Mariano Melgarejo.
Fuente: La legación de Chile en Bolivia desde setiembre de
1867 hasta principios de 1870. De: Ramón Sotomayor Valdés.
“…Leonardo Antezana es un cholo de pequeña estatura, un poco
delgado, de 45 a 46 años de edad. Su rostro maltratado por las viruelas, su
boca grande, sus ojos pequeños y turbios, forman un conjunto repelente, que
llega a ser en extremo repugnante, cuando está bajo la influencia de la
embriaguez. Antezana es ebrio habitual, y cuando el licor invade su cabeza, se
desarrollan en el los instintos más feroces. Se le ha visto muchas veces vagar
por las calles, a deshoras de la noche, disparando sus armas y asustando a los transeúntes
y al vecindario. Más de una vez habiéndose embriagado en la mesa ajena, ha
puesto en conflicto a los dueños de casa y demás comensales, sacando de la
bolsa pistolas cargadas que ha solido disparar allí mismo. Tiene las
extravagancias de un loco y los instintos de un salvaje. Hace pocos días que se
dirigió a puestas de sol, a la plazuela de San Francisco, en donde hay un
cuartel. Iba trastornado por el licor, y en llegando a la plazuela, se le
antojo hacer de toro bravo y empezó a embestir a los soldados y muchachos que
por allí vagaban y que se propusieron
seguirle el humor. Un clérigo pasaba a la sazón y se detuvo a ver fiesta tan
original. El toro se lanzó contra él y le dio de bofetadas, despidiéndole bien
convencido de que la fiesta no era gratis.
Hay entre este hombre y Melgarejo una simpatía magnética.
Son primos hermanos entre sí por la sangre, y hermanos por la educación y por
las inclinaciones. Además Antezana tiene muy buenos títulos a la estimación y a
la confianza de Melgarejo. Es sanguinario, le obedece como general y como
verdugo, y es generalmente mal querido…”
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