Por: DANITZA MONTAÑO T. / Extracto del periódico El País /
Publicado el 4 de julio de 2016.
De acuerdo a una investigación histórica realizada por la
Universidad Tomas Frías (Potosí 1975), la conquista y ocupación de la actual
ciudad de Tarija obedeció a un propósito de carácter estratégico que se trazó,
primero,
el imperio incaico y posteriormente la corona
española.
El objetivo era convertir a Tarija en la ruta para conectar
el macizo andino, desde la sede del Virreinato en Lima con el Río de La Plata,
Argentina, razón por la cual el pasado de esta región es pletórico de
conquistas y disputas territoriales.
Cuentan que los preparativos para la fundación de Tarija se
iniciaron en la madrugada del 16 de marzo de 1574, en la ciudad de La Plata, en
medio del trajín de soldados, capitanes y familiares de los conquistadores, que
habían sido confiados a la pericia militar de Luis de Fuentes.
En las amplias bóvedas de la Iglesia Mayor de La Plata, en
la nave central, frente al Altar Mayor ocupando sus puestos de honor estaban el
gobernador de la ciudad, los oidores de la Audiencia, autoridades eclesiásticas,
funcionarios civiles, políticos y militares, presididos por el Virrey Toledo.
Así se daba inicio a la exploración que concluiría en la fundación de la Villa
de San Bernardo de la Frontera.
Alonso de Ávila fue designado Tesorero de la Villa a
fundarse y Álvaro Ruíz de Nava, encargado de constatar si el capitán Luis de
Fuentes y Vargas daba la primera muestra para la entrada y población del valle
de “San Bernardo de la Frontera de Tarixa”. “… Y estando don Luis de Fuentes
con sus capitanes, gentes y armas dentro de la Iglesia Mayor, el Virrey hizo
leer por el Escribano Público la Real Provisión en la que el dicho Luis de
Fuentes y Vargas tiene el título, la facultad y asiento para la entrada y
población por el Excmo. Señor Virrey del Perú don Francisco de Toledo en ésta
ciudad de La Plata a veinte y dos días del mes de enero de 1574“.
San Bernardo: Protector de Luis de Fuentes
“ … Luis de Fuentes y Vargas para dar buen principio a lo
que por convicción de Dios Nuestro Señor ha tomado a su cuidado y cargo, hizo
demostración de una imagen de San Bernardo… que se evocó por su protector,
patrón y abogado y ante ella hizo solemne juramento de cumplir todo su asiento
y capitulación”.
El Memorial
En el Memorial presentado por Luis de Fuentes, certificado
por el comisionado Álvaro Ruíz de Nava y el Escribano Público, consta la lista
de los primeros pobladores, quienes declararon y mostraron haber recibido
dinero, cotas, arcabuces, agujetas, además de ropa de Castilla, lienzo,
caballos, entre otros. Todos estos elementos necesarios para la fundación
sumaban un total de ciento sesenta y mil pesos.
La despedida del Virrey Toledo
Luis de Fuentes y Vargas fue nombrado por el Virrey
Francisco Toledo, “Corregidor y Justicia Mayor de la villa de Tarija por el y
tiempo de seis años en que será confirmado y premiado si cumple con todo lo
ofrecido”.
También se leyó la orden que llevaba para sacar indios y
repartirlos entre los pobladores. Cumplido el ceremonial, el Virrey procedió a
despedir al fundador dirigiéndole conceptuosas y sinceras palabras tanto a él
como a los demás pobladores que, en un acto de temerario arrojo, en servicio de
Dios, la Iglesia Católica y S.M. iban a luchar contra “el engreído dominio chiriguano”.
La partida
Al mediodía del 16 de marzo de 1574, la abigarrada hueste,
al mando del Capitán Blas Cermeño, comenzó a alejarse de la tranquila ciudad de
La Plata. Luis de Fuentes, en blanco rocín, iba cerrando la comitiva, al lado
de sus dilectos amigos, Luis de Ávila, Antonio Esquete y Gutiérrez
Velásquez.
Más atrás se veía, arreados por negros, mulatos e indios,
una tropa de caballos, yeguas, ganado vacuno, caprino y ovejuno, y varias mulas
cargadas, que iban levantando densa polvareda en el solitario camino.
El descenso al valle
En la madrugada del 15 de abril de 1574, con una vanguardia
de 30 soldados y algunos indios auxiliares al mando de Blas Cermeño, se inició
el descenso desde las alturas cordilleranas al valle. Sin más dificultades que
los ásperos senderos, cuestas y repechos del camino, la tropa se reunió al pie
de la Calama, donde había alojamientos preparados y se veían aún firmes los
restos de las antiguas fundaciones que hicieron primero Núñez del Prado y luego
Juan Ortiz de Zárate.
A los tres días, el mismo Fuentes, a la cabeza de todos los
hombres de guerra, bien armados, descendieron al primer valle de los Tomatas
con el propósito de reconocer la tierra y buscar el sitio propicio para la
creación de la villa. Regocijado por la amenidad del valle y verdes alfombras
del rancherío de Tarija – Cancha, resolvió allí mismo comenzar la fundación.
Pero pronto cambió de parecer, al encontrar sitio más eminente y abrigado a
orillas del río de La Calama, donde resolvió la fundación de la Villa.
Fuentes comenzó a echar los cimientos de la nueva población
más delante de las ciénegas de Tarija – Cancha, hecho que dio lugar a que se
llamaran éstas zonas Tarija la Viexa.
El Guadalquivir y Las Lomas de San Juan
Meses más tarde, a orillas del río que el bautizó con el
simbólico nombre de Guadalquivir, encontró las más altas lomas, donde además de
existir una fortaleza incaica, se dominaba todos los valles y se podía estar
alerta y prevenido contra los asaltos de los chiriguanos.
Y allí en ese fuerte que más tarde se llamará Las Lomas de
San Juan, en agradecimiento al Santo que los libró milagrosamente de perecer en
manos de los bárbaros, descendieron a orillas del Guadalquivir, donde con los
riesgos del caso se comenzó a iniciar la fundación definitiva de la Villa de
San Bernardo de la Frontera, siendo el día 4 de julio de 1574, reinando Felipe
II y el Papa Gregorio XIII.
Muchas razones determinaron el traslado de la fundación de
Tarija, hecha con carácter provisional en los valles de San Lorenzo, al sitio
en que ahora se encuentra. En primer lugar, luego de explorados los valles
inmediatos, Fuentes comprobó que habían sitios más propicios, de excepcionales
bellezas, abundancia y variedad de productos, defendidos por alturas que
permitían utilizarlas como defensas contra el peligro chiriguano.
Una mirada a la actualidad
Según el historiador, Julio Álvarez Mercado, en el siglo XX
la ciudad de Tarija registraba edificaciones de una sola planta, con
construcciones de adobes, caracterizadas por amplios patios y tradicionales
huertas. El centro cívico contaba con los inmuebles más altos como la casa del
Márquez Campero, contigua al actual Club Social, de la familia Ávila y que
había pertenecido al general Trigo.
Hoy, a 442 años, la ciudad de Tarija ha evolucionado
arquitectónicamente, se han multiplicado los barrios, las casas poco a poco
dejan su estilo colonial y la modernidad ha ingresado. Sin embargo, con el
crecimiento de la ciudad vinieron muchos problemas como la falta de servicios
básicos, la poca planificación de la mancha urbana, las deficiencias en salud y
el derroche de recursos económicos, entre otros.
En un sondeo de opinión que realizó El País eN la mayoría
coincidió con la siguiente afirmación: “Hace 442 años Tarija no tenía agua y
hoy tampoco tiene agua; no tenía salud y ahora tampoco hay salud, ni
alcantarillado. El camino al Chaco sigue siendo el que abrieron a machete en la
Guerra del Chaco. Lugares como Caraparí y Villa Montes, que son las tierras del
gas no tienen gas domiciliario”.
Un singular festejo de la fundación
El libro Subdesarrollo y Felicidad del escritor William
Bluske cuenta un humorístico pasaje de la historia. Relata que por el año 1974
con gran alboroto en el pueblo se preparaban los festejos de la fundación de la
Villa, para esto se convocó al Municipio y a las agrupaciones de toda
índole.
Sin embargo, en la reunión convocada para la revisión del
“programa de Festejos” entró el comendador de los festejos, protestando porque
se habían olvidado incluir en el programa un acto especial que honre la memoria
del Fundador.
Perplejas las autoridades aprobaron de inmediato la
sugerencia. De esta manera, el dueño de la idea fue encomendado por unanimidad
para constituir el acto central, que tenía como principal matiz la tarea de
ubicar los huesos del Fundador y traerlos de vuelta al pago.
Después de una acuciosa investigación se estableció que los
restos del Fundador no podían estar en Sevilla ni en Murcia su tierra natal,
porque no tuvo oportunidad de regresar a la madre patria.
Así recordaron nombres de paisanos que vivieran en la
capital y finalmente dieron con dos ciudadanos apodados el Pollo y el Coto. Se
redactó un oficio, que encomendaba la sagrada misión de ubicar y conducir los
restos de don Luis a la ciudad de Tarja hasta el 3 de julio de ese año
recordatorio.
El Pollo recibió la carta y se concentró en la tarea. Era
junio de 1974, y éste volaba de sacristía en sacristía para escarbar datos
sobre los insignes sepultados en los templos desde la colonia.
Pero el Pollo no podía solo así que se puso en contacto con
el Coto Pelais y entre los dos buscaron a la más famosa espiritista de Sucre
para que pudiera decirles dónde estaba la osamenta.
Bluske relata que después de una larga sesión de espiritismo
determinaron que don Luis se encontraba en Santo Domingo y ahí se fueron. En el
lugar tuvieron la ayuda del sacristán, recorrieron las naves del templo, pero
en ninguna encontraron vestigios del Fundador.
Así, llegaron a la conclusión de que por imperio del tiempo
y por falta de espacio mortal para cobijar a tantos hombres ilustres, don Luis
fue a parar al osario común del Cementerio General.
Así, sobre el enorme túmulo que se anunciaba con letras
doradas “TERRA SACRA”, se trepó el sacristán, el Pollo le alcanzó una caña e
improvisó un anzuelo para dedicarse a la pesca de huesos.
De esta manera, armaron un fundador. Más tarde en Tarija, en
el noticioso de las 12 del día lunes se transmitió el siguiente telegrama:
“Prescomité Restitutivo Restos Fundador Tarija”.
“Emocionados expresamoslé que luego de veinticinco días de
sacrificada e intensa búsqueda, guiados por mano divina dimos con restos amado
y preclaro Fundador Villa San Bernardo de la Frontera glorioso Capitán Luis de
Fuentes y Vargas. Residentes tarijeños y autoridades de Chuquisaca despedirán
solemnemente restos mortales. Esperamos confirmación día, hora y vía llevaremos
despojos”.
A Sucre llega un telegrama de respuesta: “A nombre pueblo Tarja
agradecemos por alto y grande espíritu patriótico demostrado en difícil misión
encomendada y felicitamósles por éxito culminación tras agotadoras jornadas
dignas de titanes. Si LAB cumple horario costumbre mandaremos avioneta
alquilada FAB. Alcaldía acordó otorgarles acto público pergamino declarándolos
`Hijos Preclaros´ de esta tierra”.
El 3 de julio bien temprano, el Coto fue a la casa del Pollo
con una urna de madera, los huesos, ya terrosos, fueron colocados en ella y
ambos vestidos con sus mejores galas y con la urna bajo el brazo se fueron a la
Casa de la Libertad.
La urna fue depositada en la patria mesa cubierta de paño
guinda y dos sirios en regios candelabros de plata. El maestro de ceremonias
anunció al poeta que pronuncie la oración fúnebre y de despedida al
Fundador.
Pasado esto, toda la gente los acompañó hasta el aeropuerto
y los despidieron con gran ceremonia. Ya en Tarija inmensa muchedumbre se
arremolinó en el aeropuerto Oriel Lea Plaza. Se acercaron las autoridades y el
Prefecto recibió el ánfora funeraria de manos del Pollo.
El 4 de julio de 1974, en la Plaza que lleva su nombre, se
dio comienzo a la solemne misa concelebrada por el alma del fundador. Luego se
trasladó nuevamente la urna a la Catedral donde en medio de bendiciones se dio
cristiana sepultura a los presuntos restos de don Luis. El Pollo y el Coto
fueron reconocidos.
Así continuó el programa del Cuarto Centenario… (Años más
tarde todo fue descubierto).
Primeras edificaciones en la ciudad
La plaza mayor
De acuerdo al escritor René Aguilera Fierro, la Plaza de
Armas data desde la misma fundación de la ciudad, acaecida el 4 de julio de
1574, por el capitán Luis de Fuentes y Vargas. Entre las principales y primeras
edificaciones, se tuvo que erigir el cabildo, iglesia y la guarnición
militar.
Cuentan que la plaza servía para los ejercicios militares y
concentraciones ciudadanas.
La iglesia Catedral
El templo actual no fue la Iglesia Matriz Original, ya que
esta se construyó originalmente en el manzano que esta frente a la plaza,
rodeado por las calles General Trigo, La Madrid, Campero y 15 de Abril. Esta
Iglesia dedicada a la Inmaculada Concepción inició su construcción luego de la
Fundación de Tarija en 1574 y estuvo a cargo de la orden de los Dominicos.
Plaza Uriondo
El 6 de agosto de 1911 fue inaugurada la plaza Francisco de
Uriondo, en homenaje al valeroso guerrillero, en el actual barrio de El Molino.
En la época de la Colonia luego de la fundación de la ciudad, los
conquistadores trazaron la construcción de la Villa erigiendo dos plazas en
cumplimiento de la práctica hispana, siendo estas la “Plaza Común”, actual
Plaza Luis de Fuentes y la “Plaza del Rey”, la actual plaza Uriondo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario