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EL VERDADERO PAPEL DE ANICETO ARCE EN LA GUERRA DEL PACIFICO Y UN MONUMENTO INCOMODO


Por: Maurice Cazorla Murillo / El Fulgor de Oruro, 15 de abril de 2018. // https://elfulgor.com/noticia/289/el-bronce-que-incomoda  // Fotos: (Izquierda) grabado con la figura de Aniceto Arce.Año 1886. (Derecha) Monumento a don Aniceto Arce en la plaza 10 de Febrero de Oruro. // Para más historias: Historias de Bolivia.

17 de abril de 1825, nace en la ciudad de Tarija quien fuera presidente del país, don Aniceto Arce. Parecerá extraño referirnos a un personaje no nacido en la ciudad de Oruro, pero es preciso comentarlo por su trascendencia en la historia del país.
No es un intento de biografía, pero es necesario relievar por qué en la plaza central 10 de febrero de Oruro, se encuentra el monumento de este personaje elaborado en bronce en Europa y cuya actitud firme señalando con la mano derecha hacia el este; la dirección de la mano se interpreta como la dirección hacia la estación del ferrocarril, porque siendo presidente del país, le cupo inaugurar una controvertida obra en su tiempo el 15 de mayo de 1892: el ferrocarril Oruro- Antofagasta.
Nos habíamos acostumbrado a transitar por aquella plaza, sin siquiera leer las plaquetas que el basamento de este monumento tiene. Una de ellas en alto relieve plasma para la posteridad el ingreso del Ferrocarril a la plaza; sin embargo, los transeúntes poco saben de la historia de este espacio y peor aún del personaje.
Aniceto Arce, político muy controvertido diríamos, pues trabajos de hace más de treinta años demuestran actitud calificada hasta de traidor a la Patria por sus vínculos con capitales chilenos. Registramos, que en el año de 1876, en Valparaíso se establece la Empresa minera:” Virgen del Socavón”, uno de sus accionistas Aniceto Arce.
Durante la Guerra del Pacífico, se cuestionó mucho su posición e influencia en algunos militares. La documentación existente demuestra lo anteriormente afirmado. No fue casual, el movimiento subversivo en pleno teatro de operaciones manejado de manera simultánea en tres lugares: el primero, 26 de diciembre de 1879, el lacónico telegrama enviado por Eliodoro Camacho al presidente Hilarión Daza comunicándole que ya no estaba al mando del ejército; segundo, el movimiento de La Paz, de Uladislao Silva, días antes había solicitado permiso insistentemente para trasladarse a aquella ciudad desde Tacna pretextando la enfermedad de su esposa; y tercero, el ingreso de la Quinta División de ejército a la ciudad de Oruro y la toma de poder por Narciso Campero el 1 de enero de 1880. Aparentemente, no hay nada extraño, que se hayan dado estos movimientos de manera simultánea cundo no existían una comunicación directa como el uso del telégrafo inaugurado recién en Bolivia en el tramo La Paz Oruro en 1891.
Por lo tanto, estos tres movimientos estaban conectados; cada uno de los tres asumió la presidencia del paí,s pero Campero fue el más “avivado”, dejando a un lado a los otros dos. La peor parte la llevó Silva que en marzo organizó otro levantamiento apoyando a Camacho que al final no le dio el respaldo a Silva; tuvo que huir a la proscripción.
Mucho se ha especulado, pero con fundamentos muy ciertos, que Aniceto Arce promovió este movimiento para que se adelante la salida de Bolivia de la guerra y se genere una alianza con Chile, para que nuestro país se quedara con el departamento de Tarapacá que le pertenecía al Perú y que actualmente se encuentra en dominio de Chile. Pareciera una historia fantasiosa, pero muchos hechos demuestran esta intención.
La quinta División, comandada por Narciso Campero, se dedicó a deambular entre San Cristóbal, Huanchaca, Tomave y otras localidades del departamento de Potosí, desoyendo las órdenes de Hilarión Daza que bajara por la región de los Lipez y recuperar Calama. Nunca lo hizo, pero si tuvo oportunidad de reunirse con Aniceto Arce en su mina de Huanchaca y aletargar el movimiento de su división hasta que tomó el poder el 1 de enero en Oruro.
Recién en abril de ese año se trasladó a Tacna a reforzar el ejército aliado, pero con la idea de que la próxima batalla sería la última. Y así fue, antes del 26 de mayo en los altos de Tacna, bautizado como “Alto de la Alianza”, Narciso Campero mando sus bagajes a la frontera con Bolivia ¿sabía que íbamos a salir perdiendo de esta batalla?. Con esta derrota, Bolivia salía de la guerra y dejaba que el Perú se desangre solo con un ejército chileno que llegó hasta la misma capital de ese país: la virreinal Lima.
Años después, toma el poder, y precisamente promueve la organización del ferrocarril que unía la ciudad ya chilena en ese tiempo de 1892 con Oruro. Este hito histórico, cambió para siempre la historia comercial e industrial de nuestra ciudad pues nos conectó con el mundo y permitió el desarrollo de la minería en gran escala.
Sin embargo, ese acto llevado a cabo en la ciudad el 15 de mayo con la colocación de un clavo de plata y un clavo de Oruro que sellaban las vías del tren, tenía algo más que simplemente generar comunicación moderna en este tiempo: la vía del ferrocarril pasaba por Huanchaca, espacio minero de propiedad de Aniceto Arce, por lo que facilitó sus exportaciones aprovechando el ferrocarril.
Ese año, el 6 de agosto, ocasión en el cual el Congreso se reunía en Oruro, prefirió arrestar a todos los opositores, entre ellos a Eliodoro Camacho, con quien había “negociado” el levantamiento simultáneo contra Daza, los desterró al Chaco y promovió la elección de su propio candidato.
Por estos puntos, un buen amigo en Oruro promueve que este monumento sea retirado de la plaza de Oruro; los antecedentes anteriormente mencionados puede ser motivo suficiente para este cometido; sin embargo, más de cien años en la plaza, es parte del imaginario de nuestros habitantes, que si bien nunca leyeron las placas de bronce, no les sería indiferente, porque constituye ya parte del paisaje urbano de la plaza.
Tenemos la duda que si quitando aquel monumento cambiaría la historia, estamos seguros que no, pero al mismo tiempo, es buen motivo de contar “in situ”, la realidad de un personaje que aún se investiga, pero que existen pruebas suficientes de su felonía y sus propios intereses por encima del país.

4 comentarios:

  1. Se debe retirar ese monumento si o si

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  2. Este análisis no tiene ni pies ni cabeza. Aniceto Arce fue uno de los pocos presidentes de Bolivia que entró a gobernar siendo muy adinerado y terminó su gestión siendo pobre, lo cual demuestra que su interés en construir el ferrocarril era para el progreso del país y no así personal.
    No confundan a la gente y analicen a políticos actuales mejor.

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  3. Es el problema de interpretar a conveniencia la historia, para crear en el imaginario rivalidades artificiales: ricos vs. pobres, ciudad vs. campo, indígenas vs. blancos, patriotas vs. traidores, etc. Con ese pernicioso y básico pensamiento, nos va como nos va, de retro. Al final Arce probablemente tenía razón, si no se iba a una guerra perdida nos hubiera ido menos peor que lo que pasó al final. Como diría Perez "señor, es usted mas básico que mecanismo de sonajero".

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  4. Oriente vs. occidente, cambas vs. collas, perros vs. gatos, blancos vs. negros, utus vs. tutsis

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