Juana Manuela Gorriti esposa de Belzu y amante de José
Ballivián.
Por: Gabriel Díez Lacunza / Este artículo fue publicado en el periódico Pagina
Siete, el 13 de marzo de 2016.
"Estoy informada que hoy es el día fijado para el nacimiento de su obra
más preciada; quiero que sepa que retengo el calor de su piel y de su mirada en
la memoria de mis sentidos. Cualquiera sea el rincón que lo cobije, no olvide
que en este mundo no habrá mejor refugio que aquel que le tengo reservado”.
Esas palabras corresponden a una carta del 6 de agosto de 1825, escrita en Lima
por Manuela Sáenz y está dirigida a Simón Bolívar.
En su Historia de Bolivia, Carlos D. Mesa dice que esta mujer fue "el gran
amor” del Libertador. Carlos Hugo Molina en Manuela, mi amable loca apunta que
"Manuela fue una enamorada de la vida y de Simón Bolívar. Se definió como
‘Patriota y amante de usted’ en cartas que han removido la cordura de quienes
transitan la formalidad y el protocolo. Y el Libertador le decía ‘Mi amable
loca...’ en otras que lo hacen bajar del bronce para desayunar huevos fritos
con frutas frescas”.
Esta fue la primera historia de amor de los presidentes del país, quizá la más
feliz, dado que en el transcurso de los años hubo otras menos afortunadas que
causaron gran polémica.
La otra historia de Bolivia
Son las 10:00 de un martes. El historiador Mariano Baptista Gumucio llega a su
oficina en un edificio de El Prado para conversar sobre los presidentes y su
vida amorosa poco conocida. "No hay muchas referencias sobre ello”,
expresa al momento de mostrar un ejemplar de su Otra historia de Bolivia y de
marcar el capítulo titulado Las mujeres.
De este texto, y de otros de Fausto Reinaga, Porfirio Díaz Machicao o de Ramiro
Paz, hijo de Víctor Paz Estenssoro, se pueden recuperar pasajes que generaron
revuelo.
Esas "páginas amorosas” de la historia republicana las comenzó a escribir
Bolívar y las continuó Antonio José de Sucre. Se conocieron también episodios
de este tipo protagonizados por José Ballivián, Mariano Melgarejo, Manuel
Isidoro Belzu hasta Daniel Salamanca, Víctor Paz Estenssoro y René Barrientos.
El tema cobra relevancia debido a que en los últimos meses apareció una
expareja del presidente Evo Morales, Gabriela Zapata, a quien se investiga por
legitimación de ganancias ilícitas, entre otras acusaciones.
El triángulo de Belzu
Baptista escribe que fue en la finca Cebollullo, en Mecapaca, donde a mediados
del siglo XIX "floreció el romance” entre el presidente José Ballivián
(1841-1847) y Juana Manuela Gorriti, argentina, entonces esposa de un joven
Manuel Isidoro Belzu, quien en 1848 tomaría el poder.
"Juana Manuela, deslumbrada por el prestigio del mandatario y la vida
cortesana que se hacía en Cebollullo, aprovechaba las ausencias del marido para
acudir a la acogedora finca, dejando a sus dos niñas en la ciudad”, anota
Baptista.
Una vez enterado Belzu -continúa Baptista- el odio ganó su corazón y en una
ocasión llegó a agredir a Ballivián en Palacio de Gobierno, acción que le costó
el calabozo. Agrega que el Tata nunca volvió a casarse y que ya no se le
conoció compañera de lecho.
Sobre este incidente, Reinaga en Belzu, precursor de la revolución nacional
dice: "Ballivián no tenía ni sentía pena ni remordimiento de sus víctimas
amorosas”.
El romance de Sucre
Cuenta Baptista que tan pronto llegó el Mariscal de Ayacucho, Antonio José de
Sucre, a la capital en los años iniciales de la República varias muchachas
perdieron la cabeza por el "galante mandatario”, pero que sólo una fue
correspondida. Se trataba de Manuela Rojas, otrora prometida del constituyente
Casimiro Olañeta. Este hecho le valió a Sucre la enemistad de Olañeta, pese a
que éste ya estaba casado con María Santiesteban.
Melgarejo y Juana Sánchez
"Juana Sánchez es la mujer que mitiga la exaltación sensual de (Mariano)
Melgarejo y completa un aspecto amable de la vida del tirano. Melgarejo, como
todos los hombres físicamente bien constituidos, ejerce la dulce tiranía del
amor en la intimidad del hogar. Y aún fuera de él...”, dice Díaz Machicao en su
obra Melgarejo.
Baptista reflexiona en sus escritos que Sánchez acompañó a su amante durante su
mandato y que luego le volcó la espalda haciendo "causa común” con su
hermano, José Aurelio Sánchez, quien terminó por asesinar al caudillo en 1871.
De Peñaranda a Barrientos
Ya en el siglo XX, los enredos y las dificultades amorosas continuaron en los
alrededores de Palacio de Gobierno.
Enrique Peñaranda fue presidente de Bolivia desde 1940 a 1943. Gustavo Adolfo
Otero, su ministro de Educación, escribió en Memorias sobre la vida sentimental
de Peñaranda: "...Hombre de gran sensualismo, afecto a las mujeres aunque
no al amor, gran procreador y constante ejercitador del sexo, al punto que la
fatiga le hacía dormirse en los consejos de gabinete”.
Las figuras de uno de los líderes de la Revolución Nacional y cuatro veces
presidente de Bolivia, Víctor Paz Estenssoro, o del general René Barrientos,
quien asumiera el poder tras dar golpe de Estado a Paz en 1964, no se salvan de
los enredos sentimentales.
Ramiro Paz Cerruto, en el libro En los pasillos del poder, cuenta que la salud
de su madre, Carmela Cerruto, estaba deteriorada ya durante el primer mandato
de su padre, Víctor Paz, y que éste "mantenía relaciones con una joven
amiga” que trabajaba en el Lloyd”.
Cuando la familia llevó a Carmela a Estados Unidos para tratarse, Ramiro relata
que se quedó a vivir solo "en el departamento presidencial de palacio”,
dado que su papá "formalizó su convivencia con la azafata en una casa de
la calle 9 de Calacoto”.
El abogado Tomás Molina Céspedes escribió hace poco en un medio paceño una
anécdota sobre René Barrientos en la que éste llegaba en un vuelo a La Paz con
una "amiga” y que en el aeródromo esperaban su esposa e hijos y que el
Presidente la presentó como la "nueva novia” de su subordinado.
"Siento no poder estar a tu lado en carne y hueso. No por ello es menor mi
deseo de compartir rápido este vinagre e intentar que vuelva tu sonrisa, la
misma que me regalaste aquella noche de Quito”, le escribió Bolívar a su amada
Manuela el 19 de agosto de 1825, sin saber que era la primera historia de amor
de los presidentes bolivianos.
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- LA HISTORIA DEL ITALIANO DOMÉNICO LORINI, BOLIVIA Y LA COCA COLA
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