Melgarejo ascendió al poder por la revolución efectuada el 28 de diciembre de
l864 en contra del Gral. José María de Achá. Levantando en Cochabamba al Regimiento
Rifleros, seguido por el batallón Cortez, el batallón de Ingenieros, y un
cuerpo de artillería acantonado en el Paso, vistiendo uniforme de parada y
repartiendo dinero a raudales, Melgarejo se proclamó caudillo de la revolución
de diciembre, nombrándose Presidente de la República, y al doctor Donato Muñoz
como Secretario General del nuevo gobierno. El doctor Muñoz envió sendos
documentos a las prefecturas del país, comunicando el advenimiento del gobierno
de Melgarejo.
El Gral. Manuel Isidoro Belzu, que había vuelto de Europa, fue proclamado
Presidente de la República en La Paz. Conocedor de este hecho, el Gral.
Melgarejo presentó batalla a Belzu en las cercanías de La Paz, siendo
derrotado. Sin embargo, el Gral. Belzu en pleno festejo del triunfo fue
asesinado por algún coracero de Melgarejo, dándole a éste el triunfo el 27 de
marzo de 1865.
El 6 de mayo salió Melgarejo a sofocar un levantamiento de sus opositores en el
sur del país, dirigiéndose a contrarrestar a aquellos revolucionarios
comandados por el Gral. Arguedas, en Potosí. Y en las proximidades de esta
ciudad derrotó a sus enemigos en la famosa batalla de La Cantería; yendo
posteriormente a La Paz, derrotándolos nuevamente, con un triunfo excepcional
en la batalla de las Letanías, muy cerca de la ciudad.
Posesionado el gobierno en la ciudad de La Paz, el vencedor de La Cantería y
las Letanías se encontraba en el apogeo de su poder y de su prestigio militar.
Según el historiador Pablo Zubieta, el Gral. Melgarejo, como militar, era un
hombre hermoso, alto, robusto, hercúleo, ágil en sus movimientos, imperioso en
la palabra y fatalmente resuelto en la acción.
Sus modales eran distinguidos y en cierta forma suaves y educados. Solo así se
explica los escondidos amores que sostuvo con la esposa del Gral. Achá, doña
Gertrudis Antezana, mujer muy famosa por su belleza.
Igualmente aparte de la bizarría del Gral. Melgarejo, su osadía, valentía, que
las más de las veces rayaban en una especie de heroísmo, hicieron de él uno de
los militares más efectivos.
Así lo manifestó un político y escritor cochabambino, don José Quintín Mendoza,
quien refiriéndose a la funesta Guerra del Pacífico, escribió: “Si en la
retirada de Camarones, en vez del presidente Hilarión Daza, hombre de poco
valor, muy adicto a la pedantería, hubiera estado un Melgarejo, no se conocería
la derrota”.
Las batallas de La Cantería y Las Letanías y aún más, su ingreso a Palacio en
La Paz, completamente derrotado, saliendo airoso y triunfador, dieron muestras
de la valentía y audacia del Gral. Melgarejo.
Sin embargo el problema de Melgarejo era la bebida, cuando estaba ebrio perdía
la razón y se convertía en otro hombre, capaz de los desaciertos más grandes, y
de allí salieron los mayores problemas para el Estado boliviano, cometiéndose
funestos errores: el tratado de límites con Chile el 10 de agosto de 1866, y el
del 27 de marzo con el Imperio del Brasil, en los que Bolivia cedió ricos y
extensos territorios.
Desde el 28 de diciembre de 1864, cuando Melgarejo se hizo del poder, hasta el
15 de enero de 1871, no cesó la protesta armada en todos los departamentos, en
contra de su administración.
Por: José Alberto Diez de Medina / Sociedad Bolivariana de Bolivia, fundada en
1926. / EL Diario 21 de Enero de 2017.
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