Alberto Unzaga de la Vega, muerto en la Guerra del Chaco
(1933). Segundo hijo del coronel Camilo Unzaga y de Rebeca de la Vega.
Este artículo fue publicado en el periódico La Patria
de Oruro el 5 de febrero de 2012 (Suplemento cultural El Duende)
Hace más de un año, en noviembre de 2010, puse el punto
final a mi biografía novelada sobre el fundador de Falange Socialista Boliviana
(FSB) y poeta cochabambino, Oscar Guillermo Unzaga de la Vega. Más de una
década de búsquedas culminaron con la publicación de "Morir en mi
cumpleaños" el 19 de abril de 2011.
Intuía el interés que despertaría el libro, pues la vida y,
paradójicamente, las condiciones de la muerte de Unzaga, provocaron curiosidad
desde 1959. Conocía, además, la necesidad de sus camaradas de difundir su
pensamiento y de recuperar su figura de político honesto y coherente; muchos de
ellos nacieron antes de la Guerra del Chaco, los últimos sobrevivientes de una
generación que cambió la historia de los partidos políticos bolivianos.
Escogí el formato de relato novelado, con una unidad
temática y un argumento combinado entre el pensamiento íntimo de Oscar en sus
últimas horas y el desarrollo del complejo proceso que siguió a su muerte.
Pude presentar personalmente "Morir en mi
cumpleaños" en diferentes ciudades. Agradezco los comentarios críticos de
Carlos Mesa, Eduardo Trigo, Fernando Mayorga, Carlos Hugo Molina, Arnaldo
Lijerón, Luis Urquieta y colegas historiadores y colegas de la prensa cultural.
En cada caso, el acto no fue sobrio pues la emoción, los llantos de los
familiares y de los sobrevivientes y los nuevos testimonios, crearon un
ambiente inusual, donde los asistentes compartían nostalgias.
En La Paz, compartimos un "déja vû" provocado por
la impecable actuación de Mario Aguirre, Francia Oblitas y el grupo de teatro.
Eran las horas vespertinas del 19 de abril, la misma luz cuando Oscar murió
junto a su lugarteniente René Gallardo. No se escuchaban el vuelo de una mosca
pero sí los sollozos de los que amaron a Unzaga y a todos los que cayeron en la
emboscada en el Cuartel Sucre.
Las reacciones de mis lectores no dejaron de sorprenderme,
promovieron la segunda edición en pocos meses, y, sobre todo, me confirmaron
confesiones que salen en mi obra y me proporcionaron datos complementarios.
La reunión de la conspiración
Probablemente, José Luis Portocarrero sea el último soldado
del Partido de la Unión Revolucionaria Socialista (PURS). Junto con Alberto
Monje me visitaron poco después de la publicación del libro para contarme
detalles de la conspiración.
Yo tenía registrado a Portocarrero en informes de los
organismos de seguridad al entonces Ministro de Gobierno, Walter Guevara Arce,
durante el régimen del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Me
confirmó los datos de la persecución desde1956.
Diez días antes del 19 hubo una reunión en una casa de la
calle Ecuador, casi Guachalla. Asistieron Gonzalo y José Álvarez García y
Walter Alpire y otros por FSB. Portocarrero por parte de PURS y representantes
del Partido Social Cristiano.
Los falangistas develaron los preparativos del golpe y los
invitaron a participar. La mayoría de los opositores ya conocía por rumores que
los falangistas se animaban a una nueva arremetida, a pesar de los anteriores
fracasos. Él conversó con Enrique Hertzog, líder del PURS, quien le instruyó no
comprometerse. Tampoco los delegados de los otros partidos consideraron
conveniente el momento para un putsch. Portocarrero advirtió a FSB que no sólo los
perseguidos conocían los planes conspirativos sino el propio gobierno y les
aseguró: "Los están esperando". El acta la escribía un falangista y
Álvarez García pidió que no se anote ese dato.
Los representantes de FSB no aceptaron los consejos de
abortar el plan golpista. Alpire anunció: "si no quieren unirse, vamos
solos, pero el golpe no se detiene". Nadie preguntó a Portocarrero por qué
él les advertía con tanta firmeza y él se retiró. Igual fue luego perseguido
(El Diario 9 de agosto de 1959 y Presencia 9 de junio 1959), como otros
opositores, aunque no fueron parte del plan del 19 de abril de 1959.
Hay que salvar al abuelo
Nancy, amiga de la familia Serrano Jiménez y las hermanas
Gloria y Gladys, familiares de Cristina de Serrano, me mostraron fotografías
actuales de los personajes que tanto tuvieron que ver en el drama de aquel
domingo 19 de abril.
Cristina se divorció del dentista Luis Serrano y se volvió a
casar en Estados Unidos, manteniendo la amistad con su antigua familia
política. Vive con sus hijas María Eugenia –soltera– y María René – quien le
dio nietos. Marquito, el niño que poco apareció en el proceso, falleció este
2011.
Cristina pasó meses en la cárcel y su cabello le creció
hasta casi la cintura. Las personas la recuerdan atractiva y arreglada, aún en
esas graves circunstancias. Siempre lamentó como el peor error de su vida la
relación con el vecino, Amado Prudencio y los celos de Blanca de Prudencio que
precipitaron la tragedia.
Las amistades de las Serrano recuerdan las frases de las
chicas: "Hay que salvar al abuelo", que confirman la versión del tiro
de gracia que dio el Coronel Luis Serrano –ex combatiente del Chaco– al
agonizante Oscar.
También ubiqué quién era la pequeña Lourdes, protagonista de
la fiesta de despedida en la víspera del golpe de estado. Ella era la hermana
menor de una familia pariente cercana a Cristina Serrano Iturri y por ese
apellido (Iturri) también parientes de Oscar Unzaga de la Vega Mostajo Iturri.
Debía partir a Buenos Aires y por ello fue agasajada por sus primitas María
Eugenia y María René.
Después de los hechos, los agentes del MNR allanaron la casa
de Lourdes y no la dejaron viajar en la fecha prevista. Con las aclaraciones
suficientes, la pequeña fue embarcada en el tren. Sin embargo, la violencia de
las barzolas, el grupo de choque femenino del MNR, se expresó contra ella. Las
movimientistas la pegaron en el vagón y amenazaron a su familia.
Otras personas sufrieron similares amenazas y allanamientos
por el único delito de una relación familiar o amistosa con Unzaga,
hostigamientos que afectaron el desarrollo físico, psicológico y emocional de
decenas de bolivianos.
Escondido
Me sorprendió en cada presentación la cantidad de personas
que me contaron sobre la línea falangista de sus padres, de sus abuelos y su
sufrimiento. Nombro algunos reconocidos profesionales que conocieron la
persecución a sus familiares: Antonio Aramayo, de UNIR, Javier Gómez, del
CEDLA, la cineasta Raquel Romero, la escritora Carla Medinacelli, la periodista
Fabiola Rollano, los hermanos Paz Soldán (el abrigo de Oscar a la hora de su
muerte era suyo, con mucha probabilidad), Juan del Granado, el fotógrafo Willy
y la gestora cultural Cecilia Kenning, y tantos más, aparte de los nombrados en
"Morir en mi cumpleaños".
Otros eran sólo amigos como la familia Sánchez Bustamante de
Cochabamba, pero igual tuvieron que salir del país y no volvieron durante 25
años.
Conocí a jóvenes que se revindican seguidores de Unzaga,
sobre todo en Sucre, en Cochabamba y en Santa Cruz.
Conocí a militantes históricos como Luis Meyser en Santa
Cruz, otros en Trinidad, en Oruro, familias enteras falangistas en Cochabamba.
Unas fechas
Un amigo arquitecto me regaló un juego de fechas y datos:
COINCIDENCIAS SOBRE OU
1. Nace y muere un 19 de abril
2. Nace en 1916: 1+9+1+6=17; 1+7= 8
3. Escribe en las siguientes revistas
La Prensa, 8 letras
Reflejos, 8 letras
Antorcha, 8 letras
4. Fundó Falange Socialista Boliviana
26 letras; 2+6= 8
5. Se opuso a la revolución de 1952
1+9+5+2 =17; 1+7= 8
6. Muere junto a Gallardo; 8 letras
7. Muere en calle Larecaja; 8 letras
8. El número de la casa Larecaja: 188
1+8+8= 17; 1+7=8
Conclusión: Son ocho coincidencias
Laurita y Rosario Flores me aseguraron que el único cruceño
que salió a tomar el correo fue Antonio "Tonín" Flores, también
emparentado con Unzaga y primo de Jorge y Alfonso de la Vega. Por alguna razón,
los falangistas cruceños que eran los más numerosos no salieron a combatir ese
día.
Las jerarquías católicas no admitieron directamente su
solidaridad con Unzaga y los falangistas, pero ahora cuentan cómo los
carmelitas de La Paz, los salesianos y los franciscanos dieron cobijo a los
perseguidos.
Los nuevos datos amplían la investigación anterior y, sin
duda, aumentan el matiz de trágica novela que fue la vida y muerte de Oscar
Unzaga.
Lupe Cajías de la Vega. La Paz. - Escritora y periodista.
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