Por: Yuri Flores / Fragmento de la nota publicada en el
periódico La Razón el 15 de enero de 2016.
A 35 años de la masacre de la calle Harrington en La Paz,
ocho dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que murieron a
manos de paramilitares son recordados por el valor que tuvieron para resistir y
recuperar la democracia.
Óscar Eid Franco, viejo dirigente mirista, rememoró ayer
esos hechos en el marco de una serie de hechos violentos y de intolerancia
militar que comenzó con el golpe de Estado que protagonizó Luis García Meza el
17 de julio de 1980, seis meses antes de la matanza que fue organizada desde el
Ministerio del Interior, en ese entonces controlado por Luis Arce Gómez.
“El 15 de enero no es una fecha aislada, sino que es parte
de un conjunto de sacrificios que se dieron para que hoy tengamos democracia;
el mejor homenaje que podemos hacer a todos los que ofrendaron sus vidas para
que hoy vivamos en democracia”, afirmó Eid a La Razón.
En ese fatídico día, los dirigentes Ramiro Hernán Velasco
Arce, José Luis Enrique Suárez Guzmán, José Reyes Carvajal, Ricardo Navarro
Mogro, Artemio Camargo Crespo, Arcil Menacho Loayza, Gonzalo Barrón Rendón y
Jorge Baldivieso Menacho alistaban una huelga de hambre para protestar contra
el gobierno militar. Pero durante la reunión fueron asesinados por un grupo
armado.
Solo Gloria Ardaya salvó la vida tras ocultarse bajo una
cama, aunque después fue descubierta y sometida a tortura física y psicológica,
relató Óscar Eid. También recordó que días antes, Artemio Camargo retornó a
Bolivia desde Lima precisamente para pactar reuniones con dirigentes mineros y
organizar la resistencia. “Eso hace que él sea un héroe”, remarcó.
Camargo junto a Navarro y los otros dirigentes asesinados
formaban parte de la Dirección Nacional de la Clandestinidad. Cumplían
reuniones en diferentes sectores de la ciudad. Martha Llanos viuda de Navarro
evocó que su esposo y sus compañeros evaluaban las medidas cuando fueron asesinados.
“Gonzalo Barrón logró subir a la parte alta del edificio y gritó que estaban
desarmados; y de Gonzalo justo ese día su hijita cumplía su primer año, no se
respetó su vida”. García Meza, desde 1995, cumple una condena de 30 años de
presidio por las muertes en su dictadura.
Dictadura de García Meza
Poder
Luis García Meza, en colaboración con otros militares,
derrocó a la presidenta Lydia Gueiler en julio de 1980 y estableció un gobierno
de facto.
Lucha
Los dirigentes políticos que se encontraban en Perú, luego
de la masacre de la calle Harrington, regresaron al país de manera paulatina
para organizar la resistencia a la dictadura de García Meza e instalar el
gobierno democrático en octubre de 1982 encabezado por Hernán Siles
Suazo.
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