Por: Cristina Corrales / Extracto de www.bolpress.com / Agosto de 2009.
Increíble historia de cómo dos empresas chilenas, una
estatal y la otra privada, consumen y comercializan agua boliviana sin pagar ni
un centavo. Esta es una denuncia reflejada en el libro: "Las aguas del
Silala", del Historiador chileno Cástulo Martínez, que causó una enorme
polémica en Chile en el año 2004. Aquí la entrevista con el propósito de
terminar con la desinformación en Chile y orientar a los propios ciudadanos
chilenos sobre lo resultados del despojo a Bolivia.
Cástulo Martínez, escritor chileno, nacido en Curicó y
diplomado en investigación documental de la Universidad Rice, Houston-Estados
Unidos de Norteamérica. Investiga hace muchos años la verdadera historia de las
relaciones entre Bolivia y Chile. Es autor del libro "Mar boliviano",
en cuyas páginas demuestra que Bolivia nació a la vida republicana con un
litoral en el océano Pacífico.
También escribió el libro "Chile el Depredador",
causando siempre polémica con otros historiadores de su país. El distinguido
profesor de Historia afirma: "No es necesario seguir acumulando evidencias
-de toda índole- para llegar a la única gran solución: ¡Chile le debe un puerto
a Bolivia!".
Indudablemente los datos revelados en el libro desnudan a
los verdaderos beneficiaros del robo impune de nuestras aguas. Realizamos la
entrevista meses atrás para una corresponsalía y por sus datos reveladores
cobran una gran vigencia en la coyuntura actual.
P. ¿Qué motivó a Cástulo Martínez a escribir el Libro
"Las aguas del Silala?
R. El propósito de este libro es poner los antecedentes de
esta situación irregular al alcance del pueblo chileno que se halla
desinformado, en todo caso, mal informado en esta materia, y al mismo tiempo,
hacer un llamado a la conciencia de las autoridades chilenas para que reparen
esta injusticia que los padres de la patria jamás habrían consentido.
P. ¿De acuerdo a los datos de su libro, el Silala está
compuesto por manantiales y no es un río, como afirman algunas autoridades,
cuál la verdad?
R. El Silala es una cuenca hidrográfica de 70 kilómetros
cuadrados, que contiene como 100 manantiales activos de cada uno de los cuales
brotan aproximadamente dos litros de agua por segundo. Los manantiales no
forman un flujo o curso que conduzca el agua a algún sitio determinado ya que
son corrientes de agua subterránea que afloran a la superficie en un punto
específico, sin que circulen en ninguna dirección. Esta zona de manantiales, se
halla enteramente en territorio boliviano, y el agua que brota de ellos es
conducida hasta la frontera chilena por medio de canaletas construidas para ese
propósito, pocos años después de terminada oficialmente la Guerra del Pacífico.
Pero ojo, que esos usos fueron acordados sólo para el ferrocarril. Sin la
construcción de este sistema hidráulico artificial, el agua del Silala jamás
habría llegado en forma natural a territorio chileno.
P. ¿Cómo descubrió Chile la importancia de las aguas del
Silala?
R. La ventaja que siempre tuvo Chile sobre Bolivia fue el
estudio y la elaboración de estrategias sobre los Recursos Naturales y para
responderle mejor voy a proporcionarle los siguientes datos textuales de mi
libro: "En mayo de 1877, la compañía minera "Huanchaca" de
Bolivia -entre cuyos principales accionistas estaban los chilenos Melchor
Concha y Toro y sus hermanos Enrique y Domingo, así como Elías Balmaceda el
cual era hermano del ex-Presidente de Chile, José Manuel Balmaceda compró la
línea férrea de la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta que
operaba en territorio boliviano. En 1887, Enrique Villegas -Cónsul de Chile en
Antofagasta antes del desembarco de las tropas chilenas en esa ciudad, y
principal dirigente de la sociedad secreta "La Patria", que operaba
en esa zona en defensa de los intereses chilenos obtuvo del Gobierno chileno
autorización para dotar de agua a Antofagasta, cuyos derechos los transfirió a
la Compañía Huanchaca de Bolivia. PorLey chilena del 21 de enero de 1888, se
autorizó a la Compañía Huanchaca la canalización de las aguas del río Loa para
el consumo de Antofagasta y puntos intermedios. En ese mismo año, el Gobierno
chileno aprobó los planos para el tendido de una cañería con capacidad de 2500
metros cúbicos por día, desde el Loa a Antofagasta. Al llegar la línea férrea
al punto denominado "Ascotán", límite de la frontera que señalaba el
Pacto de Tregua, la Compañía Huanchaca vendió sus derechos y acciones del
ferrocarril a la compañía inglesa "The Antofagasta (Chili) and Bolivia
Railway Company Limited", venta que se hizo en fecha 8 de diciembre de
1888. El 25 de junio de 1889, la Bolivia Railway obtuvo una nueva concesión del
Gobierno chileno, para aprovechar las aguas de las vertientes de las quebradas
Amunaha, Cebollar y Polapi. Algún tiempo después, la Bolivia Railway encontró
que había mejores aguas en el río de San Pedro, un tributario del río Loa. Con
este motivo, el Gobierno de Chile autorizó por decreto a la compañía la
construcción de las obras con una cañería de 314 kilómetros hasta Antofagasta.
El 9 de junio de 1892 empezó a llegar el agua a ese puerto. En 1901, una
pequeña cañería con una longitud de 28 kilómetros, unió los manantiales de
Polapi con el depósito de San Pedro. Por decreto chileno del 30 de julio de
1904, la compañía ferrocarrilera adquirió derechos sobre los manantiales de
Palpana, concesión que implicaba un tendido de una cañería de 20 kilómetros de
longitud. Y así sucesivamente obtuvo las concesiones de las aguadas de Ujina
Grande y Poquios. En 1906, se efectuó la colocación de una segunda cañería,
cuya primera sección o tramo, con una capacidad de 8.000 metros cúbicos
diarios, quedó completada en octubre de 1907, hasta la estación de Cerrillos, a
205 kilómetros de distancia de los depósitos. El ingeniero británico, Josías
Harding, quien demarcó la frontera para el Pacto de Tregua de 1884, y
posteriormente hizo el trazo y estudios del ferrocarril de Arica a La Paz, con
sospechosa anticipación a la firma del Tratado de 1904, se internó en 1908 con
sus técnicos más allá de la frontera demarcada, y en esas exploraciones halló
las vertientes del Silala en pleno territorio del altiplanoboliviano".
P. Volviendo a sus afirmaciones anteriores: las aguas del
Silala fueron concedidas para el uso del ferrocarril pero sabemos que fueron
usadas para otros fines ¿cuáles fueron esos fines?
P. Bueno, aquí no hay secretos, la verdad es que las aguas
del Silala se han usado desde el siglo pasado primero para Sistemas de riego
agrícola y consumo humano en poblaciones menores ubicadas entre la cuenca baja
del Silala y Antofagasta. Segundo para el uso de los habitantes de Calama,
Antofagasta, Mejillones, y Tocopilla. Y tercero para uso doméstico e industrial
en el centro minero de Chuquicamata.
La desviación para el robo de las aguas del Silala
P. El boliviano Milton Lérida, luego de varias
investigaciones denunció el desvío de las aguas del Silala por parte de Chile,
¿es cierto esto?
P. Saque usted misma la conclusión. Yo le revelo algunos
datos de mi investigación, porque la aguas de las vertientes del manantial del
Silala se canalizan de la siguiente forma: 94 vertientes de agua potable son
colectadas por medio de canaletas construidas de cal y piedra que vacían el
agua a un canal central, que haciendo un recorrido de 2500 metros, se reúne con
otro canal similar que lleva las aguas de otras vertientes que se hallan
próximas a la frontera dentro del territorio boliviano.Los dos canales
provenientes de ambas zonas de las vertientes se reúnen formando un caudal de
consideración que se conecta a una Caja de Agua llamada la Primera Toma, la
cual está ubicada en la quebrada del cerrito Silala, a 600 metros de la línea
fronteriza. De esta Primera Toma sale una cañería central de 12 pulgadas que
cruza la frontera y se interna 10 kilómetros en territorio chileno. Ahí se
conecta con otra caja llamada la Segunda Toma desde donde se distribuye el agua
para los servicios que ya le detallé.Ahora bien, tomando en cuenta que desde
los años cuarenta aproximadamente, las locomotoras a vapor del ferrocarril
chileno fueron sustituidas por las locomotoras a diesel, las cuales no requerían
agua para funcionar, la empresa anglo-chilena usó el agua para venderla a
consumidores chilenos de las ciudades aledañas.Obviamente esto no estaba
previsto en la concesión original. Por consiguiente, el contrato de concesión
de 1908 a favor de esta empresa debió quedar sin efecto inmediatamente después
del cambio de las locomotoras a vapor por locomotoras a diesel. Pero una vez
más la inteligencia de la geopolítica de mi país se movió para anticiparse a
los hechos y contando con el silencio cómplice de las autoridades bolivianas,
comenzó el robo indiscriminados de las aguas que son un Recurso Natural
invalorable.
P. Háblenos ahora de los documentos que revela su libro en
cuanto a las acciones concretas de Bolivia para terminar con ese robo de las aguas
del Silala, por favor.
P. Volvemos atrás en la Historia para analizar que mediante
la Escritura Pública Nº 48 del 23 de septiembre de 1908, la Prefectura del
Departamento de Potosí, basada en la atribución que le confería el Art. 217 del
Reglamento de Aguas del 8 de septiembre de 1879, elevado a rango de ley en
1906, otorgó la concesión y consiguiente adjudicación del uso de las aguas que
forman unas vertiente existentes en la comprensión del Vice-Cantón Quetena, de
la provincia Sud Lípez del departamento de Potosí, a la empresa The Antofagasta
(Chili) and Bolivia Railway Co. Ltd. para los fines de abastecimiento de las
locomotoras a vapor del ferrocarril. Posteriormente desaparecida la necesidad
de agua por la utilización del Diesel, Bolivia no hizo nada, hasta el año 97,
mediante Resolución Nº 71/97 de 14 de mayo de 1997, la Prefectura de Potosí
dispuso la revocatoria y anulación de la concesión mencionada, al haberse
establecido en el segundo considerando de este documento "que ya no
existen las motivaciones condicionantes reales como normativas que dieron lugar
a la concesión, por lo que no se justifica mantener subsistente la concesión de
las aguas que forman las vertientes del Silala [Siloli]".En mi libro
señalo que esa Resolución de la Prefectura fue elevada a la categoría de
decreto supremo mediante D.S. Nº 24660 de 20 de junio de 1997. Pero el 17 de
junio de 1997, la empresa inglesa (que a la fecha había sido comprada por un
grupo económico chileno) presentó un Recurso Directo de Nulidad contra el Prefecto
de Potosí, sosteniendo que esa autoridad "no tiene competencia ni
jurisdicción alguna para revocar y anular concesiones y adjudicaciones de aguas
públicas". Este Recurso de Nulidad fue resuelto por la Sala Plena de la
Corte Superior del Distrito de la ciudad de Potosí, en fecha 2 de agosto de
1997, en virtud de la cual este tribunal "se declara sin competencia para
reconocer el recurso de nulidad intentado por la empresa Antofagasta and
Bolivia Railway Co. Ltd., debiendo recurrir esta empresa a la jurisdicción
llamada por ley".
P. ¿Es verdad que Chile nunca pagó a Bolivia por el uso de
las aguas del Silala y explíquenos por qué?
R. Su pregunta es importante pues curiosamente, el Contrato
de Arrendamiento que la Prefectura de Potosí otorgó a la Antofagasta &
Bolivia Railway Co. Ltd. el 23 de septiembre de 1908, no menciona ni el monto
que la empresa chilena debería pagar por el uso del agua del Silala, ni tampoco
la forma de pago. En el libro incluyo este documento que declara que el agua
arrendada sería usada para alimentar las locomotoras a vapor de dicha empresa
ferrocarrilera. De acuerdo a mis datos no se conoce de ningún pago desde
Septiembre de 1908 a la fecha.
P. ¿En qué Ley se basó el contrato de
"arrendamiento" firmando por la Prefectura de Potosí y la Antofagasta
(Chili) & Bolivia Raylway Co.Ltd.?
R. En la Ley de 1906 sobre Reglamentación de Aguas de la
legislatura chilena. Pero aquí hay otro dato curioso, según dicha normativa la
Concesión debería durar 99 años; por lo tanto, al menos en teoría, esta
Concesión terminaría el 23 de septiembre del 2007. Pero del pago y forma de
pago, no se hace mención alguna.
P. ¿Por qué se basó este contrato en Leyes Chilenas y no en
las leyes de Bolivia? ¿Hubo acuerdos implícitos para que Chile obtuviera semejantes
beneficios y Bolivia se conformara a regalar prácticamente su invalorable
Recurso Natural?
P. Situándonos en aquel tiempo, podemos constatar que la
Guerra del Pacífico, en lo que concierne a Chile y Bolivia, había terminado
oficialmente el 20 de octubre de 1904, al firmarse el Tratado de Paz y Amistad.
Los dolorosos recuerdos de la exacción que Chile efectuó de los ingresos y
riquezas de Bolivia mientras duró el malhadado Pacto de Tregua eran recientes y
las heridas difícilmente podrían estar sanadas. Entonces, una empresa chilena,
cuya sola procedencia era susceptible de evocar para los bolivianos tanto
sufrimiento y humillaciones de parte del vencedor, se presentó ante las
autoridades del Departamento de Potosí y solicitó que se le arriendara agua boliviana.
Las autoridades bolivianas ya no estaban obligadas a nada para con el país
vencedor, de modo que cualquier negociación o transacción con una empresa
chilena debería regirse por las normas bolivianas. Y se concede el
arrendamiento del agua de las vertientes del Silala mediante un Contrato de
Arrendamiento, pero se omite el asunto del pago por parte de la parte
arrendataria. ¿Por qué esta omisión? ¿Fue acaso una concesión gratuita? No es
posible, eso habría sido una aberración. Una alternativa sería que la empresa
chilena efectivamente pagó por el arrendamiento, pero los detalles se
protocolizaron en un documento separado. Pero como hasta la fecha no se sabe de
la existencia de semejante documento de pago, hasta que se demuestre lo
contrario, debe suponerse que nunca existió.
P. ¿En sus investigaciones pudo obtener el documento o al
menos tener una pista del posible del "Acuerdo separado".
R. Eso lo dejo a los investigadores bolivianos. Sin embargo
le ofrezco otro dato interesante que revelo en mi libro. Las instituciones
bolivianas que tuvieron la responsabilidad de desarrollar la actividad
económica en Antofagasta, estuvieron penetradas por chilenos. Ellas abrieron
las puertas para esta catástrofe. Por ejemplo: En mayo de 1877, la compañía
minera "Huanchaca" de Bolivia, entre cuyos principales accionistas
estaban los chilenos Melchor Concha y Toro y sus hermanos Enrique y Domingo,
así como Elías Balmaceda, el cual era hermano del ex-Presidente de Chile, José
Manuel Balmaceda- compró la línea férrea de la Compañía de Salitres y
Ferrocarril de Antofagasta, que operaba en territorio boliviano. ¿Cómo
permitieron eso? ¿O será que no tuvieron suficiente visión para analizar que de
allí comenzaría la desgracia para Bolivia? Yo no afirmó, sólo pregunto; ¿Por qué
en 1887, Enrique Villegas, Cónsul de Chile en Antofagasta, antes del desembarco
de las tropas chilenas, y como principal dirigente de la sociedad secreta
"La Patria", que operaba en esa zona en defensa de los intereses
chilenos, obtuvo del Gobierno chileno autorización para dotar de agua a
Antofagasta, cuyos derechos los transfirió a la Compañía "Huanchaca"
de Bolivia?Bueno, una vez abierta la puerta a las ambiciones de la sociedad
secreta, se tramitaron los instrumentos legales en la parte chilena para obrar
rápidamente, y por Ley chilena del 21 de enero de 1888, se autorizó a la
Compañía "Huanchaca" la canalización de las aguas del río Loa para el
consumo de Antofagasta y puntos intermedios. En ese mismo año, el Gobierno
chileno aprobó los planos para el tendido de una cañería con capacidad de 2500
metros cúbicos por día, desde el Loa a Antofagasta. Entonces, primero fue el
Loa y después de la invasión, una vez penetrado el territorio boliviano ya se
incursionó en el manantial del Silala.
El poder de la oligarquía chilena
P. ¿Cuáles son las vinculaciones familiares de este negocio?
R. Elena Abaroa, hija de Eduardo Abaroa Hidalgo, el héroe
del Topáter, se casó con un empresario con grandes riquezas: Policarpio Luksic.
Su nieto Andrónico Luksic Abaroa, compró en 1979 la Compañía Antofagasta
(Chili) and Bolivia Railway Co. Ltd, actualmente denominada Ferrocarril de
Antofagasta a Bolivia (FCAB), que usa, sin pagar nada, las aguas del Silala.
Posteriormente, el bisnieto del héroe de Calama, Andrónico Luksic Abaroa, se
convirtió poco a poco en uno de los más poderosos hombres del planeta, ya que
la fortuna del grupo Luksic sería la quinta de todo el mundo.En cuanto a las
aguas del Silala, el uso que ésta y otras empresas chilenas hacen de esta agua
bolivianas no sólo es ilegal sino que, además, es abusivo. Andrónico Luksic,
uno de los más grandes potentados chilenos está ligado a capitales
norteamericanos y asiáticos, pero no sólo es eso, también posee intereses
agroindustriales en el oriente de Bolivia y jamás ocultó su ambición de
controlar el negocio del gas boliviano en puertos chilenos, pues así lo declaró
abiertamente en entrevistas con la prensa chilena. Luksic es quien se niega a
pagar al Estado boliviano una deuda aproximada, según la Comisión de Política
Internacional de la Cámara de Diputados, (datos del año 2006) de 900 millones de
dólares acumulados desde 1908 por el uso ilegal de las aguas del Silala,
arguyendo que dicha fuente es un río internacional y no un manantial.
"En la actualidad, la Antofagasta (Chili) and Bolivia
Railway Co. Ltd. se conoce como el "Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia
(FCAB)" y pertenece al grupo económico chileno Luksic. Sus operaciones se
desarrollan en la II Región de Chile y posee oficinas en Antofagasta y Santiago
de Chile y representación en Bolivia. En abril del año 2000, mediante
licitación pública, la empresa boliviana Ductec SRL obtuvo la administración y
uso de las aguas del Silala. Al tratar de cobrar el uso de esta agua a la
empresa de Ferrocarriles de Antofagasta y Codelco, éstas se negaron a pagar las
facturas de consumo. Don Pablo Ribbeck, gerente administrativo de la
Antofagasta and Bolivia Railway -el Ferrocarril Antofagasta- Bolivia (FCAB)-
escribió a la firma Ductec, manifestando su extrañeza por haber recibido la
factura de cobranza por el uso del Silala, al más puro estilo König: "Rechazamos
y desconocemos cualquier pretensión de obtener tal pago ya que a ustedes
[Ductec] no los conocemos y jamás hemos tenido relación, convenio o nexo
alguno, así como tampoco hemos requerido ni recibido algo de ustedes". La
respuesta del Sr. Ribbeck terminaba en el mismo tono altanero: "Esperamos
que con lo expresado, enmienden vuestro error retirando de inmediato la citada
factura y tomen las medidas pertinentes para evitar la repetición de estos
hechos. Esperamos un fax en que retiran formalmente la factura enviada en forma
errónea por una supuesta captación y entrega de agua de una tal cuenca Silala
en Bolivia".Por otro lado, la empresa estatal cuprífera, Codelco, otra
principal usuaria de las aguas provenientes del Silala, también intenta desentenderse
de la responsabilidad que les corresponde por su uso de agua boliviana. La
respuesta del vicepresidente de desarrollo de Codelco, Juan Enrique Morales
Jaramillo, como recitando una lección ya aprendida, dice, en parte: "El
uso de todas las aguas que utiliza esta Corporación en sus actividades se
encuentra amparado por los consiguientes derechos de aprovechamiento otorgados
de conformidad a la legislación chilena. En tal virtud, no existe razón para
iniciar conversaciones. Por lo anterior, no nos es posible aceptar la
invitación formulada a conversar sobre el uso de las aguas del Silala".El
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile cursó instrucciones a Codelco y
FCAB para que no entren en conversaciones directas con la firma boliviana
DUCTEC, ya que ahora el asunto salía del ámbito empresarial para convertirse en
un "litigio internacional".
P. Finalmente, ¿qué debe hacer Bolivia a su criterio para
impedir que siga el robo de las aguas del Silala?
R. Bolivia debe mantenerse en los procedimientos legales para
continuar esta negociación, volviendo a revisar la Resolución de la Prefectura
de Potosí de 1997 y por consiguiente, el contrato de concesión de 1908 a favor
de la empresa anglo-chilena que usó el agua para venderla a consumidores
chilenos de las ciudades aledañas, lo que no estaba previsto en la concesión
original, y que debió quedar sin efecto inmediatamente después del cambio de
las locomotoras a vapor por locomotoras a diesel y partir de allí exigir una
justa compensación por lo ocurrido desde el momento del cambio de uso del agua
hasta la fecha. Sobre todo Bolivia debe insistir en sus reclamos por el derecho
que le da tener en su territorio un manantial como el Silala y no un Río
Internacional que lo que Chile quiere para consolidar el robo indiscriminado de
esas aguas.
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