Por: Gonzalo A. Figueroa Hernández Lic. en Historia / Lic.
en Ciencias Políticas / Magister en Ciencias Sociales / Magister en Defensa.
Introducción Cuando abordamos el tema de la guerrilla en
Bolivia, inmediatamente acude a nuestra memoria la “Causa” del Che Guevara. El
martirio del héroe revolucionario y sus hombres no pasó inadvertida por el
mundo y, más aún, se transformó en un referente para millones de jóvenes que
aún hoy buscan nuevos horizontes para sus inquietudes políticas y sociales,
sobre todo en países que, como en la Bolivia de los años sesenta, sufren
situaciones de exclusión e injusticia social.
A la luz de lo señalado, cabe preguntarse: ¿Quiénes fueron
los guerrilleros de Teoponte? ¿Por qué a sólo tres años de la fatídica
experiencia de Guevara y sus seguidores en Ñancahuzú, un puñado de jóvenes se
atrevió a desplegar una nueva aventura guerrillera en Bolivia?
Esas interrogantes intentarán ser develadas para dar a
conocer un capítulo de la historia muy poco conocido fuera del país altiplánico,
que también involucró a países vecinos e, indirectamente, a las dos grandes
potencias que libraron la Guerra Fría en todos los continentes: EE.UU. y la
URSS de entonces.
I.- Contexto latinoamericano.
Para los historiadores de las mentalidades1 constituye un
error juzgar los hechos del pasado a partir de la mentalidad del presente.
Cuando desde hoy existen quienes defienden la causa de los guerrilleros de
Teoponte, también están los que consideran a esas incursiones como lisa y
llanamente una invasión a Bolivia por el componente extranjero que contenían
sus filas.
Lejos estamos de mirar esos hechos con un juicio de valor.
El interés es desentrañar las motivaciones de la Guerrilla de Teoponte en el
marco de los procesos históricos, políticos y sociales de la época en que se
llevó a cabo, por lo que trazaremos una breve contextualización del citado
período.
El año 1970 llegaba a Chile la Unidad Popular con el primer
Presidente revolucionario que en el mundo ganaba vía elecciones democráticas:
Salvador Allende. En el resto de los países latinoamericanos transcurrían sino
dictaduras militares anticomunistas, democracias muy precarias sobreviviendo en
medio de la lucha bipolar de Estados Unidos y la otrora Unión Soviética. Al par
que Cuba se constituía un referente importante, sino el que más para la
izquierda latinoamericana, el triunfo de la Unidad Popular en Chile mostraba
una inusitada experiencia posible de ser replicada en el resto de los países de
la región.
II.- La situación política de Bolivia
El 4 de noviembre de 1964 el gobierno constitucional del Dr.
Víctor Paz Estenssoro es derrocado por su Vicepresidente, el General René
Barrientos Ortuño, connato iniciado en Cochabamba y apoyado por la Guarnición
militar de ese distrito, la Fuerza Aérea Boliviana, otras guarniciones y por el
General Julio Ovando Candia. Dos años después, mediante una dudosa elección, se
constituye en Presidente Constitucional.
El gobierno de Barrientos pronto se caracterizará por la
dura represión militar, especialmente contra el sector minero y movimiento
obrero, en lo político; y por la apertura de Bolivia al capital extranjero, en
lo económico. Ante a la protesta de los trabajadores mineros, Barrientos desata
una represión generalizada en todo el país y particularmente en la mina Siglo
XX, donde se produce la sangrienta Masacre de San Juan2 . Por esta epoca inicia
su proyecto guerrillero Ernesto Che Guevara en Ñancahuazú, Santa Cruz
(1966-1967).
El popular General Barrientos muere en 1970 en un accidente
automovilístico asimiendo, en su reemplazo, el Dr. Luis Adolfo Siles Salinas.
Este iniciará una restringida apertura democrática que permite la
reorganización del movimiento obrero y las fuerzas políticas progresistas. Sin
embargo, a los pocos meses Siles es derrocado por el General Alfredo Ovando
Candía.
El General Ovando representaba el éxito en la lucha contra
la insurgencia en el país, cuando en el período 1964-1969 ejerce como
presidente interino y líder del ejército, calidad bajo la cual destruyó a la
guerrilla de Ñancahuazú y actuó directamente en la ejecución del Che Guevara y
en la masacre de San Juan. Entre los fundamentos más importantes de su Gobierno
estaba el denominado “Mandato revolucionario de las Fuerzas Armadas de la
Nación”, uno de cuyos objetivos centrales era erradicar la amenaza que
representaba el resurgimiento de un nuevo foco guerrillero en la zona de
Teoponte. Los movimientos universitarios habían advertido que el militar había
entrado en acuerdos con Estados Unidos tras nacionalizar la Bolivian Guf Oil Co.,
desde donde se gesta la idea del movimiento guerrillero, concretándose el año
1970.
Pero la historia de Golpes de Estado continúa cuando Ovando
es obligado por las Fuerzas Armadas a entregar el gobierno a un triunvirato
militar que dura escasas horas, asumiendo en su reemplazo el General Juan José
Torres. En un intento de construir un gobierno participativo y popular, Torres
apoya el funcionamiento de la Asamblea Popular integrada por organizaciones
sindicales, populares y políticas, hecho que provoca la preocupación de los
sectores conservadores de las Fuerzas Armadas que, apoyados por los partidos
tradicionales, realizan un nuevo golpe militar que derroca el corto gobierno
del General.
III.- De Ñancahuazú a Teoponte
Teoponte se localiza a unos 200 kilómetros al norte de La
Paz. Es una palabra compuesta que posee diversos significados, como “tierra
fértil de una fruta llamada teo”, mientras que en latinismo es “Puente hacia
Dios3 .
¿Como se conformó el grupo guerrillero?
Tas la conocida caída del Che en Bolivia, parte de la
izquierda armada latinoamericana realizó un evaluación de la frustrada
experiencia. Sin abandonar su admiración por Guevara ni renunciar a la lucha
armada, se adentraron en lo que podía denominarse un proceso nacionalizador de
su estrategia. Este giro los condujo a revalorizar la lucha urbana, basada en
la política guevarista, estrategia que finalmente no se llevó a efecto en el
país. Al respecto, Rodríguez O. plantea “El peso de Guevara era inmenso.
Desafiar sus conclusiones y su preferencia geográfica era como retar a un dios
y su palabra sagrada. Y en la iglesia armada boliviana sólo cabían feligreses,
no herejes. Mientras, por otra parte, la izquierda boliviana estaba entrenada
para actuar dentro de las organizaciones sindicales y partidarias urbanas, él
se apartó notoriamente de esta tradición y se basó en un reducido núcleo de
cuadros herméticos, compartimentados, seguros de representar la vanguardia
social” 4 .
Para el citado autor, la presencia guevarista en Bolivia no
concluyó tras el asesinato del Che, sino que se prolongó “hasta la columna
trajinante en las laderas de Teoponte” 5 . Esta continuidad trascendió la mera
atracción por el guevarismo, un habitus entre la izquierda armada
latinoamericana en esos años, y fue, por el contrario, mucho más densa y
compleja. Involucró territorios, recursos, armas y sobre todo hombres y mujeres
que, animados por la figura heroica de Guevara, decidieron reponer la guerrilla
en Bolivia dentro de los mismos marcos concebidos por el argentino.
De acuerdo a diversos estudiosos de la materia, como el
señalado en el párrafo anterior y como María Quiroga6 , esta guerrilla
representa la secuencia de la guerrilla de Ñancahuazú, reflejada en tres
aspectos:
A. Político–militar. El Ejército de
Liberación Nacional (ELN)7 boliviano adoptó sin ninguna crítica el foquismo, a
la manera guevarista. Continuó en consecuencia concibiéndose como una
organización vanguardista estructurada para llevar la guerra de guerrillas al
área rural. Las obras de Guevara, principalmente su Diario en Bolivia, se
convirtieron así en una referencia ética, política y militar.
B. Territorial. La zona de operaciones, Alto Beni, al norte
de La Paz, fue explorada por Regis Debray en 1966, cuando buscaba un territorio
para la acción de Ernesto Guevara. El francés recomendó la región y por lo que
se sabe el Che también vio su potencialidad geográfica y política; sin embargo,
por razones desconocidas, decidió operar en el sur boliviano. Contando con esta
aceptación y la documentación enviada a Cuba por Debray, la Nueva Guerrilla
decidió establecerse en la zona de Alto Beni. A inicios de 1969, Jorge Ruiz Paz
(Omar) y Javier Landívar (Quirito) realizaron un nuevo levantamiento
geográfico, político y humano de la región.
C. Humano y logístico. La (re)organización del ELN y la
nueva guerrilla en Bolivia se asentaron fuertemente en las organizaciones,
cuadros y contactos que esperaron en vano enrolarse a la columna de Guevara en
1967 o que, como Inti Peredo, David Adriázola (Darío), Harry Villegas (Pombo) y
Dariel Alarcón (Benigno), participaron en ella, herencia presente tanto en
Bolivia como en Argentina, Chile y Cuba. Los argentinos Luis Faustino Stamponi
(Miseria), Oscar Pérez Betancourt (Gordo Carlos), Rubén Cerdat (Osvaldo),
Ukaski (Javier), estaban incluidos en los planes guevaristas e, incluso, los
dos primeros nombrados participaron con el Vasco Bengochea en la frustrada
guerrilla de 1963, mientras que Cerdat, que pertenecía a la Federación Juvenil
Comunista, fue preso en Icho Cruz (Córdoba) ese mismo año, en el campamento
“Camilo Cienfuegos”.
IV.- La organización de la guerrilla de Teoponte.-
El general Ovando había desarrollado una política
sistemática de aislamiento y ataque a los sectores de izquierda, entre los cuales
estaban los estudiantes universitarios que les resultaban francamente
subversivos. De esta manera, había dejado actuar a la extrema derecha, uno de
cuyos ataques afectó, en agosto de 1970, a la Universidad Mayor de San Andrés,
cuando un grupo armado de la Falange Socialista Boliviana (FSB) y una banda
denominada “los Marqueses” asaltó ese centro universitario causando una serie
de bajas y las suspensión de las actividades académicas8 . Todo ello al amparo
de su gobierno, que sólo reaccionó una semana más tarde a causa de las
protestas estudiantiles, retirando a los asaltantes y cuando su objetivo
político, – de neutralizar al que consideraba la principal fuente de apoyo al
Ejército de Liberación Nacional (ELN) –, ya había sido cumplido.
El ELN había salido de las sombras ese año tras un
interregno de preparación clandestina, lanzándose a una campaña de guerrilla
rural en los alrededores del campamento minero de Teoponte. Su grupo inicial
estaba compuesto por 67 jóvenes, de los cuales, – según la versión del líder,
Osvaldo Peredo Leigue, alias el “Chato” Peredo9 , – sólo ocho cursaban estudios
superiores y la mayoría eran campesinos y dirigentes de la zona. Mientras que
para Christian Jetté10, contaba entre sus miembros más destacados a dirigentes
universitarios exmiembros del PCB (Partido Comunista Boliviano) y del Partido
Demócrata Cristiano Revolucionario (PDCR). Del análisis sobre la composición de
este grupo también participa Gustavo Rodríguez, para quien se trataba de “un
grupo de universitarios cristianos” 11 o de estudiantes de clase media, sin
precisar si hace referencia sólo a los dirigentes o a la totalidad de los
guerrilleros.
El “Chato” Peredo había regresado de su exilio en Chile
consiguiendo un contundente respaldo para una organización de insurgencia de
los mayores líderes estudiantiles que se habían apartado del PCB o el PDCR en
orden a emprender la lucha armada, no sólo contra el Gobierno de turno, sino
con la clara intención de subvertir el orden establecido para instaurar un
sistema socialista.
También se incorporan jóvenes de otros países, como
argentinos, chilenos, peruanos, entre otros, los que reclutan en esta aventura
a varios médicos jóvenes, campesinos, mineros, aún cuando se trataba de una
iniciativa con escaso arraigo popular. Su reagrupamiento respondía – según los
organizadores de la guerrilla – a una responsabilidad ineludible que les
brindaba la historia: La superación y liberación total de las condiciones
políticas y sociales que oprimían al pueblo boliviano, diagnóstico hecho tres
años antes por el mismo comandante Che Guevara.
Sin embargo, pese a su cercanía con la imagen del Che y lo
que éste representaba, los guerrilleros de Teoponte no se identificaban
ideológicamente con su tesis del foquismo, sino más bien plantean una reacción
frente “al imperialismo estadounidense y sus aliados”, representados estos
últimos en la administración de Ovando. La lucha armada era parte, pues, de una
estrategia mayor que se coronaría con el triunfo político de su causa cuando el
pueblo se volcara a su respaldo “en un enfrentamiento abierto contra el
imperialismo, que inicia una guerra incontenible”12 .
Por su parte, Cuba no parece haber tenido una mayor
participación en esta nueva iniciativa revolucionaria. Al contrario, recientes
investigaciones develan que, para el gobierno cubano, Teoponte no sólo les
resultaba incómodo sino inviable, por lo que intentaron disuadir a los
guerrilleros de emprender el llamado “plan boliviano”.
V.- La guerrilla entra en escena:
Según los testimonios de la época, el 15 de julio de 1970
los guerrilleros se trasladaron al sector de Teoponte en calidad de “Brigada de
Alfabetizadores”, la estrategia perfecta para pasar inadvertidos sobre sus
planes subversivos. Será el propio Presidente de la República, general Alfredo
Ovando Candia, quien les entregue las cartillas y credenciales para participar
en la citada campaña.
Los guerrilleros se lanzan a su aventura e inicialmente
sortean sin problemas los controles militares. El grupo se detiene unos
momentos en el poblado de Caranavi, al norte de la ciudad de La Paz, sede del
Batallón Román de Ingeniería; luego continúa hasta la localidad de Alcoche. El
19 de julio, el grueso de los guerrilleros, fuertemente armados, irrumpen en
Teoponte e inician con la operación “Ricardo–Victoria”, su insurrección armada.
Esta acción militar “comprendió a otras localidades de la actual provincia de
Larecaja en el norte de La Paz, como Esperanza, Chocopani, Chimate, Pajonal
Vivaque, en un radio de acción de aproximadamente 500 a 550 kilómetros
cuadrados” 13 .
Luego de aquella toma, éstos se habían propuesto encarar
tres fases: La primera consistía en una caminata por terreno despoblado, con el
objetivo de cohesionar el grupo y ambientar a quienes no tenían experiencia en
la vida de selva, situación que alcanzaba al menos a dos tercios de la columna.
La segunda de enfrentamiento y combates “con el enemigo”, para probar la
capacidad de fuego de tropa y, finalmente; la tercera, de ingreso a la zona de
operaciones, establecida en las proximidades de las poblaciones mineras
auríferas de Caranavi y Tipuani. En ella se esperaba una mayor recepción que
entre las comunidades campesinas. Como veremos, la guerrilla nunca alcanzó esta
última fase, pues fue derrotada apenas concluía la primera.
Bajo el lema “Volvimos a las Montañas” la guerrilla de
Teoponte tenía objetivos múltiples, destacando uno de carácter estratégico como
era romper el pacto militarcampesino14. Su primera misión fue la toma de la
South American Placers, una empresa estadounidense “dedicada a la explotación
de oro en esa región”15 , donde secuestran a dos de sus altos ejecutivos, ambos
de nacionalidad alemana. Esta acción tenía como fin presionar al gobierno para
obtener la liberación de diez de sus compañeros del E.L.N.16, aún cuando su
objetivo fundamental (se develaría más tarde) era secuestrar a Ernest Siracusa,
embajador estadounidense de la época, comprobado número uno de la CIA y
director personal de muchas represiones en los países donde estuvo de
funcionario. Como testimonia Osvaldo “Chato” Peredo en su diario “Volvimos a
las Montañas” Siracusa, prevenido de esa operación, alcanzó a huir del lugar
antes del ataque de los guerrilleros.
Inmediatamente el gobierno de Ovando declaró “Zona Militar”
a las provincias Caupolicán, Larecaja y Nor Yungas del departamento de La Paz,
así como estableció el Estado de Sitio en todo el país. El gobierno les dio a
los guerrilleros un plazo perentorio para salir de Bolivia y terminar “su loca
aventura”. El día que este se cumplió embarcó a Arica, Chile, en un avión
militar a los diez presos que reclamaban los guerrilleros. Por su parte, estos
últimos cumplieron su palabra y liberaron a los rehenes en los márgenes del río
de Teoponte.
Paralelamente, los militares se desplazaron al teatro de
operaciones, cercando el lugar y haciendo un barrido de la zona, de acuerdo a
sus consabidas tácticas antiguerrilleras. “Por cada guerrillero había unos 500
soldados”, relatará más tarde Mario Cardozo, uno de los sobrevivientes de
Teoponte17. Los aviones militares apoyaban al grupo militar de élite desde el
aire lanzándoles NAPALM a los combatientes, químico letal prohibido por la
convenciones internacionales.
Pronto las escaramuzas militares dieron resultados para los
81 expertos rangers que, el 30 de julio de 1970, localizaron a un grupo de ocho
guerrilleros licenciados de combate por el “Chato” Peredo a sólo una semana del
inicio de las actividades de insurgencia, por “incapacidad física”, siendo
habidos en la localidad de Pajonal Huanay donde se encontraban refugiados,
vestidos de civil e inermes. En este primer supuesto enfrentamiento entre ambos
bandos fueron ultimados y enterrados en una fosa común los ocho combatientes,
aunque lo cierto es que las víctimas habían sido tomados prisioneros y luego
fusilados por el ejército boliviano, en razón de su práctica habitual desde la
entronización de la guerrilla en los años sesenta: “Ni heridos, ni prisioneros,
sólo cadáveres”- según lo ordenaban los altos mandos castrenses, entrenados en
la Escuela de Las Américas.
Algunas de esas primeras víctimas correspondían a: Adolfo
Huici, Juan José Saavedra, Adolfo Quiroga Bonadona, José María Gerardo Antonio
Figueroa, Ricardo Oscar Puente (argentino), cuyos restos nunca fueron
entregados a sus familiares ante la persistente renuencia del Gobierno del
General Ovando a proporcionar información sobre sus paraderos.
Lo paradójico de todo fue que los mismos campesinos del
sector, por quienes estos luchaban, los denunciaron a los militares.
Después de una larga marcha por la selva, diezmados por el
hambre, las deserciones, las traiciones18, algunas bajas en combate y
fundamentalmente por los asesinatos a manos del ejército, la columna principal
quedó reducida a un grupo de ocho sobrevivientes en los últimos días de octubre
de 1970. Entre estos, el día 12, había sido capturado en Tipuani el Comandante
del Ejército de Liberación Nacional Osvaldo “Chato” Peredo, Coco e Inti. Junto
a aquel fue apresado Mario Suárez Moreno, quien ocupara el cargo de
Vicepresidente de la CUB antes de tomar las armas.
El recién asumido Presidente, General Juan José Torres, dio
garantías a los guerrilleros que aún sobrevivían para que depusieran las armas.
Con este objetivo, se creó la Comisión Pacificadora, encargada de la búsqueda
de los guerrilleros que todavía operaban en Teoponte a objeto de reintegrarlos
a la ciudad y evitar que fueran muertos en acciones militares. Dicha comisión
llegó a Tipuani el 29 de octubre donde tomó contacto con seis combatientes
rescatados por un grupo de mineros. Eran Jorge Ruíz Paz “Omar”, Calixto Pacheco
González “Rogelio”, Arturo Celis González “Alberto”, Guillermo Véliz González
“Gastón” y tres chilenos que luego figurarían como “bajas” durante el gobierno
de Banzer: Juan Eison Zegada “Jesús” y Cancio Plaza Artola “Santiago”. Otro
guerrillero chileno de apellido Álvarez se habría refugiado desarmado en la
vivienda de un poblador de la zona de Mapiri para comparar alimentos. De ello
se informó el Comandante del lugar, quien ordenó su captura y dispuso su
fusilamiento el 6 de noviembre de 1970.
Posteriormente, los sobrevivientes de ese grupo serían
exiliados a través del Puerto de Arica. Fue el caso del “Chato” Peredo, el que
apresado en Tipuani, fue liberado por el recién asumido General Juan José
Torres el 7 de octubre de 1970, yéndose a Chile.
Desde todo punto de vista, esta incursión guerrillera “fue
una aventura trágica, pálida sombra incluso de la debacle de Ñancahuazú. Mal
concebida, políticamente y militarmente inepta, en el curso de ocho semanas dio
como resultado la muerte de 63 de los 75 insurgentes”19 .
VI.- Los guerrilleros chilenos
Meses antes que el Che abandonara Cuba para iniciar la
guerrilla en Bolivia, 1966, estableció contacto con diversos movimientos de
izquierda latinoamericanos. En Chile, con la ayuda de Salvador Allende, logra
que se forme al interior del Partido Socialista una red operativo
Revolucionaria, particularmente a través del periodista del mismo Partido, Elmo
Catalán Avilés, uno de los creadores del Ejército de Liberación Nacional de
Chile – ELN. Este grupo estaba conformado por algunos profesionales, mineros y
dirigentes sindicales de las minas de cobre, además de militantes socialistas,
entre ellos, Tirso Montiel, Arnoldo Camú, Salterio Fierro, Félix Vargas,
Paulina Weber, Eduardo Carvallo, Beatriz “Taty” Allende, hija de Salvador
Allende y Félix Huerta. Su misión era servir de apoyo logístico para la
guerrilla guevarista emprendida en las sierras bolivianas.
Tras el fracaso del Che, se crea en Santiago el Estado Mayor
de la Sección Chilena del ELN con Arnoldo Camú entre otros integrantes. Sin
embargo, los partidos de izquierda estaban más enfocados a la consolidación de
la Unidad Popular a nivel interno, por lo que el citado grupo de apoyo,
perteneciente al ELN y PS, trabó contacto directamente con el “Chato” Peredo
emprendiendo, por cuenta propia, rumbo a Bolivia. Desde su óptica, esta vez era
posible crear un nuevo foco guerrillero en ese país, proyectándose hacia el
resto de América Latina, una vez que provocaran una insurrección campesina en
las montañas de Teoponte20. El sueño duró poco y de los ocho guerrilleros
chilenos sólo sobreviven tres (Calixto Pacheco González, José Miguel y
Guillermo Véliz González). En tanto, los restos de los caídos (Tirso Montiel,
Julio Zambrano, Hilario Ampuero, Carlos Brain y Julio Olivares) aún no son
habidos. Un caso excepcional es el del ex-combatiente Agustín Carrillo, cuyos
restos fueron encontrados en el Mausoleo de Asofamd21 y luego repatriados a
Chile para ser entregados a su familia, en enero del año 2009.
VI.- Las movilizaciones de los familiares de los
guerrilleros
Simultáneamente a las acciones de la guerrilla en Teoponte,
los familiares de los jóvenes guerrilleros se organizaron para recuperar los
restos, poder trasladarse a la zona y presenciar la necropcia, en caso de
hallarse los cuerpos. Con esos propósitos crearon un comisión especial
integrada por representantes del C.U.B., Consejo Supremo Revolucionario de la
UMSA, COMSIB, ISAL, Universidad Católica Boliviana, C.O.B., Comité Promotor de
la Mujer, Comité Nacional de Derechos Humanos, Cruz Roja Boliviana y la prensa.
El 26 de agosto de 1970, la Confederación Universitaria de Bolivia y la
Federación Universitaria Local de la UMSA, declararon duelo Universitario de 30
días y proclamó “Mártires de la Liberación Nacional” a los universitarios que
perdieron la vida en Teoponte, homenajes a los que se plegaron la Universidad
Católica Boliviana, Universidad Tomás Frías de Potosí, Universidad Técnica de
Oruro. El Comité de Derechos humanos continuó colaborando en la recuperación de
los cuerpos y en las negociaciones con el gobierno para encontrar con vida a
las minúsculas cuadrillas de combatientes que merodeaban, sin rumbo, por la
zona de Teoponte.
Un mes más tarde (27 de septiembre), llegaban a La Paz los
restos de los primeros cuatro jóvenes caídos en la guerrilla. Cada día
resultaba más claro que éstos no habían caído en enfrentamientos, como el
Gobierno quería hacer aparecer, sino que fueron fusilados sin las garantías del
debido proceso. La orden provenía del mismo Ovando, pasando a Miranda, de éste
a Constantino y finalmente de Valencia a Oblitas, hasta llegar al capitán José
Pérez y al Teniente Alfredo Espinoza. Otros 43 cadáveres de guerrilleros se
trasladaron gradualmente a la capital. En total fueron 67 los muertos.
Para cuando la situación de fusilamiento y enterramiento en
fosas clandestinas y exhumación se hizo evidente, el problema que surgió era
cómo identificar los restos de los guerrilleros. Algunos de estos fueron
entregados sin identificación, mientras que el paso del tiempo, el clima y las
condiciones del terreno obstaculizaba aún más las pericias tanatológicas. Por
su parte, el gobierno y las FF.AA. siempre les cerraron las puertas a los
familiares de las víctimas. Cuando el ejército afirmaba a través de comunicados
de prensa no estar en poder de ningún guerrillero prisionero probablemente
decía la verdad porque, como hemos visto, los capturados fueron inmediatamente
fusilados, siguiendo la misma línea utilizada con Guevara y sus hombres tres años
antes. El propio General Torres continuaría con la negativa a devolver los
cuerpos de los caídos, a través de comunicados de prensa como el siguiente: “El
Comando General del Ejército, desmiente ante la opinión pública la denuncia
hecha por la Confederación Universitaria Boliviana, en sentido que las FF.AA.
tiene en su poder a cuatro guerrilleros sobrevivientes de las acciones de
Teoponte” (La Paz, 28 de marzo de 1971)22 .
Así, todo el año 1971 estuvo marcado por el reclamo de los
cuerpos por parte de los familiares de los ex-combatientes de Teoponte, quienes
emprendían largas vigilias, huelgas de hambre, oficiaban a los altos mandos
para que respondieran a sus demandas. Por todo apoyo, contaban con los
sindicatos de obreros y mineros, las federaciones de estudiantes, instituciones
de derechos humanos, iglesia católica y protestantes.
Desde esa época a la fecha sólo ocho cuerpos habrían sido
recuperados por sus familiares y 42 se encontrarían desparecidos. Según
versiones de los lugareños, algunos de los restos de los guerrilleros podrían
estar enterrados en la pista de avión, a orillas del río Tipuani, mientras que
otro grupo estaría en un pantano rodeado de un bosque cercano a ese sector,
aunque hay que tener en cuenta que, pasadas más de tres décadas desde entonces,
la topografía del lugar ha cambiado sustancialmente. Hacia el año 2006,
representantes de ASOFAMD23 , habrían logrado identificar plenamente el área
donde se encontrarían los cuerpos, a partir de los datos aportados por
campesinos del lugar, lo cual abarcaría un radio de alrededor de 5 kms. en
Teoponte. Sin embargo, esa organización estaría capacitada de hallar sólo tres
de los hasta ahora considerados seis restos de chilenos ex-combatientes.
La propia hija del ex-guerrillero chileno Tirso Montiel,
Marta, asegura haber entregado a la señora Loyola Guzmán24, presidenta de
ASOFAMD, el año 2004, mapas y registros de sepultura. “Ahora está en manos de
la Ministra de justicia (Casimira Rodríguez) y, por lo tanto, me enteré, le
llegaron (los informes) al presidente Evo Morales” – señaló Marta Montiel al
matutino boliviano La Prensa 25
Los sobrevivientes bolivianos, Jorge Gustavo Ruiz Paz,
Cancio Plaza Artola, Juan Edison Segada, Mario Suárez Núñez y Osvaldo “Chato”
Peredo, fueron conducidos hasta la ciudad de La Paz, donde se refugiaron en la
Nunciatura Apostólica y desde allí pasaron al Puerto de Arica a pocos días que
Salvador Allende asumiera como Presidente de Chile. Después de cuatro meses,
había terminado la guerrilla de Teoponte.
Conclusiones
La guerrilla de Teoponte se constituyó en un movimiento
armado muy poco conocido fuera de las fronteras de Bolivia, cuyas incursiones
se redujeron, – a mediados del año setenta –, a sólo 100 días de luchas en las
montañas de Teoponte, zona localizada a 200 kilómetros al norte de La Paz.
Aunque algunos investigadores la han considerado como la
continuación de la guerrilla de Ñancahuazú del Che Guevara (1967), debido a que
entre sus componentes figuraban ex guerrilleros de la primera de ellas, en el
presente estudio se plantea que éstas no formaron parte del movimiento
Castrista-Guevarita que culminó con la muerte del Che (1959-1967) y su derrota
fue más vertiginosa y dramática que la de Ñancahuazú. Si bien su base
ideológica era lograr para Bolivia la vía revolucionaria socialista, la falta
de apoyo que encontraron en el Gobierno cubano, los recelos que despertaron en
los países vecinos y fundamentalmente porque sus filas estaban compuestas por
jóvenes estudiantes de la UMSA, algunos campesinos y extranjeros simpatizantes
o miembros del Ejército de Liberación Nacional, esta incursión fue aplastada
tempranamente, sin contar con el apoyo de ningún otro sector nacional e
internacional como tuvo en su momento el señalado movimiento
castrista-guevarista. Tanto es así, que los propios campesinos de las zonas por
las que pasó la columna de guerrilleros fueron quienes los denunciaron y
entregaron pistas al ejército para que los capturaran.
A diferencia de la revolución cubana, en que predominó la
tesis del foquismo, – entendida como la posibilidad de los guerrilleros o
movimiento 26 de julio de ir ocupando espacios estratégicos y con la
colaboración de los lugareños ir ampliando su radio de acción en Teoponte se
repitió el fenómeno que tres años antes había afectado mortalmente a los
combatientes de Ñancahuzú y a su líder el Che.
Si bien los guerrilleros planificaron su lucha para una
década, Teoponte significó la pérdida de la mayoría de sus integrantes mientras
que el Ejército solamente tuvo cuatro bajas en poco más de 100 días de combate.
En el balance posterior el ELN atribuiría su fracaso a una subvaluación de las
capacidades del Ejército boliviano luego de la confrontación con las fuerzas
del Che, a los errores tácticos cometidos por la inexperiencia del mando y al
deficiente reclutamiento entre jóvenes estudiantes. Cuestiones tales como la
imprevisión en el equipamiento comunicacional también sería mencionada como uno
de los factores de la desconexión con la red urbana, a lo que se sumó el
aislamiento humano de la columna. El grupo operativo de las ciudades no tuvo
tiempo ni presencia para ir en apoyo de los combatientes del monte, siendo
rápidamente reducidos por el ejército boliviano.
Pero más importante que el quiebre de sus conexiones con el
inoperante aparato urbano, fue el el abismal divorcio con las luchas sociales
que se intensificaron en Bolivia en 1970 en las ciudades y el campo. En mayo de
1970, sólo dos meses antes del alzamiento de Teoponte, la Central Obrera
Boliviana (COB) proclamó su medular tesis socialista, mientras que las señales
de la fractura del pacto militar-campesino, – soporte de los sucesivos
gobiernos bolivianos de la época –, comenzaban a ser visibles, aunque no
determinantes. Esta situación complotaría radicalmente contra los guerrilleros
que siempre creyeron que lograrían el respaldo decisivo de los campesinos de la
zona de Teoponte con los resultados ya conocidos.
En efecto, la gran lección de la guerrilla de Teoponte fue
su intento de emprender una revolución abstrayéndose de las circunstancias
políticas y sociales existentes a principios de los setenta en el país. Tal
como le había acontecido en 1967 al Comandante Che Guevara, los guerrilleros
del año 1970 se encontraron con la incredulidad o indiferencia de los
campesinos, para quienes no eran más que aventureros, en tanto que estos tenían
la seguridad que les otorgaba el pacto con los gobiernos militares, los cuales,
con la asistencia de EE.UU., contaban con cuantiosos recursos para mantener su
vínculo de lealtad. Será este factor, no apreciado en su momento ni por el Che
ni por el “Chato” Peredo, lo que a fin de cuentas hará fracasar cualquier
intento de rebelión armada en las zonas rurales de Bolivia.
Otro aspecto a tener en consideración, a casi cuatro décadas
del trágico final de la guerrilla, es que aún permanecen muchos restos de
combatientes desaparecidos y, pese a que en todo este período los familiares de
las víctimas han recurrido a diversos recursos para recobrarlos, testigos y
participantes en los hechos han mantenido un verdadero pacto de silencio para
impedir esos hallazgos. Los jóvenes guerrilleros fueron ultimados por un
ejército entrenado en la contrainsurgencia sin juicios sumarios. Entre los desaparecidos
todavía quedan por recuperar los restos de cinco chilenos caídos en Teoponte,
siendo el caso más emblemático el de Tirso Montiel, cuya hija, Marta, viaja a
Bolivia - a esos propósitos - desde hace más de quince años.
BIBLIOGRAFIA
- Assmann, Hugo: Teoponte. Una experiencia guerrillera,
Oruro, 1971.
- Castañeda, Jorge: Compañero: Vida y Muerte del Che
Guevara, 1997.
- Dunkerley, James: La Rebelión en las Venas Plural, 1987.
- Jetté, Christian De la Toma del Cielo por Asalto a la
Relocalización. Hisbol, 1989.
- Lavaud, Jean Pierre: El Embrollo Boliviano,
IPEA-CESU-hisbol, 1998.
- La Prensa. Suplemento del Domingo, 19.11.06. - La Prensa,
01.10.06. Entrevista a Gustavo Rodríguez Ostria.
- Klein, Herbert: Historia de Bolivia, Edit. Juventud, 2002.
- Mesa Gisbert, Carlos: Presidentes de Bolivia: Entre
Espadas y Fusiles, Ed. Gisbert, 2006.
- Peredo, Osvaldo “Chato” “Volvimos a las Montañas”.
- Quiroga Bonadona, María: Teoponte, el holocausto olvidado,
Ed. Remaar, La Paz, Bolivia, 2005.
- Revoluciones del Siglo XX: PNUD, FES-ILDIS, ASDI, PLURAL.
1998.
- Rodríguez Ostria, Gustavo: Sin tiempo para las palabras.
Teoponte: La otra guerrilla guevarista en Bolivia.
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1 La noción de mentalidad es recogida por Marc Bloch y Lucien
Febvre en las primeras décadas del siglo XX y aplicada a la historia, con el
objeto de aprehender aquellas funciones psíquicas que cayendo fuera del
pensamiento lógico, explican muchos comportamientos colectivos.
2 La noche del 23 de junio de 1967 los regimientos enviados
por Barrientos junto a la Guardia Nacional cercaron el campamento de Siglo XX
en Cancañiri, disparando ráfagas de ametralladora contra los mineros que
protestaban contra el régimen, las que causaron grandes bajas.
3 La Prensa (La Paz, Bolivia). Suplemento del Domingo, pág.
15, 19.11.06.
4 Rodríguez Ostria, Gustavo: Sin tiempo para las palabras.
Teoponte: La otra guerrilla guevarista en Bolivia. Pág. 111.
5 Ob. Cit., pág. 112.
6 Teoponte, el holocausto olvidado, Ed. Remaar, La Paz,
Bolivia, 2005. Quiroga presenta un testimonio cercano de esta guerrilla cuanto
que perdió a tres hermanos en los cortos pero sangrientos hechos del año 1970.
7 El ELN de Bolivia fue una organización político-militar de
tipo internacional, creada por el Comandante Ernesto Che Guevara para llevar la
guerrilla revolucionaria al cono sur del continente Americano. Su objetivo
principal era desarrollar un foco guerrillero en las selvas de Bolivia, que
sirviera como columna madre de la lucha armada liberadora en Sudamérica, desde
donde se desprenderían columnas invasoras que llevarían la Revolución a los
Países vecinos.
8 Se trataba de cuarenta asaltantes pagados y armados por
Alfredo Candia, líder de la Liga Anticomunista Mundial, asistido por el capitán
Arce Gómez. Dunkerley, James: Rebelión en las Venas, Plural, 1987, Pág. 215.
9 Osvaldo “Chato” Peredo “Volvimos a las Montañas”. Médico
de 29 años formado en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, era hermano
menor de Coco e Inti, compañeros de Ernesto Guevara. Preparon la guerrilla
desde el mismo momento cuando, el 9 de octubre de 1967, conocieron la muerte
del mítico guerrillero argentino. Dos años antes, el 19 de julio de 1968, Inti
Peredo, lugarteniente del Che, proclamó en la prensa boliviana su desafío:
“Volveremos a las montañas”.
10 De la Toma del Cielo por Asalto a la Relocalización.
Hisbol, 1989, Pág. 87.
11 Entrevista a Gustavo Rodríguez. Suplemento de La Prensa,
01.10.06., Pág. 4.
12 Assmann, Hugo: Teoponte. Una experiencia guerrillera,
Oruro, 1971, p. 30.
13 Entrevista a Gustavo Rodríguez. Op. Cit.
14 Jorge Castañeda: Compañero: Vida y Muerte del Che
Guevara, 1997, pp. 455-456.
15 María Quiroga: Ob. Cit., pág. 42.
16 Eran: Enrique Ortega, Gerardo Bermúdez, Félix Melgar
Antelo, Oscar Busch, Víctor Córdoba, Roberto Moreira, Loyola Guzmán, Rodolfo
Saldaña, Juan Sánchez y Benigno Coronado, detenidos en el Panóptico Nacional.
17 Suplemento del Domingo, pág. 16, Matutino La Prensa,
19.11.06.
18 Algunos murieron a manos de sus propios camaradas al
haber sido sorprendidos hurtando dos latas de sardina que eran de la tropa.
19 Dunkerley, James: La Rebelión en las Venas. Pág. 87.
20 Tesis del “Foquismo”.
21 Asociación de Familiares de Desaparecidos y Mártires por
la Liberación Nacional de Bolivia.
22 Quiroga, María René: Ob. Cit., pág. 122.
23 Pág. web.: www.asofamd.com
24 Loyola Guzmán Lara es una activista de derechos humanos y
política boliviana. Integró el grupo de apoyo a la Guerrilla de Ñancahuazú que
Ernesto Che Guevara comandó en Bolivia en 1966-1967. Es militante del
Movimiento al Socialismo (MAS) y ha sido elegida convencional constituyente.
25 Matutino La Prensa, Suplemento del Domingo 19.11.06, Pag.
17. (La Paz, Bolivia).
El Gral. BARRIENTOS NO MURIÓ EN UN ACCIDENTE AUTOMOVILISTICO. MURIÓ EN UN ACCIDENTE AÉREO, EL HELICOPTERO DONDE EL ESTABA SE SINIESTRO.
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