo vivió en los barrios de Chijini y luego en Caja de
Agua en calle Laja N° 142 , donde junto a los matarifes instaló una escuela
indígenal. Resultando muy reducido su rancho para enseñar a tantos niños
indios, el año de 1928, acudió a la Municipalidad de La Paz, que le cedió un
espacio en la escuela nocturna en la calle Yanacocha N° 150. Estableciendo allí
la Escuela Nocturna de Indígenas, del cual fue su primer maestro y director17.
En 1929, su sacrificio le dió grandes resultados: logró contar con 2.000
alumnos indígenas y se rodeó de un activo grupo de preceptores indios: Pedro
Castillo, Adolfo Ticona, Feliciano Nina y Carlos Laura.
Con dicho antecedente el 26 de agosto de 1929 se dirigió al Senado para exponer
la situación del indio, justificando la necesidad de comunicarse con ese poder
del Estado, decia:
“En nuestra calidad de preceptores indígenas que hace tiempo hemos dedicado
nuestros esfuerzos a desalfabetizar a nuestros congéneres, ocurrimos ante el H.
Senado Nacional de nuestro país, para pedirle respetuosamente que se sirvan
dictar leyes y resoluciones legislativas en amparo de nuestra desgraciada raza
que harto necesita del pan intelectual para incorporarse a la nacionalidad y
encausar las actividades indigenales a las corrientes del progreso
nacional.(…)”.
Para ello propuso el inicio de una cruzada nacional para la redención del
indio, pide “que se preocupen los poderes públicos de nuestra situación que
implica la del país mismo, porque nuestra población es la mas numerosa, sino la
casi totalidad de la Nación”. Dicha preocupación debe expresarse a través de
leyes de amparo de la explotación gamonal. Concluye: “Ojalá que se nos
concediera la audiencia que respetuosamente solicitamos para exponer nuestros
pensamientos y propósitos”18 Aquí otra vez la propuesta de hablar, dialogar.
Aprovechando la simpatía de las autoridades municipales, el 15 de abril de
1930, en oficinas de la Inspección Técnica de Instrucción Municipal, junto a
varios preceptores indios fundó la Sociedad Centro Educativo Collasuyo, siendo
él su Presidente y Juan de Dios Sirpatico, Secretario. En la larga lista de
miembros de la Sociedad Centro Educativo Collasuyo es de resaltar la
participación de Manuel Ramos de Cochabamba, Agustín Saavedra de Chuquisaca,
Casiano Barrientos –el famoso Capitan Grande- del Izosog de Santa Cruz de la
Sierra, Gualdito Cundeya, Teodora Aparindo y Maunuel Taco del Chaco.
A la par de la acción educativa propuso, e hizo todos los esfuerzos en base a
los títulos coloniales, una revisita general, Fue el inicio de la guerra con el
Paraguay (julio de 1932), aprovechado para acusarlo y encarcelarlo. Como cuerpo
del delito, figuraba “La Redención del Indio” que hasta el momento no es
conocido.
En el documento impreso De los títulos de composición de la Corona de España
(...) con el argumento y la base de los títulos de composición propuso la
renovación de Bolivia en nueve departamentos, “setenta provincias, setecientos
sesenta y ocho cantones”. En la Bolivia renovada “Todos los bolivianos
obedecemos para conservar la libertad. Los idiomas aimara y quechua, habla la
raza indígena, el castellano, los hablan las razas blanca y mestiza. Todos son
nuestro hermanos”. Los idiomas aymara, quechua y castellano son puestos en
igualdad y las razas blanca y mestiza reconocidas como hermanas. Así la
renovación es una propuesta de liberación “Con esta publicación y bando será una
nación libre como otro país pero en cuatro siglos enteramente aniquilado y
abandonado estamos en una casa sin luz”. Bolivia será una nación libre, pero
como otro país, esto es distinto a Bolivia, no será el mismo, por cuanto en la
Bolivia no renovada, además de aniquilados y abandonados enteramente estamos en
“una casa sin luz”.
Nina Quispe con el recurso de la escritura, el uso del español y el estudio de
la historia indígena desarrolló un proselitismo que contó con importantes
aliados de medios de comunicación, intelectuales como Arturo Posnasky e incluso
miembros del Colegio Militar.
En la estrategia de Nina Quispe y la generalidad de los líderes indígenas del
pasado siglo, el diálogo no fue planteado solo en términos de la coyuntura,
sino proyectado a futuro para lo cual desarrollaron esfuerzos muy grandes en
documentar con sus expedientes y producción intelectual los archivos oficiales
en esos momentos existentes.
Otra experiencia que merece nombrarse es la Sociedad Centro Católico de
Aborígenes Bartolomé de las Casas, cuya personería jurídica y estatutos fue
aprobado el 2 de octubre de 1930 (ALP 1950/130). El artículo 1ro señalaba que
“Su fin principal es fundar escuelas de primeras enseñanza para niños y jóvenes
aborígenes en todas las comunidades y ex comunidades de los departamentos de La
Paz, Potosí, Oruro Cochabamba y Sucre (sic), con carácter francamente agrario”.
Autoridades y activistas indígenas que reconocían el liderazgo y la experiencia
de Santos Marca Tola cuidaron de que la sociedad fuera reconocida por:
· la jerarquía eclesiástica de las ciudades de La Paz, La Plata (Sucre),
Potosí.
· Fiscal General de la República.
· Jefatura del Distrito Escolar de Chuquisaca, etc.
Un 8 de septiembre de 1942 llevaron adelante su primera asamblea de
reorganización que contó con la asistencia de más de 140 socios. El artículo
2do de sus estatutos reconocía como miembros del Centro a “los caciques,
alcaldes mayores y menores escolares de los departamentos de la república,
cuyas escuelas se establecerán en todas las provincias, cantones, ayllus del
país, en que no existan para escuelas trabajarán chacras en tierras vacantes,
para el sostenimiento de las escuelas y engrandecimiento de nuestra patria
conforme al plan trazado por los fundadores del Centro…”
El articulo 8vo señalaba “fundar escuelas teniendo en cuenta los métodos más
modernos de la pedagogía, divulgar los sistemas agrarios más útiles a la
producción, economía bienestar del indios, militarizar al indio para fortalecer
más su raza y contar en su conjunto con una fuerza poderosa y efectiva”.
El directorio del Centro el año de 1942 estuvo conformado por:
Nicolás Mamani Director General
Antonio Aguilar Presidente titular
Juan Cruz Limache Vicepresidente
Julían Alcoma Tesorero
Leandro Conde Primer Secretario
Andrés Marca Tola Segundo Secretario
En otro documento titulado de “fundamentación histórica para la creación de
escuelas” señalan que los articulados de sus estatutos no contrariaban a las
leyes y buenas costumbre y más bien se amparaban en el articulo 4to de la CPE
En este primer ejercicio no hemos logrado aún presentar nuestra propuesta que
está basado en el diálogo como fundamento de una relación de igualdad y respeto
mutuo.
Continuamos con el objetivo de develar esfuerzos invertidos en la constitución
de espacios libres prácticas coloniales de subordinación que encubre la
identidad y las proyecciones de los pueblos indígenas. Con Elizardo Pérez
veremos cuán importante es el diálogo, el reconocimiento de la calidad de
sujetos con capacidad de entendimiento y lo que es más importante la gestación
de espacios, como fue la Escuela Ayllu, de autonomía de la sociedad indígena.
. "El Norte", 1928, loc. cit.
. El Comandante de la Legión Cívica, fuerza destinada a guardar el orden
interno durante la guerra, coronel Zegarrundo se encargó de acusar y apresar a
Nina Quispe por suplantar al gobierno de Salamanca (René Arce 1987: 30). En su
informe de aprehensión, decía al Prefecto de La Paz:
“La Legión Civica” que inicio una laboriosa campaña contra los comunistas
adelantándose a la ultima sublevación indigenal del altiplano ha tomado
mediadas contra uno que se titulaba nada menos que PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
DEL COLLASUYO llamado Eduardo Nina Quispe, indígena que valiéndose de su
condición de fundador de escuelas rurales, consiguió imponerse sobre la enorme
raza indígena tejiendo indudablemente una organización subversiva. Este
indígena y sus secuaces contra los cuales hemos realizado una activa
investigación se encuentra en el panóptico con pruebas suficientes”
Eduardo Nina Quispe, trascurrió entre el ayllu, la hacienda y la ciudad de La
Paz, donde niño viendo como los “caballeros” comprando periódico tenían
conocimiento de la realidad, incluso de todo lo que sucedía, pensó en “aprender
a leer mediante un abecedario que me obsequiaron, noche tras noche comencé las
primeras letras; mi tenacidad hizo que pronto pudiera tener en mis manos un
libro y saber lo que encerraba”13. Con el beneficio de la lectura y el dominio
del idioma español Eduardo Nina Quispe estaba preparado para emprender su
tarea:
"Cuando se inició la Gran Cruzada Nacional "Pro Indio" leía los
comentarios en los diarios; en las calles me detenía frente a los 'cartelitos'
y entonces pensé; porque no puedo secundar esta obra? Yo que íntimamente
conozco la tristeza del indio maliciento y vencido; yo que he sentido sollozar
en mi corazón el grito de una raza vejada. Visité varias casas de mis
compañeros, haciéndoles comprender el beneficio que nos aportaría salir del
camino áspero de la esclavitud. Pasó el tiempo, y mi humilde rancho era el 10
sitio de reunión del gremio de carniceros; estos acordaron enviarme sus hijos
para que les enseñara a leer"
Educación indigenal en Bolivia: Un siglo de ensayos educativos y resistencias
patronales. La Paz, UNIH-PAKAXA. 2006.
Hace días me topé con una ordenanza municipal de 1987 por la que el Honorable
Concejo Municipal de la ciudad de La Paz de entonces resuelve nominar tres
calles de la Villa 18 de Mayo con los nombres de Rufino Willca, Santos Marka
T’ula y Eduardo Nina Quispe. En la ordenanza, se dice que por haber “prestado
importantes servicios a la Nación”, como dirigentes del movimiento indígena
comunal llamado “caciques apoderados”. Este movimiento se enfrentó legalmente a
los usurpadores de tierras en los primeros 40 años de principios del siglo XX.
La ordenanza también señala: “en beneficio de reivindicaciones tales como los
derechos y establecimiento de escuelas indigenales en el país”. Después de leer
este documento, en el Día del Maestro, pensé: ¡qué deferencia más marginal!
Por eso, quiero rendir mi homenaje a Eduardo Leandro Nina Quispe (dejando para
otra ocasión a Rufino Willca y a Santos Marka T’ula), uno de los pioneros de la
educación indígena en la década de 1920. Nina Quispe nació en el ayllu Chivo de
Taraco, de la provincia Ingavi del departamento de La Paz. En la década de 1920
fue expulsado de su lugar de origen por los patrones de la hacienda, como
Benedicto Goitia. Entonces, se estableció en la ciudad de La Paz. Allí aprendió
a leer y escribir por cuenta propia, es decir, de manera autodidacta. A fines
de los 20 comenzó a enseñar a niños aymaras de Chuqiyapu marka (La Paz) en su
casa y, luego, en un establecimiento ubicado en la calle Yanacocha. En ese
entonces, los aymaras urbanos ya constituían un conglomerado importante de
personas que se dedicaban a oficios como veleros, panaderos, carniceros,
talabarteros, en fin.
Nina Quispe, en una entrevista concedida a la periodista Ana Rosa Tornero del
periódico El Norte, en 1928, al ser consultado sobre qué enseñaba, respondió:
“Lo primero que enseño es el respeto a los demás. Les explico el significado de
la palabra justicia”. En esas pocas palabras está la profunda sabiduría del
amauta Nina Quispe, pues, como sabemos, la situación del indio antes de la
revolución de 1952 fue muy difícil, y enseñar el respeto y la palabra justicia
en tiempos de total irrespeto y de absoluta injusticia para los pueblos
ancestrales fue realmente estar convencido de que una educación anticolonial y
liberadora de los pueblos puede contribuir a la construcción de una sociedad
más igualitaria. En esos años fundó el Centro educativo kollasuyo, que tenía la
finalidad de crear escuelas en las comunidades rurales.
Luego creó la Sociedad República del kollasuyo, fue entonces cuando adquirió
conciencia política y se dio cuenta de que sólo una “Renovación de Bolivia”
permitirá convivir entre las diferentes culturas del país. Al respecto, Eduardo
Nina Quispe escribiría: “Todos los bolivianos obedecemos para conservar la
libertad. Los idiomas aimará y quechua hablan la raza indígena; el castellano
lo hablan las razas blanca y mestiza. Todos son nuestros hermanos”.
Posteriormente, entablaría una relación directa con los pueblos guaraníes del
Isoso del chaco boliviano, sobre todo con el capitán grande, Casiano
Barrientos.
En la Guerra del Chaco (1932-35) fue apresado por la logia militar Legión
cívica, especialista en masacrar indios, era la misma logia que pivoteaba “la
guerra interna” contra las comunidades indias. Eduardo Nina fue enjuiciado y
encarcelado como “subversor de indios y comunista”.
A pesar del cambio que vivimos, aún el Estado Plurinacional no se ha interesado
en profundizar quién fue Fernando Nina Quispe, ni tampoco y sobre todo por
difundir sus ideas por una educación propia y descolonizadora.
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Exelente publicacion acerca de este gran indigena Boliviano. Fue el precursor de la educacion y un gran luchador por la libertad de la raza indigena boliviana. Muy lamentable no honrarlo como corresponde. Muchas gracias por su publicacion Esteban
ResponderEliminarExelente publicacion acerca de este gran indigena Boliviano. Fue el precursor de la educacion y un gran luchador por la libertad de la raza indigena boliviana. Muy lamentable no honrarlo como corresponde. Muchas gracias por su publicacion Esteban
ResponderEliminarEduardo Leandro Nina Quispe merece el recocimiento de nuestro país. Precursor de la educación de la mayoría de población de nuestro país.
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