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EL ESCANDALOSO EPISODIO DE TRAICIÓN A LA PATRIA DEL GRAL. BOLIVIANO CLAUDIO MORENO PALACIOS


EL MALETÍN

Días antes Bolivia había roto relaciones diplomáticas con Chile por el desvío unilateral de las aguas internaciones del río Lauca. Era el 20 de abril de 1962 y el agregado militar chileno, Cnl. Manuel Campos, trasladando un voluminoso equipaje abandonaba Bolivia. El coche que lo conducía al aeropuerto corria raudo por el viejo camino que unía la ciudad de La Paz con El Alto. Ya en el aeropuerto el Cnl. Campos se percató que el maletín diplomático que llevaba había desaparecido misteriosamente de su equipaje. Ese momento no supo si la pérdida ocurrió a tiempo de dejar la misión diplomática, en el trayecto o en el aeropuerto. Por más averiguaciones que hizo no logró aclarar el enigma ni recuperar el maletín, mientras los altavoces del aeropuerto anunciaban la salida de su vuelo. Tremenda aflicción. En dicho maletín el agregado militar llevaba documentos altamente secretos y comprometedores. ¿Qué pudo pasar? Lo primero que pensó el militar fue en un robo, pero ¿realizado por quién? Varias hipótesis rondaban su mente mientras los altavoces seguían aumentando su aflicción. Finalmente, ante lo irremediable del caso ingresó a la nave, ocupó su asiento agobiado por mil conjeturas y mientras el avión decolaba vió por última vez el maldito aeropuerto en el que perdió o le robaron su valioso maletín.
¿Fue un robo cometido por un antisocial cualquiera, que después cayó en manos de la Policía, o trabajo de la inteligencia boliviana? Tal vez nunca sepamos, pero lo cierto es que, cinco días después fue detenido un alto oficial de la Fuerza Aérea Boliviana, ex combatiente de la Guerra del Chaco, dando lugar al mayor escándalo de espionaje ocurrido en nuestro país.
La inteligencia boliviana encontró dentro el maletín extraviado papeles que acreditaban el pago regular que hacía la embajada de Chile al Gral. Claudio Moreno Palacios, un jefe de la aviación boliviana, por la compra de información sobre asuntos internos de nuestro país. Además, según el libro “Espionaje y Servicios Secretos en Bolivia, de Gerardo Irusta, Pág. 183, el maletín contenia información sobre contactos de dirigentes regionales del Oriente con el agregado militar chileno, Cnl. Campos, por el que dichos dirigentes ofrecían su apoyo a Chile en caso de conflicto armado. Al respecto, en una de las comunicaciones encontradas en el maletín, el Cnl. Campos, dice: “Un informante agregó que el Oriente estaba dispuesto a ayudar a Chile si acaso surgía un conflicto armado, pues ellos aprovecharían esta situación para declarar su independencia y que no les preocuparía que Chile avanzara sobre el Altiplano y lo conquistara, pues ellos deseaban ardientemente limitar con Chile y no con los collas”. 
El día miércoles 25 de abrl de 1962, a las 17.00 horas, fue detenido formalmente el Gral.Moreno Palacios, una de cuyas hijas estaba casada con un ex Cónsul chileno, bajo la acusación de haber vendido a la legación de ese país su tesis de grado sobre el río Lauca que fue elaborado cuando él era alumno de la Escuela de Altos Estudios Militares, así como otros documentos como mapas de comunicaciones, carreteras, un mapa mineralógico-petrolero y un mapa político de Bolivia. En el maletín, además, constaban las comunicaciones del Embajador Truco de Chile con el Alto Mando Militar de su país sobre la adquisición de dichos documentos y el precio que se pagó por ellos. 
La revelación de estos hechos constituyó un verdadero escándalo en Bolivia que se encuentra registrado en la prensa de entonces y en el libro mencionado del periodista Gerardo Irusta. 
El Tribunal Supremo de Justicia Militar juzgó el caso, habiendo actuado como Fiscal Militar el entonces Mayor Joaquín Zenteno Anaya, que años después fue Comandante de la Octava División de Santa Cruz, durante la guerrilla del Che Guevara, y que murió asesinado en París en mayo de 1976.
Esos días, la Falange Socialista Boliviana emitió un comunicado en el que, si bien no respalda a Moreno Palacios, aprovechó la ocasión para denunciar que el Cnl. de Policías Luis Gayán Contador, ciudadano chileno, duro represor de los falangistas, que llegó a ser nada menos que jefe del Departamento Segundo de la Policía durante el primer gobierno del MNR, cumplia labores de espionaje en Bolivia al servicio de Chile. Al respecto, en sus declaraciones ante el Tribunal Supremo de Justicia Militar, el Cnl. Anibal Reyes Villa, quien ese año era Jefe de la Sección Segunda del Ejército, declaró que desde el año 1961 él tenía severas sospechas de que el Cnl. Luis Gayán Contador era miembro de una red de espionaje que trabajaba en el país y que en más de una ocasión fue sorprendido en reuniones con Otto Muller otro Agregado Militar de la Embajada de Chile. El nombre del chileno Gayán Contador esta unido, en nuestra historia política, a la más cruel y sanguinaria represión ejercida por éste en contra de opositores al gobierno de Paz Estenssoro, en celdas del Control Político y en los campos de concentración de Curahuara de Carangas y otros. 
El abogado del Gral. Palacios fue el Dr. Constantino Carrión, que años después fue abogado de Klaus Barbie, quien en defensa de su cliente sostuvo con la mayor vehemencia que los documentos entregados a la legación chilena por Moreno Palacios no fueron documentos secretos ni reservados, por estar al alcance de todos en academias y librerías. “El Gral. Claudio Moreno Palación –dice Gerardo Irusta—parece haber pecado más bien de buena voluntad y de excesiva amistad con los agregados militares de Chile”.
El Tribunal Supremo Militar, luego de varios meses de procesar el caso, dictó sentencia el 3 de octubre de 1962 condenando al Gral. Moreno Palacios a la pena máxima de 30 años de presidio, por los delitos de traición a la Patria, espionaje e infidencia de conformidad con el Art. 27 de la CPE, pena a cumplir en el penal de “San Pedro” de La Paz. 
El tribunal estuvo conformado por el Gral. de Brigada Fernando Campero Trigo, Presidente, y los Vocales Cnl. Jorge Vidaurre Crespo, Cnl. José Nava Morales, Cnl. Numa Ávila del Carpio y Cnl. Carlos Vargas Velarde. 
Al término de la lectura de la sentencia, el Dr. Constantino Carrión pidió la palabra y el Gral. Campero le citó el Art. 325 del Código de Procedimiento Criminal Militar, que no permite que se haga uso de la palabra después de pronunciada la sentencia. 
El Dr. Carrión dijo que no hay ley alguna que prohíba a la defensa hacer uso de la palabra y pronunció un breve discurso, en el cual dijo que como la sentencia es inapelable no le quedaba otra cosa que apelar ante Dios, el tiempo y los organismos de jerarquía de Bolivia y del extranjero. “Ante Dios –dijo—porque es supremo juez de los hombres y todos sus fallos son justos; ante el tiempo porque normaliza a la larga la vida y corrije los errores y ante los tribunales de jerarquía de Bolivia, ante los cuales se reserva el derecho de pedir la revisión del proceso en aplicación del Art. 371 del Código Penal Militar, cuando las pasiones de los hombres se hayan serenado”. 
El caso Moreno Palacios es el único proceso de espionaje que fue procesado y sentenciado por la justicia boliviana.
El Gral. Moreno Palacios estuvo preso desde abril de 1962 hasta fines de 1971, cuando el entonces Cnl. Hugo Banzer Suárez, luego de asaltar el poder, lo indultó y puso en libertad. 
Así terminó el episodio más oscuro, escandaloso y de alta traición a la Patria que registra nuestra historia.

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