Por: Maurice Cazorla Murillo – El Fulgor, 10 de diciembre de
2017. (Fragmento) // Artículo disponible en: https://elfulgor.com/noticia/122/endulzante-poder
// Foto: Andrés de Santa Cruz y Calahumana.
La primera, corresponde a la Constitución liberal, escrita
por el propio Libertador Simón Bolívar, la que establecía en su artículo 77 que
el presidente debía ser “Vitalicio”. Tal vez en ese tiempo, esta calidad se
pensó en el propio Libertador; sin embargo, las tensiones con el ejército
colombiano con los antiguos habitantes de la Audiencia de Charcas o del “Alto
Perú”, promovieron que el propio Libertador renunciara dejando la presidencia
al Mariscal Antonio José de Sucre quien tuvo que dejar el cargo porque
inclusive su vida estaba comprometida.
Avanzando en el tiempo, después de esta curiosa constitución, nos encontramos
con el Presidente Andrés de Santa Cruz, que en la constitución aprobada de 1839
consideraba la re elección. El Mariscal de Zepita, había gobernado el país
desde 1829 hasta 1839 y se intentó promover un proceso de re elección para
tener unos años en el poder. Lamentablemente, fue derrocado y su intención del
poder quedó sepultado en el ostracismo, nunca más volvió al país.
El General Mariano Melgarejo, que por un Cuartelazo” tomó el poder aquel día
del 28 de diciembre de 1864. Se convirtió en presidente “provisional” y en la
constitución aprobada en Oruro en 1868 puso en práctica el intento de ser
reelegido como presidente en 1870, mandato que no concluyó, pues en enero de
1871 fue derrocado en las barricadas de La Paz.
Hernando Siles Reyes en 1930, intentó por otro lado, modificar la constitución
aprobada en el gobierno de Narciso Campero de 1880, para buscar prórroga en el
poder aplazando las elecciones, algo similar pasó con Bautista Saavedra
anulando a su propio candidato. El resultado fue una revolución iniciada en
Oruro que provocó su derrocamiento y la toma del poder por una Junta Militar
presidida por el General Carlos Blanco Galindo.
Luego de que el Movimiento Nacionalista Revolucionario tomase el poder después
del 9 de abril de 1952, el Doctor Víctor Paz Estenssoro mediante una ley en
1961 consideró la reelección, fue nuevamente elegido como presidente en 1964
pero como es de conocimiento fue derrocado por la revolución restauradora
liderada por Rene Barrientos Ortuño y Alfredo Ovando Candia.
Por otro lado, el General Hugo Banzer Suarez, al igual que Saavedra, convocó a
elecciones en el cual se pretendió tener un candidato que pudiese ser manejado
a su antojo como una “sombra del poder”, pero no resultó, el propio candidato
Juan Pereda Asbun que fuera su ministro del interior lo derrocó.
Esta es la referencia de la historia sobre la reelección. La anulación de
liderazgo a través de este proceso y la vigencia de un partido sin corriente
política (en el país se ha demostrado que no existe línea política sino
partidismo vinculada al caudillismo), facilitará siempre a quien detente el
poder por el manejo de la administración pública a partir de los “militantes”,
devaluando la administración pública. Belzu ya en su discurso en Oruro advirtió
sobre la “empleomanía” y esta parece estar aún vigente en un país que aún no
madura, pues de política solo tenemos partidismo. Por ello la reelección ¿Cuánto
beneficia al liderazgo del país?, ¿estamos volviendo al tiempo donde fácilmente
nos embelesamos con el poder y no se quiere desprender por las comodidades que
este implica?. La historia nos ilustrará en algún tiempo lo que pretendemos
cuestionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario