POR: GASTÓN CORNEJO BASCOPÉ MÉDICO Y EX-SENADOR DEL
MAS. / GASTONCORNEJOB@YAHOO.ES / Este artículo fue publicado en el
periódico Opinión de Cochabamba el 5 de marzo de 2012.
En próximos días recordamos un importante aniversario de la
victoria de nuestro Ejército en el Chaco: la defensa de Villamontes y la
batalla de la Laguna Camatindi efectuada entre el 8 al 13 de marzo de
1935. Tengo una copia del Acta de Rendición, documento escrito a puño y letra
temblorosa, dictado por el soldado Jesús Lara a los comandantes paraguayos del
Regimiento Lomas Valentinas 15 de Infantería que transcribo in extenso.
Puesto de Comando del R I. 1. En este Puesto de Comando del
Rgto “Jordán” 1 de Infantería, a horas 8:30 del día 10 de marzo de 1935,
nosotros capitán José Irineo Díaz, comandante de Batallón.Teniente 1ro Nobel
Llamosas, comandante de compañía, teniente segundo Bernardo Ocampos, comandante
de compañía, y con 84 soldados del tercer Batallón del Regimiento ”Lomas
Valentinas” 15 de Infantería, nos rendimos incondicionalmente y enarbolamos la
bandera blanca, deponiendo las armas ante el Ejército Boliviano que lucha
por una causa justa, y de lo cual dejamos esta constancia expresa ante el
mundo. Reconocemos haber sido noble y caballerosamente tratados.
Al pie, están las tres firmas con las identidades
consignadas y debajo la firma del Tte. José Celestino Pinto López, comandante
del Regimiento Jordán 1ro. de Infantería.
Más abajo, con letra a máquina, se consigna lo siguiente: La
letra y firma del anterior documento, son auténticos de los mencionados
oficiales paraguayos, quienes solicitaron hacer constar por escrito su
rendición. Presenciaron el acto los siguientes: Cnl. comandante de la 7º Div.
Ttto Rafael Loayza, oficial de enlace de la Div. Cap. J. Celestino Pinto López
Cmte del R/1.1 y el oficial de Operaciones de 1ª Div. Tcnl. Aparicio Morales. Cmte
del R/ I 41 y otros. P.C. Iboca 11 de marzo de 1935. Firma
En el libro Repete de Jesús Lara se encuentra los detalles
del evento. ¿Quién es el comandante del Jordán? Interroga el soldado Jesús
Lara, de Cochabamba. Es el teniente José Pinto, está en el comando del capitán
Rodríguez. El teniente Pinto era un excelente amigo mío en tiempos de paz.
Experimenté gran alegría al saber que se hallaba en el Comando. De súbito los
estafetas gritaron alborozados ¡Los pilas se han rendido! ¡Ya están aquí! ¡Hay tres
oficiales! El teniente Pinto me reconoce y dándose vuelta, me dijo:
“Vamos al puesto. Necesito que usted me ayude- a de redactar un acta de
rendición”. El teniente coronel Ramos se agitaba emocionado: “¡El poeta
que redacte el acta de rendición!” Me dijo al cabo. Sí mi coronel, en eso
estamos, intervino Pinto.
Los oficiales paraguayos entraron al puesto, véanse trémulos
de miedo, vencidos de humillación. El teniente Pinto con toda cortesía les
pidió la entrega de todos los papeles que llevaban, ellos se apresuraron a
hacerlo. En seguida llegaron los prisioneros de tropa. Redacté el acta de
rendición en los términos que acordaron. El conjunto era un documento que no
podría firmar ningún militar de honor, ningún héroe de verdad, para hacerlo era
necesario un apego demasiado grande a la vida. Con estos oficiales caían
ochenta y cuatro prisioneros. Tenían la misión de parapetarse en una colina y
esperar que prosperasen los ataques de los suyos para luego lanzarse hacia
Camiri. La colina ocupada medía unos tres kilómetros de largo. Había once
ametralladoras livianas de las cuales dos eran bolivianas, cuatro paraguayas y
cinco sin escudo que según uno de ellos era argentina. Los paraguayos
devolvieron a un estafeta boliviano que cayó en su poder. Así fue el combate
fratricida entre hermanos en las ardientes arenas del Chaco. ¡Nunca más!
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