Noel Kempff Mercado, cuyo signo predominante fue el amor por
la naturaleza, nació en Santa Cruz de la Sierra el 27 de Febrero de 1924. Desde
su niñez mostró curiosidad por los campos y los bosques, pero, paradójicamente,
se graduó como contador. Después de titularse pasó 20 años viviendo en el
campo, iniciándose en las actividades de la apicultura. En su afán por conocer
las fuentes del néctar utilizadas por las abejas, se acercó al mundo
maravilloso de las flores, su curiosidad le llevó a profundizar sus conocimientos
de botánica y de zoología. Luego, alentado a publicar algunas de sus
observaciones, se inició como autodidacta en el campo de la investigación y la
ciencia, lo que dio lugar a que dictara durante siete años las cátedras de
apicultura, horticultura y jardinería en la Escuela de Agronomía de Santa de la
Sierra; años en que vio formarse a un grupo de agrónomos que tuvo marcada
inclinación por la jardinería a quienes se debe, en gran parte, las áreas
verdes de nuestra ciudad.
Fue un conocedor de la geografía oriental boliviana,
explorando distintos lugares de interés biológico, en la búsqueda de nuevas
especies tanto de fauna como flora. En esta dedicación luchó tenazmente por la
conservación de zonas de interés ecológico, impulsando la creación de los
Parques Nacionales Amboró y Huanchaca (hoy Noel Kempff M.). Entre las
exploraciones que realizó al actual Parque Nacional Noel Kempff Mercado, en
1980, junto con Gunter Holzman, viajó a fin de confirmar la existencia de las
cataratas del río Pauserna, que se encontraban en una región poco accesible.
Para proteger mejor este parque, presentó ante las autoridades el proyecto de
creación del Parque Bi-nacional Caparuch, en la zona denominada Huanchaca,
frente a la serranía Ricardo Franco en el lado brasileño. Esta idea, muy
avanzada aún para ahora, se conoce como “manejo transfronterizo de áreas
protegidas”.
Entre sus trabajos se destaca como creador del primer Jardín
Botánico de Santa Cruz, siendo esta obra sepultada por un turbión del río
Piraí. El desastre era previsible ante la falta de un encauzamiento del río,
sin embargo el Prof. Kempff no se doblegó, empeñándose de inmediato en la
creación de un nuevo Jardín Botánico, de mayor alcance, en la zona de Guapilo,
con fines estrictamente científicos. Esta obra, lamentablemente, quedó
inconclusa, y aún después de transcurridos más de veinte años de su muerte,
sigue sin alcanzar la auténtica categoría de “botánico”, de acuerdo a
estándares internacionales.
El Parque Zoológico de Fauna Sudamericana fue otra de sus
grandes contribuciones al ornato de la ciudad, convirtiéndose rápidamente en
centro de referencia científico de lo que representa la fauna sudamericana. El
Zoológico fue “creado con fines educativos y recreativos, y al mismo tiempo
despertar y generar una conciencia conservacionista”. Este espacio público se
crea “en un momento en que se hace tan necesario mostrar la importancia de la
conservación de la vida silvestre, problema que cada día adquiere mayores
dimensiones por el peligro que se corre de perder para siempre este valioso
patrimonio que usado racionalmente puede contribuir al desarrollo
socio-económico del país”.
En esta misión que le apasionaba instauró el concepto de
emplear especies nativas ornamentales en el arbolado urbano de la ciudad y
dirigió la gestión de áreas verdes. Kempff fue autor de varios libros de
botánica y zoología, entre los que se destacan obras como Ofidios de Bolivia
(1975), Flora Amazónica de Bolivia (1976), Flora Apícola Subtropical Boliviana
(1980), Aves de Bolivia (1985). Entre sus investigaciones técnicas de
importancia para el desarrollo, está su invalorable aporte al mejor
conocimiento de las abejas africanas (Apis elllifera adamsonii), contando con
múltiples publicaciones y documentos de investigación, entre los que destacan
textos sobre abejas indígenas, murciélagos libadores de flores, primates de
Bolivia, etc. Algunos de ellos fueron traducidos a varios idiomas.
En el terreno del pensamiento, era universal, congregador e
incluyente. Por sus ideas amplias y abiertas al mundo, obtuvo capacidad de
convocatoria ante la sociedad civil, actitud de interpelación y reclamo ante la
clase política de la época, además de un reconocido prestigio ante la comunidad
científica internacional. Como defensor inclaudicable de los recursos naturales
alertó y denunció sobre los daños y alteraciones ecológicas causadas por la
desforestación y la depredación de nuestra fauna por el contrabando de aves
valiosas y la cacería de mamíferos en peligro de extinción.
Fue el primer autodidacta cruceño que ingresó a la Academia
Nacional de Ciencias como Académico de Número (1985). Recibió innumerables
distinciones en reconocimiento de su proficua labor, entre las que se destacan
el título Dr. Honoris causa otorgado por la Universidad Gabriel René Moreno, la
condecoración de la Educación Boliviana en el Grado de Gran Cruz y el Premio a
las Ciencias Manuel Vicente Ballivián. Resalta entre los homenajes post mortem
la conferida Encomienda de Número de la Orden Isabel La Católica, por su
Majestad Don Juan Carlos, Rey de España.
Desarrollando trabajos de investigación en el Parque
Nacional Huanchaca, con científicos de la Estación Biológica de Doña Ana,
España, el 5 de Septiembre de 1986 fue asesinado en la meseta de Caparuch por
narcotraficantes. Su muerte ocasionó una conmoción nacional sin precedentes en
la sociedad, surgiendo con ello un necesario y reclamado repudio al
narcotráfico. Sin embargo, su labor académica e institucional quedó trunca, en
diversos grados de desarrollo y concreción. Noel Kempff Mercado se ha
constituido en un icono emblemático de la conservación de la biodiversidad y
dio un vigoroso impulso al establecimiento de la agenda ambiental cruceña y
boliviana, que hoy, mucho tiempo después de su prematuro fallecimiento, se la
sigue reconociendo.
Extracto de: www.boliviabella.com
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