A fines del año 1933, se recompuso el ejército boliviano, con más unidades y
efectivos, quedando de la manera que sigue:
1er CUERPO DE EJÉRCITO:
RESERVA: “Castrillo” 2 de Caballería.
IV DIVISION:
Pérez 3º Infantería, Sucre 2º Infantería, Murguía 50 Infantería, Grupo
Artillería Nº 4, Grupo Morteros
VII DIVISION:
Campero 5 Infantería, Florida 12 Infantería, Colorados 41 Infantería, Grupo
Artillería Nº 7, Grupo de Motores.
2º CUERPO DE EJÉRCITO:
RESERVA: Ingavi 4º Caballería
III DIVISION:
Jordán 1º Infantería, Loa 4º Infantería, Santa Cruz 9º Infantería, Grupo de
Artillería Nº 3, Grupo de Morteros
VIII DIVISION:
Campos 6º Infantería, Ayacucho 8º Infantería, Chorolque 33 Infantería, Grupo
Artillería Nº 8, Grupo Morteros
RESERVA GENERAL
Abaroa 1º Caballería, Aroma 3º Caballería, Lanza 5º Caballería.
El mando boliviano durante la guerra fue cambiando paulatinamente. Varias de
las veces desde el ámbito político con el presidente Salamanca. Destituyeron al
General Filiberto Osorio por el General José L. Lanza, posteriormente llamaron
al General Hans Kundt, quien fue sustituido por el General Enrique Peñaranda.
Los jefes militares que dirigían el Primer Cuerpo de Ejército eran: el General
Carlos Quintanilla, el Teniente Coronel David Toro y el mayor Germán
Busch.
En el Segundo Cuerpo del Ejército, que se decían los olvidados de la patria,
estuvo el Coronel Bernardino Bilbao Rioja, gran militar y estratega y muchas
veces privado de sus glorias en el Chaco. Cuando el presidente de la República
dejó instrucciones para que el Coronel Felipe M. Rivera fuera sustituido por
Bilbao Rioja, sucedió una gran polémica porque existían rivalidades desde las
aulas de formación militar con su compañero de curso David Toro; por ello se
explica que no tenían mando entre ellos.
Había terminado la ofensiva y las tropas bolivianas empiezan a retroceder, es
por ello que el Mayor Eulogio Ruiz participa en el repliegue hasta tres pozos
del 8 al 14 de febrero de 1934, luego del repliegue a la línea
“Mistrol-Horqueta del 15 de febrero al 02 de marzo, repliegue de 9ª división
hasta km. 16 S.E. de Picuiba el 20 de Abril de ese año; combate en cañada Chile
del 9 al 13 de agosto, repliegue general del ejército a la línea
Ibibobo-Capirenda- Huirapitindi de 17 de noviembre al 13 de diciembre; de igual
forma participó en la defensa de dicha línea hasta el 04 de enero de 1935,
también combatió en el cerco a Ibibobo.
La ofensiva paraguaya se hizo sentir y los soldados bolivianos empezaron a
retroceder, el Regimiento Castrillo comandado por Eulogio Ruiz era utilizado en
maniobras de “velo” defensivo por lo que siempre se encontraba cerca del
enemigo.
Durante la ofensiva paraguaya desarrollada en junio y julio, el Comando
Paraguayo buscó la salida al río Pilcomayo con el propósito de aislar y
destruir grandes unidades bolivianas, se lanzó en ataques frontales buscando la
ruptura y el desmoronamiento del sistema defensivo boliviano”.
Como a toda acción le corresponde una reacción, se organizó una acción de doble
envolvimiento que paralizó la ofensiva paraguaya entre el 12 al 17 de junio. El
ejército Boliviano tuvo que incorporar al escenario de guerra a la tercera
División y a los Regimientos de Caballería 1,5 y 6
La acción de doble envolvimiento se sustentaba en dos columnas que rodearon y
cercaron a los paraguayos, La columna Norte estaba compuesta por los
Regimientos “Lanza”, “Santa Cruz” y “Jordán”. En la columna Sud se conformó con
los regimientos “Castrillo”, “Ayacucho “Cochabamba” y “Loa”. La columna norte
fue comandada por el teniente Coronel Froilán Calleja y la columna Sud era
dirigida por el Mayor Eulogio Ruiz Paz.
La acción realizada, pese a las bajas que se dieron, evitaron que el ejército
paraguayo ingrese a las poblaciones de Carandaiti y Villamontes.
El Informe de operaciones del 27 de Junio de 1934 elaborado por el propio My
Eulogio Ruiz, indica lo que sigue:
El mayor Eulogio Ruiz Comandante de la columna Sud.
Informa:
Dando cumplimiento a la orden de operaciones No 34 del 19 del presente,
recibida a hs. 23 y 40 del mismo día, el R.C.6., una hora después se trasladó a
tomar posición sobre la senda del Puesto de comando del R.I. 8 conforme a
instrucciones verbales recibidas del J.E.M. División.
A hs. 6 se inició la operación con el trabajo de una senda de 2 Km. de E. a O.
como base de penetración hacia el Norte. Terminada la senda a hs. 8 comenzó el
avance hacia al Norte, en dos columnas paralelas con un intervalo de un
kilómetro. El Grupo Montes al Oeste y el grupo Pantoja al Este, habiendo
marchado por el centro la Compañía Mercado del R.I. 8 realizando un servicio de
limpieza entre las dos columnas. Con un recorrido de 3 km. A hs.14 y 30. La
columna Pantoja cortó el camino a Urey, más o menos a 2 km. E. de las
posiciones del R.I. 33 A hs. 15 y 15 la columna Montes cortó dicho camino.
Minutos después tomaba contacto a la altura del camino con el Grupo Montes la
Compañía Mercado. Hasta dicho camino las columnas consiguieron llegar sin
combate guiados por el fuego de nuestras líneas y esquivando las patrullas
enemigas. Al salir el Grupo Pantoja al camino a Urey, chocó con una patrulla
montada que venía del E. por el camino; coincidió este encuentro con la llegada
de un camión enemigo que fue capturado. La patrulla al ser rechazada dejó en
nuestro poder 3 mulas y 2 caballos.
Las dos columnas continuaron su avance hacia el N. encontrando a uno y medio
km. fuerte resistencia enemiga la que por su presión obligó a doblar las alas y
buscar el contacto en los dos Grupos. Reforzado el enemigo efectuó siete
asaltos sobre los escuadrones Prudencio, Arrazola, Lea Plaza y Ortega,
irrumpiendo en dos ocasiones en el sector del Escuadrón Prudencio. En la
primera irrupción fue restablecida fácilmente la línea debido a un fuerte
contra ataque efectuado por la compañía Mercado del R.I. 8 la que con empuje
vigoroso y resuelto rechazó al enemigo y restableció contacto de nuestras
líneas.
La segunda irrupción producida al anochecer no pudo ser restablecida de
inmediato por falta de reservas por lo que ordene doblar las alas en el lugar
de la irrupción y sostenerse en ese punto.
Día 21.- a hs. 2 llegó el Batallón Alarcón del R.I. 20 compuesto de compañías
con un efectivo total de 380 hombres. A hs. 6 recibió la misión de formar un
bolsón, presionando al enemigo hasta rectificar la línea. Rectificada ésta a
hs. 12 y conseguido el contacto, regresaron las compañías dejando una sección
en el sector irrumpido, a concentrarse en las proximidades del puesto Cmdo. 1er
Grupo, para cumplir la misión ordenada por la Div., de irrumpir al enemigo 200
metros al Sud del camino Urey, llevando un fuerte ataque hacia el O hasta tomar
contacto con nuestras propias tropas en las posiciones del R.I. 33 La presión
enemiga en este día ha sido violenta en todos los sectores, habiendo alcanzado
hacia el Sud, la base del rectángulo, quedando por consiguiente casi rodeados
teniendo libre un claro interior de 1 km. Por el que se efectuaba el
aprovisionamiento.
DIA 22.- A hrs. 6 el Batallón del R.I. 20 bajo una fuerte resistencia enemiga
logró irrumpir penetrando 500 metros hacia el O. no obstante la pérdida de
numerosas bajas sufridas. Por este motivo quedó detenido en su avance que fue
audaz y resuelto.
En este día hubo también continuo y permanente combate en todos los
sectores.
DIA 23.- Se amanece combatiendo. Se recibe orden de repliegue para el Batallón
R.I. 20. El combate ha disminuido en ese sector y solo a momentos se siente la
presencia enemiga. A hs. 17 vuela un avión pila sobre nuestras líneas. Luego
dos máquinas nuestras salen a su encuentro. Durante la noche hubo fuerte
presión enemiga. El Batallón R.I. 20 se ha replegado sin novedad.
DIA 24.- Habiéndose recibido orden verbal para el repliegue de todas las
unidades de la columna sud, se procedió a éste desde hrs. 9 sin que el enemigo
lo haya notado, en tal forma que a hs. 12 había concluido éste ordenadamente,
quedando nuestras tropas detrás de la línea de posición del R.I. 8.
VIALIDAD.- El grupo de zapadores a cargo del Subteniente Serruto ha cumplido
abnegadamente su misión debido a lo cual se ha podido abastecer normalmente a
las unidades combatientes.
ENEMIGO.- Se ha podido constatar que se ha luchado con fracciones de los
Regimientos “Valois Rivarola”, “San Martin” y “Sauces”, las cuales en las
distintas veces que han atacado nuestras líneas han sufrido fuertes castigos,
lo que se ha comprobado por los cadáveres constatados, en el sector N., lugar
de las irrupciones, en el que en un frente de 500 metros, nuestras tropas
enterraron 36 cadáveres enemigos. En los demás sectores, por no haber salido de
nuestras posiciones no se ha comprobado el número de muertos enemigos.
BOTIN.- Como queda anunciado, se capturó un camión aguatero, 3 mulos y 2 caballos,
6 cajones de munición, algunas prendas de oficiales muertos, varios fusiles,
herramientas de zapa y 2 camillas.
El comando de la Columna Sud cumple un deber de justicia al recomendar la
cooperación eficiente que le ha prestado el Comandante del R.I.8 Mayor Roberto
Aramayo, el cual con una verdadera compenetración de las necesidades del
momento ha puesto todo cuanto tiene a su alcance para auxiliarle toda vez que
había que llenar alguna deficiencia.
En cuanto a la acción de las unidades de dicho Regimiento dejo también expresa
constancia de su alta moral combativa, muy especialmente de la compañía
Mercado.
Respecto al Batallón Alarcón del R.I.20 me cabe enaltecer el valiente
comportamiento que ha demostrado en todo instante, a pesar del crecido número de
bajas.
La compañía del R.I. 18 ha llenado debidamente su misión y su llegada como
refuerzo ha sido oportuna.
La situación de las baterías del Grupo Vizcarra ha sido muy eficiente al
repelar al enemigo en las ocasiones que presionaba violentamente.
En cuanto a los señores comandantes de las columnas Montes y Pantoja, así como
a los señores oficiales que han colaborado cabe expresarle un agradecimiento de
este Comando, por su enérgica y abnegada actuación. La moral de la tropa ha
sido excelente sin que haya decaído su espíritu combativo en toda la jornada.
Hago una mención especial al comportamiento del suboficial Chumacero, que al
producirse la segunda irrupción, quedó aislado y rodeado por el enemigo desde
hs. 18 del día 21 hasta hs. 12 del día siguiente, habiendo rechazad0o con su
unidad todos los ataques enemigos sobre este punto, perdiendo un 50% de su
efectivo.
A la vez hago mención del teniente Juan C. Ortega, que no obstante haber sido
herido en el brazo continuó en la línea al mando de su tropa.
El Sr. Capitán Macedonio Rodo Oficial de enlace del Comando completará el
presente informe que con todo respeto me permito elevar a ese Comando.”
El documento presentado nos describe la crudeza de la guerra, y el alto valor
cívico de los soldados bolivianos. En todo ese acontecer hay espacio para
reconocer y felicitar por las hazañas logradas en esta acción.
Otro ejemplo de los logros del Mayor Eulogio Ruiz Paz, se dan luego de la
ruptura, por parte de los paraguayos, de la línea atrincherada de defensa del
Regimiento Beni en Cañada Chile. Ahí a medio día del 19 de Julio, mientras se
distribuía el rancho, fueron atropellados sorpresivamente en un frente a 200
metros. Fue una acción fulminante. Grandes masas penetraron en el bolsón.
Siguiendo el eje y a ambos lados de la picada, los soldados paraguayos
avanzaban rápidamente, no obstante las bajas que sufrían. Esa ofensiva daba
señales de una gran victoria paraguaya, cuando los bravos soldados del
“Castrillo” esperaron serenos a que el enemigo se aproximara hasta 50 metros e
ingresara al campo de tiro para poner en acción su extraordinaria dotación de
armas automáticas.
Al mismo tiempo Artillería y Morteros descargaban su potencia bélica. Pocos
minutos de tan intenso fuego pudieron resistir los soldados paraguayos; cesaron
los gritos de estímulo y se escuchaban los de dolor que lanzaban los heridos.
Las bajas eran visiblemente numerosas. Se paralizó el ataque y empezó
silenciosamente la retirada del adversario bajo la presión del fuego que caía,
desde todas direcciones. Horas después el bolsón estaba despejado y el
Regimiento “Beni” volvió a ocupar sus trincheras. Un cálculo moderado de los
observatorios y de los combatientes indicaba alrededor de 500 bajas del
adversario”.
Entre agosto y noviembre de 1934, los paraguayos continuaron avanzando y no les
fue difícil ocupar Picuiba, al quedar muy pocos efectivos bolivianos para su
defensa. Posteriormente ocuparon los fortines “Irindague”, “27 de Noviembre”,
“Villazón”, Algodonal, “Pozo del Burro” e “Isopoirenda” donde hizo alto para
atacar “Carandaití”.
El Ejército paraguayo quien estaba llevando la iniciativa de ataque para ese
periodo, se encontraba tan solo a 4 km. de Carandaití por lo que nuestras
fuerzas, tuvieron que establecer una defensa capaz de frenar al
adversario.
Los Mayores Antenor Ichazo y Eulogio Ruiz Paz organizaron la defensa de
Carandaití, el ejército paraguayo estaba muy cerca de este emporio petrolífero.
El pueblo de Carandaití era una zona que debía ser defendida a cualquier costa,
por ser un terreno estratégico. De acuerdo a varios analistas se comprometía la
suerte de “Villa Montes”, de “Camiri”, y de “Charagua”. Por lo que se llevaron
las mejores tropas del I y II Cuerpos de Ejército.
Las tropas paraguayas se dirigieron hacia Carandaití el 20 de agosto. El arribo
oportuno de las tropas del Mayor Ruiz fue importante para la defensa de este
reducto. Los bravos soldados del Regimiento Castrillo defendieron este emporio
petrolífero encuadrado al “Destacamento Carandaití”.
El día 28 de agosto, el mayor Ichazo comunicaba que fuerzas enemigas apreciadas
entre tres y cuatro mil hombres, con colaboración aérea, volvían a atacar
desesperadamente las recias y altas posiciones bolivianas, sin conseguir
ninguna ventaja.
Durante los ataques aéreos a Carandaití, por parte de la aviación enemiga, el
Mayor Ruiz fue nuevamente herido en campaña, sin embargo siguió combatiendo a
lado de su tropa, siendo ejemplo digno de seguir.
Por su entrega en la campaña y al ser heridos en batalla, en cumplimiento de su
deber patrio fueron condecorados con la “ESTRELLA DE HIERRO”, los siguientes
oficiales: Mayores Eulogio Ruiz Paz, Antenor Ichazo, Rafael Pabón y Luis A.
Pinto, y el Teniente Carlos Lopera.
Al llegar el Teniente Coronel Toro y apreciar la situación de la defensa, la
encontró muy favorable, enviando el siguiente mensaje:
“Carandaití, 4-IX-34.- Situación actual…….está virtualmente salvada y que es
más bien favorable……No debe olvidar que solo hecho contener a enemigo en
Carandaití ya significa una victoria”.
Una vez que los paraguayos se dieron cuenta de la imposibilidad de ingresar a
Carandaití, se replegaron de inmediato; desde el mando boliviano se planificó
una contraofensiva con una maniobra envolvente que le cortó el camino de
retorno y tuvieron que realizar grandes marchas para evitar ser rodeados por
completo. Esta acción fue llamada la maniobra de “Ibamiranti” y se desarrolló
entre el 30 de agosto al 9 de septiembre.
A principios de diciembre el Mayor Eulogio Ruiz recibió la “MEDALLA DE GUERRA”,
esta distinción era para aquellos que permanecieron en la zona de operaciones
de la Campaña del Chaco, es decir en primera línea, sin interrupción. La Orden
General que confirmó este hecho es la Nº 72-34, de fecha 6 de diciembre de
1934.
La retirada de Picuiba fue una acción que desmoralizo al ejército boliviano y
se constató la falta de estrategia del Coronel David Toro. En esa ocasión
varios comandantes habían salido de comisión; entre ellos el Comandante de la
Séptima división, los tenientes coroneles Ovidio Quiroga y Alfredo Rivas, jefes
de la Primera y Segunda División, respectivamente, habían salido a Carandaití,
para un cónclave militar. Las Divisiones se hallaban a cargo de los Jefes de
Estado Mayor Divisionario: Mayor Roberto Ayoroa la Séptima, Mayor Rodolfo
Flores la Primera y Mayor Félix Tavera la Segunda. El Mayor Ruiz, durante esta
operación se encontraba en comisión razón por la cual no participó de esta
retirada, es el Mayor Fuenzalida que se hizo cargo del Regimiento “Castrillo”
como Comandante Accidental.
A continuación rescatamos partes del informe del comandante accidental:
En vista de la orden recibida:
Tropas enemigas han cortado en Irindague la picada Picuiba- Carandaiti.
El regimiento procederá a retirarse en dirección a Picuiba siguiendo la picada
de abastecimiento tan pronto como esté listo.
El Grupo García y el Grupo Roca, dejaran un Escuadrón como protección de
retirada de nuestras tropas hasta Hs. 9.
El Escuadrón Mendoza debe retirarse hacia Picuiba por el cañadón que
actualmente ocupa saliendo por la picada del R.I.20; en su camino se agregará
el Grupo de combate que se encuentra en la senda a 6 Kmts., al oeste del puesto
de comando (punto conocido).
El Grupo García establecerá una segunda resistencia en las posiciones que
existen más o menos 2 kilómetros al sur de Picuiba.(Fdo.) My. Fuenzalida.
A las 7 de la mañana llegaba la última fracción del Regimiento al puesto de
Comando, desde donde se continuó la marcha hacia Picuiba.
En Picuiba se me comunicó que momentáneamente se había hecho cargo del Comando
de la División, el Mayor Del Castillo a quien me presenté y di cuenta de todo
lo que antecede.
Los Comandantes de Grupo me insinuaron que la tropa no llevaba agua y la acción
fue transmitir el siguiente telefonema: “Hs. 13,45. –P.C. R.C.6. – diciembre, 7
de 1934- Por favor de repuestos para camiones aguateros interrumpido el
servicio… un Grupo sin agua desde ayer”. (Fdo.) Tte. Prudencio,…
A las 23 Hs. Fui llamado al teléfono por el Comando de la División, me
ordenaron la retirada a 27 de Noviembre, dejando al escuadrón Fuentes, más los
jinetes, para cubrir esta acción.
A las dos de la mañana se emprendió la marcha, habiendo logrado recorrer 17 km
hasta Hs. 10, donde se pasó el descanso y donde fue llegando el personal que
había quedado rezagado. (Día 9).
A hs. 16 llegaron 3 camiones con agua de los que le tocó al Regimiento 1 con 5
turriles, procediéndose al reparto en la mejor forma posible. A las 24 Hs. Se
prosiguió la marcha protegidos en la retirada por el R.C.1; marchando hasta el
amanecer cubriendo 16 km. Donde nuevamente pasamos al descanso. En este punto
el R.C.20 el R.C.4 y el R.C.5 estaban repartiendo agua a su tropa, negándoles a
los soldados de mi Regimiento, al hacer el reclamo correspondiente al Mayor Del
Castillo, me manifestó que el primer carro que llegara era para el Regimiento
Castrillo, me adelanté con el ayudante del Regimiento y después de haber andado
12km. encontré un camión con agua del R.C.20 y sin mirar, sino la orden que se
me había dado me apodere a viva fuerza del camión habiéndosele disparado varios
tiros por la gente sedienta felizmente sin ninguna desgracia. El agua fue distribuida
a la tropa en forma equitativa y dándole al personal sin tener en consideración
de que unidad eran. Se continuó la marcha, llegando a 3 km antes de 27 de
Noviembre. A Hs. 18, punto de concentración del Reg. Y donde se ordenó una
nueva defensa.
A la altura del km. 8 antes de llegar a 27de Noviembre, llego una columna con
agua la que se empleó en recoger a la gente rezagada.
El día 10 el R.I.19 con un Batallón organizó la defensa y en el punto de
concentración se pudo repartir comida y agua, durante la noche llovió
torrencialmente trayendo con esto un pequeño bienestar a la tropa.
El Día 11, continúo la retirada en dirección a Santa Fe, para esto se dispuso
que se sacara la tropa en columnas de camiones 10 km. Sobre la picada Santa Fe,
regresando los camiones a traer nuevamente tropas a 27 de Novbre. Se indicó por
el Comando de la División el punto de concentración en el km. 55 donde se
reorganizó el Regimiento; en este lugar había agua y alimento en
abundancia.
Día 12, se recibió orden de seleccionar el personal, para organizar la defensa
en el km 65. En la mañana de ese día fui nombrado oficial de enlace de la
División y el Tte. Prudencio Comandante de Regimiento.
La contra orden de permanecer en el km 65 obedecía a que el Regimiento
Castrillo en la nueva organización, pasaba a pertenecer a la primera División,
debiendo trasladarse esa noche a Santa Fe. Se cumplió la orden al mando del
Tte. Prudencio.
Día 13. Con la autorización correspondiente del Jefe de la División me trasladé
a incorporarme a mi Regimiento que se concentraba a 6 km. de Santa Fe, (picada
Casa Alta)
Soy enemigo de hacer historias sobre hechos que no soy el llamado a calificar.
Esperé el veredicto de los superiores y he visto con profundo pesar, de
soldado, que todo ha quedado sin sanción y el único en recibirla moralmente ha
sido el suscrito, puesto que se me ha alejado del R.C.6 dándoseme otro
destino.
Entre algunas conclusiones de su informe, el Mayor Fuenzalida señala:
• El servicio de abastecimiento y agua se me dificultó desde un principio,
razón por la cual la tropa un día comía y otro día no: el agua era insuficiente
y el trabajo era intenso al cual estaba sometido el personal de tropa del
regimiento.
• La tropa estaba agotada, sin vestuario y descalza debido al largo y continúo
trabajo a que había sido sometida.
• De las tropas dejadas en el velo, éste fue copado y cayó en poder del enemigo
el escuadrón del grupo Roca a cargo del Cadete Delfín Cataldi, que había
quedado por orden de su comandante. Estimo que este escuadrón fue copado porque
la retirada del velo del R.C.5 y R.C.1se efectuó antes de la hora indicada
debido, según me dijeron, a la fuerte presión enemiga.
EFECTIVOS.- El parte pasado a la fecha aún no puede ser real pues en los
distintos Hospitales ha quedado personal y hasta el día de ayer se estaban
presentando al Regimiento soldados que se internaron en el monte.
DISCIPLINA Y MORAL DE LA TROPA.- A pesar de la dura prueba porque ha pasado el
regimiento Castrillo, siempre se cumplió estoicamente todas las órdenes en la
mejor forma que se pudo sin escucharse jamás una protesta, lo que hace acreedor
al Castrillo de una mención especial.
My. Daniel Fuenzalida, Cmdte. accidental del Regimiento.
Las palabras sobran cuando los hechos son descritos, inmolados bolivianos en
todo el repliegue.
Efectivamente esta acción trajo consecuencias, la opinión pública, se horrorizó
ante la magnitud del drama. Se buscó un culpable y señaló al hombre que soñó
salir del Chaco convertido en un héroe nacional, es decir el Coronel Toro que
había empujado a este desastre. Grandes pérdidas humanas bolivianas fue el
resultado de la retirada de Picuiba.
Del Libro “Huellas Del Chaco” de Roberto R. Ávila Castellanos A la defensiva
Foto: Cnl Moscoso, Grl Sanjinéz, Grl Peñaranda, Cnl Bilbao Rioja, Cnl Toro.
------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario