El martes 27 de noviembre de 1934, a las 08:30 dos
Circulares fueron enviadas por radio a los Comandos de las unidades en el
frente de Guerra: la primera, firmada por el Coronel Rodríguez, decía: “…hoy ha
sido apresado Presidente Salamanca, Ministro Canelas, General Lanza y su
Comitiva. General Peñaranda, vuelve a asumir sus funciones mientras se
resuelva por Ejército el nuevo Comando y el Gobierno”. Entretanto en varios
frentes de batalla el ejército boliviano se desangraba en denodada defensa del
territorio nacional ante la ofensiva paraguaya que ganaba terreno.
Por esas circunstancias nefastas sucedidas ese día, el
Presidente Salamanca renunció por presiones del grupo golpista al mando de
Enrique Peñaranda y David Toro. El Presidente Salamanca permaneció en Villa
Montes, encerrado en su hospedaje hasta el lunes 3 de diciembre de 1934, de
donde salió y caminó a pie hasta la pista de aterrizaje junto a su hijo Hernán
y el Dr. Ugarte. De ahí, un avión trimotor de la Fuerza Aérea de Bolivia, los
trasladó hasta Santa Cruz de la Sierra y de ahí, a Cochabamba.
Así concluyó el acto más vergonzoso de la historia política
y militar de Bolivia durante la guerra del Chaco. La acción militar que fue
planificada días antes del arribo a Villa Montes del Presidente Salamanca, fue
denominada Operación “Corralito” y se desarrolló entre las 06:00 y 09:30
aproximadamente de aquel fatídico martes 27 de noviembre de 1934. A partir de
ese hecho cambió radicalmente la línea de la historia de Bolivia, cuando
precisa y paradójicamente Bolivia se confrontaba con el Paraguay y su situación
en el ámbito militar, era crítica por los desaciertos de los jefes militares en
la conducción de las acciones de guerra.
Daniel Salamanca Urey, asumió la Presidencia Constitucional
de la República de Bolivia, el 5 de marzo de 1931, después de haber ganado las
Elecciones Generales realizadas el día lunes 5 de enero de 1931. El mandato
Constitucional debía haber concluido su mandato el 5 de marzo de 1935.
Posteriormente, el General David Toro Ruilova, con el apoyo de los militares
alzados, gobernó de facto la República de Bolivia desde el 22 de mayo de 1936
hasta el 13 de julio de 1937.
La Casa Staud, sitio del “Corralito” de Villa Montes
En el año 1906, el Gobierno de Ismael Montes concedió a la
Compañía Alemana Staud y Cia. de Berlín (Alemania), más de 400 lenguas de
tierras fiscales en la margen izquierda del río Pilcomayo, con fines de
colonización para desarrollar exclusivamente la agricultura y la ganadería
aprovechando las aguas del río Pilcomayo para regar por gravedad más de 8000
hectáreas de tierras al margen izquierda. En este inmueble funcionaba la
gerencia de la compañía alemana.
Durante la guerra del Chaco ese inmueble estuvo bajo
dependencia del ejército boliviano en campaña y en sus instalaciones se ejecutó
la “Operación Corralito”, donde el Presidente Daniel Salamanca fue tomado preso
y obligado por el Mando Militar a dimitir de su cargo.
La “Operación Corralito”
Esta es la descripción de esos hechos, que se constituyeron
en el peor y más vergonzoso acontecimiento protagonizado por los jefes
militares en pleno desarrollo de la guerra.
Amanecer de primavera, caluroso, radiante. Sale del
alojamiento presidencial – donde aún duermen los demás huéspedes – el General
José Leonardo Lanza, flamante Comandante en Jefe del Ejército en Campaña. Llega
al campo de aviación puntual a las 06:00 horas por él mismo fijada en la orden
verbal que impartió la noche anterior. Puntual, igualmente puntual llegó el
Teniente Coronel Luis Añez, también flamantísimo Jefe de Estado Mayor del
Comando Superior, que había aceptado el cargo en la víspera. Faltaba a la cita
el Mayor Germán Busch Becerra. El avión estaba listo. Comenzaron a funcionar
sus tres motores con toda regularidad; más el piloto Jorge Wilsterman, sin
perder tiempo, se acerca al General Lanza, y le dice; “…que uno de los motores,
exige revisión y será necesaria una espera…”. Añez, con presteza aprovecha la
circunstancia para insinuar al General Lanza el regreso a su alojamiento,
porque así aprovecharía la demora para tomar desayuno, pues no había tenido
tiempo ni posibilidad de hacerlo en el suyo.
Lanza, siempre honesto, accede. La vuelta ocurre sin
novedad, pues nada anormal perturba la pasividad ordinaria de la Villa. Los dos
militares ganan el alojamiento. Añez, avanza al comedor para servirse el
refrigerio del que está necesitado, procurando no despertar a los que aún
duermen. Lanza, que ha encontrado en el comedor al Ministro Canelas -que aún
está en ropa de dormir- se apresta a iniciar conversación con él y empieza a
informarle del atraso sufrido por el avión. No sospecha, que el aparente “desperfecto”
es la primera maniobra de la gran confabulación preparada por el Comando
militar de Villa Montes. En ese momento, el General Lanza percibe que llegan
tres camiones cargados de soldados traídos del frente de batalla, los que
descienden rápidamente armados de fusiles, rodean la casa, colocándose delante
del cerco de alambre, rodilla en tierra y apuntando en dirección a la casa
donde ellos se encuentran. Otros grupos de soldados igualmente armados,
ingresan por la puerta del edificio, se despliegan en el jardín delantero de la
fachada, y emplazan ametralladoras, también apuntando al edificio. Mezclado con
esas tropas, llega también el General Julio Sanjinés a caballo, e ingresa al
jardín hasta el sitio adecuado, desde el cual podrá espectar el curso de la
Operación “Corralito”, sin perder detalle, se apea y se cruza de brazos.
El elemento sorpresa, principal recurso en toda operación
militar, se cumplió con exactitud. Tan exactamente, que Salamanca, insomne
eterno, que probablemente pasó la noche en claro y recién tomó el sueño al
alba, dormía tranquilamente a la llegada de las tropas preparadas para el
asalto. Lo despertó Ugarte, y se negó a dar crédito a lo que se le dijo. Cuando
estuvo en condiciones, se presentó en el corredor y al pretender avanzar sobre
el jardín, le fue cerrado el paso por dos oficiales. Además, una ametralladora
puesta en un macizo, le apuntaba a unos ocho metros de distancia. Canelas y
Lanza, los únicos del alojamiento que estaban en pie, habían avanzado hasta el
jardín. El Mayor Germán Busch, que llegaba en ese momento, intimó a Lanza: Mi
General: Usted y el Presidente están presos…!. Fue el momento fatal para el
Presidente Salmanca, el destino y resultado nefasto de la guerra y de la
Patria.
Salamanca es tomado preso y es obligado a renunciar
A partir de ese momento, el Presidente Daniel Salamanca Urey
quedó preso en el bien inmueble donde funcionaba anteriormente la Casa “Staudt”
(Berlín, Alemania), solamente acompañado por su hijo Hernán, subteniente de
reserva. El retén militar instalado en la puerta principal, estuvo al mando de
un Teniente con la consigna: “…nadie puede salir ni entra
Mientras tanto, los miembros de la Misión Checa que se
encontraban almorzando en su Campamento en Villa Montes, fueron los primeros en
enterarse del penoso episodio, porque un oficial boliviano de enlace, les dio
la noticia: “…señores, el Presidente está preso”.
Actual casa de la Compañía Alemana Staud y Cia. Se encuentra
en el mercado central de Villa Montes, remodelada y constituida en Museo de
historia de la Guerra del Chaco, donde el Presidente Salamanca fue acorralado
por los militares en la “Operación Corralito”.
La Misión Militar Checoslovaca, llegó a Bolivia a mediados
de junio de 1934 a iniciativa y gestiones del Presidente Salamanca y en
coordinación con el Ministerio de Guerra previo consentimiento de las Fuerzas
Armadas de la Nación, las que posteriormente fueron objetadas por Peñaranda y
otros militares a pesar de las reiteradas y oportunas explicaciones y
aclaraciones brindadas por Salamanca. Ese mismo día, después del almuerzo
-realizado en el Rancho de los “Menonitas”, que servía como casino
(comedor/bar), los militares golpistas que participaron en el levantamiento
Enrique Peñaranda, Sanjinés, José Rivera, Rodríguez, Germán Busch, Adalid
Tejada Fariñas, Enrique Frías, Victorino Gutiérrez, Miguel Alaiza, Néstor
Montes, Heriberto Ariñez, Jorge Jordán, Víctor F. Serrano, Alfredo Santalla,
Enrique Vidaurre, Luis Añez, Julio Díaz, Manuel Tardío y Roberto Ramallo,
sostuvieron una reunión.
Hubo una discusión general y todos participaron exponiendo
sus puntos de vista y acusando a Salamanca de ser el culpable de la situación.
También reconocieron las consecuencias de esa acción a nivel internacional y
asumieron que era necesario evitar que el hecho fuera tildado como una
revolución de carácter político.
Mientras los militares ejecutaban el golpe contra el
Presidente Salamanca, las tropas se desangraban en la lucha por la defensa del
territorio.
El General Sanjinés, sugirió que se entrevistaran con
Salamanca y le exigieran su renuncia e invitaran al Vicepresidente Tejada
Sorzano, ocupar la Presidencia. Germán Busch, apoyo la sugerencia de Sanjinés y
pidió conformar una Comisión de dos jefes. Fueron elegidos el General Tejada y
el Coronel Serrano y posteriormente, se incorporó el Coronel Ángel Rodríguez.
Asimismo, se determinó amenazar a Salamanca que si no renunciaba “…su estadía
en Villa Montes sería indefinida”.
Con marcado temor en enfrentarse a Salamanca, los tres
comisionados buscaron al Dr. Ugarte para que los acompañe y convenza al
Presidente a firmar la nota de dimisión que fue elaborada por Rivera,
Baldivieso y Torrico respectivamente. Respecto a esta Comisión, es importante
hacer conocer qué, el Coronel Rodríguez se excusó de participar de la visita y
entrevista con el Presidente Salamanca. Tal cual previno el Dr. Ugarte, el
Presidente Salamanca se negó rotundamente a firmar dicho documento. El mismo
Salamanca, en sus memorias dice, que fueron dos los puntos centrales:
“…primero, que debía dimitir a la Presidencia y para ello le amenazaron en
tomar medidas severas contra su persona si se negaba y segundo, exigían pactar
inmediatamente con el Paraguay la cesación de hostilidades”.
Salamanca, en definitiva desechó el texto del documento
elaborado por los militares golpistas, pero no se negó a renunciar a la
Presidencia de la República. Más al contrario, convocó al Dr. Ugarte y le dictó
lo siguiente: “…A la Nación. Por razones que pesan en mi ánimo, hago renuncia y
dejación del cargo de Presidente Constitucional de la República…”
Destitución de Peñaranda causa del complot militar
La caída del fortín Ballivián colmó la tolerancia del
Presidente Daniel Salamanca que destituyó al Gral. Enrique Peñaranda y
determino su reemplazo por el Gral. José Lanza, el 26 de noviembre de 1934.
Hasta esa fecha, desde el inicio de la guerra y durante su
evolución, el Presidente Salamanca había manifestado su malestar y disgusto por
la conducción de la guerra y por resultados, hecho que afectó a sus relaciones
con el mando militar. Como consecuencia de esa situación el 27 de noviembre el
Presidente arribó a Villa Montes en compañía del Gral. Lanza, designado por el
mandatario para asumir el Comando en Jefe del ejército en campaña en
sustitución del Gral. Peñaranda. Conocedores de esa determinación Peñaranda,
Toro, Busch, Moscoso y otros oficiales habían decidido no acatar el
nombramiento y derrocar al Presidente.
Salamanca fue recibido por el mando militar en la pista de
Villa Montes con el protocolo correspondiente para luego iniciar reuniones
destinadas a conocer con mayor detalle de la situación en los frentes de
batalla.
Encerrado, desarmado y prácticamente solo en el inmueble del
comando, el anciano Presidente recibió la intimación para renunciar. No tuvo
alternativa. Mientras los soldados combatían denodadamente en el frente, los
jefes militares derrocaron en pleno comando de operaciones al Presidente de
Bolivia. Salamanca, su hijo y el Gral. Lanza fueron embarcados en un avión
hacia Santa Cruz. El 28 de noviembre, guardando las formas democráticas, se
posesionó José Luis Tejada Sorzano, cuyo objetivo era buscar la paz lo antes
posible. Las características de este golpe de estado hicieron que fuera
recordado por la historia como el “corralito” de Villa Montes.
La descripción de los hechos está escritos de manera sucinta
en notables obras referidas a la guerra del Chaco, el libro “Salamanca,
gravitación y destino de Bolivia” de David Alvéstegui que fue Ministro de
Relaciones Exteriores y Culto de Salamanca y “Masamaclay, historia política,
diplomática y militar de la guerra del Chaco escrito por Roberto Querejazu
Calvo, combatiente de la guerra del Chaco.
Este artículo apareció publicado en El Periódico de Tarija
el 4 de Diciembre de 2016.
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