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TARIJEÑOS EN LA BATALLA DE SALTA


El día 19 de febrero, el ejército marchó por la mañana con la intención de acometer las tropas enemigas al amanecer del día siguiente. Tristán recibió noticia del avance, y dispuso sus tropas nuevamente para resistirlo; alineó una columna de fusileros sobre la ladera del cerro San Bernardo, reforzó su flanco izquierdo, y organizó las 10 piezas de artillería con que contaba. En la mañana del 20 Belgrano ordenó la marcha del ejército en formación, disponiendo la infantería al centro, una columna de caballería al mando de José Bernaldes Polledo en cada flanco y una nutrida reserva al mando de Manuel Dorrego.
La herida de bala que al inicio de la batalla recibiera Eustaquio Díaz Vélez, segundo jefe de las fuerzas y jefe del ala derecha mientras recorría la vanguardia de la formación, no fue obstáculo para que volviera al campo. El primer choque fue favorable a los defensores, ya que la caballería del flanco izquierdo encontraba dificultad para alcanzar a los tiradores enemigos por lo empinado del terreno. Poco antes de mediodía, Belgrano ordenó el ataque de la reserva comandada por Dorrego sobre esas posiciones, mientras la artillería lanzaba fuego granado sobre el flanco contrario.
Al frente de la caballería, condujo él mismo una avanzada sobre el cerco que rodeaba la ciudad. La táctica fue exitosa; columnas de infantes al mando de Carlos Forest, Francisco Pico y José Superí rompieron la línea enemiga y avanzaron sobre las calles salteñas, cerrando la retirada al centro y ala opuesta de los realistas. El retroceso de los realistas se vio dificultado por el mismo corral que habían erigido como fortificación; finalmente, se congregaron en la Plaza Mayor de la ciudad, donde Tristán decidió finalmente rendirse, mandando tocar las campanas de la Iglesia de La Merced.
Gabino Ibáñez nació en la villa de Tarija en 1787. En febrero de 1804 comienza sus actividades militares en su tierra natal como alférez del Regimiento de Milicias de Caballería. Apoyó la Revolución del 25 de Mayo de 1810 incorporándose al Ejército Auxiliar del Alto Perú, que bajo el comando de Antonio González Balcarce tuvo una espléndida victoria en los campos de Suipacha el 7 de noviembre de 1810. Ejerció como Teniente de Gobernador de la provincia de Santiago del Estero, cuando ésta aún pertenecía a la Intendencia de San Miguel de Tucumán. Se incorporó a las fuerzas de caballería de su ciudad en 1804, como oficial. En 1810, poco antes de la batalla de Suipacha, se unió al Ejército Auxiliar del Alto Perú. Participó en las batallas de Huaqui, Las Piedras Tucumán y Salta.
Durante la segunda expedición auxiliadora al Alto Perú permaneció de guarnición en Tarija En 1814 fue enviado a reforzar las guarniciones de la jurisdicción de Santiago del Estero erigidas para evitar los ataques de los indígenas abipones. En septiembre de 1816, con el grado de Sargento Mayor Ibáñez fue nombrado Teniente de Gobernador de Santiago del Estero, siendo reemplazado como jefe de la defensa contra los indígenas por Juan Felipe Ibarra. Gobernó exclusivamente como enviado del gobierno central y no tuvo para nada en cuenta la opinión de los vecinos de la ciudad ni del campo. En diciembre de ese año fue derrocado por el coronel Juan Francisco Borges. Pero en los últimos días del año, éste fue derrotado por una división enviada desde el Ejército del Norte, al mando de Gregorio Aráoz de Lamadrid, que lo hizo fusilar.
Fue ascendido al grado de Teniente Coronel en 1817. En marzo de 1818 fue nombrado para sucederle el alcalde Iramain, pero el Gobernador Feliciano de la Mota Botello prefirió conservarlo en su poder, debido a que de esa manera podía controlar a la población con más facilidad. Con el paso de los años de su administración estrechó algunos vínculos en Santiago del Estero, de modo que el sucesor de Mota, Bernabé Aráoz, decidió reemplazarlo por alguien completamente ajeno a la provincia, el capitán Juan Francisco Echauri. Ese gesto de Aráoz lo ofendió, de modo que se llevó todas las fuerzas de su mando – dependientes del prácticamente disuelto Ejército del Norte a Córdoba. Desde allí se dirigió a Buenos Aires, donde permaneció en la guarnición de la ciudad hasta 1822, cuando pasó a retiro por la reforma militar. No obstante, en junio de ese año fue enviado a Salta con algunos refuerzos para una posible campaña contra los realistas del Alto Perú.
Ésta se realizó finalmente en 1825, al mando de Arenales, y no tuvo más efecto que reincorporar a Tarija a la provincia de Salta, a la que había pertenecido hasta 1810, ya que los últimos jefes realistas se rindieron sin combatir. Ibáñez se estableció en su ciudad natal, y en agosto de 1826 participó en la revolución de Bernardo Trigo y Eustaquio Méndez, por la que Tarija se separó de Salta y se unió a Bolivia.
Gabino Ibáñez en el año 1804 se incorporó al regimiento de Milicias de Caballería de Tarija, tuvo activa participación en la actividad pública de la Villa de San Bernardo y participó en el Cabildo de 18 de agosto de 1810 que eligió a José Julián Pérez de Echalar como Diputado por Tarija al Congreso de Buenos Aires. Se incorporó al Ejercito Auxiliar Argentino donde fue ascendido con el grado de Teniente y participó en las batallas de Guaqui, Río Piedritas, Tucumán y Salta obteniendo el aprecio del Gral. Manuel Belgrano. Con el grado de Capitán comando una sección del Escuadrón Dragones bajo el mando de Gonzales Balcarce.
El 30 de agosto de 1816 Belgrano designó a Ibáñez Teniente Gobernador y Comandante de Armas de Santiago del Estero, en 1817 ascendió a Teniente Coronel de Caballería de Línea y ratificado como Gobernador de Santiago del Estero, cargo que ocupó hasta 1820. A la conclusión de su carrera militar y retorno a su tierra natal Tarija, se unió a Bernardo Trigo y Eustaquio Méndez y participo en el movimiento de 1826 que motivó la incorporación de Tarija a la República de Bolivia. En 1831 fue elegido Diputado por Tarija y firmó la Constitución Política del Estado promulgada por el Mariscal Andrés de Santa Cruz. Desempeño las funciones de Diputado por Tarija hasta 1839. Ibáñez destacó entre los próceres de la emancipación del Río de La Plata y el destino de Tarija.
EL COLEGIO MANUEL BELGRANO DE TARIJA
Belgrano fue premiado con 40.000 pesos por su victoria sobre los españoles, dinero que destinó a la construcción de escuelas en Tucumán, Salta, Jujuy y Tarija. En 1998 se construyó en Tarija el Colegio que lleva su nombre en el barrio Fátima de nuestra capital. Como consecuencia del triunfo patriota en la batalla de Salta, los españoles se rindieron al día siguiente, entregando 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas, carabinas, 10 cañones, todo el parque de guerra y tres banderas reales. Entre los prisioneros figuraron diecisiete jefes y oficiales realistas La generosidad de Belgrano, que abrazó a Tristán y lo dispensó de entregar sus símbolos de mando, los unía una estrecha amistad personal; habían sido condiscípulos en Salamanca, convivido en Madrid y amado allí a la misma mujer, motivó sorpresa en Buenos Aires, pero la resonante victoria silenció las críticas y le granjeó un premio de 40.000 pesos dispuesto por la Asamblea.
Belgrano declinó recibirlo, disponiendo que el dinero se destinara a crear escuelas en Tucumán, Salta, Jujuy y Tarija; el libramiento de los fondos sería una deuda histórica durante 185 años, hasta que en 1998 se construyó y equipó en Tarija la última destinataria de los mismos; el actual Colegio Gral. Manuel Belgrano, ubicado en la avenida del mismo nombre en el barrio Fátima de nuestra capital. (*)
La batalla de Salta resultó una nueva e importante victoria para los revolucionarios. Como consecuencia de este triunfo los ejércitos realistas fueron detenidos en su avance hacia el sur y estas tierras nunca más pudieron ser recuperadas para el extinto Virreinato. Belgrano nombró a Díaz Vélez Gobernador Militar de la provincia de Salta y éste colocó a la bandera argentina en el balcón del Cabildo y los trofeos apoderados de los realistas los ubicó en la Sala Capitular.
Los triunfos de Tucumán y Salta permitieron la recuperación del Alto Perú por los rioplatenses. Díaz Vélez, el 17 de mayo de 1813 como Jefe de la avanzada del ejército vencedor en la segunda campaña al Alto Perú, ingresó a la ciudad de Potosí y posteriormente el 21 de junio de 1813 Belgrano entró triunfante a Potosí en compañía de José Antonio Álvarez de Arenales, Manuel Ascencio Padilla e Ignacio Warnes.

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