Este artículo apareció publicado en Puño y Letra del periódico
Correo del Sur el 13 Junio 2016.
El historiador chuquisaqueño, Alejandro Serrudo Santelices,
nos hace llegar un artículo que habla sobre los Macheteros de la Muerte de la
Guerra del Chaco, como un homenaje al cese de hostilidades de la contienda
bélica donde, según Zavaleta Mercado, nació la conciencia nacional boliviana.
Como la historia lo cuenta, durante la Guerra del Chaco,
hubo varios escritos sobre el conflicto entre bolivianos y paraguayos y se ha
escrito bastantes libros sobre el tema del Chaco Boreal. Los autores tratan
muchos temas, pero lo que no escribieron fue sobre los crímenes de guerra que
cometieron un regimiento llamado "Macheteros de la Muerte”, grupo
irregular paraguayo que para esa época era el terror del Ejército Boliviano. Su
participación en crímenes de guerra se abordó en la prensa de la época y
existen varias publicaciones de prensa sobre estos grupos que aterrorizaron a
la sociedad boliviana con sus asaltos a las ambulancias de la Cruz Roja y los
puestos de hospitales, asesinando a los médicos civiles, a las enfermeras y a
las hermanas de la caridad y cometiendo crímenes a los heridos de campaña,
degollándolos.
Cuando hubo caído Boquerón se dedicaron al asalto y al abuso
de pequeños poblados. Todos los ataques fueron comandados por el comandante
Plácido Jara quien se encargó del ataque a la gente civil (siempre que tenga
pinta boli) y al ataque a los fortines bolivianos.
Batalla de Boquerón
La Batalla de Boquerón se desarrolló desde el 9 septiembre
al 29 de septiembre de 1932. El día 17 de septiembre de 1932, uno de los
periódicos de La Paz (La Razón), nos decía que una Brigada Sanitaria salió al
Chaco con dirección al Fortín Boquerón.
Este grupo de Sanidad fue despedido por la población
boliviana, que dijo adiós a camilleros y enfermeros, que partieron con el
contingente de Caballería e Infantería que fueron despedidos con bandas de
escuela. Toda la Brigada Sanitaria del Instituto Americano que fue objeto de
una señalada ovación estaba compuesta de menores de edad. La brigada estaba
comandada por el doctor José Guzmán Baldivieso asimilado al grado de teniente,
el sargento asimilado José María ,y los enfermeros Mario Peláez Cleto, Zambrana
Miguel, Borke Fernando y Alonso Sanjinés.
Las tropas paraguayas masacraron vilmente a los prisioneros
y enfermeros de la Cruz Roja habiendo usado cuchillo y bayoneta, no tuvieron
compasión del adversario grande o pequeño en la situación en la que se
encontraban aceptando la verdadera dicha de la noticia que impactó a los
militares bolivianos. Esta noticia fue muy difundida por la prensa y causó
indignación en la sociedad boliviana.
El pueblo reaccionó, pidiendo a voces por las calles el
bombardeo de aviones en represalia por la indignación y la matanza de los
guaraníes.
El hecho se consideró un salvaje atentado que iba en contra
de los convenios internacionales. El General Carlos Quintanilla del Estado
Mayor General, informó desde Muñoz que las tropas paraguayas desconociendo el
Convenio Ginebra atacaban y mataban a los camilleros cuando estaban evacuando a
los heridos. Los paraguayos son muertos apuñaleándolos con sus cuchillos y
bayonetas (LA RAZON. 1932: p. 1).
El día 21 de septiembre en que el Teniente Rosendo Villa
(apodado “Fantasma de la Muerte”) y sus hombres salieron de Boquerón abriéndose
paso, luchando cuerpo a cuerpo, y logrando destruir a tres compañías enemigas
con el sacrificio de su propia vida, entraron en combate los “Macheteros de la
Muerte”, Regimiento Paraguayo de Caballería, a la Escuela Militar, al
Regimiento Aca Caraya, que fueron diezmados por el Ejército Boliviano.
“Macheteros de la Muerte”
En el conflicto de Boquerón aparecieron los “Macheteros de
la Muerte”, el regimiento que impactó al Ejército Boliviano por sus crímenes de
guerra, obstaculizando los caminos que comunicaban al Fortín Boquerón.
Durante los 13 días de la Batalla de Boquerón, los
“Macheteros de la Muerte”, ultimaban a los grupos de sanidad, masacraban a los
enfermeros y a los heridos sin ninguna noción de humanidad, según se señala en
los periódicos bolivianos del periodo.
Este Regimiento de Caballería de los “Macheteros de la
Muerte”, según la prensa de aquel tiempo, era gente inculta o salvaje que tenía
el instinto sanguinario de destruir sin compasión, y hacer crímenes horrendos
sin respetar a la Cruz Roja, ni al Convenio de Ginebra y con absoluto
desconocimiento del derecho de gentes. De hordas paraguayas, las califican los
periodistas, que procedían victimando a nuestra Cruz Roja, y descuartizando a
nuestros heridos.
Estos “Macheteros de la Muerte” según los informes del Mayor
Roque Samaniego no usaban fusil, llevaban un machete, un facón o cuchillo,
pertenecían al Regimiento Paraguayo de Caballería. Otra característica: los
Macheteros no se lanzaba al combate, sino espiaban y atacaban en el momento
oportuno atacando a los heridos y a los enfermeros, aunque lleven el brazalete
de la Cruz Roja.
Por otra parte, podemos decir que lo “Macheteros de la
Muerte”, no siempre hacían ataques a las ambulancias, sino hacían ataques a los
fortines bolivianos que se ubicaban por el rio Pilcomayo. El Coronel Carlos
José Fernández ordenó al comandante de los Macheteros, Plácido Jara, que vaya
por el Pilcomayo y ataque a los fortines bolivianos de Sorpresa Vieja y
Sorpresa Nueva, Cuatro Vientos, Tinfunqué, Laguna Bella y Puesto Moreno, este último
situado unos 20 kilómetros al norte del fortín Muñoz. Estos ataques se
realizaron cuando cayó Boquerón y su comandante, Plácido Jara, y sus hombres
luego se dedicaron a asaltar a gente civil según la prensa de Potosí, que nos
dice lo siguiente de los “Macheteros de la Muerte”:
“Los Chacales del Paraguay acaban de cometer una iniquidad
sin nombre a nuestras muchachas de la Cruz Roja, las madrecitas de la caridad,
nuestros soldados heridos, después de ser escarnecidas en su dignidad de
mujeres aquellas y torturados estos acaban de ser muertos a cuchillo, este
delito de lisa civilización, en todas partes del mundo los carros de
ambulancia, los cuerpos de sanidad y caridad han sido y son respetados, menos
por el pueblo salvaje del Sudeste”.
Por otro lado, cuenta el capellán sobre que los “Macheteros
de la Muerte” que eran personajes que se dedican al pillaje de robo, saqueo
hecho por este Regimiento de Caballería que pertenecía al Paraguay, esto salió
en un periódico de Sucre:
“Los fatídicamente celebres “Macheteros de la Muerte” a las
órdenes de cuatreros sin ley ni conciencia, van invadiendo pequeños poblados
para dedicarse al pillaje y a toda clase de atentados. Yo he visto la llegada
de varios camiones que evacuaban a los pobladores de Tinfunqué; en uno de ellos
venia una pobre mujer que traía en sus brazos a una criaturita de un año y
medio, con el hombro derecho perforado por una bala y junto a ella una
chiquilla de nueve años con el muslo atravesado, más allá un pobre indio de la
región, agónico, por las heridas recibidas al tiempo de defender a esos
pobladores. Indignadas nuestras tropas en número de apenas 20 plazas,
persiguieron a esos bandidos, que al ver caer al oficial que los comandaba, se
dieron a precipitada fuga”.
Por otra parte, en el autor de Masamaclay, Roberto
Querejazu, señala que ante el ataque de los “Macheteros de la Muerte”
conducidos por el comandante Plácido Jara a Tinfunque y sus sucesivos ataques a
los fortines bolivianos, el Regimiento de Caballería del Coronel Toro y el Regimiento
Chichas salen del fortín y van contra los “Macheteros de la Muerte”, los cuales
son derrotados por el Escuadrón Busch y el teniente Raúl Santa Cruz, huyendo
Jara y los suyos a territorio Argentino, cayendo prisioneros de las autoridades
de dicho país por todas sus fechorías.
Para terminar esta investigación de los “Macheteros de la
Muerte”, cuando terminó la Guerra del Chaco citemos la obra de Andrés Ríos
Loayza, Evadidos en el Paraguay, en la cual se reproduce el testimonio del
autor, quien conoció personalmente a Jara:
“En nuestra prisión de Villa Hayes, supimos que los
Macheteros de la Muerte, justamente estaban presos en este destacamento, por
transitar uniformados en territorio argentino. La tarde de ese mismo día,
Plácido Jara, solicitó al comisario hablar con nosotros y así los concedimos,
vino donde estuvimos y entabló conversación con Simón:
-Qué tal muchachos, preguntó Jara- Bien respondimos-
¿Ustedes se han venido de Villa Hayes? Me gusta chicos, pues cada hombre debe
buscar siempre su libertad. Nosotros no le dijimos nada, después de un momento
de silencio en que nos miró nuevamente a los tres con mucha curiosidad, y
volvió a hablarnos.
- Dígame, y ustedes ¿qué concepto tienen en Bolivia de los
"Macheteros de la Muerte"? hablen con franqueza, porque yo me
encuentro en las mismas condiciones que ustedes, estoy detenido por la policía
de fronteras de la Argentina y por si no supieran, hablan ustedes con Plácido
Jara.
Simón Herrera, dijo: los "Macheteros de la
Muerte", son unos grandes cuatreros, atacan a las poblaciones civiles y
roban su ganado.
- Qué esperanza, le dijo Placido Jara, nosotros peleamos
contra los fortines bolivianos. Yo he tenido la oportunidad de verme con el
teniente Santa Cruz en Fortín Esteros, es un buen muchacho valiente y
conocedor. Me gusta. Y dígame ustedes, ¿conocieron al Capitán Ustárez?
- No, le contesto. – Me dijeron que había muerto, siento
mucho. Era un buen muchacho (Loayza. 1985: 82)
Después, nos preguntó sobre la situación de nuestras
fuerzas, pero le dijimos que no podíamos darle ninguna información debido a que
nos encontrábamos en territorio argentino y no le reconocíamos al él ninguna
injerencia ni autoridad para someternos a interrogatorio. Entonces intervino
uno de los Agentes y se lo llevó a Jara, quien se fue riendo a carcajadas para
disimular la plantada que le hicimos. Y por último a Plácido Jara se lo llevan
a Formosa y a nosotros nos llevan en lancha al mismo lugar.
Este relato nos habla del carácter del temerario Plácido
jara, comandante de los “Macheteros de la muerte” el grupo armado que durante
el conflicto del Chaco causó mayor zozobra entre los combatientes bolivianos y
en la opinión pública nacional por sus métodos de combate reñidos con la ética
militar y los convenios humanitarios, degollando, asesinando y haciendo
pillaje.
Conclusión
Al terminar el tema de los “Macheteros de la Muerte” grupo
del que se habló muy poco al igual que de los crímenes de guerra que cometieron
en el Chaco, nos cabe decir que desde el punto de vista boliviano se precisan
mayores investigaciones que indaguen acerca de la participación de estos grupos
en el conflicto chaqueño.
Por otro lado, debíamos destacar que en la Guerra del Chaco,
el Paraguay no aceptaba el Convenio de Ginebra, haciéndolo recién después de la
caída de Boquerón.
Este artículo es un homenaje al cese de hostilidades en la
Guerra del Chaco entre bolivianos y paraguayos proponiendo un mayor interés
entre los historiadores por el estudio de los métodos combativos de ambos
países y los crímenes de guerra, así como el respeto en la práctica de los
convenios internacionales.
El autor agradece a la Hemeroteca del ISBO y al Archivo
Nacional de Bolivia por la ayuda para este artículo.
LA GUERRA DEL CHACO EN BREVE
La Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró
desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de junio de 1935, por el control
del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo
XX. En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250 000 soldados y Paraguay 120
000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60
000 bolivianos y 30 000 paraguayos), y gran cantidad de heridos, mutilados y
desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades tanto físicas como
psicológicas, la característica hostil del teatro de operaciones y la falta de
agua y buena alimentación produjeron el mayor porcentaje de bajas y afectaron
la salud de los soldados sobrevivientes, a muchos de por vida.
El enfrentamiento consumió ingentes recursos económicos de
ambos países, de por sí muy pobres. El cese de las hostilidades se acordó el 12
de junio de 1935. Bajo la presión de los Estados Unidos, por un tratado secreto
firmado el 9 de julio de 1938.
EL AUTOR Y SU BIBLIOGRAFÍA
Alejandro Andrés Serruso Santelices es un historiador nacido
en Sucre el 12 de agosto de 1974. Se licenció en la Carrera de Historia de San
Francisco Xavier de Chuquisaca el 2015. Su tesis de licenciatura titula: El cerco
Y Batalla de Boquerón (Prensa, Mentalidad oligárquica y opinión pública)
BIBLIOGRAFIA
AYALA, B. Juan. “La Guerra del Chaco hasta Campo Vía”.
AYALA MOREIRA, Rogelio, Por qué no ganamos la Guerra del
Chaco.
ARZABE REQUE, Antonio. Diario de Campaña de la Guerra del
Chaco. Oruro: (Sin Ed.)
ARZE QUIROGA, Eduardo: Documentos para una historia de
guerra del Chaco. Seleccionados del archivo de Daniel Salamanca.
BELLANI NAZERI, Rodolfo. “LA CAMPOS DE CONCENTRACION EN EL
PARAGUAY” Asunción.
BEJARANO, Cesar Bejarano. “ANTECEDENTES DE LA GUERRA CON
BOLIVIA”. Asunción. CASA EDITORIAL TOLEDO. “Boquerón La Batalla Decisiva”.
“Vencer o Morir”.
BOZZANO, José. A. ”Reminiscencias” Asunción. Editorial
Toledo 130pp. Director de los Arsenales de Guerra y Marina y otras
reparticiones durante la guerra del Chaco.
--------------------------
--------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario