El investigador Arthur Posnansky (1873-1946), está asociado
a Tiwanaku, porque fue precisamente allí, donde el científico llevo a efecto
numerosas indagaciones que constituyen valiosa fuente de información en torno a
esa milenaria y floreciente cultura, que a su turno alcanzo gran notariedad.
Con anterioridad a su llegada al altiplano Boliviano,
Posnansky permaneció algo más de un par de años en Manaos (Brasil) dedicado a
la explotación de su lancha anni, con la cual transportaba mercancías a través
del rio Acre, actividad que le ofrecía réditos nada despreciables.
Producidos los primeros enfrentamientos contra los
filibusteros Brasileños, el puso al servicio de Bolivia la embarcación de su
propiedad.
Seguidamente, se enlisto en las filas de las fuerzas
armadas, en su condición de ingeniero naval. Rememorando este acápite de su
trayectoria, Posnansky subraya:
“Yo llegué a Bolivia involuntariamente. Durante la campaña
del Acre, por mi espíritu esencialmente idealista, por mi entusiasmo de
caballero, por mis compromisos de amigo con distinguidos bolivianos como don
Pedro Kramer y otros, me comprometí, en circunstancias en que gozaba yo de una
situación económica desahogada a colaborar a Bolivia en la guerra del
Acre”.[2]
Intento quebrar el cerco de puerto Acre, y pese a su
esforzada incursión no pudo lograr su objetivo. Desde luego se hizo acreedor a
la inversión brasileña, cuyos representantes en el Acre, no perdieron
oportunidad para fustigarlo, e intentar eliminarlo físicamente. Arthur
Posnansky, al haber hecho causa común con Bolivia, perdió su tranquilidad y vio
afectados sus bienes.
Estuvo a punto de morir en la plaza pública del Para, al ser
casi linchado por una multitud. Fue acosado por el bandido brasileño Manuel
Felicio, el que junto a sus “capangas” se había convertido en el terror de los
moradores de las comarcas del Acre, secundando a Placido de Castro.
Acusado de supuesta participación en el asesinato de un
ingeniero apellidado Galdos, Posnansky fue tomado prisionero de Felicio,
consiguiendo escabullirse de sus captores. Empero, no transcurrió mucho tiempo
para que fuera nuevamente aprehendido y entregado a los delegados de una
comarca conocida como Antimary.
Al hacer memoria de este suceso, el desventurado, sostiene:
"Soborno a las autoridades de Antimary y después de una
prisión de 14 días en el cuartel de aquella población, recupero mi libertad. Creí
entonces que hubiesen acabado mis sufrimientos, pero no fue así. Perseguido por
los revolucionarios, que trataban de de victimarme en el campo tuve que huir
con mil precauciones". [3]
Cuando ya había logrado evadir a sus hostigadores tras una
serie de peripecias, resolvió alejarse de la zona. Sin tomar los recaudos
indispensables para una travesía por el monte, partió rumbo al Alto Purús,
donde estimaba poder librarse de los malhechores.
"El primer día -narraría luego- encontré agua y
castañas para alimentarme... Esperé la noche y en la oscuridad me aproximé a
una pequeña barraca donde pillé una gallina viva con la que me retiré al monte.
La desplumé en el acto y golpeando la carne con un palo, la devoré así cruda y
sin condimento alguno". [4]
Tras esa y otras contingencias enfrentadas en aquella
tierra, Posnansky, retornó a Alemania. Poco tiempo después, regresaría a
Bolivia para radicarse definitivamente y emprender labor de investigación
científica en los predios de la arqueología, la antropología y la
geografía.
Fue estafado por las autoridades nacionales en la
transferencia de la lancha Anni, construída en el astillero de R. Holtz en la
ciudad alemana de Hamburgo durante 1898, por cuanto la administración nacional
no llegó a cancelarle las cinco mil libras esterlinas prometidas sino después
de diez largos años, durante los cuales se vio en la necesidad de recorrer
infinidad de oficinas públicas, como un auténtico mendicante.
NOTAS.-
(1) PONCE SANGINÉS, Carlos. Arthur Posnansky. Biografía
Intelectual de un pionero. Producciones CIMA, La paz 1994, p. 147.
(2) POSNANSKY, Arthur. Al gobierno de Bolivia y a los
hombres probos del País. Editorial del Instituto Tihuanaco de Antropología,
Etnología y Prehistoria, La paz, 1932, p.4.
(3) POSNANSKY, Arthur. "La lancha Iris". El
diario, Lapaz, 12 de abril, 1904, p.1.
(4) Ibidem.
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